Ollivander - parte 1
—“Bueno Y ahora que tenemos dinero ¿adónde vamos?”— preguntó Harry.
—“No sé tú pero yo voy a ir a Ollivander.”—
—“¿Dónde?”—
—“Iré a comprar una varita.”—
—“¿Una varita?”—
—“Así es, técnicamente se me permite comprar todo lo de la lista de útiles con la supervisión de un adulto, tú y yo sabemos que eso no pasará”— sonrió el chico rubio.
—“Es bastante obvio que la quieres para hacer magia pero ¿exactamente para qué la quieres ahora mismo?”—
—“Leí por ahí que la magia funciona al igual que nuestros cuerpos, más o menos como un músculo, entre más practiques y más utilices tu magia tu dominio será mayor. Desarrollas resistencia al cansancio y a la fatiga entre más entrenas tu cuerpo para alguna actividad en específico, correr, nadar, saltar, ya sabes, además de habilidad, si practicas un movimiento todos los días se hace intuitivo, no necesitas pensar o esforzarte, incluso puedes hacer dos cosas al mismo tiempo, tres o cuatro si eres exigente. También existe el refinamiento, donde al usar un movimiento o hacer algo en específico usas una cantidad mínima de energía con los resultados más óptimos y satisfactorios, por eso necesito mi varita.”—
Harry estaba sorprendido casi con la boca abierta mientras tanto Leonel sacó un pequeño cuaderno donde había información sobre maderas y núcleos mágicos.
—“¿Qué es eso?”—
—“Información, obtuve bastante cuando vine aquí la primera vez, las demás ocasiones la actualicé y ahora pondré en práctica lo que aprendí, además creo que puedo conseguir mi varita grátis y además obtener ganancias de ello.”—
Harry puso los ojos en blanco y dijo —“goblin avaricioso.”—
—“Oh, el temible niño que vivió me ha ofendido, nunca me habían insultado de tal manera, me has herido hungry(hambriento) Potter”— dijo sosteniendo su corazón.
Ambos niños se echaron a reí nuevamente.
—“Bueno, tendremos que ir a buscar una varita y luego un libro de hechizos.”— Dijo Leonel al aire
—“Entonces querrás las de Ollivander”— Dijo un señor muy viejo que traía cargando un saco lleno de bolas de cristal, o eso parecían, y señaló una tienda oscura y sucia. —“¡No hay mejor fabricante de varitas en toda Gran Bretaña!”—
Los niños entraron a la tienda, era estrecha y de mal aspecto. Sobre la puerta, en letras doradas,
se leía: «Ollivander: fabricantes de excelentes varitas desde el 382 a.C.» En el polvoriento escaparate, sobre un cojín de desteñido color púrpura, se veía una única varita.
Cuando entraron, una campanilla resonó en el fondo de la tienda. Era un lugar pequeño y vacío, salvo por una silla algo vieja dónde Aparentemente el acompañamiento del comprador se sentaba a esperar.
Harry se sentía algo extraño, como si hubieran entrado en una biblioteca muy estricta. Leonel por otro lado se preguntaba qué tan profundo podía llegar esa tienda, aunque no era raro encontrar puestos en los mercados populares que apenas tenían un par de metros o menos de fachada y eran de casi 10 de profundidad. Preguntaría más tarde.
Harry tragó una cantidad de preguntas que se le acababan de ocurrir, y en lugar de eso,
miró las miles de estrechas cajas, amontonadas cuidadosamente hasta el techo en viejos estantes de madera oscurecida por la edad.
Por alguna razón, sintió una comezón en la nuca. El polvo y el silencio parecían hacer que le picara por alguna magia secreta. En realidad era su antiguo lugar de vivienda, éste lugar le recordaba el viejo armario bajo las escaleras.
Repentinamente una persona apareció en el lugar, de de de las estanterías salió un anciano que parecía más loco que el Blanco cabello que llevaba en la parte superior de la cabeza. Sus ojos eran plateados y brillaban como lunas en la penumbra del local, por un puto segundo Leonel pensó que había caído en Naruto, de nuevo, porque definitivamente así se deberían ver los ojos de un maldito Hyuga. O en su defecto los ojos de Riddick.
—“Ah, señor Potter. Me preguntaba cuándo entrarías por mi puerta en busca de una varita”—dijo Ollivander.
Harry se sintió un poco incomodo por cómo el señor Ollivander lo miraba.
