UNA GRAN VISITA.

Harry y Leonel se quedaron a dormir en la casa de los Dursleys, sus padres estaban "Ocupados" así que se llevaron a los elfos, que llamaron la atención de inmediato, Más Légolas, pues tauriel podía esconder sus orejas anormales con su cabello. Aunque después de un rato Légolas hizo lo mismo.

Al llegar con los durleys,  Leonel presentó oficialmente a sus sirvientes, muy amablemente los puso a disposición de su familia, ya que Harry no estaría así que podrían hacerse cargo del trabajo pendiente.

El señor Dursley se quedó perplejo con la belleza de la elfina, mientras que tía Petunia no estaba mejor, Légolas era sumamente guapo. Definitivamente le tomarían la palabra.

Mientras tanto Harry empacó sus cosas con ayuda de los elfos, incluso sus cosas del colegio, ya que al volver irían directamente a la estación para asistir a Hogwarts, en una semana finalmente se irían de vacaciones, las primeras vacaciones reales en su vida, tenía el dinero suficiente para costearlo él mismo pero la familia Lionheart correría con los gastos. Más ahora que tenían dinero de sobra pues Leonel tenía suficiente como para pagar el viaje de todos a la vez. Sin contar con sus divisas mágicas.

Luego de ésto, instalaron un par de camas en los baúles, unas de las "donaciones" que habían sido rescatadas de la basura, y colocaron unos armarios y estanterías dentro del espacio expandido mágicamente, también las cortinas mágicas en la pared haciendo una conexión directa desde el interior del baúl a la Habitación principal , haciendo por consecuencia que la habitación de Harry fuera más grande dando lugar a las dos nuevas habitaciones.

Los elfos durmieron en los baúles como un matrimonio, aunque Leo les avisó que no podían tener nada de intimidad mientras que Harry y Leonel estuvieran en la habitación, aunque no habría restricciones después de que ellos la abandonaran lo que provocó sonrojos atómicos en los seres mágicos. Harry no sabía de qué hablaba su amigo pero tampoco quería saber, normalmente terminaba con dolor de cabeza cuando pedía explicaciones, o se enojaba porque su amigo, de alguna manera u otra, se las arreglaba para terminar involucrándolo en sus "negocios".

Mientras Harry intentaba dormir Leonel tenía una muy larga lista de planes para las vacaciones, como por ejemplo; a dónde ir y en especial donde conseguir las sustancias mágicas y maderas para el negocio que tenía planeado para con Ollivander.

En secreto, se había ocupado de conseguir algo que realmente era ilegal en el callejón Knockturn, eran Trasladores, un par de centenares de ellos para ser exactos, eran unas monedas parecidas a los galeones, estaban muy bien hechos para que durante una revisión no fueran detectados como tales, ya que eran un artículo mágico prohibido, debido a la ley de regulación de transporte mágico, era obvio, si el ministerio no controlaba ésto podrían cometerse muchos delitos y contrabando sin ninguna regulación o legalidad. De hecho era un problema muy recurrente para el ministerio, pero ya que él era menor de edad y aún no habían puesto el detector en su varita tenía la libertad, por el momento, de hacer estos actos "ilícitos" sin realmente sufrir las consecuencias, aunque eso no quería decir que no fuera a tener cuidado, sus negocios eran demasiado importantes para perderlos solo por ser demasiado despreocupado. Éstas monedas eran su boleto a un mucho más grande nicho de mercado en el mundo mágico y en el muggle.

También tendría cuidado ya que las malditas monedas eran sumamente parecidas a los galeones reales, la diferencia era que se trataba de latón y no oro, pero el principio era el mismo, igualmente no iba a usarlos como monedas, los convertiría en agujas para que fueran discretos, además así se ahorraría mucho dinero en trasporte, dejaría uno en cada lugar importante, por ejemplo en la tienda de Ollivander.

En la trastienda había un pequeño lugar que siempre estaba sólo, pues era una especie de cubículo hecho de cajas y basura que Ollivander nunca limpiaba. Era verdad que Leo arregló la fachada y la tienda, pero el taller como tal, solo Ollivander podía tocarlo.

Pondría agujas en lugares claves, Como por ejemplo en las salidas de emergencia de los hoteles donde se hospedarían durante su gira. Y obviamente todos los lugares de interés mágico, por ejemplo, cerca de los árboles donde podría recolectar madera mágica.

Si algo le enseñó jugar Ark: Survival Evolved, además de ser manco en los videojuegos de supervivencia, fue que la mejor manera de conseguir recursos y avanzar en el juego era conocer la ubicación de los mejores recursos y siempre tener un respawn preparado en caso de emergencia o de necesitar conseguir más recursos. Intentaría usar esas estratagemas dentro del colegio, pero hasta donde tenía entendido no podrían hacerse "apariciones" dentro de los muros de la escuela, pero nadie dijo nada acerca del bosque prohibido. De hecho tenía varios planes con el gigante guardián de las llaves y terrenos de Hogwarts, uno en especial era la construcción de un centro habitacional y recreativo para el semigigante, una clase de departamento de soltero, o casa de verano para ser más específico, obviamente cobraría por sus servicios, pero de maneras diferentes a la que las personas normales pensarían que el niño de 12 años, sí, tendría 12 cuando llegar a la escuela, pudiera utilizar. Uniría su chimenea a la red flu, así, tanto él como sus elfos podrían viajar de Hogwarts a Surrey en un parpadeo sin necesidad de usar el tren, el cual preguntaría si pertenecía al ministerio de magia o al colegio, pues quería hacerse de un tren bala japonés para reemplazar esa vieja máquina, ya saben, asientos reclinables, aire acondicionado, velocidad y seguridad más allá de lo muggle, pero sobre todo por dinero e influencia, sabía que si se relacionaba con las personas adecuadas obtendría cosas valiosas, pero sobre todo reputación, eso le ayudaría para cuando Calvochimaru regresara.

