de nuevo en el callejón.
Hagrid extendió su mano y tomó la del chico. "¡Tenemos un trato!". Dijo con alegría.
—“¡Excelente!”— dijo Leo dándole una sonrisa gigante como Hagrid.
Los Dursley tanto como Harry y los elfos estaban un poco asustados, definitivamente Leonel daba miedo cuando entraba en su fase de "negociante". Pero la cara de idiota que ponía era un poco extraña.
Después de un rato, en el que Hagrid accidentalmente destrozó el sofá de los Dursley debido a su peso, y que Harry, haciendo gala de sus habilidades, lo reparara y Leonel lo convirtiera en un sofá-cama con calefacción y vibración en la espalda, Hagrid comió con los Dursley y los elfos para luego sacar el pastel y celebrar con Harry.
Dudley en un acto que definitivamente estaba muy fuera de sus actitudes habituales desapareció y apareció después de un rato. Tímidamente le dio un regalo a Harry, era un saco viejo de cuero roído, que parecía los que usaban en el gimnasio, aunque éste estaba inservible. Estaba un poco mal envuelto pero aún así podría pasar por un regalo además tenía una nota y todo.
En la nota decía, "sé que no parece mucho, pero creo que te servirá en la escuela, sé que puedes repararlo y llenarlo de arena por ti mismo, úsalo para entrenar y que nadie te intimide. Atte: Dudley".
Los ojos de Harry y Leo se abriendo con sorpresa, sabían que el gimnasio le enseñaría algo de disciplina pero ese cambio de actitud fue un milagro, al parecer que sus padres no maltrataran a Harry hizo que Dudley cambiara o más bien, se encaminara en el sendero correcto.
—“Gracias primo”— dijo Harry sonriéndole por primera vez a Dudley quien por la vergüenza simplemente siguió comiendo pastel.
Petunia se mantuvo en silencio en una esquina de la mesa cuando Dudley se había ido y cuando regresó para darle un regalo a Harry sintió un escalofrío en su ser, fue extraño, pero no era incómodo. La mujer simplemente se fue en silencio, como lo había estado haciendo durante la última temporada, para regresar un minuto después con algo en sus manos.
La tía Petunia también le dió un regalo a Harry, que fue incluso más impresionante que lo que Dudley había hecho, fue un álbum de fotos familiar, donde habían muchas fotos de Lili, ella y sus padres.
—“¡Gracias tía Petunia!”— dijo Harry al verlo y corrió a abrazarla.
Ella no supo responder, así que ni siquiera negó o aceptó el abrazo, simplemente se quedó quieta.
El tío Vernon no quería hacer nada por el chico, pero por presión social le dió un billete de 50 libras y dijo, "Cómprate algo" y nada más salió de su boca.
Éste definitivamente había sido el mejor cumpleaños de la vida de Harry.
Pasados los minutos en los que Hagrid fue bombardeado por Leo que escribía como demente el chico rubio se detuvo y se puso de pie.
—“Bien, vamos a tener un pequeño paseo hasta Londres y luego al callejón Diagon, y ya que ésta es una situación especial iremos usando ésto”— dijo Leo sacando su varita y usando el hechizo "accio" para atraer un par de patines una especie de Hoverboar y un Segway que tenía llantas enormes y una carcasa que parecía un maldito carruaje romano, que bajaron por la escalera ruidosamente.
—“¿Qué son esos”— preguntó Harry.
—“Un pequeño proyecto mío llamado ¡CHÚPAMELASBOLASTESLA! que básicamente consta de vehículos impulsado por motores eléctricos”— dijo el rubio viéndose extrañamente muy profesional. "De hecho por eso compré todos esos taladros defectuosos”—.
—“¿Era para eso?”— Preguntó Vernon.
—“Así es, aún tengo problemas con las baterías pero si consigo litio puede que estemos ante la mayor novedad en transporte ecológico del mundo, mágico y muggle.”—
—“¿Y cómo funcionan?”— Preguntó Harry.
—“Básicamente así”— dijo subiendo en la hoverboard e inclinándose un poco hacia adelante haciendo que la tabla comenzara a moverse.
—“¿Tiene un giroscopio que te indica cuál es la inclinación de los pies y por lo tanto qué tanto tiene que acelerar y es posible ir a 30 por hora, así que es perfecto para ir al trabajo”— dijo mirando al tío Vernon.
—“Además es fácil de usar, es bastante intuitivo, lo único que tienes que aprender es a frenar ya que normalmente las personas se asustan y olvidan Cómo se supone que se debe frenar”— dijo mientras giraba sobre sí mismo en una demostración de habilidad.
—“¿Y los patines funcionan igual?”—
—“Así es, la diferencia con ellos es que el motor solo está en la llanta trasera, y que necesitan llevar un control en la mano para la aceleración y frenado”— dijo sacando un controlador de pulgares de dentro de uno de los patines.
—“¿Y qué hay de éste? se vé interesante”— dijo Hagrid viendo el que parecía un carruaje romano.
—“Ése, mi amigo, es especial ya que lo diseñé específicamente para gente de tu talla”— dijo sonriendo.
—“Pero... Es demasiado pequeño, Además creo que lo romperé como el sofá, lo siento por eso Por cierto”— se disculpó el gigante.
—“Lo sé lo sé, por eso aprendí ésto "Engordio"”— cantó el chico y la maldita cosa se volvió enorme.
Los ojos del gigante se iluminaron.
—“Para esto quería tu casa, puedo seguir desarrollando estos vehículos para divertirse venderlos o alquilarlos y sacar dinero para seguir con mis empresas, usaré una parte del bosque prohibido como pista para carreras, siempre y cuando consiga el permiso del ministerio y del director, y contrataré a algunos elfos domésticos para hacer el trabajo, también venderé mucha mercancía con el nombre y marca registrada de Harry Potter Company. Ya firmé un contrato con los Dursley y todo”— dijo haciendo que el tío Vernon se sorprendiera un poco.
—“¿De qué estás hablando?”— preguntó el hombre rollizo.
—“¿Recuerda cuando le dije que si podría utilizar legalmente la imagen de Harry para publicitar alguno de mis proyectos?”—
—“Si, de hecho me obligaste a firmar un contrato con tu padre para usar la imagen y nombre de El chico como publicidad, me pagarías el 0.0001% de lo que ganaras hasta que se haga mayor de edad o algo así”— dijo Vernon.
—“Básicamente abrimos una nueva empresa con el nombre de Harry. Todavía no entramos en operaciones, pero ya tenemos bastante mercancía”— dijo mostrando una taza, que sabe Dios de dónde salió, con un logotipo de una "P" en forma de rayo y con los colores de Gryffindor.
—“¿Y de dónde sacaste eso?”— Preguntó Harry ya sabiendo lo que pasaba cada vez que éste sujeto tenía una "IDEA".
