10. Estabas pensando en mi?
No sabía si era un sueño o no, habría estado soñando o tal vez escucharía mal al momento de aquel anuncio. Como sea que haya sucedido, el recordar el evento de la noche anterior lo hacía colorear sus mejillas de manera involuntaria. El albino que normalmente dormía hasta que el sol estuviera muy alto en su punto o hasta que su asistente le despertase, estaba despierto desde muy temprano, dando vuelta tras vuelta sobre la cama, recordando.
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La fiesta era maravillosa, bailaba con su azabache al son del bello vals que tocaba la orquesta de salón en aquel momento, sus padres solicitaron su atención al público para dar el anuncio de su compromiso con Kanda. En unos días se casó con el azabache de mirada zafiro y partieron hacía su luna de miel, fue tan vergonzoso usar un traje de novias, pero le sentaba de maravilla, pero nada tan vergonzoso como la ropa interior que le regalo Lenalee para la noche de bodas, era ajustada, negra y de encaje, un moño en cada pierna al final de unas medias blancas y los panties de encaje negro por igual, un moño de gala negro adornaba su cuello y su largo cabello suelto caía con gracia por su espalda.
El azabache no perdió oportunidad para disfrutar aquel momento, lo alzo en brazos y lo llevo hasta la cama matrimonial, estaba ahí, con el rostro coloreado de bello carmín, cubriéndose el pecho con las manos y juntando fuertemente las piernas avergonzando, mordiendo su labios enrojecidos por la acción, que espectáculo más sexy a la vista del azabache, no pudo más y le quitó las manos del cuello yéndose le encima a atacar con desespero aquellos labios, un beso apasionado y demandante de esos que le solía robar a escondidas del condenado conejo y la mocosa metiche, perduró así hasta que sus pulmones les exigieron por aire, luego se separó para darle un beso solo al roce de labios y atacar su cuello a mordidas, besos y lamidas que sacaron todo gemido antes reprimido del albino, mientras sus manos tenían una aventura con sus rosados botones al mismo tiempo que aprisionaba con sus piernas las del menor, luego de un rato bajo a la altura de su pecho y jugó con aquellos botones rosas mientras sus manos jugueteaban con su sexo.
Estaba húmedo, excitado y arqueaba su espalda en un intento de soportar el placer brindado, quiso devolverle el favor al azabache pero este no se lo permitió, tomándole las manos y llevándolas sobre su cabeza para mantenerlo prisionero y a su merced.
Con la mano que quedaba en libertad la metió a su boca humedeciéndola y acaricio su entrada para introducir un dedo lentamente, luego de escuchar sus gemido clamando más metió un segundo dedo y siguió así hasta introducir el tercero, después de un rato los retiro sacando un quejido de molestia del más joven, luego sonrió con sorna y de una estocada firme y directa entro sin previo aviso en el estrecho albino que sólo pudo abrir los ojos de la impresión y un escape de pequeñas lágrimas. No por dolor, sino por el susto que sintió en sus adentros, era maravilloso, simplemente maravilloso, se sentía como ir al cielo y bajar al infierno todo al mismo tiempo.
Pero eso fue todo, despertó agitado, excitado y molesto de que todo haya sido un engaño de su cerebro, un simple sueño, un conjunto de lo sucedido la noche anterior sumado a sus más profundos deseos. Luego sonrió, fue un buen sueño después de todo, hace mucho deseaba repetir su encuentro con su apuesto azabache, más se les había hecho imposible con tanto chaperón, apreciaba a sus amigos y su compañía, pero odiaba no tener un momento a solas con él, si les daban espacio pero los vigilaban a la distancia a donde quiera que fueran.
Ese día se harían los últimos arreglos para la boda tan ansiada por su hermano y la princesa Road, tendría que ir con Road, Lenalee, Lulubell, tía de Road y hermana de Tikky, estando entre las damas de honor, que para él era de por sí muy incomodo que lo pusiesen entre las "damas de honor" por ser un omega y hermano del novio para buscar los trajes para la boda. Pero más incomodo seria cuando viera lo que le tendría preparado las demás damas.
Un toque sutil a su ventana lo sacó de sus pensamientos, grande fue su sorpresa al ver ahí a su amado azabache con su ropa de entrenamiento, siendo unos pantalones negros flojos pero que se ajustaban a los tobillos y una camiseta sin mangas ceñida al cuerpo con cuello cerrado. Se levantó de golpe y corrió a cerrar con seguro su puerta para después correr hasta la ventana y abrirle con ojos desbordantes de felicidad, era la primera vez que Kanda se escabullía a su habitación sin ser visto por nadie.