En Hogwarts.

Mientras Leonel Fantaseaba con sus riquezas, se llevaba a cabo una reunión en el colegio de magia y hechicería, exactamente en la torre donde estaba la oficina del director Albus Dumbledore. El mago, supuestamente más poderoso de la época estaba dándole a Rubeus Hagrid una misión muy especial.

—“¿Entonces, debo llevar la carta personalmente?”— Preguntó el gigante.

—“Así es, normalmente la mandaría con una lechuza o con un profesor, pero supongo que los tíos del chico no estarán muy abiertos a escuchar algo de ésta naturaleza, por eso quiero que vayas en persona al número 4 de Prived drive para entregarla, eras amigo de Lili y James así que creo que ésto sería bueno para ti.”—

—“En la misma puerta donde lo dejamos ya hace tantos años”— dijo el enorme Hombre un poco nostálgico al recordar a los Potters, sus grandes amigos.

—“No esperes que entienda todo, o sepa todo de nuestro mundo, él ha vivido con muggles toda su vida, puede que no te crea, por eso debes tener paciencia con el chico, además puede que sus tíos sean un poco renuentes al tema.”—

—“Oh claro profesor, es lo menos que puedo hacer por el chico, mire que vivir con muggles siendo quien es... una barbarie!”— Rebufó el gigante.

—“Sabes que fue por su seguridad”— lo tranquilizó.

—“Lo sé profesor...” Suspiró, “lo sé, es sólo que... Si hubiera podido hacer algo... Si hubiera llegado antes a lo mejor hubiera...”—

—“Hagrid, Hagrid, no hay caso en pensar en lo que hubiera pasado si. Ahora lo importante es que el chico está a salvo y que por fin, después de tantos años, podrá regresar con los suyos.”—

—“Está bien profesor, lo entiendo”— se designó Hagrid.

—“Y hay una cosa más...” dijo entregándole un sobre que tenía escrito y sellado "top secret" en él. “En ésta bóveda encontrarás un artículo mágico que pertenece a mi viejo amigo Nicolás Flamel, le pedí un favor especial para nuestro pequeño proyecto, Así que es muy importante, está en la bóveda 713 en Gringolls, tráela cuando termines de ayudar a Harry con la compra de sus útiles”— ordenó el anciano sonando ligeramente serio mientras sus ojos brillantes se entrecerraron.

—“Está bien profesor, puede contar conmigo, traeré la piedra sana y salva,  al igual que Harry, obvio.”—

—“Eso espero Hagrid, eso espero... Por cierto, Fluffy parece un poco irritable, parece que no quiere comer.”—

—“Creo que es porque está encerrado en ese granero todo el día, necesita correr un poco y se le pasará”— desestimó Hagrid.

—“Veo... Intentaré ver que dé algunos paseos.”—

—“¿Y qué es lo que está en ésta bóveda señor?”— preguntó el gigante.

—“Es lo que intentaremos proteger... La piedra filosofal.”—

Al día siguiente.

Era sábado así que no había nada que hacer, los padres de Leonel estaban en su luna de miel improvisada y sabe Dios Cuando saldrían de la maldita habitación, o si es que ya lo habían hecho y se paseaban por la casa con sus disfraces de Adán y Eva. Leonel ya era un adulto así que simplemente la idea de los dos teniendo sexo mientras él estaba en casa no era agradable, no lo era cuando era más pequeño físicamente y ahora que sus hormonas estaban empezando a trabajar no sería lo mejor, además, había sido un poquito, un poquitito nomás, adicto a la pornografía en su vida anterior, así que la tentación de espiar era lo suficientemente latente como para que decidiera que sería lo más saludable no estar en casa mientras sus padres estaban ocupados dándose tanto amor y por tantos lugares que se les ocurriera, ya fueran partes extrañas de la casa o sus cuerpos.

En fin, hoy era 30 de junio así que faltaba un mes para el cumpleaños de Harry, estarían de viaje para cuando eso pasara así que les dijo secretamente a los durleys que lo celebrarían un mes antes. También se los dijo a sus padres pero por el momento estaban indispuestos, usaría eso como chantaje en el futuro

Elegir un regalo para él no fue tan difícil como esperarías. Literalmente cualquier cosa haría feliz al niño. Pero algo que notó fue que, como se había visto en el libro y las películas, no había habido una lluvia de cartas de Hogwarts desesperando a los Dursleys por lo que no habían tenido que escapar del correo. Por lo tanto, un profesor tendría la tarea de traer la carta, o en el peor de los casos, podría no recibirla, no sabía qué tanto afectaría su intervención a la historia original, pero definitivamente si Harry no recibía su carta en las siguientes 24 horas, tendría que tener algunas palabras con el señor shackllebolt para que llevara éste asunto al ministerio. Él había estado durante la revelación sobre la magia del chico por lo tanto tendría pruebas suficientes como para informar que no había recibido su carta, además no era como si Dumbledore estuviera dispuesto a dejar ir a la salvación del mundo mágico.

Sabía que el anciano era una persona maquiavélica, la ideología de que el fin justifica los medios era más que obvia si pensabas un poco, para cualquiera con medio cerebro era evidente al ver que Dumbledore dejó que Sirius Black se pudriera en Azkabam Durante los últimos 10 años sabiendo que era inocente, únicamente para que no adoptara a Harry, ni que se lo llevara lejos de los Dursley o mejor dicho de la protección que le brindaba la sangre de su madre, que en consecuencia, era la de tía Petunia. Pero era el maldito mago más poderoso del puto mundo! Era jefe Del Wizengamot y un fucking legeremante por Kami-sama. En conclusión sacrificar a un inocente nunca fue un impedimento para el anciano, no si consigo traería un bien mayor.