—“¿Recuerdas a mis primos y tíos?”—
—“Si”—
—“Pues Alfred tiene una imprenta, con un poco de de persuasión y un ligero soborno me ayudó a estampar todo ésto..." sacando un catálogo de merchandising "...Tengo plumas fuentes, bolígrafos, libretas, estampillas, gorras, sombreros, suéters, impermeables, llaveros, marcos de fotos, pulseras, chapas, carteles, postales, pósters, tarjetas de feliz cumpleaños, bolsas de regalo y bolsas impresas, plásticas y de papel, fotografías autografiadas, stickers, billeteras, bufandas, vasos, botellas, termos, loncheras, mochilas, riñoneras, tapers, banderines, mecheros, zippos, paraguas, relojes de pared y de pulsera, estatuillas y figuras de acción, funkos, esferas de nieve, mandrágoras que bailan con sombrero, cajitas musicales, (con la música de la película, "Hedwig's theme" para ser específico) , un álbum de cromos, que todavía no termino, y básicamente cualquier cosa que quieras en una tienda de regalos, souvenirs y recuerditos”— explicó el chico.
—“¿Ok?... definitivamente me estás asustando”— dijo Harry realmente asustado por las locuras de su amigo.
—“Es que tu imagen es muy comercializable”— dijo el rubio con cara de loco.
—“Puede que para otros esto suene como una ofensa pero definitivamente eres un Slytherin”— dijo Hagrid.
—“No me ofende, pero tengo un antepasado que era descendiente de Godric Gryffindor, así que definitivamente estaré en la casa de los leones, mi nombre y apellido son Leonel y Lionheart, si no quedo en Gryffindor me molestaré mucho”— dijo el rubio.
—“Estás loco”— dijo Harry sin humor.
—“Nomás tantito, pero en fin nos vamos”— dijo el chico escogiendo nuevamente el Segway a su tamaño normal para sacarlo de la casa.
Después de que les dijera a Légolas y Tauriel que esperaran su regreso los chicos y Hagrid estaban listos para partir.
—“Bien, nos vamos”— dijo Leonel pero no sé movió.
Entonces Hagrid preguntó ¿qué pasa? y notó que Harry y Leo miraban a Dudley.
Entonces Harry habló ¿No vienes? Como si lo estuvieran esperando.
—“¿Yo?— Preguntó el chico confundido.
—“Pues claro”— dijo Leonel.
El tío Vernon iba a protestar cuando Dudley caminó hacia ellos y se subió en el hoverboard.
—“Bien nos vamos”— dijo Leonel moviendo su varita y todos comenzaron a moverse.
Iban relativamente rápido y Dudley al igual que Hagrid se asustaron un poco pero leo les había puesto un hechizo pegajoso en los zapatos así que no se caerían. 60 kilómetros por hora en una hoverboard o patines era increíblemente rápido pero en verdad estaba usando magia así que no habrían accidentes, una idea que sacó del autobús noctámbulo.
De repente una patrulla de policía los detuvo.
Todos pararon y se asustaron por meterse en problemas.
—“Tranquilos yo hablaré”— dijo Leo, no era como si nunca lo hubiera parado un agente de tránsito, o lo hubieran multado.
—“Hola oficial”— dijo Leo como si no pasara nada.
—“¿Se puede saber qué se supone que están haciendo?, no pueden circular en la vía pública con... ¿Qué son?”—
—“Mis nuevos inventos, trabajan con motores eléctricos así que no contaminan con humo, estamos probando los prototipos a su máxima capacidad de peso y velocidad, iremos a Londres y de vuelta a Surrey para luego hacer ajustes y mediciones, si todo sale como espero muy pronto mis bebés estarán en el mercado”— explicó el chico.
El hombre miró a Hagrid y preguntó ¿Tiene identificación? Pero Leonel habló primero.
—“No, él es extranjero, de un circo, de fenómenos de hecho, es el hombre más alto del mundo, según el cartel, lo contratamos para la prueba de peso, pero no habla inglés, de hecho ni siquiera habla en absoluto”— dijo el chico mientras Hagrid pretendía no entender al policía.
El policía le dió una mirada a los vehículos y dijo —“oficial Jordan Smith, espero un pequeño descuento cuando salgan a la venta, me gusta el que parece carro Romano, aunque sí querría uno más pequeño, en negro... y con sirenas si es posible”— sonrió el hombre, les deseó buena suerte y se marchó.
—“¿De verdad, Cómo logras hacer eso? Preguntó Harry.
—“No sé, ¿carisma?”—
—“¿Enserio? Dijo Harry como si lo que su amigo estaba diciendo fuera una estupidez, aunque él sabía mejor que nadie que en realidad estaba diciendo una verdad muy obvia.
—“Meg, solamente soy atractivo, la magia de tener buenos genes, si eres guapo normalmente la gente hará lo que sea, en fin vamos...”—
Pasados los minutos los niños y el gigante arribaron en la ciudad Londres y pasaron por el caldero chorreante. Por la prisa olvidaron disfrazar al pelinegro y terminaron con Harry siendo rodeado por las decenas de personas dentro del local.
Mientras que Dudley se asustaba y sorprendía por la cantidad de personas interesadas en su extraño familiar Leonel se dió cuenta que algo no estaba bien ahí en, era extraño, empezó a tararear la maldita canción en su cabeza, mientras que la sensación de vacío aparecía en su estómago. Entonces lo vió, en el lugar más escondido de la taberna había un hombre joven, era flaco, pálido y parecía al borde de un ataque de pánico, pero lo que llamó su atención fue que traía un turbante en la cabeza. Después de retroceder casi 20 años en su mente, encontró una coincidencia entre sus memorias y definitivamente no le gustó las implicaciones. Rápidamente miró a Harry y luego a Dudley, sabía que no podía ocultar a Harry pero Dudley era un cabo suelto, si Quirrel y en consecuencia voldemort se enteraban de quién era entonces vendría a por Harry de inmediato sabiendo dónde encontrarlo por medio de Dudley.
En un momento Leo, en su infinita capacidad de inventar historias llamó a Dudley y un momento después se acercó junto con él a la conversación que se estaba llevando a cabo entre Harry, Hagrid y el profesor de defensa contra las artes oscuras, de hecho Harry le acababa de preguntar qué clase daría en Hogwarts.
—“De-de-de-fe-fe-fensa contra las arte-te-te-tes o-o-o-oscuras, murmuró el profesor como si no quisiera hablar de ello, no-no-no e-e-es algo que tú ne-ne-necesi-sites”— rió nerviosamente. —“¿Est-ta-tás reunie-e-endo el eq-eq-equipo supo-po-pongo”— dijo tartamudeando.
—“¡Así es!”— Dijo Leonel metiéndose abruptamente a la conversación sin permiso, cosa poco usual pero el chico era raro. —“soy Leonel Lionheart, un gusto, y esté es mi amigo”—
—“Un gusto profesor”— dijo un chico que venía tras Leo —“soy Neville Longbottom, también iré al colegio, me disculpo de antemano, pero aveces tengo lapsus de memoria así que puede que no lo recuerde cuando nos veamos otra vez”— dijo apenado.