—"Sí, sí, de hecho lo eres, Tienes los ojos de tu madre. Parece que fue ayer el día en que ella vino aquí, a comprar su primera varita. 26 centímetros de largo, elástica, de sauce. Una preciosa varita para encantamientos.”—
El señor Ollivander se acercó a Harry. El muchacho deseó que el hombre
parpadeara. Aquellos ojos plateados eran un poco lúgubres.
El hombre no pareció darse cuenta de la incomodidad de Harry así que siguió adelante—“...Tu padre, por otra parte, prefirió una varita de caoba, 28 centímetros y medio. Flexible. Un poquito más poderosa y excelente para transformaciones.”—
El señor Ollivander estaba tan cerca que él y Harry casi estaban nariz contra nariz y por alguna extraña razón no dejaba de ver su cicatriz. Harry podía ver su reflejo en aquellos ojos plateados como espejos.
Leonel rió un poco ya que si los fotografiaba en ese momento podría empezar algunos rumores muy desagradables sobre las preferencias del señor Ollivander.
Se alejó de Harry de un salto. "Sólo necesito tomar algunas medidas y hacer algunas preguntas".Bueno, ahora, Harry… Déjame ver. —Sacó de su bolsillo una cinta métrica, con
marcas plateadas—. ¿Con qué brazo coges la varita?”—
—“¿Por qué?”— preguntó Harry dando un par de pasos hacia atrás. Sus vivencias traumáticas con su familia aún lo hacían desconfiar de extraños.
—“¿Hmm?”— Ollivander ladeó su cabeza y miró profundamente a Harry como si no entendiera la pregunta, mientras detenía la cinta métrica.
—“¿Por qué necesita medidas y respuestas a sus preguntas? Sólo queremos una varita”— dijo Harry.
Ollivander le dio una mirada ligeramente sorprendida, luego sonrió y guardó la cinta. —“Muy bien. No necesitas la distracción para calmar tu entusiasmo”— Dijo y luego se quedó mirando fijamente a Leonel unos momentos.
Leonel no le preguntó qué estaba haciendo, porque sabía que de todos modos no podría entender la respuesta. Además se sintió excluido cuando se suponía que era él quien quería su varita pero no le importaba, revisaría sus notas mientras tanto.
—“Mmm. Sí, creo que tengo justo lo que necesitan”— Dijo Ollivander y caminó hacia una gran pila de cajas delgadas y sacó una del medio. —“Prueba ésta. Madera de haya y nervios de corazón de dragón. Veintitrés centímetros.
Bonita y flexible.”—
Harry abrió la caja y dentro había un trozo de madera de tono negro con un mango giratorio.
—“¿Bien? Agítala un poco”— Ollivander dijo e hizo un movimiento con la mano.
Harry tomó la varita e hizo el mismo movimiento. Docenas de cajas volaron de los estantes y varias de ellas se abrieron y varitas de todo tipo rodaron por el suelo.
Leonel se rió tras Harry, sabía que ésto pasaría así que fue divertido darse cuenta que algunas cosas nunca cambian, y que de alguna manera el canon encontraba la forma de regresar a su cause.
—“No-No”— Ollivander dijo y una varita apareció en su mano y golpeó el desastre. Se revirtió y todas las varitas se guardaron y se deslizaron nuevamente sobre los estantes.
Tomó la que Harry sostenía y le entregó otra —“Está bien. Prueba esta. Arce y pluma de fénix. 17 centímetros y cuarto. Muy elástica.”—
Harry probó, pero tan pronto como levantó el brazo el señor Ollivander se la quitó.
—No, no… Ésta. Ébano y pelo de unicornio, 21 centímetros y medio. Elástica. Vamos, vamos, inténtalo!”— animó el viejo vendedor.
Harry tomó el palo marrón claro con un pequeño emblema de caballo en el mango. Lo agitó y una especie de objeto de vidrio se hizo añicos en la habitación.
—"Mmm. No.”—
Ollivander se quedó allí sumido en sus pensamientos y esta vez no se molestó en limpiar el desastre, pero cuantas más varitas sacaba el señor Ollivander, más contento parecía estar.
—Qué cliente tan difícil e interesante, ¿no creen?... Pero No te preocupes, encontraremos a tu pareja perfecta por aquí, en algún lado.
—“¿Señor? ¿Por qué está pasando esto?”— preguntó Harry.
—“Oiga señor, Solo queremos una varita”— añadió Leo desde el fondo, le estaban haciendo perder el tiempo y el tiempo era dinero, en éste caso porque ya sabía exactamente qué varita era la indicada para Harry por lo que simplemente estaban dando vueltas en círculos, mientras él, el principal interesado en comprar una en primer lugar, solo estaba parado hasta el fondo como siempre espectador, deseando que llegara su turno para poder conseguir su varita además de un negocio rentable a largo plazo y auto sustentable.