Lo entendía, tal vez más que nadie, los motivos que tendría para utilizar a las personas, pero eso a criar a un niño para que se enfrentara a un mago tenebroso por el bien del mundo era definitivamente asqueroso, además ya le había agarrado cariño al pequeño bastardo, Harry era un niño muy listo, ambicioso y leal, si Leonel hubiera tenido un hijo hubiera querido que fuera como Harry más allá del hecho de que era el niño más famoso de toda la historia del mundo mágico, además de rico.

Por otro lado estaba el hecho que la última vez que pasó ésto Hagrid había venido en persona a dejar la carta, aunque haciendo cuentas no aparecía hasta que era el día del cumpleaños de Harry, así que, o no lo habían enviado todavía, o mandarían a alguien más, O Algo lo retrasó, o Posiblemente tenía algo que ver con que el tipo a pesar de ser un gigante manso, la mayoría del tiempo, era un poquito alcohólico. No era extraño, la mayoría de personas disfrutaban el alcohol como una sustancia recreativa, personalmente no le gustaba el alcohol, tabaco o drogas, nunca fueron de su interés más allá de un relajante muscular para el cannabis y alcohol 90 para su uso tópico.

En fin tenía planes para hoy, definitivamente el regalo que le daría a Harry sería lo mejor para el niño, en especial porque él mismo había supervisado su creación, era algo que le sería muy útil en la escuela y más en la cancha de quidditch.

Para sorpresa de Harry, Leonel lo despertó muy temprano eran apenas las 6 de la mañana.

—“Hola chico cumpleañero”— dijo el rubio sonriendo como si algo bueno le hubiera pasado.

—“¿Leo? ¿Qué pasa? Apenas son las 6”— dijo mirando el reloj a duras penas pues tenía los ojos entrecerrados por que acababa de despertar.

Pues que es tu cumpleaños y que te preparamos el desayuno dijo Leonel haciendo levantarse a Harry..

—“Pero no cumplo años hasta en un mes”— dijo molesto.

—“Pero en un mes ya no estaremos aquí ¡así que lo celebramos hoy!”— Sonrió el rubio. En respuesta Harry se echó las sábanas encima.

Pasados un par de minutos el chico somnoliento bajó las escaleras con pasos pescados, a pesar de su molestia estaba un poco expectante ante lo que su amigo haría y para su sorpresa se encontró con un banquete digno de Hogwarts.

—“¡Feliz cumpleaños!”— dijo el rubio sonriente mientras que Légolas y Tauriel hacían una reverencia recibiendo a "el joven amo Harry".

—“¡Increíble!”— dijo Harry sin poder creer lo que veía.

—“Los elfos domésticos son criaturas increíbles, son cocineros excelentes y además sus nuevos cuerpos les dan una mejor forma de hacer el quehacer”— dijo Leonel.

—“Es usted muy amable señor”— dijo Tauriel.

—“¡No merecemos sus halagos”— dijo Légolas.

—“¡Sí, si lo hacen, el reconocimiento es importante para un ambiente de trabajo óptimo, si quiero que trabajen bien necesito que se sientan bien, su trabajo es importante así que tiene que ser perfecto y cuando estás apurado o estresado las cosas se salen de control, además ustedes no son mis esclavos, son mis invitados y sirvientes, parte de la familia.”—

Los elfos casi lloraron por ésto, Jamás nadie los había tratado como personas, solo eran objetos y poco más que alimañas que estaban esclavizadas, obligadas a trabajar hasta la muerte.

Leonel continuó —“¡Ustedes tienen un trabajo más importante, además de hacer lo que se les diga, Tauriel serás la doncella de compañía de mi madre y básicamente la secretaria de mi padre, necesitan ayuda para realizar sus trabajos así que serás su respaldo, además de hacer los quehaceres de la casa Dursley los fines de semana, eso por la ausencia de Harry. Mientras que Légolas serás tanto el mayordomo de mi casa como mi asistente personal y guardaespaldas de mamá y Tauriel, además de ser mi maestro de magia no verbal.”—

—“¿Magia no verbal?”—

—“Sin hechizos o incluso sin varita, los elfos son increíblemente poderosos en ese sentido”—

Los elfos se arrodillaron y dijeron —“¡será un honor señor Lionheart”—

—“¡Nada de eso! No se arrodillen o van a ensuciar sus nuevos trajes.”— regañó Leo.

Los elfos parecían mortificados parecía que iban a tener una especie de ataque al corazón o peor se lastimarían a sí mismos como lo hacía Dobby en la saga original y definitivamente Leonel no permitiría que se hicieran daño por una tontería como esa, eran demasiado hermosos como para estarse lastimando se vería muy mal.

—“No se preocupen, no lo sabían por lo tanto contrataré a un mayordomo que les enseñe la etiqueta de las familias nobles de los muggles y como mantener en óptimas condiciones una casa no mágica, obviamente usarán sus poderes, pero discretamente, y no, no van a pagar para eso, como dije en el contrato voy a proporcionar las herramientas para que desempeñen sus labores de la mejor forma posible, por lo tanto aprender a hacer su trabajo es parte de ello.”—

Ahora los elfos se abrazaron y agradecieron la grandeza y gloria del señor Lionheart.

Mientras tanto Harry comía su desayuno, era increíble. Todo era delicioso, preguntaría a los elfos cuáles fueron las recetas y las añadiría al libro del señor Jack.

De repente la familia Dursley bajó al sentir el delicioso aroma de la comida preparada por las hábidas manos de los elfos.

—“¿Qué es todo ésto?”— carraspeó el señor Dursley.

