12. Causa y efecto.
En el interior de una habitación en penumbras un joven azabache se hallaba insconciente y atado a una silla de pies y manos. Empezó a despertar notando que era de noche por la escasa luz entrante de una ventana y que le dolia la cabeza, más exactamente la nuca, por la fuerza impuesta en un golpe recibido. Alzó la vista a sentir una presencia conocida entre las sombras de la habitación, luego otra y otra. Hasta que al fin una habló encendiendo la luz.
-Padre?
-Hasta que al fin despiertas Yu.- hablo el general Alveo.
-Siento hacer esto pero no me queda alternativa joven Yu.- dijo una figura de espaldas que resultó ser la de su rey.
-Oh hijo lamento haberte golpeado pero sabíamos que forcejearias y bueno...
-Con que fuiste tú, y no soy tu hijo- habló dirigiéndose a su padrino, Froi Tiedoll -a que se debe esto Heika-sama?
-Quiero probarte Yu Kanda, en este momento mi hijo Allen se encuentra perdido en el nuevo laberinto que mande a hacer hace un mes, estaba con la reina pero no lo hallamos, tienes una hora para encontrarlo, traelo sano y salvo y pasarás la prueba.
-Que gano yo con pasar la prueba?
-Verás hijo mío, el rey convirtió esto en una prueba del más apto, tienes que competir contra otros alfas por hallarlo, el primero en hallarlo y traerlo a salvo gana. Y el que gana se casa con él, por cierto, el príncipe Tyki también esta jugando y ya empezaron.
-Que dices joven guardián... Te unes al juego?
-Tsk. Cómo si fuera a permitir que alguien más se le acerque. Hay reglas?
-Nada volar en pegasos ni herir a mi hijo. Eso es todo.
Mientras tanto en medio del laberinto, un omega albino despertaba de un pequeño letargo abriendo sus ojos con pesadez divisando lo que se asemejaba a un jardín, de alto muros de arbustos rosales, parecía sacado de un cuento, era de noche, pero a todo eso como había llegado hasta ahí? Se preguntaba aún aturdido y con dolor de lo que parecía ser rastro de un golpe detrás de la cabeza.
Lo último que recordaba era haber terminado su baile con Kanda y ser interceptado por su madre, luego nada, en blanco total se hallaba su mente. Ahora divagaba entre averiguar cómo había llegado hasta ahí y cómo salir de allí.
En el aire se podía percibir el aroma de varios alfas a su alrededor, el olor era distante pero se notaba la sobreexcitación de estos en el ambiente, le provocaba miedo pensar que todo esa conmoción pudiera deberse a él.
En una habitación del palacio tres personas se debatían quien sería el "afortunado" que desataría al enfurecido azabache que sólo sonreía de soslayo provocando pavor a los tres alfas. Mantenía la miraba escondida en su flequillo mientras sonreía, le estaban poniendo las cosas fáciles. De pronto sintió cómo algo le perturbaba, algo lo llamaba a levantarse de aquella silla con urgencia, podía sentir el temor de su omega. Como si de un super héroe se tratase, con el solo esfuerzo de alzar los brazos rompió su amarre y con las manos deshizo el de sus pies ante la mirada atónita y asustada de los tres alfas que lo llevaron hasta esa misma posición. Necesitaba encontrarlo cuanto antes, el temor crecía y se hacía más evidente para él, que su albino corría peligro inminente.
Allen temía por su bienestar, escuchaba pasos cerca, después de varios minutos entendió que estaba en un laberinto, encontró una nota de su madre en su bolsillo "Los alfas te buscan a ti, el que te encuentre y te traiga de vuelta se le concederá tu mano, ten mucho cuidado". Al leer aquello el miedo verdadero corrió por todo su ser, no quería que cualquier alfa lo encontrará, necesitaba a su alfa, a su azabache, a su Kanda. Sin saber que podía hacer entró en desesperación y las lágrimas salieron a flote de manera involuntaria sin poder detenerlas, echándose al suelo abrazando sus piernas para esconder sus sollozos, al pie de un árbol de flores que estaba cerca.