-Kanda cómo llegaste hasta aquí, volviste a saltar desde tu balcón? Sabes que no quiero que te lastimes por mí!
-Tsk... moyashi, vine con Goliath, sobrevolé el balcón y salte hasta aquí. Además yo daría mi vida por ti, baka.
-Hi hi hi, yo también te amo, Bakanda.
-De eso ya me dí cuenta, en que estabas pensando cuando llegue? Estabas pensando en mi?- en eso recordó que estaba en paños menores y que recién se había despertado sobreexcitado y que en sus fachas se notaba dicha "excitación".
-E-e-e-etto...yo...pero...no...etto...- se volvió un manojo de nervios entre balbuceos y palabras inentendibles.
-Ha...- sorprendido miró como a Kanda se le escapaba una risa entre su intento de contener la sonrisa de sorna que lo provocaba ver a su moyashi así por pensar en él. -Qué? No me mires así que eres tú el excitado aquí- lo vió de soslayo con una sonrisa de triunfo.
-Ah sí? Sólo yo entonces?- dijo aproximándose al azabache para tentar sus partes nobles con sutiles caricias.
-Mo-moyashi... basta, entendí, no me burlaré, pero basta- dijo tratando de detener al albino -detente ahora mismo o te aseguro que irás arrastrándote hasta la boda...si es que llegas a levantarte de la cama.
Ambos rostros simulaban lo que sería un espectáculo de tonos rojos por toda su extensión, el azabache por las acciones del albino y el albino por la declaración. Estaban a punto de entregarse a sus deseos cuando una mano toca su puerta y una voz animada clama por su nombre a voz de cuello, espantando a los involucrados en la aventura de verse a escondidas, provocando la retirada rápida no sin antes despedirse del albino.
-Allen~ Allen! Porqué esta cerrado? ALLEN!
-Allen, te veré esta noche aquí después de la hora de dormir, deja tu ventana abierta.- dicho eso se despidió con un dulce beso y saltó por el balcón asustando al albino, que al acercarse lo vió alejarse en su pegaso que lo esperaba para su escape.
-Ya voy Lena!
-Oh..ohajou Allen, porqué estabas encerrado, y despierto?- lo miró de arriba abajo con desdén de desconfianza ante lo que pasaba por su mente -estabas con Kanda, no es así?
-Eh!? Nooo...como crees...verás es que yo...tuve...una pesadilla sabes...por eso estoy despierto...
-Y porqué el seguro en la puerta?
-Bueno es que yo...me dieron ganas de ir a darme un baño en este momento así que cerré para que nadie entrara mientras me baño, pero sólo alcance a quitarme la ropa y tú llegaste asíquemevestirápidoparaabrirte...- habló tan rápido que Lenalee sabía que los nervios lo traicionaban.
-Aaja...claro...como digas, entonces ve a tomar tu baño que vamos a desayunar con las chicas y vamos por nuestros atuendos para luego almorzar y dar los últimos retoques, date prisa.
-Hai, ya voy.
Después de darse un baño para enfriar sus ideas y sus hormonas, bajo a tomar el desayuno, en la mesa le esperaba toda la comitiva que iría con la princesa Road, terminaron y se dirigieron a los establos, pensaban viajar en carruaje para poder meter todas las bolsas, pero Allen y Lena decidieron seguirles el paso a pegaso para que no fueran todos apretados, además a Allen no le gustaba ir por tierra de no ser necesario, adoraba volar con Timcampy desde que lo adquirió. Salieron hacia el área mercantil del puerto de Lemos, donde se hacían importaciones y exportaciones de todo lo necesario para el reino. El carruaje se detuvo frente a una tienda de vestidos de boda, las implicadas descendieron del carruaje para entrar seguidas de cerca por Lenalee y Allen que aterrizaban y le daban las indicaciones de estar cerca a sus pegasos, para entrar por igual mientras dos guardias cuidaban la entrada del lugar y otros dos vigilaban el carruaje.
-Konichiwa Allen-denka, a que debo su visita?- dijo una chica de cabellos negros recogidos en dos trenzas de tez clara, baja estatura y un par de gafas redondas de marco negro.