Harry miró a su amigo y luego a éste nuevo chico, rápidamente se dió cuenta que el chico que hablaba con el profesor no era nadie más que Dudley aunque su rostro era diferente, pero cuando cuestionó a leo con la mirada el chico le hizo una señal para que se callara.
—“U-u-u-u-u-un gust-gus-to-to-to, dijo con dificultad el profesor. Me-me-me te-te-tengo que ir, de-debo bu-u-u-buscar otro libro de-de va,-va-va-vam-vampiros”— pareciendo aterrorizado ante la mera mención y casi salió huyendo del lugar.
—“¿De verdad hay vampiros?”— Preguntó Dudley.
—“No son como los de las películas, son más bien carnívoros, les gusta la carne cruda, la humana es muy dura así que no es su prioridad y son alérgicos al ajo, aunque sí se convierten en murciélagos”— explicó Leo.
—“¿Qué fue todo eso?”— Preguntó Hagrid.
—“Ese hombre tenía malas intenciones”— dijo Leonel pareciendo sumamente serio, tenía una mirada que sólo veías en adultos que sabían de lo que estaban hablando.
—“¿Pero qué dices?, el profesor Quirrel...”— Dijo Hagrid pero fue interrumpido como si nunca hubiera abierto la boca.
—“¿Tú no lo sentiste?”— Preguntó a Harry.
—“¿Qué cosa?”— Dijo incómodo.
—“¿Por casualidad sentiste algo en tu cicatriz?”—
Harry se quedó quieto. Parecía como si alguien le hubiera sacado el aire de los pulmones de un puñetazo.
—“¿Pero cómo lo...?”—
—“¿Recuerdas la pesadilla? Interrumpió Leonel.
Entonces los ojos de Harry se abrieron.
—“¿Qué está pasando? Preguntó Hagrid siendo ignorante al igual que Dudley de la conversación entre los amigos.
—“Ese hombre tiene algo que ver con quién tú sabes”— dijo Harry.
Los ojos de Hagrid se abrieron con sorpresa. —“¿De qué hablas?”— Preguntó.
—“De que suena el nombre Tom Marvolo Riddell!?”—“Preguntó Leonel.
—“¿Qué tiene que ver eso”—
Leonel sacó a todos al patio trasero donde se encontraban la entrada oculta al callejón.
En una hoja escribió el nombre y con un movimiento de su varita las letras se reorganizaron y pudo ver que, incluso con todo el pelo que cubría la cara de Hagrid, el semigigante se volvía totalmente blanco del horror. En las letras decía "I am lord Voldemort. Incluso Dudley sabía que ese nombre era malo, la conversación en casa de los Lionheart y su comparación con Hitler le hizo entender que había algo malo en ese nombre.
—“Mira, sé que no me conoces y que no me creas pero aveces logro escuchar los pensamientos de las personas, y por alguna razón escuché algo en la cabeza de ese tipo, estaba maldiciendo a Harry, había odio y sobretodo sed de venganza, además el nombre Tom Marvolo Riddell apareció muchas veces. Ese tipo o es un seguidor, o de alguna manera es 'tom' o está poseído por él.”—
—“¿Estamos en peligro?”— preguntó Dudley a Leonel.
—“Tú no al menos, Por eso te dije que le dijeras eso, para que no supiera que eres un muggle y que no te hiciera nada, él es malo pero ahora que sabemos que es él podemos tener una ventaja y salir bien librados de ésto" tranquilizó a Dudley.
—“Niño lo que está diciendo son disparates, no es posible que...”—
—“Estuve esa noche, estuve ahí, sé lo que pasó y qué pasó con él ese Halloween, recuerdo cómo se sentía estar cerca de él, su peste a muerte, sé que ese sujeto tiene algo que ver con él.”—
—“¿Pero cómo?”—
—“Al principio pensé que era una pesadilla que me acompañó durante años pero era un recuerdo, yo estuve como una proyección astral de mí mismo en la casa de los Potter en Godric hollow esa noche, no se cómo no sé porqué, pero ví como pasó todo, primero James, luego fue por Lili, pero cuando llegó a Harry... El hechizo le rebotó, eso lo debilitó, su cuerpo fue destruido y se convirtió en un espectro”—.
—“Pero no puede ser...”—
—“¡Puede!”— Dijo Leonel.
—“Entonces hay que informar al profesor Dumbledore”— dijo con urgencia.
—“Él lo sabe”— dijo Leo pareciendo muy concentrado.
—“¿Qué? Eso no es...”—
—“Hagrid eres inteligente, piensa por un momento, si yo pude resolverlo en un par de minutos, alguien tan poderoso y sabio como Dumbledore debería saberlo, además, tiene todo el sentido del mundo, si yo me enterara que él sigue por ahí, querría tenerlo vigilado, además posiblemente ponerle una trampa o una emboscada, atraerlo con algo que él quiera y así tener su interés en quedarse cerca para monitorear sus movimientos, talvez poniendo trabas para retrasarlo y así atraparlo y vencerlo”— explicó el chico.
Hagrid sintió la garganta seca, después de la explicación acerca de Dumbledore en la casa Dudley y ésta posible trampa sus neuronas hicieron sinapsis. Trabas? Entonces pensó en Fluffy, ¿Atraerlo? Y recordó la carta de top secret.
En la mente de Hagrid había una gran negación "Dumbledore no sería capaz de..." Entonces las palabras del chico volvieron a su mente, ""sé lo que vas a decir, pero nadie llega a una posición de poder como Dumbledore siendo una blanca paloma, él es maquiavélico, significa que es una persona que cree en la idea de "el fin justifica los medios" y lo entiendo perfectamente, solo con poder Puedes hacer un bien mayor, solo con poder Puedes hacer lo mejor para todos, pero como lo dije antes, el fin justifica los medios".
—“Un pensamiento más oscuro es que Harry sea la carnada”— dijo Leonel haciendo estremecer al Gigante y un poco a Dudley.
—“Albus dumbledore es un buen hombre ¡él no lo haría!”— Gruñó el hombre.
—“Bien, entonces, pero de todos modos no le diremos nada, si se entera de que sabemos sus planes puede que lo echemos a perder, pero por el contrario si no tiene nada que ver, entonces haremos nuestros propios planes de contingencia”— dijo el chico.
Hagrid por primera vez en su vida Cuestionó su lealtad, no por Dumbledore sinó hacia los Potter y lo que estaría Dispuesto a hacer por ellos, pero moriría por ellos así que básicamente no había nada que no pudiera hacer.
—“¿Y si entrenan boxeo? digo, para defenderse”— Preguntó Dudley intentando ayudar de alguna manera, inconscientemente devolviendo el favor que acababa de recibir.