—“Es un desayuno sorpresa de cumpleaños y más tarde iremos por su regalo”— dijo Leo confundiendo un poco a los durleys hasta que recordaron que ya les había dicho antes, pero sinceramente no le habían prestado atención.

—“Se vé increíble, parece sacado de una revista”— dijo tía Petunia sin poder creer lo que sus ojos veían.

—“Pueden servirse”— dijo Harry viendo la cara de hambre de los Dursley.

—“¿Podemos?”— preguntó Dudley salivando por el aroma de ese festín.

—“¿Estás bien con eso?”— Preguntó la señora Dursley con timidez, cosa extraña en una mujer como ella.

—“Adelante”— dijo Harry sin importarle mucho compartir su comida, Había demasiada de todas formas.

Indecisos, los Dursleys se sentaron a la mesa, y como si se tratara de un restaurante, los elfos sirvieron sus platos de forma fina y elegante, Aunque posiblemente fue su aspecto el que ayudó a dar ese aire de alta alcurnia.

—“Ustedes también”— dijo Harry a los elfos que se quedaron de pie en los extremos de la mesa con las manos juntas, solo observando a sus "amos" alimentarse.

—“Oh no mi señor, no podemos compartir mesa con ustedes”— dijeron ambos.

—“Descuiden son mis invitados, quiero que nos acompañen”— dijo el chico.

—“El señor Potter es muy generoso, nos sentimos muy honrados por recibir tanta amabilidad de parte de un gran mago como lo es usted”— dijo Tauriel haciendo una reverencia.

Los Dursleys te miraron entre ellos y luego a leo.

—“Su trabajo es su vida, son sumamente dedicados a ello”— Dijo encogiéndose de hombros.

Mientras comían Petunia saboreó cada platillo como si hubiera sido preparado en un restaurante de alta cocina, uno con estatus de 3 estrellas o superior. Así que sin poder resistirlo más preguntó:

—“Ésto está increíble ¿Puedes mostrarme Cómo prepararlo?”— preguntó a Tauriel.

—“En realidad ese platillo que está comiendo fue preparado por Légolas”— dijo señalando con su Palma hacia su compañero elfo.

Legolas respondió a continuación  —“Sería un verdadero honor compartir mis conocimientos con usted Madame Dursley”— haciendo una pequeña reverencia.

—“¿Madame?”— Preguntó la señora Dursley sintiéndose sumamente halagada y un poco avergonzada.

Pasaron el rato en silencio mientras disfrutaban la comida hasta que el tío Vernon preguntó: —“¿Entonces... qué será lo que le darás de regalo a Harry... digo, si se puede saber?”— Viéndose claramente sus intenciones de averiguar si se trataría de alguna cosa mágica pues fuera de que su esposa había sido un poco más permisiva con el chico no quería ninguna clase de cosas encantadas, extrañas o peligrosas en su hogar.

—“Básicamente es una sorpresa Así que no puedo decirlo, pero si su pregunta es si acaso es una clase de objeto mágico, pues si, si lo es, pero no se preocupe  no es nada peligroso, de hecho es algo que incluso puede utilizarse en la escuela”—  Respondió el rubio.

—“Pero ya sabes que no tienes que comprarme nada, con éste desayuno basta y sobra”— dijo el chico pelinegro apenado.

—“Tranquilo no te emociones tanto, es un artículo dentro de lo que denominarías, útiles escolares, así que no es tan extraordinario como suena, además no podrías usarlo hasta llegar a la escuela, ni siquiera en el tren”—   respondió el chico poniendo los ojos en blanco.

Tío Vernon soltó una risita burlona al escuchar que tendrían que asistir en tren.

—“¿Entonces, todas las alfombras voladoras tienen un pinchazo o están en el mecánico?”— Preguntó con mofa.

La Elfina fue la primera en responder:

—“Mi señor Dursley, puede que al no ser un mago no comprenda muchas cosas acerca de leyes mágicas, pero tengo que informarle que de hecho ignora una ley en la que las alfombras voladoras están prohibidas en gran Bretaña, ésto al ser consideradas un artículo muggle, lo cual es contradictorio ya que existen las escobas y algunos automóviles mágicos que tiene la capacidad de volar”—  explicó con elegancia, Aunque en realidad su belleza física y su voz angelical le dieron la falsa ilusión de parecerlo, por lo que el tío Vernon no pudo enojarse en contra de ella, era demasiado hermosa, aún así se sintió un poco irritado al ser llamado ignorante.

—“Y a todo ésto ¿donde queda ese... Ese... Ese lugar?”— preguntó el hombre tratando de no decir una palabra soez, no frente a una mujer tan hermosa como Tauriel.

—“En Escocia, Tierras Altas”— dijo Harry sabiendo ese dato debido a que había estudiado el libro historia de hogwarts, en primer lugar para que tuviera una idea de lo que le esperaría en el castillo y en segundo porque perdió una apuesta, en realidad fue su culpa pero no era como si le desagradara la idea de leer, fue una victoria figurativa.

—“¿Acaso los grandes magos no pueden hacer aparecer a todos ahí o ustedes mismos? Digo, jeje, ya que son tan especiales...”—dijo Vernon sonando condescendiente.

—“En realidad vamos en tren porque no creo que ellos crean que seamos capaces de llegar por nuestra cuenta, además es una forma de socializar, la mayoría de estudiantes ni siquiera tiene mayoría de edad aún e incluso hay adultos que se perderían con un mapa”— dijo Leo,  haciendo que el señor Dursley se molestara.

Tía Petunia rodó un poco los ojos recordando que su esposo tenía la manía de no pedir direcciones cuando estaba perdido.