-Konichiwa Lou Fa, bueno la verdad estoy aquí por mi cuñada, la princesa Road de Aztlán, viene a retirar su vestido de novia.
-Road-denka, Lulubell-denka! que honor me hace su presencia! Su pedido del día de ayer está listo.
-Ehh!? Ya se conocen?
-Allen, ayer estuvimos aquí tomando mis medidas cuñadito~
-Oh..entiendo...que torpe soy.
-Lou Fa preparaste lo otro que te pedí?
Lou Fa era una omega rango 3 dueña de una tienda de vestidos de novia y dos tiendas de ropa, una casual y una para la nobleza, era la modista de los príncipes para eventos especiales desde que incursiono en el comercio textil. Por esa misma razón conocía en demasía las medidas del albino.
-Por supuesto, Allen-denka, acompáñeme, Tevak! trae los demás atuendos por favor!
-Matte, a donde me llevas Lou Fa? Lou Fa?
Después de provarse sus atuendos para la boda continuaron su recorrido con un muy avergonsado Allen, ya que en algún momento desconocido para él, su ropa con la que había salido de palacio "desapareció misteriosamente", y siendo que estaban en la tienda de Lou Fa, constando que sólo es moda femenina y el es omega, lo vistieron con un traje de lo más mono.
-Allen que tienes porqué la cara larga?- pregunto Road obviamente para molestar a su futuro cuñado.
-Por favor...devuelvanme mi ropa...-dijo más en una súplica que una petición.
-Pero si estas adorable! Me das hasta envidia, o es que no disfrutas de mi compañía?- dijo fingiendo que lloraria con ojos de cachorrito.
-No, no pienses mal Road, ok. Me quedaré así.
~{Puerto del Palacio Arcadiano, Galicia}~
Un par muy particular de azabaches mantenía una discusión en torno a una apuesta cerca del puerto de hipocampos.
-Y bien? Aceptas mi reto? Ida y vuelta rodeando la isla. El primero en llegar bailara con Allen en la boda.
-Y el que pierda no interrumpirá al otro, pero sin hacerle daño al príncipe.
-Hecho.
-Oe, si no cumple al pie de la letra, seas príncipe o no, te parto la cara.- dijo muy serio Kanda
-Lo mismo digo. Y por la advertencia, que bueno que sepas que perderás.- dijo Tikky con malicia.
-Ni lo sueñes, trato hecho, Triton!
-Teseo!
Llamaron a sus respectivos hipocampos, Teseo, de Tikky, era un hipocampo azul claro de aletas en un azul más oscuro,
y Tritón, de Kanda, era un hipocampo azul rey con aletas tornasol, uno de los colores más poco comunes y más hermosos. Kanda llevaba su uniforme adecuado para montar al marino, una camiseta azul ajustada con corte en V en el pecho y pantalones azules largos ajustados (como un buzo de natación y la parte superior del mismo material pero enseñando el sexy pechito U.U) y el de Tikky parecido pero su camiseta era blanca y tenia la parte de atrás con un corte de cola larga y el cuello más alto igual en V, con una sola manga larga, y pantalones negros.
Se pusieron en posición de salida uno al lado del otro y comenzaron, con Lavi como único testigo "visual" atado a un poste del puerto para que no interrumpiera y quedará constancia del ganador. La carrera era reñida sobre el agua, pero la verdadera velocidad se demostraba bajo la olas cuando el hipocampo podía liberar toda su potencia sin que el viento le ralentizara el paso. Tikky notó ese detalle y tomó aire para sumergirse junto a Teseo, Kanda no se quedo atrás e hizo lo mismo con Tritón, una gran bocanada de aire y se sumergieron. La isla donde debían girar estaba a una hora en barco, media con hipocampo, y ese era el tiempo exacto que aguantarían bajo el agua para ir y volver. Tikky mantenía la delantera por escasos metros, al alcanzar la altura de la isla y girar, se toparon con un improvisto, un Leviatán pequeño, pero el triple de grande que sus hipocampos. Tikky logró desviarse a tiempo para evitar un golpe directo del animal, Kanda lo rodeo con la distracción creada por Tikky dándole ventaja, lograron escapar de milagro y volvieron a su competencia, en el ajetreo Tikky uso más oxigeno quedando así con menos tiempo para seguir sumergido y tuvo que salir, creyó que pronto Kanda haría lo mismo, más no fue así, Kanda sabía controlar sus emociones mucho mejor y logró resistir 5 minutos más que Tikky, saliendo más adelante que él y logrando ganar la carrera.