—“Ok, creo que por primera vez diré ésto, pero creo que acabas de tener una excelente idea”— dijo Leonel haciendo que Dudley se emocionara un poco. Luego se dirigió a Hagrid —“creo que no hay mejor persona para el trabajo que tú”—.
—“¿De qué hablas?”— preguntó el gigante.
—“Eres un semigigante, lo que quiere decir, fuerza, poder, resistencia a ataques mágicos y sobretodo físicos, si hablamos desde un punto militar, eres un tanque de guerra, un poco lento y no muy ágil en terrenos accidentados pero compensas en poder de fuego y blindaje.”—
Hagrid no tenía idea de qué era un tanque hasta que Leo usó su habilidad para proyectar sus recuerdos y mostró un fragmento de "salvando al soldado Ryan" donde los tanques atracaron en el último asalto.
—“¿Y Cuando sucedió eso?”— Preguntó Hagrid.
—“Es una película muggle, pero eso sucedió hace unos años durante la segunda guerra mundial muggle”— Explicó.
Ahora Hagrid quería saber sobre esa gente pero preguntaría más tarde.
—“Como sea, podemos enseñarte a hacer magia no verbal, somos relativamente competentes en los hechizos básicos del primer año y son casi suficientes como para poder derribar a un mago mayor”— .
—“No creo que sean así de buenos, ni siquiera han empezado las clases.”—
—“Harry”— dijo haciendo que el niño más pequeño del grupo diera un paso adelante e hiciera una reverencia ante Hagrid como en un duelo.
Harry levantó su varita y se colocó en posición de ataque.
—“Pero Harry yo no podría...”— dijo Hagrid.
—“Piensa en que solo quieres atraparme”— dijo Harry.
—“Bien, ¡comiencen!”— Dijo Leonel haciendo que Hagrid, quién tenía mucha experiencia atrapando pequeñas criaturas mágicas, y no tan pequeñas o lentas, estirase la mano para atrapar al niño.
Basado en una técnica que aprendió de su mejor amigo, usó el encantamiento Lumus solem haciendo que la parte superior de su cabeza se iluminara 10 veces más fuerte que el flash de una cámara a centímetros de los ojos. Taiyoken! Cantó, dejando ciego al gigante.
De repente Hagrid se encontró dando varios pasos hacia atrás, luego escuchó al chico dar un pequeño grito y algo lo golpeó, va ya viene su gran estatura fue contraproducente en este momento ya que un segundo después se vio cayendo hacia atrás y chocando contra el piso, se había sentido como la patada de un hipogrifo y finalmente escuchó una palabra que no parecía latín o inglés "comopuerco"
Y terminó atado con cuerdas mágicas invisibles. Sus muñecas terminaron atadas tras su espalda, sus pulgares y dedos entrelazados y atados entre sí, por dentro de las mano impidiendo que siquiera pudiera moverlas en primer lugar, sus piernas parecían estar atadas como si fuera una momia, y no sería tan malo si no tuviera sus piernas atadas a sus manos y su boca y ojos tapados con un vendaje negro.
—“¿Qué dices ahora?”— dijo Leonel sonando feliz, ya que el gigante no podía verlo. —“Intenta liberarte tienes dos minutos”—.
A pesar de su enorme fuerza, el gigante luchó por 5 minutos hasta que el mismo gerente del bar, El señor Tom, se acercó para ver qué era lo que retrasaba a los visitantes. Se llevó una gran sorpresa al ver al gigante Hagrid sometido mientras los niños lo veían un poco divertidos.
—“¿Qué está pasando aquí?”— preguntó el Barista que traía una bolsa con basura.
—“Apostamos con Hagrid acerca de qué tan fuerte era, así que usamos "Atabraquium" (hechizo de Ardura) para amarrarlo, el detalle es que soy un boyscout, así que sé de nudos, le dimos 2 minutos y creo que ya lleva 5”— rió leo.
"Emancipare" cantó el hombre y Hagrid fue liberado.
El gigante vió a Leonel con asombro y vergüenza, luego agradeció a Tom y el hombre regresó al bar.
—“Perdona que te lo diga pero si Harry un niño que ni siquiera asiste todavía a Hogwarts te detuvo entonces quiere decir que tú, mi GRAN amigo, puedes hacer eso y más”—.
—“Pero el tenía su varita”—dijo Hagrid.
—“Nunca la usé”— dijo Harry.
—“¿Qué?”—
—“Solo la tenía en la mano para que entendieras la intención de atacar”—.
—“¿Ahora lo entiendes? Si un par de niños podemos hacer ésto entonces alguien como tú puede, además si no usas varita para hacer magia, no es ilegal, además encontré un vacío legal en tu sentencia de no poder usar magia, si mis fuentes son confiables (su vida pasada, los libros, películas, fanfics, videos de fanáticos, el sitio oficial de Harry Potter, etc.) El ministerio no te rastrea porque eres mayor de edad.”—
Hagrid frunció el ceño.
—“Están pendientes de magia accidental realizada por menores, la calve de ésto es "cerca de muggles",es por eso que no te están llegando cartas del ministerio o aurores cada vez que la has usado sin permiso, por otro lado, sé que no se puede hacer magia fuera de los salones de clases pero hay salones de clases sin utilizar que podríamos usar para practicar mientras que tú, mi ENORME AMIGO, puedes practicar en el bosque sin ninguna restricción.”—
—“¿Harías eso... Por mi?”— Preguntó el gigante asombrado.
—“No, más bien por todos, si por casualidad nos enfrentamos a alguien sumamente fuerte y poderoso, necesitaremos combatir fuego con fuego, tú eres grande solo te falta ser más poderoso, pero eso será después por el momento vamos al callejón, tenemos que ir a un par de locales y visitar algunos conocidos y socios comerciales”— dijo el chico.
Hagrid tocó los ladrillos en la pared de repente se creó Una grieta que se convirtió en un agujero y luego en el famoso y enorme pasadizo abovedado con la altura suficiente para que Hagrid pasara de pie.
Dudley fue el que sacó más de esta visita, era verdad que sus padres lo habían adoctrinado acerca de la normalidad y el rechazo hacia lo diferente y extraño, pero ver la magia de forma directa fue algo que fascinó su joven mente de 11 años,
Leonel dirigió el camino y los condujo calle abajo hasta un edificio anodino.
Al entrar el lugar era brillante y colorido, además tenía cientos de tarrinas de todos los diferentes sabores de helado existentes Sin embargo, Harry y Dudley nunca había oído hablar de la mayoría de los sabores. Junto con los productos básicos de chocolate y vainilla, estaba la crema de vincapervinca, la sorpresa de polvo de hadas y algo llamado The Niffler Special.