—“Bueno de todas formas en algún momento tendrán que ir para el día de los padres, pueden ir con los míos si lo desean, así no se perderán la ocasión de visitar el milenario castillo de Hogwarts, Tauriel y Légolas pueden hacer que lleguen sin necesidad de viajar por tantas horas”— dijo Leonel haciendo que tanto Petunia como Vernon se vieran mutuamente. Lo que todos desconocían era que en realidad lo que estaba diciendo era una enorme mentira, solo quería ponerlos incómodos ya que nadie podía visitar el castillo A menos que fueran estudiantes o un mago.

—“¿ Entonces... Ellos son...?”— Preguntó la tía petunia al ver que querían decir que ambos eran en realidad magos o seres con magia.

—“Sí, lo somos, elfos domésticos al servicio de la familia Lionheart”— dijo Légolas mostrando sus orejas puntiagudas al igual que Tauriel, qué por alguna extraña razón no los hizo parecer fenómenos frente a los Dursleys sinó todo lo contrario. Incluso si ambos fueran a ser torturados, no admitirían que los veían "exóticos", a falta de una mejor palabra.

De repente una escena de Jurassic Park volvió a suceder en la mesa, pues frente a Leonel un vaso de jugo comenzó a crear ondas en su superficie tranquila. Pero lo que sobresaltó al chico fue un retumbar en la puerta y el sonido de alguien golpeando.

Rápidamente Tauriel iba a levantarse para abrir la puerta, pero Leonel le indicó que no se molestara. Cuando ella iba a protestar acerca de que ese era su trabajo, el chico simplemente se fue a ver quién era.

El sonido de la puerta abierta y la voz de alguien saludando se escuchó hasta la cocina, era una voz grave pero gentil. De repente el aire fue llenado por los gritos del chico que había ido a abrir.

—“¡SIIIIIUUU!”—  Fue el grito estridente del chico rubio.

Rápidamente todos fueron a ver qué pasaba y se sorprendieron al ver una enorme pared humana en la puerta.

—“¡Harry! Mira es él”— dijo Leonel como su hubiera tenido un subidón de azúcar  —“trabaja en Hogwarts es Rubeus Hagrid, A.K.A.(alias) "El peluca" (en español)”—

—“¿Hereruuka?”— Preguntó Hagrid sin entender de qué estaba hablando este niño, a lo mejor y lo estaban insultando y él ni se enteraba.

El chico le brindó una sonrisa de 10000 kilovatios explicando —“Significa THE-WIG (el-peluca)”—

—“Pero, nadie me dice así... ¿O si?”— Dudó Hagrid juntando sus peludas cejas.

—“No, pero desde hoy serás "El peluca" para mí”— dijo el niño sonriente confundiendo un poco al gigante al no saber quién era este niño pero en sus pensamientos fueron interrumpidos por las palabras de alguien más.

—“Buenas tardes señor”—  dijo Harry haciendo una reverencia como lo había aprendido de los Lionheart.

El hombre contempló al niño por un momento y se dio cuenta de inmediato, le sonrió con su cariño y un poco de nostalgia.

—“Veo que has crecido bien, sólo mírate eres como tu padre pero tienes los ojos de tu madre”—

En ese momento Leo intervino  —“Es más que obvio, pero, ya sabes, ¿porqué nos honras con tu GRAAAAAN presencia?”—.

—“Oh, verdad, Vine personalmente a entregarte ésto Harry”—

El niño tomó el amarillento sobre y abrió su carta, el contenido exactamente el mismo que el de Leonel, que de hecho estaba colgado en su habitación.

—“No pareces muy sorprendido...”— Dijo  Hagrid y luego miró al rubio que pareciera que iba a explotar de la emoción.  "¿o feliz...?”— Cuestionó .

—“Perdón, no es nada, Es que ya lo sabía, de hecho tengo todos los útiles escolares desde hace un tiempo”— dijo el niño sacando su varita.

Hagrid frunció el ceño.

—“Es que yo le ayudé con eso”— dijo Leonel que daba brinquitos en la punta de sus pies.

—“¿Y Tú... Eres?”— Preguntó.

—“Ah! Lo siento, mi mal, soy Sir Thomas Leonel Lionheart II, Barón de Blindley Heath, alias "junior" aunque mis amigos y en Especial Harry me llaman Leo”— Dijo el chico haciendo una reverencia muy elegante pero un poco exagerada. —“Soy un mago.”—

—“Ya veo, pero pareces un poco grande para asistir a Hogwarts como para no haberte visto por los terrenos, de hecho te ves como de tercero, ¿o es que no asistes a Hogwarts?”— Dijo el semigigante.

—“Es genético, mi papá mide casi los 2 metros así que salí ligeramente Más alto que el promedio, pero tengo 11 apenas y este será nuestro primer año”— dijo el rubio.

—“¿Entonces lo sabes?”— Preguntó Hagrid a Harry.

—“Todo, de hecho hemos estado estudiando por nuestra cuenta, pero tenemos problemas con el libro de pociones, no podemos hacer pociones sin supervisión, Sabe. De ahí hemos tenido mucha práctica en encantamientos y un poco de transfiguración, nada con seres vivos por el momento, herbología es bastante buena, además tenemos un poco de conocimiento de la medicina china por el señor Su-an del mercado y no es muy distinto, Historia de la Magia es interesante, si tomamos en cuenta que mi amigo "el goblin" (refiriéndose a Leonel), desarrolló un hechizo que te permite escuchar las palabras dentro del libro(Alexa), y uno que te permite memorizar Lo que escuchas, parecido a la memoria idética, solo que en vez de recordar cosas que vistes recordarás cosas que escuchaste”— dijo Harry viéndose muy contento.

—“¿Ya han estudiado todo eso?”— preguntó el semigigante.

—“Así es, hemos encontrado formas divertidas de hacerlo, trabajar y aprender es divertido si lo vuelves divertido, o eso dice Leo, por el momento no hemos hecho muchos avances en Defensa Contra las Artes Oscuras, Astronomía y vuelo por obvias razones, pero en fin estamos ansiosos por asistir a la escuela”— dijo Harry feliz.