Ollivander sonrió. —“No es tan sencillo como encontrar una bonita y comprarla. La varita elige al mago, señor Lionheart.”—
Harry se quedó allí y escuchó al hombre hablar con su amigo un poco sobre las varitas y cómo crecieron con el mago que las usaba, olvidando por completo que era Leo quien quería su varita.
Harry No sabía cómo un trozo de madera crecería como lo hace una persona. Pero no sabía nada del mundo mágico en general así que todo era posible.
Leone, ya un poquito harto de la situación decidió darle un pequeño empujón en la dirección correcta—“Señor Ollivander, qué tal una hecha de acebo, creo que Harry es del tipo y con pluma de fénix”— midiendo a Harry con la mirada —“talvez unos 27-28 centímetros, muy flexible”—
Ollivanger se quedó en silencio por varios momentos, después de decir algo sobre el destino en voz baja, luego habló más alto. —“¿Tal vez...? Solo talvez...”— y se alejó rápidamente desapareciendo trás los estantes de varitas. Regresó un minuto después y abrió la caja que tenía en sus manos. Dentro había una varita larga de color marrón medio. Tenía un mango sencillo para un fácil agarre y un eje largo y recto. Aunque para Leonel le pareció que tenía la apariencia de una pata de un taburete alto.
Harry metió la mano en la caja. Cuando su mano rodeó el asa, la caja se rompió y el envoltorio cayó al suelo. La varita brilló por varios momentos y lo invadió una sensación de hormigueo y un súbito calor en los dedos. Levantó la varita sobre su
cabeza, la hizo bajar por el aire polvoriento, y un viento pareció venir de algún lugar y le agitó el cabello por todos lados junto a ello una corriente de chispas rojas y doradas estallaron en la punta como fuegos artificiales, arrojando manchas de luz que bailaban en las paredes.
—“¡Increible!”— Ollivander dijo y tomó la varita de la mano de Harry. —“Recuerdo cada varita que he vendido, Señor Potter. Es curioso, realmente curioso como suceden estas cosas. Como dije, la varita escoge al mago... Creo que debemos esperar grandes cosas de usted señor Potter. Después de todo, "El que no debe ser nombrado" hizo grandes cosas... Terribles, sí, pero grandiosas. El fénix que donó la pluma de esa varita también lo hizo con la varita de ese hombre que te dejó esa cicatriz , es curioso que su hermana le eligiera.”—
—“¿Voldemort tenía una varita igual a la mía?”—
—“No igual, pero sí su hermana...”—
—“¿Cuánto cuesta la varita?" Leonel preguntó y lo interrumpió antes de comenzar otra larga historia que de todas formas tendría que contarle a Harry más tarde..
—“Siete galeones”— Ollivander dijo sorprendido por haber sido interrumpido tan abruptamente.
—“¡Bien!”— Dijo dejando la cantidad en el mostrador.
—“¿Oye, pero no se supone que tú eras quien quería una varita?”— Dijo mirando a su amigo recordando que era él quien quería su varita en primer lugar.
—“Sí, pero ya que estábamos aquí, porqué no conseguirte algo también a ti, además no es como que en importante mucho, aunque definitivamente el proceso es bastante lento.
—“¿Su varita?”— preguntó Ollivander a leo.
—“Gracias por por fin prestarme atención” dijo sarcásticamente, sacando un papel de su libreta y ofreciéndoselo a Ollivander.
Garrick Ollivander tomó el papel de las manos de Leonel y se quedó helado. —“¿Cómo sabes todo ésto?”—
—“Investigación, cada una de esas maderas se ajusta a lo que necesito. Puede que parezca raro, pero definitivamente hice mi tarea.”—
Ollivander se tomó un momento viendo entre Leonel y la lista. —“Definitivamente creo que ésto está más allá de una simple investigación, Señor Lionheart. Cada madera es especial y única, pero las de esta lista parecen ser las más inusuales, como si solo las eligiera por su popularidad en vez de su funcionamiento.”—
—“Nop, es todo lo contrario, lo hice por su funcionamiento y no por su popularidad.”—
—“¿Saúco, enserio?”— dijo el hombre levantando su blanquecina cejas cuestionando su afirmación de Porqué las eligió en primer lugar.