Corría, como si su vida dependiera de ello, pero no era por la suya sino por la de su albino, si no se daba prisa lo perdería para siempre, y no estaba dispuesto a vivir sin él. Fue a los establos, cerca de allí se encontraban dos pegasos que parecían representar el ying y el yang, uno negro más oscuro que la misma noche, que casi pareciera descender de un azul, y el otro, blanco más puro que la misma nieve. Se acercó al blanco y se dirigió a este como si de una persona se tratará.
-Tú... Timcampy es tu nombre no? Tu amo está en peligro y necesito que me ayudes a salvarlo... Entiendes? Vuela sobre el laberinto y yo te seguiré, cuando lo encuentres has un giro en el aire pero no llegues hasta él o lo encontrarán antes que yo.
Increíblemente el animal asintió, no porque no entendiera, son animales muy inteligentes, pero sólo obedecen a sus amos, tal vez sería porque su amo estaba en problemas. El animal desplegó sus alas, y seguido del otro animal en el aire voló, y a pie corriendo le seguía el azabache, transformándose para ir más rápido, a su forma semi animal.
En el cielo se veía a los dos pegasos volando sobre el laberinto sin jinete, más en el laberinto se veía a un Kanda "feroz" rastreando el paradero de su omega, el olor de su miedo lo atraía. Desde otro punto el albino se levantó, sacudió su vestido y ajusto sus tacones, miró el cielo nocturno para contemplar la luna y seco como pudo sus lágrimas. No ganaría nada con llorar, de pronto escucho sonido de viento golpeando cerca y como los arbustos sonaban en movimiento, vio un conjunto de rosas y se metio allí para esconderse. De entre las sombras se veía un hombre alto, delgado y trajeado elegantemente, su cabello morado oscuro y largo casi llegando a negro era ondulado como las olas del mar y sus ojos ambarinos sobresaltaban a la vista, como si fuera un animal nocturno, camino con sigilo por el pequeño jardín de ese espacio no mayor a una habitación común.
-Allen-denka~ sé que estas cerca, puedo olerte, sabes tu olor es maravilloso comparado a las flores de este jardín.
El sonido de aleteos hizo a ambos mirar al cielo, eran Timcampy y Goliath que daban vueltas sobre el espacio del jardín donde el omega se ocultaba del intruso que había dado con él, siendo ni más ni menos que el príncipe Tyki. De repente una segunda silueta hizo aparición, se notaba agitada pero amenazante.
-Vaya vaya...miren a quién tenemos aquí...llegas un poco tarde a la fiesta no crees...?
-Al parecer mi invitación se perdió en el camino, atrasada pero llegó.
-Y que haremos ahora?
-Es obvio que aún no ganas nada.- dijo caminando desidido hacia el alfa rango 5 intimidandolo y logrando que este diera un paso atrás involuntariamente ante la transformación imponente del azabache pasándolo de largo -Allen...vámonos.
De entre los arbustos salió el temeroso omega que se lanzó corriendo hacía los brazos de su alfa. Un abrazo cálido seguido de un tierno beso de reencuentro que fue interrumpido fugazmente por el moreno.
-A mi la verdad me da igual lo que quieran hacer, pero busquen otro lugar no creen, sigo aquí- dijo obviamente fastidiado de que olvidaran su presencia -además esto no acaba hasta que vuelvan al palacio.
-De que hablas?
-No te lo dijeron, "el que lo encuentre y lo devuelva sano y salvo será el ganador" osea que si te lo quitan y lo regresan por ti... pierdes.
Sus ojos se desorbitaron, no sabían que eso era así, nadie se los dijo antes. Salir de ahí a salvo sin volar en un pegaso sería todo un reto mayor que encontrarlo. En eso el moreno se retiraba.
-Oe! A dónde crees que vas?