Al parecer Leonel había hecho un poco de investigación de mercado con el heladero y había conseguido que la tienda de dulces compartiera su "magia" para poder conservar el helado sin que se derritiera incluso bajo el imponente sol. En tanto el heladero tuvo que ceder unas cuantas recetas únicas de su creación a la tienda, aunque debido a una sugerencia del niño intermediario hicieron "caramelos" con sabor a ese helado para no perjudicar al heladero. Y a todo eso él no tendría ganancias debido a la venta de ambos productos, obtendría un 1% por venta en cada uno de los productos derivados de dichas recetas. Los contratos mágicos eran una herramienta muy poderosa si sabías cómo manipularlos. Ya que dentro de muy poco vendería a San Mungo la idea de utilizar el helado como compresas frías o como un preservante para los medicamentos.
—“¿Adelante, elijan lo que quieran”— Dijo Leonel y miró al hombre barbudo detrás del mostrador. —“Quiero una cucharada de ciruela dirigible e higo, con un chorrito ligero de jarabe de albaricoque, por favor”—
—“Oh, buena elección”— Dijo Florian, el heladero y rápidamente completó el pedido. —“¿Las ciruelas están especialmente ricas hoy”—
—“Gracias”— Dijo Leonel mientras lo aceptaba y luego pagaba su helado.
—“Tantos...”— susurró Dudley mientras miraba todos los colores, sabores y aderezos disponibles.
—“Creo que será mejor que le sirvas un sabor popular para mi amigo”— dijo señalando a Dudley
—“¡Solo tenemos un par de minutos y me temo que para entonces no podrá elegir!”— dijo Harry conociendo perfectamente a su primo.
Florian se rió y asintió, luego rápidamente preparó una bola doble de helado. "Aquí tienes."
—“¿Eh?”— Dudley levantó la vista y vio al hombre barbudo ofreciéndole un helado. —“Este... Gracias”— Dijo confundido.
—“¿No te preocupes por no poder elegir. La mayoría de los principiantes no pueden elegir nada y suelen pedir una recomendación”— dijo Florián.
Dudley miró a Harry y éste asintió y le entregó el dinero, pagando su helado de menta con chispas de chicle y el de Dudley.
Dudley no sabía exactamente qué hacer, Harry estaba siendo amable con él cuando en realidad nunca había hecho algo bueno por el chico, era verdad que le dio algo por su cumpleaños pero fue simbólico. Se quedó mirando el rojo intenso de la bola inferior y el negro brillante de la superior por más tiempo del necesario.
—“Adelante, dale una lamida”— dijo Florián. —“Solo asegúrate de lamer ambas cucharadas o no obtendrás los sabores correctos en la proporción”—
Dudley asintió de nuevo y lamió ambas cucharadas, luego respiró hondo mientras probaba... algo. No sabía lo que había probado, porque nunca antes había probado algo parecido.
—“Sentémonos y disfrutemos mientras terminamos”— Sugirió Hagrid qué había tomado uno de rompope con cubierta de té negro. Los sentó en una mesa mientras se sentó frente a los niños y comieron en silencio. Cuando Dudley terminó su cono de helado, todavía no sabía qué había comido ni cómo se llamaba, pero definitivamente había sido el helado más increíble que había probado en su vida, definitivamente tendría que regresar a este lugar de alguna manera.
Salieron de la heladería y caminaron a una tienda de varitas conocida por todo el mundo pero Hagrid no creía lo que veía, Ollivanders había cambiado, no parecía aquella pequeña tienda lúgubre y destartalada de siempre, ahora parecía una de esas tiendas muggles, 'súper modernas' en brillantes colores claros y metálicos que le daban un aspecto, que para alguien atrapado en el siglo 14, parecía futurista.
Incluso había fila para comprar varitas. A pesar de su popularidad, la tienda nunca había estado tan abarrotada.
Hagrid notó el cartel en la vidriera. Se quedó mudo, ese chico en la vidriera no era otro que Harry, pero se parecía más a James, por su cabello más que nada y aún más a la imagen que el profesor Dumbledore le había descrito del niño. Sobre la cabeza de Harry leyó; "La varita escoge al mago, Pero solo los grandes magos escogen a Ollivander" mientras que a sus pies estaba escrito; "El niño que vivió compra en Ollivander, sólo faltas tú" en letras esmeralda. Por un momento el chico de 11 años de casi 2 metros de altura junto a su pequeño padre volvió a emocionarse por la espectativa de obtener su primera varita. Con esa curiosidad infantil que lo había invadido miró en la otra vidriera en la que aparecía la foto de Leonel en una pose genial, mientras vestía las túnica de un caballero Jedi, blandiendo su varita como una espada. Parecía un profesional en duelos o algo así. Junto a él aparecieron las letras;
Varitas para todo mago.
Kits de mantenimiento.
Reparaciones
Y personalizaciones.
Accesorios y fundas de todo tipo para tu varita.
"Ollivander, dónde nace la magia".
Si antes Hagrid estaba impresionado ahora no podía cerrar la boca.
En tanto Dudley no estaba mejor que el gigante, Había visto algunos magos en los circos y ferias hacer impresionantes trucos de magia, Pero según Vernon solo eran patrañas y engaños y que no debería ilusionarse con esas tonterías. Pero ahora, éstas eran varitas mágicas de verdad, muy en el fondo surgió la duda ¿Y si él...?
Rápidamente Harry se disfrazó para evitar las multitudes mientras se acercaban a la tienda.
Leonel pasó junto a la fila y dijo, en un momento los atendemos haciendo que las personas calmaran el surgiente alboroto. Harry, Dudley y Hagrid pasaron, y si antes el gigante se había sorprendido ahora estaba atónito, dentro era un mundo diferente a la última vez que había venido aquí, los muros eran hermosos como molduras doradas, estantes brillantes llenos de varitas un mostrador de vidrio que tenía muchas cosas interesantes. En las paredes habían estampados de dragones, fénixs y unicornios Además de las nuevas cosas como por ejemplo, pequeños exhibidores con los tres colores metálicos y el nuevo sello de Ollivander, fundas, cajas de cristal. Entonces muchas otras cosas por ejemplo el maniquí de Dumbledore y la leyenda flotando frente a él, que era la misma de los cromos de las ranas de chocolate más un poco de sus habilidades y de qué estaba hecha su varita.
—“Hola señor Ollivander”— dijo Leonel parándose tras el mostrador.
—“Hola muchacho llegaste en el momento justo, estoy un poco ocupado y necesito ayuda para atender a los clientes”— Dijo mientras movía algunas cajas en sus manos y un par de decenas flotaban tras él.
—“Excelente”— dijo atendiendo al primero en la fila. —“Bienvenido a Ollivander, casa predilecta por Harry Potter para varitas ¿En qué podemos ayudarlo?”—
El hombre sacó una vieja varita muy gastada y con pelos de unicornio sobresaliendo de la punta, había sido muy maltratada.