—“Básicamente esa sí , pero cabe la opción en caso que me elija. Poderosas como ninguna muy Difíciles de dominar. Son fieles a los magos con superioridad, solo personas excepcionales”— Sonrió el chico.
—“¿Está seguro con la secuoya?”—
—“Son de buena suerte, solo sirven a un mago que tome decisiones correctas casi siempre y saca ventajas del desastre. Manipulé a un duende de Gringolls de todas las cosas y me salí con la mía”— Dijo Leonel haciendo que Harry pusiera los ojos en blanco, sí, definitivamente era su tipo de varita.
—“Si bien es sabido que da buena suerte, en realidad atraen la mala suerte a los que están a su alrededor”— dijo Ollivander viendo a Harry trás el chico.
Leo vió a Harry, encogió los hombros, se dió la vuelta y dijo —“sobrevivió a Voldemort, vivirá”—
El anciano negó con la cabeza y miró nuevamente la lista —“¿Cerezo, eh?”—
—“Poderosa y altamente letal si se tiene la intención, recomendada para los prudentes o sinó ¡Boom!, Soy del estilo.”—
—“¡Álamo temblón! Interesante, hace mucho que no veía a alguien buscando la madera por algo que no fuera estético.”—
—“Excelente madera para duelistas, personas determinadas y revolucionarios, excelsa para la magia marcial. También mi tipo, me gustan los cambios para mejor, aveces la fuerza es necesaria para encarrilar a las personas tercas, habiendo tantos idiomas hay personas que solo entienden a golpes, además soy practicante de artes marciales muggles por lo que me vendría bien. Además su color es hermoso. Blanco como el marfil.”—
—“Buen gusto la verdad, muy interesante manera de elegir su madera, veo que no mentía cuando dijo que hizo su tarea”— dijo el vendedor de varitas.
—“Me tomó meses decidir, aunque aún tengo dos o tres opciones más, pero no creo que tenga esas maderas.”— el señor Ollivander se sintió un poco ofendido por eso, pero siguió adelante.
—“Y finalmente, Tejo, pero creo saber porqué ésta madera en especial es de su interés.”—
—“Baila en el limbo, entre lo correcto y lo incorrecto, es blanca o es Negra, excelente para duelos y maldiciones, atacar y sanar, no mediocres, no tímidos. Pero solo aquellos con voluntad fuerte pueden llegar al limbo sin caer en el lado oscuro, bueno y malo, justo o necesario, tirar y empujar, Ying y Yang, solo aquellos que puedan entrar en balance tendrán el poder de la vida y la muerte.”—
Ollivander estaba pasmado, definitivamente éste niño era otra cosa.
Leo vió la reacción ante su declaración así que agregó —“Además conozco una técnica de combate y duelo perfecta para eso con movimientos audaces y directos Pero el uso de la misma es más exigente en términos de energía utilizada debido a un enfoque más amplio y una utilización más profunda de las emociones para lanzar hechizos. Se decía que un practicante de la técnica mantenía una apariencia exterior tranquila aún así también se dijo que se experimenta mucha presión interna significativa mientras usa la técnica de ferocidad, además se describió como a veces paradójico e impredecible y lleno de conceptos que hacían que la técnica fuera demasiado difícil y poco atractiva para muchos estudiantes...”—
Harry estaba sin habla ¿Cuando tuvo tiempo para investigar todo eso? Sin saber que su amigo estaba mintiendo descaradamente, lo que estaba recitando era de stars wars, el Juyo y el Vaapad. Las formas de combate con sable de luz.
—“...En duelos clásicos fue una de las formas más viciosas de combates con varitas que se decía que estaba llena de furia y gracia maligna, la forma recibió el título de "LA FORMA MÁS DIFÍCIL Y EXIGENTE DE TODO EL COMBATE CON VARITA MÁGICA" el maestro duelista GODRIC GRYFFINDOR dijo que los combatientes hábiles con esta técnica eran capaces de destripar a un enemigo en combate singular, de hecho fue diseñado para tal propósito en duelos con varita, según Rapzzidian, era la forma más caótica y errática con fuerte enfoque en la ofensiva, Y utilizando las técnicas que se cree que fueron rechazadas por el Wizengamot en los primeros días de la Confederación Internacional de Magos. El uso de esta forma de combate fue controvertido en la confederación ya que muchos sintieron que podría llevar al mago a incursionar en las artes oscuras debido a sus requisitos de luchar bajo la guía de la pasión controlada.