—“Ya... Veo...”— Dijo Hagrid sintiéndose abrumado por la información, éste niño era totalmente diferente al chico que Dumbledore dijo que sería, tenía confianza, sabía del mundo mágico y viendo al resto de personas en la habitación parecía que no estaba en la situación tan catastrófica en la que pensó que estaría al vivir con los muy muggles Dursleys.

—“Por cierto ¿tienes la llave de Harry?”— preguntó el niño rubio.

—“¿Qué? Preguntó Hagrid.

—“Sí, su llave, ya sabes, para su bóveda en Gringolls.”—

—“Bueno... Sí, pero... .”—

—“Excelente, ya no tendremos que hacer esos trámites extraños para sacar dinero de tu bóveda.”—

—“Esperen, ¿sacaron dinero de la bóveda, sin la llave?.”— Preguntó el gigante sorprendido.

—“Gracias a un pequeño engaño a los duendes en Gringolls, Harry puede transferir sus galeones a mi cuenta y yo los saco para él, pero no te preocupes solo unos 100 galeones han sido sacados de su cuenta, todo destinado a sus útiles escolares y un poco de divisas, yo le compré galeones por dinero muggle así que obtuvo dinero de bolsillo.”—

—“Pero....”— Dijo Hagrid sin creer que alguien haya engaño a los duendes, y de Gringolls de todos los sitios.

—“Un pequeño agujero legal en mi contrato...", dijo el rubio socarronamente, "...nada especial, igualmente ellos son los culpables de que yo me aprovechara de sus terribles contratos.”—

Hagrid intentaba comprender las palabras del chico cuando fue repentinamente sacudido por la nueva información que le llegó de golpe.

—“¿Como sea, es cumpleaños de Harry ¿Te quedas a comer?.”—  Preguntó Leonel.

El gigante no sabía cómo responder a eso, no estaba para estas cosas pero... No tendría que hacer el viaje al callejón diagon para los útiles de Harry asi que sólo tenía que ir a Gringolls para sacar la piedra filosofal de la cámara 713 y su misión estaría completa. Entonces se dió cuenta que habían dicho que era el cumpleaños de Harry, pero Harry no cumplía los 11 hasta el siguiente mes.

—“¿Oye pero que no cumplía años hasta el...?”—

—“Lo adelantamos, estaremos de vacaciones cuando sea su cumpleaños así que lo celebramos hoy... Ah Por cierto, tengo un poco de vino de Berry Bros. & Rudd. Es uno de los establecimientos de vinos más antiguos de Gran Bretaña, papá tiene acciones con ellos para sus eventos de celebración en las clausuras de proyectos así que tengo acceso a algunos buenos vinos, por ejemplo Ginebra número 3,  London Dri Gin, y ya sabes, como con las mujeres y los vinos, siempre de más de 18 años, consejo de un experto, el señor Pierce Freeman..”—

—“¿Quién?”— Preguntó Hagrid confundido.

—“El abogado del abuelo Anthony.”— dijo con los ojos en blanco. Su historial con jovencitas era un secreto en la familia, o lo era hasta que se emborrachó y confesó todo frente a un niño de 10 años, obviamente esta información fue guardada como material de chantaje y nadie tenía la menor idea de que él sabía. No habían familias perfectas.

—“Está bien.”— dijo el gigante con la espectativa de probar algo tan fino como un vino de 18 años. Normalmente solo bebía cerveza así que sería un cambio agradable.

—“Su abrigo, señor.”—dijo Légolas, intentando tomar el enorme abrigo de hagrid.

—“¿Quién... Hm...Qué eres?.”— Preguntó el gigante ya que no reconocía a esta persona como un humano pero tampoco como alguna criatura mágica que conociera, Aunque parecía una ninfa, o una Veela, pero esas criaturas eran exclusivamente mujeres.

—“Mi nombre es Légolas, soy sirviente de mi señor Lionheart y su familia, soy un elfo doméstico, señor”— dijo el hombre.

—“¿Un elfo? ¿Tú? Pero los elfos domésticos no son así, son pequeños y nada atractivos físicamente, sin ofender.”— dijo el gigante.

Leonel dió un paso adelante
—“Poción felices por siempre, hilo rojo del destino, poción multijugos y un poco de Engordiatoe(poción para agrandar cosas vivas el doble de su tamaño original, temporalmente, claro) y bualá, sirvientes increíblemente hermosos permanentemente”— dijo el chico haciendo que los ojos de Hagrid, ya de por sí grandes, parecieran platos, o mejor dicho charolas.

—“¿Tú hiciste eso?”— Preguntó Hagrid sin palabras mientras Légolas le quitaba el enorme abrigo con cientos de cosas en los bolsillos.

—“Tuve ayuda de un boticario, pagué derecho de exclusividad por lo que no puede vendérsela a nadie más que no sea yo, a cambio de ser mi proveedor exclusivo, un pequeño negocio que pienso llevar a Hogwarts, mis amigos obtienen un descuento, si te interesa, puedo hacer que se use "petreduciateo" (poción para reducir de tamaño a tus mascotas, o personas) para que tengas un tamaño más discreto y además que parezcas un dios olímpico”— ofreció el chico.

—“¿De verdad?”— preguntaron tanto Hagrid como tío Vernon.

Leonel miró al tío Vernon un poco sorprendido a lo que sus grasosas mejillas y orejas se pusieron rojas remolacha.

—“Sí, aquí están los resultados”— dijo mostrando una instantánea donde aparecían Légolas y Tauriel antes de tomar la poción.

—“¿Estos eran ustedes?.”— dijo el tío Vernon Mirando la foto totalmente atónito y luego a Tauriel.