-No me interesa tu omega, tengo a alguien que me entretiene más.
-Lo sé. Y por eso me ayudarás si quieres seguir viéndolo.
-Eh?- dijo Allen sin entender.
-Vaya que sabes jugar sucio. Está bien por esta vez, de todas maneras estamos casi entre familia.
Comenzaron a movilizarse, Tyki al frente viendo que no hubiesen moros en la costa, Kanda a un lado de Allen protegiendo su frente y retaguardia. Con ayuda de los pegasos hallaron la salida del laberinto donde los tres reyes esperaban pacientemente entre copas de vino y aperitivos.
-Chicos! Han salido, Mana miralos, oh mi pequeño copo de nieve!
-Mamá!- un emotivo abrazo del albino a la reina captó toda la atención.
-Vaya, parece que tenemos un empate eh?- dice altivo el rey de Aztlán.
-Nada de empate, yo no lo encontré, diría que me siguieron todo el camino de regreso. Me quedo con el premio de consuelo- miró al resto de los invitados un poco más distantes, y a un par que recién llegaba al iniciar la conversación de estos dos, posó su mirada en la esmeralda del consejero real que al notar su mirada se sonroja y desvia el rostro notandolo todos los presentes y riendo por el hecho.
-Bien, eso significa que tenemos un ganador! Acerquense todos, tengo un anuncio que dar! Mi hijo Allen se casará con el hijo del general Alveo Kanda! Les presento formalmente a la pareja de prometidos, Yu Kanda y Allen D. Campbell.
Los aplausos no se hicieron esperar, rostros denotantes de envidia y celos, otros de felicidad y regocijo. Pero ninguno como el rostro feliz y sorprendido de Allen que se lanzó a los brazos de su azabache y este le recibio desprevenido, cayendo ambos al suelo en la acción, con Kanda posando su mano en la espalda baja del albino acomodando su vestido para que no mostrará lo que es suyo, con cara de pocos amigos.
-Animo Yu~ mira que ya te echaste la soga al cuello~
-Tsk... Te despellejare vivo maldito conejo!
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Un mes había transcurrido, Road se había ido a vivir con Neah en un palacio en el pueblo de Ticarpo, a unas 4 horas en unicornio, dos y media en pegaso, y como tenia puerto costero, una hora en hipocampo. Las buenas nuevas llegaron en los últimos días del otoño, el príncipe Neah esperaba su primer hijo con la princesa Road. Y eso sólo fue la primera, en dos semanas seria la boda de Kanda y Allen, los preparativos estaban calculados para una blanca boda de invierno si todo salía bien.
En el comedor real, se notaba un momento familiar especial, estaban el rey Mana y la reina Cibeles, Allen y Kanda, el general Alveo y Alma, el general Froi Tiedoll y un último que tenía a un albino muy nervioso, el general Cross Mariam...
-Y dime Cross cómo te fue en tu expedición? Cuántas chicas dejaste en los puertos de camino?- dijo en son de burla el rey, a sabiendas de que su general y amigo era un mujeriego empedernido.
-Hmm... Mana no te han dicho que por más que seas rey no debes meter tus narices donde no te incumbe?- su tono altanero era normal, al fin y al cabo los tres grandes generales reunidos en esa mesa con el rey eran sus mejores amigos y eso no cambio cuando asumio el trono, cosa que quedó muy clara al consejo cuando Mana asumió el trono...
~{Flash back}~
Una guerra acababa de terminar, las tropas regresaban a puerto y entre ellas el rey, todos mal heridos, por desgracia a pesar de haber ganado la batalla y conquistado Ticarpo, el rey había perdido mucha sangre y no resistió la noche. El príncipe Mana tuvo un golpe fuerte esa noche, ya con 90 años fue coronado entre el luto y lágrimas como rey de Arcadia. El consejo estaba reunido con él tomando decisiones de que hacer con los tomados prisioneros en Ticarpo, y quienes conformarán la guardia real de el ahora rey Mana.