—“Veo que no habla por hablar señor Lionheart”— Dijo Ollivander sorprendido sin tener idea realmente si su historia era real o no. Cambió de tema y agregó —“Y dígame ¿ha pensado en el núcleo?.”—
—“Nervio de corazón de dragón o mejor que eso, pluma de cola de fénix... O pelo de testral, o pluma de Thunderbird, en fin...”—
Ollivander sabía que no trabajaría con esos últimos nucleos ya que no cualquiera podría recolectarlos y mucho menos manejarlos, el pelo de testral por ejemplo, era sumamente volátil.
—“¿Qué hay del pelo de unicornio?.”—
—“No, Gracias, tiende a morirse, además necesito un núcleo poderoso y de alto rendimiento, pienso hacer un uso verdaderamente intensivo de la magia, hechizos grandes y muy complicados, el pelo de unicornio sería muy fácil de arruinarse o peor explotar. La gente podría creer que peco de arrogante, pero hay una diferencia entre ser temerario y ser estúpido, así que, pelo de unicornio, no gracias, quiero vivir.”—
El señor Ollivander se quedó viendo al chico frente a él, era inteligente y definitivamente ambicioso. Un Ravenclaw en toda regla o en el peor de los casos un Slytherin. Aunque de corazón anhelaba que fuera seleccionado para la casa de las águilas, su alma mater, su casa.
—“Buscaré algo entonces”— dijo llendo a la parte trasera de la tienda tardando un buen rato, luego trajo 9 varitas con él.
—“Aquí tengo todas las varitas con sus especificaciones, aunque me temo que no tenía una de madera de saúco con nervio de corazón de dragón o pluma de cola de fénix. Hay una Pero su poder era demasiado inestable así que usé pelo de Troll de río para balancear y que quedara nivelado.”—
Leonel pasó sus dedos por encima de las varitas y todas reaccionaron de formas distintas, unas vibraron, otras saltaron un poco, una se calentó como una plancha, una hizo una nota musical, una salió despedida de la mesa y al parecer era la de saúco con pelo de Troll, finalmente una ni siquiera reaccionó.
Las de secuoya fueron las que vibraron, ambas de Cerezo y una de Álamo saltaron la otra de álamo no se movió y finalmente una de tejo se calentó y la última que era la de tejo con pluma de fénix, la idéntica a la de lord Voldemort fue la que tocó la nota musical.
—“¿Tejo entonces?”— preguntó Garrick Ollivander mirando la reacción de cada una. Las de secuoya reaccionaron bien al chico pero al parecer el chico no era tan afín a la combinación o a la longitud, las de cerezo y la de álamo con pluma de fénix casi exigían ser sus compañeras, era curioso, la que ni siquiera se movió no tenía afinidad con él, la de pelo de Troll le tenía pavor al chico, pero las de tejo parecieron reaccionar a una presencia fuerte y este chico parecía talentoso, la que se calentó parecía querer explotar de la ansiedad, raro en una varita con núcleo de tendón de corazón de dragón, parece que si la eligiera le sería fiel incluso si su maestro muriera, cosa sin precedentes en la varitología, pero la que era idéntica a la de voldemort cantó como si hubiera encontrado su alma afín, casi como si estuvieran destinados uno para el otro.
El chico pasó su mano por las de Tejo y literalmente la de núcleo de dragón dió un salto antes de que pudiera hacer nada y cuando apartó la mano la varita cayó al suelo, debido al calor que desprendía y al golpe la madera de la varita se fracturó. La grieta era grande y se podía ver el tendón dentro que estaba incandescente.
—“Creo que se emocionó demasiado”— dijo Ollivander sorprendido porque una varita hubiera eso.
—“Entonces...”— dijo tomando la varita de tejo y pluma de fénix. Pero de repente la canción volvió a sonar, esa maldita canción alegre y ruidosa sonó por todas partes haciendo que el chico literalmente la lanzara lo más lejos que pudo, como si le quemara la piel, no solo viéndose asustado sinó también miserable.
La cara le había envejecido años, parecía que había visto a la muerte misma de lo pálido que se veía con labios azules y temblorosos dijo —“¿Cómo lo sabe?”—
El señor Ollivander preguntó —“¿Qué cosa?”—
—“¿Cómo supo de esa maldita canción? ¡debería ser imposible!”— dijo temblando con horror en sus ojos.
—“Creo que la varita resonó con tu corazón, esa canción estaba ahí, la varita solo la cantó para ti...”—
Los ojos del chico lagrimearon mientras se derrumbaba en el piso, Aparentemente estaba sufriendo un ataque de pánico y uno muy fuerte.