—“Así es señor, esos éramos nosotros, pero gracias a la benevolencia y la infinita amabilidad de nuestro señor Lionheart nos vemos de ésta manera.”—

—“A pesar que cambió su forma de verse, para mí eras la elfina más bella que mis humildes ojos tuvieron la dicha de conocer.”— dijo Légolas tomando la mano de Tauriel y besándola con amor.

"Légolas" dijo ella sonrojándose hasta las orejas. Mientras Légolas la tomó de ambas manos y se acercaron el uno al otro.

—“Oigan hay niños presentes.”— dijo Leonel con los ojos en blanco.

—“Lo lamentamos mucho mi señor.”— dijeron ambos al unísono y sonrojándose.

—“Bueno... Y si por casualidad, no lo sé, quisiera..., y no estoy diciendo que lo haría, digamos adquirir ese brebaje... Bueno, ¿Cómo de cuánto estamos... Ya sabes... hablando?.”— Dijo Hagrid tratando de ser discreto, aunque tenía la sutileza de un yunque en una tienda de cristales.

—“Normalmente tomaría tu dinero pero para mí tienes cosas más interesantes que ofrecer....”— Dijo Leo poniendo su cara de negocios, de nuevo.

—“¿Qué tienes en mente?.”— Preguntó el gigante.

—“¿Tu casa tiene chimenea?.”— Preguntó.

—“Pues si, si tiene.”— dijo Hagrid.

—“¿Y red flu?.”—

—“¿Em... No... Creo que no, es que creo que el antiguo celador Ogg nunca mencionó nada sobre eso, así que creo que está libre.”—

—“Excelente, creo que entonces tendremos una estadía muy especial en Hogwarts.”— dijo Leonel.

—“¿No te entiendo.”— dijo el gigante.

—“Se refiere a negocios y obtener ganancias o equivalentes.”—  dijo Harry traduciendo para su visitante.

—“Mira sé que te gusta el aire libre, el campo y la naturaleza pero ¿qué tal suena una casa de campo de 3 pisos con alberca, jacuzzi, bar, jardín, establo, un río, estanque personalizado y un corte de cabello gratis?”— dijo Leonel sonando como uno de esos vendedores de aspiradoras con sombrero y portafolios.

—“Espera... ¿Grátis? Eso suena sospechoso.”— dijo el gigante.

—“¿Además inteligente, vaya mi amigo, si que eres especial dijo el rubio, sí, es verdad que quiero algo, pero en especial quiero convertir tu cabaña en un pequeño centro turístico/hospedaje/gimnasio/tienda de abarrotes/barbería/base se operaciones/central eléctrica/terminal de autobuses.”— sonrió como demente.

—“¿Quieres convertir mi pequeño hogar en todo eso?.”—

—“Más o menos. Verás, necesito un lugar para construir todo eso. No puedo comprar terrenos al rededor del castillo o dentro de él, pero tú tienes una buena parcela donde puedes básicamente vivir y hacer lo que te venga en gana, pues como tapadera para poder emprender mis negocios, pues puedo construir un palacio para que vivas como te lo mereces, eres un hombre de 3 metros y medio, puedo conseguir un retrete de tu talla..."  Se detuvo, miró a Hagrid un par de segundos y dijo  "...XXXXL, Una tina con agua caliente para que te laves adecuadamente todos los días, luz eléctrica para no necesitar leña, simplemente para la chimenea, una enorme y hermosa chimenea, una cava de vinos, una muy grande y especialmente suave cama de plumas de gallina sedosa asiática, la más suave del mundo con sábanas de piel de conejo Ártico, un enorme sillón reclinable con masajeador y calefacción incluida, aire acondicionado para los días demasiado calurosos, un frigorífico con dispensador de hielo y en fin cada comodidad muggle que podrías desear.”— dijo como si le estuviera vendiendo un sueño, el cielo en la tierra.

—“No lo sé.”— dudó Hagrid, ya que era un hombre humilde que gustaba de labrar la tierra y trabajar con animales.

—“Mira sé lo que pasó hace tantos años, para mí es una injusticia, pero si no te permiten hacer magia, vivir de la forma muggle es lo mejor que obtendrás, además sé de dos cosas que realmente quisieras en este mundo, bueno tres pero no puedo devolverte a tu familia.”— dijo con tristeza.

—“¿Como lo...?.”—

—“Caldero chorreante... Tus borracheras son un poco únicas, así que me enteré de cosas, por ejemplo tu amor por las criaturas mágicas, en especial las grandes e incomprendidas como tú. Sé que deseas tener un dragón de todas las cosas pero te diré desde ahora, son ilegales, por eso no puedo ayudar con eso pero lo siguiente es para mí algo que de verdad puedo darte...”—

Hagrid estaba un poco más que curioso y hasta cierto punto ansioso por lo que el chico diría a continuación.

—“Una varita no registrada e irrastreable, además, claro, que te permitan hacer magia legalmente.”—

Los ojos de Hagrid ahora sí parecían haber crecido. No podía creer lo que escuchaba, nada en el mundo lo haría más feliz que poder hacer magia de nuevo, sin necesidad de esconderse, sin ser una burla o ser menospreciado por los demás. Incluso podría renunciar a su sueño de tener su propio Dragón si pudiera tener su propia varita.

—“¿Qué tendría que hacer?.”— Preguntó el gigante.

El chico sonrió con una mueca casi maliciosa, parecía que había conseguido lo que buscaba.

—“¿Muy fácil, ¡mentirle a Dumbledore.”—

La cara de Hagrid se llenó de horror,¿Mentirle a Dumbledore, él? Jamás! Eso era un insulto, un sacrilegio! Jamás traicionaría a Dumbledore, a él menos que a nadie.