—“Fue mi primera y única varita, ha estado con migo 30 años, el pelo está muriendo, no quiero perderla”— Dijo el señor viéndose muy afligido.
Leonel la vió y dijo —“24 centímetros, cedro negro con núcleo de pelo de unicornio, está muy gastada, perdió su elasticidad y en efecto el pelo está muriendo, pero aún estamos a tiempo pero será difícil”—
—“Haré lo que sea, ¡pídame lo que sea!”—
—“Solo necesito una gota de su sangre en este frasco dijo sacando un frasco alargado con aparentemente agua en donde cabría la longitud exacta de su varita. Y le diré desde ahora, tomará mucho de su magia, posiblemente no pueda hacer magia de manera correcta por una semana, pero su varita vivirá.”—
El hombre vió a Leonel sacar una daga plateada como la de los duendes en Gringolls, se la ofreció y dijo—“solo un pinchazo en la punta del dedo.”—
El hombre lo hizo y la gota volvió roja toda la sustancia en el frasco, luego añadió un cabello del mago y un pelo de Crin de unicornio recién nacido y finalmente raíz y hoja de cedro negro luego lo cerró con una tapa e indicó que cantara el hechizo juntando sus manos sobre la botella, con toda la intención de reparar su varita. "nam Magia et vivificabis" la sustancia brilló y el mago cayó de rodillas por el agotamiento.
—“Muy bien hecho, tu varita estará como nueva para mañana, pero éste trabajo es pago por adelantado, son 5 galeones, 10 más y podemos personalizarla, tallar la madera, ponerle una empuñadura, darle el color que tú quieras y te llevas el kit de limpieza y mantenimiento, una funda o pedestal y la guía completa sobre el cuidado de tu varita”—
dijo el chico.
El hombre abrió mucho sus ojos y le pagó por el servicio además del kit, eligió la personalización y salió casi a rastas de la tienda mientras leía el folleto informativo que le dieron junto a la factura.
Así pasaron varias personas que necesitaban alguna clase de información o ayuda con sus varita mientras que Harry ayudaba a los nuevos magos o quiénes querían cambiar definitivamente su varita. Se pusieron el sombrero y el orbe obtuvieron sus posibles opciones y las recomendaciones para luego pasar a ser atendidos por Ollivander quién ya teniendo la información y el nivel de fuerza del chico o chica por ya hacer su trabajo mucho más fácil al solo necesitar elegir tres varitas diferentes, Aunque siempre estaba la opción de que la personalidad de La varita no congeniar al 100% con El pequeño mago A pesar de tener el mismo núcleo, madera y largo, la varitología era un arte como una ciencia. Se les ofreció el mismo servicio con valor de 10 galeones, pero para los que comparaban una nueva varita tenían una suscripción anual en la que podían ser una de las afortunadas personas que tuvieran su imagen en el maniquí dependiendo sus logros en sus respectivas escuelas.
Después de un rato Harry y Leonel sacaron a la clientela del local, todos muy contentos y deseando volver en algún momento.
De repente solo Harry Hagrid y Dudley estaban en la tienda.
—“¿Oigan, dónde está Leo?”— preguntó Harry.
—“No lo sé”— dijo Hagrid.
De repente Leonel venía tras Ollivander y tras Leo estaba un elfo doméstico.
—“Le dije que era una buena inversión”— dijo Leonel sonriendo.
—“¿Dónde estaban?”— Preguntó Harry.
—“¿Recuerdas la redada de ayer?”—
—“¿Sí?”— dijo Harry.
—“Pues conseguí un buen trato para los elfos sin amo, tuvieron que liberarlos obligatoriamente así que hice un trato con ellos y les conseguí trabajo, es un contacto al igual que el de Légolas y Tauriel así que todos tendrán nuevos amos sin que nadie pueda maltratarlos. De hecho los están contratando familias mestizas o en casos muy raros muggles con un hijo mágico, obviamente también obtuve un porcentaje, en agradecimiento por parte de los elfos, y los que no Tienen trabajo están viviendo en un local que compré hace poco, y que usaré como dormitorio para ellos, ya fuí por cosas básicas para vivir y un nuevo baúl para que puedan acomodarse, usaré la ropa vieja que reparamos para que se vistan decentemente y luego puedan encontrar un trabajo y un hogar.”—
Hagrid estaba sin palabras, este niño era... Diferente a todo lo que había visto antes, liberar elfos y conseguirles trabajos sin esclavitud y además que les pagaran, era inaudito, demasiado noble.
De repente el elfo tras él salió y se presentó.
—“Mi nombre es "Torpe" o así me llamaba el amo Turner”— dijo queriendo empezar a llorar.
—“Desde ahora te llamas... Ban, es un mejor nombre y necesitas verte presentable ya que desde ahora vivirás en éste lugar y servirás al gran señor Garrick Ollivander, el más grande creador de varitas del mundo”— dijo Leonel.
—“Muchas gracias mi señor, por aceptar que Torpe sea su esclavo”— dijo como si le estuvieran salvando la vida.
—“Nada de eso, no eres mi esclavo, eres mi invitado, trabajaremos juntos así que sólo llámame señor Ollivander”— dijo el anciano.
—“Pero amo...”—
—“No te preocupes, ya te acostumbrarás además tengo una tarea para ti”— dijo Leonel a Ban.
—“Lo que el amo Lionheart ordene”— dijo el elfo.
—“Quiero que uses estas cajas de madera y hagas una caja lo suficientemente amplia para que quepas en ella”— ordenó.
—“¿Como un ataúd? Usted es muy generoso mi señor, incluso va a darle un ataúd a Torpe”— dijo como si le estuvieran haciendo un regalo en oro.
—“¡No! ¡Claro que no! No es un ataúd, por dios, es como una cama, solo quiero una caja para que la transformemos en una habitación para ti, solo necesitas hacer un hechizo de ampliación y podremos hacer muchas habitaciones para tus demás compañeros elfos, si tienen el tamaño de una casa mucho mejor, así cuando los contraten puedan llevarse su casa consigo, o en el peor caso de ser despedidos o abandonados tengan un lugar donde vivir.”—
—“¿Usted piensa regalarnos casas?”— preguntó elfo temblando
—“Soy alguien que disfruta de los negocios pero siempre hay que encontrar el beneficio para todos Yo consigo un poco de dinero ustedes un trabajo además una casa y que les paguen el dinero pueden quedárselo pues necesitarán dinero en el caso de que quieran hacer una familia por lo que pueden criar a su hijo lejos de la esclavitud y la servidumbre para criarlo como un elfo libre”—.
—“Pero señor, los elfos no merecemos tanto”— lloró.
—“Tómalo como una inversión en unos años habrá muchos elfos domésticos libres que no puedan volver a trabajar por lo tanto sus amos No tendrán que sacrificarlos y con el dinero que ganaron durante su vida podrán sobrevivir el resto de sus días sin necesidad de trabajar.”—
—“Pero señor...”—
—“Puede que no le entiendas ahora pero en el futuro me lo agradecerás”— sonrió el chico. —“Además hay un par de sorpresas que tengo para ti”— señalando a Harry.