—“¿Estás bien? Preguntó Harry preocupado. Nunca vió a su amigo tan mal, además era un niño, no tenía idea de qué hacer, ésta era la primera vez que veía a alguien reaccionar así.
—“Esa canción, fue la última cosa que escuché cuando... Cuando... cuando morí”— dijo mientras se mecía de un lado al otro, lloriqueando y haciendo que tanto Harry como el señor Ollivander abrieran los ojos con sorpresa.
—“¿Usted murió?”— Preguntó Ollivander.
La respiración del chico se volvía errática pero de alguna manera logró responderle al señor —“Volví a nacer, pero esa maldita canción, me recuerda mi propia muerte”— Dijo el rubio que temblaba reviviendo su muerte una y otra vez, y del cómo se sentía que el vacío se tragara tu alma. De hecho los síntomas del ataque de pánico solo empeoraban a cada segundo, Pero de repente sus ojos se llenaron de rabia y gritó en español "¡SON PURAS MIERDAS, MI MA PARIÓ UN ESPARTANO NO UN MARICÓN!" dándole un puñetazo al suelo.
Se puso de pie y estiró su mano gritando el hechizo "ACCIO!!!", y como si del mjölnir se tratase la varita voló hacia su mano. Cuando varita y maestro se juntaron hubo una especie de honda de choque que hizo temblar toda la tienda y el sonido de un trueno que casi rompió tanto las ventanas como los oídos de Harry y Ollivander.
Cuando la conmoción se calmó el señor Ollivander y Harry pudieron al chico con su mirada feroz aún en su rostro como si estuviera Enmedio de una lucha de voluntades con su varita ya que un momento después presenciaron que de la varita de Leonel una luz plateada se derramaba por todas partes.
—“Increíble, su conexión con la varita es increíblemente fuerte”— alabó Ollivander.
La luz cesó y el chico pareció volver a tener esa vitalidad y confianza que lo caracterizaba. Miró su varita y dijo —“ahora somos uno.”—
—“Excelente, increíble demostración de magia”— dijo el hombre de cabello blanco.
—“Hablando de eso...”— dijo viendo el lugar que parecía que había pasado un tornado en él. —“He visto realizar el encantamiento "Reparo" conozco el movimiento y conjuro puedo reparar los daños.”—
—“Oh no, no se preocupe, puedo reparar todo por mi cuenta”— dijo el señor Ollivander.
Leonel iba a decir algo cuando recordó que había leído un libro donde decía que según la voluntad, el deseo, los sentimientos y la imaginación la magia podía hacer posible lo imposible, además de la variante del hechizo de reparación, el de renovación. Así que apuntó al viejo y oscurecido piso de piedra y cantó fuerte y claro "Renovatio". Una luz fuerte llenó el lugar y un segundo después el piso de piedra dejo se serlo, se había convertido a una especie de cerámica blanca que tenía el color del marfil.
Los ojos del dueño se abrieron con asombro, un hechizo tan poderoso y en su primer intento.
Harry también pasó por el mismo asombro, era verdad que había visto hacer magia pero ésto fue increíble.
—“¿Qué le parece?”— dijo sonriendo.
—“Yo... Pensé dejar el establecimiento sin la mayor cantidad de cambios posibles, pero...”—
—“¿Le gusta?”—
—“Se ve... bien”— Dijo el hombre sin entender cómo algo tan simple como un suelo color blanco hacía que su establecimiento se viera vivo.
—“Mi papá es contratista, trabaja con muchos diseñadores de interiores, arquitectos e ingenieros, aprendí mucho de ver su trabajo, (y de venir del futuro) puedo hacer que este establecimiento se vea mil veces mejor que antes”— Ofreció.
El señor se quedó pensando y dijo ”ñ—“¿Crees que puedes revertirlo?"—
—“¿Quiere que lo deje como estaba?”—
—“No, no ahora, quiero... Quiero ver qué tienes en mente y si parece bueno entonces puede que lo deje.”—
—“Bien, creo que me basaré en Gringolls para hacer ésto”— dijo saliendo del establecimiento. Concentró su mente en solamente en la madera, recordaba acerca de muchas maderas que duraban años el roble Por ejemplo, existían más bellas, una de ellas justamente una que se utilizaba en las varitas, Álamo temblón, era hermosa y muy vistosa, su color blanco llamaría la atención así como Gringolls. Concentró su mente en el blanco material y cantó "Renovatio" haciendo que la madera ennegrecida sucia y vieja fuera transformada en una hermosa fachada de color blanco marfil, mientras que los detalles en otro materiales, Como por ejemplo las letras antes doradas que estaban sobre la madera se mantuvieran en su lugar sin cambio, únicamente la madera fue cambiado de roble viejo a Álamo. El cambio fue hermoso, la tienda parecía brillar como si fuera nueva, pero la madera aún se veía vieja, incluso habían algunas grietas por lo que usando toda su voluntad Leonel pensó en que se reparara y que la madera quedará lisa como un espejo, cantó "reparo" y su orden mental fue cumplida, ahora la madera se veía totalmente nueva y no solo la madera, también las letras que decían "OLLIVANDER'S FABRICANTES DE EXCELENTES VARITAS DESDE EL 382 AC." ahora resplandecían en un color dorado intenso. La vidrieras de color verde opaco se volvieron trasparentes y ahora podías ver el interior de la tienda.