-No me hiciste trampa o sí?- dijo desatando al pelirrojo -Y tú estas bien?
-Tsk.
-Arigato, si estoy bien, y no creo que te haya hecho trampa porque sucede que el tiene el recórd de aguantar la respiración.
-Yo también, una hora y quince minutos.
-Kanda resiste una hora y media.
-Woah! Así que el afeminado tiene dotes!
-Como me dijiste tú pedazo de... Tsk. Me largo. Yo gané, no olvides tu palabra si es que la tienes.
-Como digas campeón. Y en cuanto a ti...
-Etto...yo? No me pediste que viniera para ser testigo?
-Así es, pretendía ganar para después dejárselo al afeminado, sabes porqué?
-No.
-Porque quiero demostrarle que soy mejor que él, pero no me interesa el príncipe, ya no más.
Kanda iba de regreso al palacio para cambiarse de ropa, su cabello quedo suelto desde antes de la carrera y se quedaría así mientras secaba. Caminaba por uno de los jardines frontales para tomar algo de sol y aire, prefirió esperar a secarse antes de ir a cambiarse aprovechando el buen tiempo para meditar. Cerca de allí, se divisaba la figura de un carruaje tirado por cuatro unicornios blancos y con la bandera real ondeando a sus costados. Sobrevolando el carruaje, dos pegasos con unas chicas sobre ellos, uno blanco de crines y cuerno dorado y uno blanco con las alas internas violetas. Kanda pudo divisar que era la caravana de la princesa Road que regresaban del puerto de Lemos, lo más extraño fue ver un pegaso parecido a Timcampy, o más bien era Timcampy, pero no venía con Allen... o sí?
En carruaje llegó a las puertas de palacio y los pegasos aterrizaron, parpadeo varias veces para asegurarse de que estaba viendo bien, no podía acreditar lo que sus ojos veía, su moyashi con un vestido.
-Moyashi?
-Kanda! Etto...yo...puedo explicarlo! No fui yo! Enserio, lo juro!
-Te queda...bien...moyashi- dijo sorprendido aún con las mejillas mostrando un leve sonrojo que trato de ocultar con su flequillo pero que fue inútil porque todas las presentes lo notaron.
-E-en serio? A-arigato.
-Hmm.
-Buenos nosotras tenemos que hacer, los dejamos, vamos chicas!- dijo una alegre Road después de lograr su cometido, dejando al par con Lenalee.
-Kanda has visto a Lavi?
-Tsk. Coqueteando en el puerto de hipocampos con Ti...con alguien.
-Eh? Con quién?
-No tienes algo más que hacer?- dijo mirándola con recelo el azabache.
-Oh~ ahora que lo dices sí- se acerco a su oído para susurrarle algo -Distrae a Allen un rato, le llenaré el armario con más ropa como la que trae ahora, será nuestro secreto, diré que están con Lavi y tú no dirás lo que haré a Allen, vale? Pero pórtense bien!
-Hmm- asintió con una sonrisa ladina, definitivamente le gustaría ver al moyashi con esas ropas a diario en lugar del uniforme. La peli verde se retiró dejandoles a solas, al fin. -Caminas conmigo?
-Claro.
Caminaban por el jardín, tomados de la mano, mirando cada uno en dirección contraria, por algún motivo sentían vergüenza de ver al otro. Para Kanda que nunca demostraba sus sentimientos a libertad, le quedaba difícil dejar de ruborizarse ante el moyashi, la última vez que lo vio con un vestido fue al reclamarlo suyo, y como le quedaba de bien vestir así con su cabello suelto. Allen por su parte sentía mucha pena por vestir así y en público, y pensar que tendría que hacerlo en la boda.
-Recuerda lo de esta noche, Allen.
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~Estabas pensando en mí?~
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2831 palabras [El más largo del momento!]
OMG! Me fascino escribir esto, por eso decidí no cortarlo y escribirlo hasta encontrar donde cortarlo. Qué sucederá en la habitación de Allen esa noche?
Quienes creyeron que el lemmon iba en serio? Pues no, sólo fue un sueño erótico de Allencito, este chico nunca me deja de sorprender.
Espero sus opiniones y sus ⭐ para seguir adelante, se les quiere akumas!
Bye~
Marlene-shan
マレーネ・シャン
Lucha por la salvación de las almas de los akumas!
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