El elfo vió la cicatriz en la frente de Harry y cayó de rodillas, —“no puede ser, usted es... Es... Es...”—
—“¡Sí, es Harry Potter!”— dijo Leonel sonando como alguien vendiendo un súper producto milagroso en la televisión. —“De carne y hueso, vino hasta aquí solo para felicitarte por tu nueva libertad, tu nuevo trabajo y para darte un regalo”—
—“Todos los elfos lo veneramos señor Potter, desde que usted venció al que no debe ser nombrado la vida de los elfos dejó de ser un infierno, usted salvó al mundo mágico y salvó a los elfos”— llorando a los pies de Harry como si estuviera a los pies de su dios.
—“Harry hazme el favor de hacer pasar a nuestro pequeño y poco atractivo amigo por la máquina”— dijo el rubio como si estuviera presentando un concurso.
Harry no entendió muy bien que quería su amigo pero hizo lo que le indicaron llevando al pequeño elfo para que se sentara en el el lugar donde el sombrero sería puesto en su cabeza y el orbe en sus manos.
El orbe brilló fuertemente en sus manos, demostró tener un nivel de 95%, incluso más alto que el poder máximo de dumbledore. El sombrero indicó 27 centímetros, madera de roble inglés y fibra de corazón de dragón, no dió otras opciones.
Ollivander habló:
—“Una varita de roble es un compañero tan leal como el mago que se lo merece. Varitas de roble inglés requieren socios de fuerza, coraje y fidelidad. Pero es curioso que tenga, la fibra de corazón de dragón, sí produce varitas poderosas, y con ellas se pueden realizar encantamientos llamativos. Pero varitas con núcleo de fibra de corazón de dragón tienden a aprender hechizos más rápido que las de otros tipos. Sin embargo, pueden cambiar de maestro si se le quitan a su dueño original, y siempre establecen una fuerte relación con el que las posee en ese momento. Muy curioso que se parezcan tanto, eres fiel a tus amos pero le serás fiel a quien sea tu amo, sea quien sea. Inusual pero adecuado”— dijo Ollivander viendo al pequeño elfo.
—“Pero está prohibido! Los elfos no pueden usar varitas mágicas”— dijo con horror.
—“Eres el empleado de una tienda de varitas mágicas y tu patrón es un varitólogo famoso, la varita es una herramienta de trabajo para alguien que trabaje para Ollivander, así que no hay problema además juraste por tu magia que respetarías las tres leyes, así que, incluso si el ministerio apareciera totalmente armado, tu contrato mágico te respalda como un elfo usando una herramienta de trabajo para su amo, por lo que no pueden castigar a nadie”— Explicó Leonel.
—“Bien, mi pequeño amigo Ban, vamos a buscar tu varita”— dijo Ollivander llevando a su ayudante a la trastienda.
Mientras miraban atrás Dudley sentó su gran trasero en la silla de selección el sombrero descansó en su cabeza y tomó la esfera de cristal en sus manos. El sombrero no se movió pero la esfera parecía querer parpadear aunque muy ligeramente, sin dar un número para indicar el indicio de magia.
Se decepcionó un poco cuando no pasó nada y se levantó en silencio sin que nadie lo viera. O eso creyó.
De repente Hagrid habló: —“¿de verdad siempre te empeñas en encontrar esa clase de vacíos legales para aprovechar?”—
—“Sí, es un deporte muy reconfortante, además es deducible de impuestos, puedo dejar de pagar una gran cantidad de impuestos si los coloco como "crédito o mi cuenta de retiro y jubilación" por lo que puedo ahorrar millones y no pagar ni un centavo antes de mi retiro, si luego se dan cuenta ya sería demasiado tarde.
—“¿Estás enfermo, sabes?”— Dijo Harry.
—“Talvez solo un poco, pero seré un loco rico. Pero pasando a otra cosa...”— dijo empujando a Hagrid hacía atrás, Dudley se apartó del camino y el enorme gigante fue sentado en la silla mientras el sombrero se colocaba en su cabeza y un orbe de cristal en sus manos dando la impresión de que era una canica.
El sombrero cantó, —“45 centímetros, roble inglés pelo de cola de unicornio". Al Mago se le recuerda que su amor desmedido por almas afines incomprendidas puede ser peligroso para usted, al poner en peligro a alguien más, las apariencias engañan, no confíes ciegamente en los demás, cuida a los tuyos y a ti mismo, no temas los cambios y busca la felicidad, la paciencia es recompensada y aléjese de las periodistas, Su lengua es más venenosa que los colmillos de un basilisco.”—“
La esfera en sus manos marcaba un rotundo 70, y un dato, que por el momento nadie sabía, era que las personas que trabajaban en el ministerio como Aurores, tenían un nivel mínimo de 75 por lo que su magia era muy buena pero su dominio era otra historia.
Incredulidad había en los ojos de todos, fuera de Dumbledore y los que ayudaron a crear el sombrero y orbe, nadie había pasado la marca de los 50, incluso magos adultos, talvez Harry con un 46 y Leonel siguiéndolo con un 41, eran de los más altos, pero eso se debía al entrenamiento mágico para aumentar su control de magia y reservas.
—“¡Woaaa! ¡Do-ba-mes!”— Dijo Leonel viendo la cantidad de poder bruto en el hombre, tenía sentido hasta cierto punto pues era un semigigante, sus reservas mágicas deberían ser, así como su raza, gigantes, pero fue una sorpresa que casi duplicara su cantidad.
—“¿Para qué es todo ésto? Yo no puedo usar mi varita”— dijo el hombre.
—“Es fácil, es parte de nuestro acuerdo, solo que no usaré nada de lo que Ollivander tiene en ésta tienda, iré por el mundo en una semana así que buscaré algo realmente único para ti, pero necesitaré algo de tu esencia para ésto, así como hice con el tipo que quería arreglar su varita, necesito varias cosas tuyas; uñas, sudor, lágrimas, sangre, pelo, piel y magia, demasiada magia”— Explicó Leo sacando una cajas con frascos de vidrio.
Hagrid no entendía que pasaba pero si podrían darle una varita no se negaría.