El señor Ollivander vió con asombro la magia de este niño, era hermoso, todo se veía Nuevo, se veía... vivo.
—“¿Qué le parece?”— dijo el rubio sonriente.
—“Increíble, no parce... No parece mi tienda.”— Dijo con sentimientos encontrados.
—“Puede que le guste su privacidad así que... ¿Puede usted invocar cortinas rojas en el interior, en ambas vidrieras?”—
El señor Ollivander asintió y moviendo su varita tras las vidrieras aparecieron cortinas rojas del techo al suelo dándole un atractivo incluso más grande a la tienda.
—“Mmm, aún puede ser mejor”— dijo sacando la cámara de instantáneas de su mochila y diciendo a Harry —“has ésta pose”—
apuntando con su varita una dirección mientras tenía su mano izquierda se mantenía en alto de forma amenazante. Harry lo hizo y Leo sacó la foto, vió la instantánea y sonrió, usó su varita para cambiar la imagen a la de daniel radcliffe, con el uniforme de Hogwarts pero con la cicatriz expuesta.
Luego puso la foto en la vidriera y conscetrándose mucho, imaginó una impresora láser sacando una copia sobre el vidrio. Entonces la imagen se quemó en el cristal y un harry de cuerpo entero apareció en el vidrio.
Harry y el señor Ollivander se quedaron mudos. Y más cuando en el cristal aparecía la leyenda —“La varita escoge al mago, Pero solo los grandes magos escogen a Ollivander”— sobre la cabeza de Harry, mientras que a sus pies apareció —“El niño que vivió compra en Ollivander, sólo faltas tú”— en letras esmeralda que en realidad solo era vidrio verde.
En tanto en la otra vidriera aparecía la foto de Leonel en una pose genial, mientras vestía las túnica de un caballero Jedi, blandiendo su varita como una espada.
Junto a él aparecieron las letras;
Varitas para todo mago.
Kits de mantenimiento.
Reparaciones
Y personalizaciones.
Accesorios y fundas de todo tipo para tu varita.
Ollivander dónde nace la magia.
—“Creo que está mejor así”— dijo Leonel viéndose muy contento.
Ollivander estaba atónito parecía una nueva tienda, un lugar al que él quisiera entrar a echar un vistazo.
—“Bien ahora el interior”— dijo entrando de nuevo seguido por Harry y el señor Ollivander.
De repente el interior le pareció una pocilga al fabricante.
—“¡Bien, aquí también!”— dijo señalando una vieja lámpara de aceite que colgaba del techo. "Renovatio" cantó y la lámpara se convirtió en un lujoso candelabro como los que había visto colgando del techo de Gringolls, lo que desentonaba bastante con el resto del lugar.
Luego usó nuevamente el encantamiento "reparo" y los estantes destartalados parecieron regresar a su estado original, si parecían nuevos, pero desentonaban con el color del piso y el nuevo candelabro. Un nuevo "Renovatio" cambió los viejos estantes por unos hechos de álamo blanco.
—“"Mmm" le falta algo... ¿Sabe cómo cambiar el color de una sustancia, resina o barniz?”— Preguntó el chico a Ollivander.
—“Ah, eh sí, simplemente tienes que hacer un movimiento como si revolvieras pintura, 3 giros a la derecha, en el sentido de las agujas del reloj, y cantas, "Transmuto, y el nombre del color que deseas, en latín si es posible”—
A Leo le habían obligado a Aprender latín como condición para añadir "Leonel" a su nombre. Así que sabía cómo hacerlo. Puso su intención en su magia y su voluntad en la mente para que el color fuera lo que imaginaba. Lanzó el hechizo después de hacer el movimiento y cantó —“Transmuto aerelux”— usando una contracción de
aereus que significa color metálico bronce y lux que significa luz por lo que dió como resultado que los tablones laterales de la estantería se volvieran color bronce Pulido, como las bellas puertas de Gringolls.