—“Veo que no estás de acuerdo con mi solicitud, pero...lo que te iba a pedir está dentro de los términos que estarías dispuesto a pagar si, por ejemplo, usaras ese lindo paraguas para encender una chimenea o convertir algo en otra cosa, y no quisieras que nadie se enterara”— dijo diciéndole a Hagrid que sabía exactamente qué era lo que escondía en su paraguas.

—“¿Me estás chantajeando?”— Dijo el hombre con voz retumbante.

—“¿Yo? No, pero sé que definitivamente nadie ha sido justo contigo, no te dieron una oportunidad, Riddle era demasiado popular así que fue su palabra contra la tuya, una maldita injusticia, por lo tanto te estoy ofreciendo algo que ni siquiera Dumbledore ha intentado hacer por ti, te ofrezco una oportunidad”— dijo el chico presentando su mano a Hagrid.

—“¿Una oportunidad?”—

—“Así es, puedo hacer que te den la oportunidad de limpiar tu nombre y obtener lo que te quitaron, tu varita y el permiso de usar magia, además personalmente te ofrezco enseñarte todo lo que aprenda en clases si no te permiten volver a cursar el tercer año en adelante.”—

—“Pero no es posible, Dumbledore...”—

—“Si, puede que sea un mago poderoso..." Interrumpió Leonel "...pero no lo puede todo... En cambio yo soy un chico nacido de muggles, si algo sabemos los muggles es sobrevivir y aprovechar las oportunidades para alcanzar la grandeza, ustedes tienen MAGIA, nosotros tenemos HAMBRE. Ni siquiera Dumbledore te ha ofrecido algo parecido, así que, ¿Qué dices Rubeus Hagrid, aceptas?”— Dijo extendiendo su mano.

El enorme hombre miró la mano   9 chico y por un momento juró ver la cara de Riddle de nuevo. Pero por otra parte, el chico tenía razón, ni Dumbledore había hecho algo así por él, tendría que saber exactamente de qué iba todo ésto sinó podría meter la pata, otra vez.

—“¿Qué se supone que tengo que decir?”— preguntó Hagrid.

Leonel sonrió, y dijo: —“en realidad necesito que le digas exactamente lo que piensa que es la verdad.”—

Hagrid lo miró confundido.

—“Entendí mucho del hombre cuando me dí cuenta que Harry era quien era,  luego pensé en quien lo puso aquí y porqué, no me gustó lo que descubrí, así que estoy protegiendo a mi amigo de alguien que posiblemente solo quiera utilizarlo como una moneda de cambio...”—

Hagrid iba a protestar pero Leonel lo interrumpió.

—“...sé lo que vas a decir, pero nadie llega a una posición de poder como Dumbledore siendo una blanca paloma, él es maquiavélico, significa que es una persona que cree en la idea de "el fin justifica los medios" y lo entiendo perfectamente, solo con poder Puedes hacer un bien mayor, solo con poder Puedes hacer lo mejor para todos, pero como lo dije antes, el fin justifica los medios, Harry es la única persona en sobrevivir a Voldemort, leí la historia y las sarta de mentiras que dicen de él, pero sé la verdad, Voldemort volverá, Dumbledore lo sabe, por eso es que utilizará a Harry para que lo detenga nuevamente, el problema es que enfrentar a Voldemort es una sentencia de muerte excepto para él y Harry, él puede derrotarlo pero estoy casi seguro que Harry es su plan de respaldo, no es como si estuviera dispuesto a matar a un niño, pero harry es el único que puede, así que vuelvo a recalcar "El Fin Justifica Los Medios". Puede que esté equivocado y todo lo que te he dicho sea paranoia pero ¿Y si no? No me arriesgaré, quiero a Harry como a mi Perro...”—

—“¡Oye!”— Dijo Harry molesto.

Leo no le dió importancia a la molestia de su amigo y continuó —“¿...por eso no dejaré que alguien intente hacer que lo maten solo para detener a un hombre... no, un monstruo.”—

Hagrid se quedó helado, nunca pensó en Dumbledore de esa manera y obviamente se negaba a creer que el hombre que había considerado su segundo padre fuera una persona tan terrible, Pero por otro lado este chico parecía saber lo que estaba diciendo, Por su forma de negociar y de ver las cosas parecía que sería de ese tipo de personas que entendería a alguien como Albus Dumbledore.

De repente un libro de considerable tamaño fue puesto en las manos del gigante, lo que lo hizo aparecer un libro de lectura ligera en sus enormes manos.

—“Harry Potter el niño que vivió”— decía el título.

Hagrid leyó bastante de la primera página y se sorprendió al ver que parecía ser una historia muy bien estructurada de Cómo el niño que conocían como Harry Potter había tenido una vida terrible junto a sus tíos muggles, de hecho incluso había diálogos y todo, incluso sus enojos parecían encajar muy bien con su personalidad, la verdad hubiera intentado golpear a los Dursleys si todo ésto fuera verdad.

"—“¿Básicamente es ésto lo que quiero que le digas, es mi tarifa para darte todo lo que prometí, es mi manera de conseguir averiguar si Dumbledore es un maquiavélico o solo es mi paranoia e idiotez inmadura, incluso si resultara no ser verdad igualmente tú estarías cumpliendo con la parte del contrato que te corresponde, así que igualmente te pagaría”— Ofreció el chico.

Hagrid entendió eso, más o menos, era por seguridad de Harry, y hasta cierto punto podría defender a Dumbledore, era verdad que Harry y Leonel no tenían idea de quién era, trataría de convencerlos de lo contrario haciendo que lo conocerán personalmente, pero hasta entonces estas medidas de seguridad estaban en lo razonable.

Hagrid extendió su mano y tomó la del chico.

—“Tenemos un trato.”—

Continuará...

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