-Los prisioneros no son más que aldeanos y algunos soldados que pidieron clemencia al ser derrotados, se les perdonará y se les permitira continuar en Ticarpo bajo la tutela de Arcadia, que una comitiva valla y escoja un alfa cuando mucho nivel 4 o 5 para que sea el intermediario de las relaciones comerciales bajo mi mando. En cuanto a mis generales, seguirán siendo los mismos que he tenido hasta ahora.
-Pero Heika-sama... Deberia escoger alguien con más experiencia.- dijo un miembro del consejo.
-Ha! Este viejo no sabe quienes somos Mana.- dijo Cross con sorna.
-Que atrevimiento! Que manera de hablarle al rey!
-Eh Mana me trajiste hasta aquí para esto, estúpido?- dijo ya más molesto Cross.
-Calmate Cross, y en cuanto a ti, NO ES TU PROBLEMA COMO ME HABLEN MIS "AMIGOS" NI A QUIEN ESCOJO COMO GENERAL! Entendido?- dijo usando su voz de mando haciendo retrocerder rodo el consejo y aceptando su dictamen.
~{Fin del flash back}~
-Me fue bien, encontre un nuevo reino más allá de los limites de Merinia. Pero lo que me trae por aquí es saber quién es el prometido de mi estúpido pupilo.
-Tsk. Allen quién es este?- hablo bajo dirigiéndose a Allen para no meterlo en problemas.
-Es mi maestro de combate, nos entrenó a mi y a Neah, también a mi padre, creo que aprendió con tu padre y Tiedoll.
-Tsk... Yo soy su prometido, mi nombre es Yu Kanda, y no permitiré que nadie tome desiciones sobre nuestra relación, lo entendió viejo?- habló en voz alta contestando la duda de Cross y mirándole con lo último.
-Valla que eres altanero, no te pareces a tu padre en eso. Alveo acaso pensabas en mi cuando lo concebiste?
-Tsk. Cross dejate de idioteces, es mi segundo hijo, pero tiene un carácter que te hace la competencia sabes.
-Eso lo veremos en el campo de entrenamiento.
-Cuándo quieras "viejo"
-Pues hoy te enseñaré un poco de respeto a tus mayores. Te veré ahí al medio día.
-Como quieras.
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2334 palabras.
Hola chic@s anoche no pude subir, me dormí la verdad, lo iba a dejar para el lunes pero no quería dejarlos tres dias esperando por esto, así por eso lo subí hoy, esperen el próximo capítulo de Una vida diferente también, espero poder sacarlo hoy mismo [ya que no tiene escrito pero ni el punto y coma] oye no seas mala yo me inspiro en el momento, ni siquiera sé lo que pasará en el siguiente capítulo o por lo menos como se desarrollará.
Les tengo una buena y una mala noticia. La mala es que Una vida diferente se acerca a pasos agigantados a su fin. La buena es que ya tengo una idea que se me ocurrió hoy en el camino al trabajo [si, está loca que sube caps todos los días trabaja seis días a la semana como los humanos normales pero hoy sale temprano como cada sábado] y en esa idea que es como un crossover pero sin mezclar personajes así que no es crossover [What? No entendí] el punto es que quiero adaptar el Yullen en esta historia que leí en un manga que no ha sido adaptado nunca al anime pero que me encantó y tal vez, sólo tal vez, puede que ustedes lo conozcn pero eso lo revelare en su momento.
Bueno eso es todo, si les gusto o no, comenten, voten ⭐ y añadan a su biblioteca Yullen.
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Traducción de ocasión:
Allen: chicos estaremos en una nueva historia de Marlene-shan! Un hurra por las buenas nuevas!
Lenalee: Eh... Kanda falta tu mano.
Kanda: No hay manera de que yo haga eso, ni de puto chiste.
~¤~
Bye~
Marlene-shan
マレーネ・シャン
Lucha por la salvación de las almas de los akumas!
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