Ver las estanterías de esa forma fue increíble para alguien como Ollivander, quién nació, creció y vivió en esta tienda, ver un cambio tan drástico, en un lugar que se había mantenido exactamente igual desde siempre, casi desde su fundación.
—“Ahora las paredes”— dijo y señaló la pared más cercana pensó un momento y cantó tres hechizos consecutivos; 'reparo' 'renovo', "Transmuto reflecto" y las paredes se repararon luego cambiaron a madera clara y se pintaron de blanco puro que parecía resplandecer con la luz del candelabro. Además una molduras en la pared que parecían ramas hojas y raíces se pintaron de dorado. Ollivander se sorprendió ya que estaban talladas antes en la pared y él jamás las había visto, sabía que la pared era irregular en algunas partes pero jamás pensó que se trataban de molduras.
—“¿Cómo hiciste eso”— dijo viendo el precioso color de las paredes.
—“En realidad fue fácil, el color es blanco Puro y pulí los detalles”— dijo recordando de dónde salió ese color. En su vida pasada había trabajado en talleres automotrices por lo que también habían trabajos de enderezado y pintura, recordó que quería pintar su vieja motocicleta del color más claro posible y encontró una publicación en ScienceDirect, sobre un equipo de investigadores de la Universidad de Purdue que habían conseguido el blanco más reflejante de todos. Su nombre técnico es 'pintura acrílica CaCO3', aunque han decidido apodarla como 'pintura de enfriamiento' por el objetivo con el que ha sido creada. Además usó lo que en pintura automotriz serían conocido como multicapas perladas, pero esas "perlas" eran en realidad eran microesferas de retroreflectividad. Básicamente lo que le ponen a las líneas blancas y amarillas en las carreteras para que se iluminen en la noche con la luz de los faros de los vehículos. De ahí que un simple candelabro pudiera hacer que la tienda brillara por dentro.
—“Es hermoso”— dijo Ollivander con sus plateados ojos acuosos.
—“¡Excelente!— dijo apuntando al mostrador cantó sus hechizos y lo convirtió en una vitrina de cristal, al igual que los estantes tenía los colores de bronce, blanco y dorado. Nuevamente Leonel Pintó algo en el cristal pero ahora era la figura de un fénix completamente dorado, un dragón color bronce rojizo hermoso y un unicornio plateado como el color del mercurio liquido.
—“¿Y, qué tal? dijo el chico pareciendo un poco cansado.
—“No podría imaginar que un así exista”— dijo el hombre mayor.
—“Creo que ahora solo falta el logotipo de la tienda, ya tenemos en la entrada una fachada llamativa, la imagen del niño que vivió en la vidriera, un eslogan que nadie puede ignorar u olvidar, un interior agradable, el color de tres metales preciosos, la representación de los tres núcleos supremos para varitas pero solo falta su símbolo, podríamos ponerle un poco de misticismo, algo que la gente relacione automáticamente con la magia y el poder cuando se mencione... Las reliquias?”—
—“¡Las reliquias! Dijo el señor Ollivander.
—“Así es... Tengo una idea”— dijo sacando su libreta y comenzando a dibujar una línea vertical dentro de un círculo dentro de un triángulo.
—“¿Qué es? Preguntó el hombre notando que de alguna manera conocía ese símbolo.
—“Son las tres reliquias de la muerte, el triángulo es la capa de invisibilidad, el círculo es la piedra de la resurrección y finalmente la línea es la varita de saúco. Podemos usar los colores oro plata y bronce para representar a cada una de ellas y en ese orden, la capa en dorado la piedra en plateado y la varita en bronce, más que todo esa última porque el bronce parecería madera.”—
Ollivander volvió a quedarse sin palabras, aunque ahora había otro motivo, ese símbolo era el que Grindelwald usaba, ahora entendía de dónde venía, pero el coloreado le dió un distintivo muy marcado, Además de bonito era muy significativo.
Nuevamente el chico arregló el logotipo y ahora brillaba en el centro del letrero donde antes había estado un viejo logo de una varita reposando sobre una almohada púrpura, el nuevo logo que definitivamente llamaría la atención. Ya no sería el sello de un señor tenebroso, de ahora en adelante sería el nuevo sello de calidad "Ollivander".
—“Bien, ahora entremos y hablemos de negocios”— dijo el chico devolviendo a Ollivander a la realidad.
Continuará...
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