—“Usa estos fracos para depositar tus muestras, uno en cada frasco, una gota de sangre, una de sudor, Una lágrima, una cuña, uno de tus cabellos, un pequeño trozo de piel Aunque puede ser cutícula, no es necesario que sea una gran cantidad solo lo suficiente, como el tamaño de un grano de arroz, luego pon tus manos sobre la tapa y vierte toda la magia que puedas, no importa si sientes que vas a desmayarte primero brillarán el rojo y luego en blanco cuando estén listos.”—
—“¿Pero para qué es todo ésto?”—
—“Planeo hacer algo especial con tu varita, estará tan personalizada, que incluso si alguien la tomara e intentara moverla, no podría, de hecho usaré los hechizos de los duendes para hacer que la varita, fuera de ti, no pueda ser movida por nadie, tendrá seguridad antirrobo, también autorregable, dependerá mucho del daño, pero es posible, y será muy resistente al desgaste, pero aún no tengo los materiales correctos, planeo que tenga una madera única en el mundo, madera de Yggdrasil si es que logro encontrarlo o en su defecto a Hyperion, secuoya costera, el árbol más grande de todo el planeta qué se encuentra en California. Mientras tanto buscaré un núcleo mágico igualmente poderoso y enorme. Escama de Jörmungandr, pelo de Daidarabotchi, o pluma de serpiente emplumada en México, como sea, tendré tu varita lista para el inicio del año escolar.”—
Hagrid no sabía qué decir, estaba atónito.
De repente una familia entró a la tienda.
—“Muy buenas tardes, bienvenidos a Ollivander, donde nace la magia, casa predilecta por Harry Potter para varitas ¿En qué podemos ayudarles?”— dijo Leonel sonando muy profesional, como si hubiera estado haciendo ésto por años y en realidad estaba bastante metido en el tema, durante su tiempo como vendedor de telefonía móvil hubo una temporada en la que tuvo que ayudar en una agencia, le fue bastante bien pero tenía que asistir a otros eventos así que no pudo quedarse a pesar de que las comisiones eran buenas.
La familia en cuestión se quedó bastante maravillada por la tienda en sus rostros se notaba la impresión y más en la niña, era pequeña tenía el cabello castaño y parecía que nunca había oído hablar de un cepillo de pelo en su vida, de cierto modo se parecía al cabello de la chica de la película "Valiente" de Disney y Pixar, "Mérida" si no mal recordaba.
—“Esta es la tienda más bonita que he visto en éste lugar, parece la más "moderna y normal" aunque casualmente venden lo más mágico de todo, varitas mágicas”— dijo el padre de la familia.
De repente los clientes dieron un salto y gritaron de la impresión al ver un gigantesco hombre levantándose de un asiento.
—“¿Qué es eso?”— preguntó la madre.
—“¡Un monstruo!”— Gritó la niña.
—“Tranquilos, tranquilos todos, dijo Leonel, "No es un monstruo, su nombre es Rubeus Hagrid, trabaja en Hogwarts, básicamente es el que hace el trabajo pesado.”—
—“Hola mucho gusto”— dijo el gigante hombre intentando no sentirse ofendido y a la vez intentando calmar a estos muggles, sabía que lo eran por sus vestimentas y por decirle "monstruo". La verdad los magos no utilizaban mucho esa palabra.
—“Lo lamentamos”— dijo el padre nervioso.
—“Es que... Eres tan grande”— dijo la niña.
—“Obviamente, tiene ascendencia de gigantes, los de verdad, ya saben, Fii Fai-Fou-Fum. Pero no se preocupen, a diferencia de los cuentos de hadas él es un gigante manso, como el tiburón ballena o un gigantesco San Bernardo”—
—“No creí que existieran los gigantes, aunque me los imaginaba más... No sé... Grandes?”— Dijo la mamá.
—“Es porque sí lo son, de hecho a Hagrid aquí se le consideraría un enano entre los de su raza, aunque ellos son normales hostiles, Hagrid es un maldito Santo, le gusta cuidar animalitos del bosque y básicamente es un leñador bueno, como en la caperucita roja”— explicó el rubio.
Los adultos se disculparon con Hagrid mientras que la niña miraba al chico rubio de una forma no tan sutil.
—“¿Qué pasa?”— Preguntó Leonel.
—“¡Te conozco!”—dijo ella señalando con el dedo.
—“mira en primera, no me señales, es de mala educación, segundo ¿De qué estás hablando?”—
—“¡Tú eres Thomas Lionheart! El chico que se saltó dos años de estudios”— dijo casi como si eso fuera de alguna manera hacer trampas o algo así.
—“¿Perdón? No recuerdo que estuviéramos en el mismo salón”—.
—“Es que no estábamos en el mismo, sabía de ti por toda esa clase de negocios raros que tenías, pero de todas formas ¿Qué haces aquí?”—
Realmente Leonel no sabía quién era esta niña, si no había estado en su salón, menos le importaba. De todas formas nunca se llevó bien con niños, a excepción de Harry.
—“Bueno ahora tengo una nueva tienda mágica, se la compré al dueño anterior con los ahorros que tenía de todas mis inversiones, ahora ya Soy un empresario”— dijo el rubio lo cual no era del todo mentira.
—“¿Qué? ¿Y no piensas seguir estudiando? Desperdiciarás todos tus años de estudio para dedicarte a esto”— preguntó incrédula.
—“No, pero da igual, de todas formas asistiré a Hogwarts en septiembre así que éste negocio estará en buenas manos para entonces.”—
—“¿Tú también irás a Hogwarts?”— preguntó la niña emocionada pero luego su ceño cambió y se volvió muy osco, casi competitivo. —“Pero ni creas que te dejaré el camino fácil, he leído todos los libros de primer año y los he memorizado todos, eso ni tú lo has podido lograr”— dijo desafiante.
—“Tranquila Hermione Granger, si sigues llenando tu cabeza así tus dientes saldrán más largos”— bromeó el chico, —“pero al menos tendrás un premio de consolación, ¡5 puntos para Gryffindor!”—
Ella tapó su boca de inmediato y murmuró algo acerca de sus dientes, pero luego preguntó —“¿Crees que estaré en Gryffindor?”—
Entonces lo entendió, Leonel estuvo a punto de tomar su cabeza y estrellarla contra el mostrador, Cómo no se había dado cuenta antes, ésta niña era Hermione. De verdad no se parecía mucho a Emma Watson, pero seguía siendo Linda en el sentido más puro, como un gatito o un conejito, ajustando en ese último, ya que sus dientes frontales eran un poco largos.
Cuando estuvo a punto de decir algo más la pequeña campana en la puerta de la tienda, tintineó y un joven de alrededor de 17 a 18 años apareció por la puerta, era alto, de ojos azules y piel blanca, pero lo que llamaba la atención era su extraño color de cabello, era rojizo pero más anaranjado que la mayoría de pelirrojos que conocía, además tenía pecas muy marcadas en la cara, parecía que se las había pintado o algo así. Pero lo que de verdad hizo que la mente de Leonel explotara fue el niño de cara larguirucha que venía tras el joven, tenía alrededor de 10 u 11 años, mismas facciones, mismo cabello mismas pecas, era definitivamente su familiar pero notó su ropa era como si se las hubiera robado a un indigente, las hubiera lavado y remendando. Entonces entendió. Ron Weasley.
Entonces vió a Harry y dijo —“amigo creo que necesitaré ayuda.”—
Continuará....
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top