29-Solo son marionetas

Sam:

Volví adentro de la casa ardiendo de ira. Cuando entré, todos fijaron sus miradas en mí, por lo que me controlé para sonreír. Mi mirada se fijó en Ryan y este frunció el entrecejo, preguntando con la mirada que pasaba.

Chloe y la señora Jackson, su mamá, habían vuelto y se encontraban sentadas en el sofá más cercano. La señora Jackson me miró de arriba hacia abajo, antes de hacer una mueca de disgusto. Chloe se quedó mirando la mesa frente a ella con la mirada perdida, pero cuando levantó la mirada y la fijó en mí, cambió su expresión a una cruel y mala.

Al lado de Chloe estaba sentado Ryan, quien seguía mirándome con una ceja levantada. Sentada a su lado, Hanna estaba hablando con alguien en el teléfono, mientras Teo miraba a cada uno en el lugar con una mirada de odio.

Finalmente, al lado de Teo estaba Annie. La anciana tenía en su mano un helado, mientras que Chris, su esposo, intentaba comerlo sin que ella se diera cuenta.

Sonreí con diversión y me senté al lado de la señora Jackson con algo en mente. Sabía que la venganza nunca fue una solución, pero nadie en el lugar salía herido. Solo humillaría un poco a alguien.

—¿Necesitas algo, Sam?—preguntó Aaron, tapándome mejor y mirándome con preocupación.

—¿Me puedes traer un vaso de Cola Coca?—le pedí, señalando el comedor.

Aaron asintió, antes de caminar con rapidez hacia el lugar. Si todo salía bien, Aaron debería pasarme el vaso desde el lugar donde estaban sentados Annie y Chris, lo que me daría una ventaja.

Pero en vez de eso, el chico empezó a acercarse sin pasar cerca de ambos ancianos. Gruñe con molestia y me puse de pie, mirándolo en modo de disculpa.

—Espera, me dio un poco de calor—me disculpé, poniéndome de pie y dejando la manta al lado de la señora Jackson—Ponte atrás, podré pegarte sin querer.

Aaron se ejecutó, confuso, por lo que empecé a quitarme el poleron que me había dado Ryan para quedar finalmente en la camiseta ligera que tenía antes.

A morirse de frío se dijo—comentó mi voz interna mientras pasaba el poleron por mi cabeza para quitármelo.

Y ahí alargué el brazo, y "por accidente" empujé a Aaron, antes de escuchar un grito agudo proveniente de mi derecha.

—¿Qué ocurre?—pregunté con inocencia, agarrando la manta para volver a taparme.

Y me tuve que controlar un montón cuando mi vista se posó en la señora Jackson. La bebida fría se había caído sobre su cabeza, por lo que el vaso seguía posado sobre su cabeza. El líquido había caído por su cara, por lo que su maquillaje empezaba a arruinarse.

—¡Oh, lo siento!—me disculpé, intentando sonar arrepentida—No lo hice a propósito, fue un accidente.

La señora Jackson se puso de pie de golpe y me empujó con fuerza, haciendo que resbalara por la manta y perdiera el equilibrio.

Pero por suerte, Aaron apareció rápidamente detrás de mí y me agarró antes de caer al suelo.

—¡Tú eres el accidente!—contraatacó la señora Jackson.

—Sam, nos vamos—me ordenó Ryan, agarrando mi poleron y ayudándome a ponerme de pie—Gracias por la invitación, pero ya es muy tarde.

Ryan agarró mi mano con fuerza y tiró de mí hacia afuera. Cuando salimos de casa, me puso el poleron y me miró con molestia.

—¿¡Que fue eso, Sam!?—preguntó, molesto—Sé que los demás se creerían tu excusa, pero a mí no me puedes mentir.

—¡Ella se lo merecía!—contesté, desviando la mirada—No puedes juzgarme por querer hacer justicia.

—A eso no llamo justicia, lo llamo juegos infantiles—me explicó Ryan—Podrías haber arruinado nuestro pase para arrestar a Jack. ¿Te das cuenta de eso?

Bajé la mirada con culpabilidad, dándome cuenta de mi error. Tendría que haber pensado mejor antes de dejar que mis sentimientos tomen el control.

—Está bien, tampoco te pongas triste—me tranquilizó Ryan, agarrando mi cara con ambas manos y sonriendo—Todo sigue igual ahora, solo intenta pensar la próxima vez.

Ryan se acercó a mi auto, empezando a reírse.

—Y yo que pensaba que era el más estúpido y tonto de los tres.

—¡Sam!—gritó una voz desde la casa, mientras la puerta se abría de golpe.

Aaron salió y miró alrededor con preocupación, antes de que su mirada se posara en mí.

—Oh, estás aquí—suspiró con alivio—¿Te dolió?

—¿Caerme del cielo?—sonreí con diversión.

—En realidad Sam subió del infierno—corrigió Ryan, cerca del auto.

—Menos mal, pareces de buen humor y no se ve que te duela algo—se tranquilizó Aaron—Bueno, espero que lleguen bien a casa, y cualquier cosa me escribes, ¿si?

—¿Ya le diste tu número?—se sorprendió Ryan, mirándome con la boca abierta.

Me encogí de hombros, al mismo tiempo que Aaron sonreí y se despedía con una gesto de la mano. Me quedé varios segundos plantada en mi lugar, antes de llamarlo de golpe.

—¡Espera!—lo paré, suspirando con nerviosismo—¿Por qué siempre eres bueno conmigo mientras yo soy totalmente lo contrario?

—No necesito una buena excusa para hacerlo—se encogió de hombros—Mamá siempre me dice "Si alguien te desea el mal, tú deséale el bien. Cada quien ofrece lo que tiene".

Me quedé con la boca abierta. Aaron me alborotó el pelo y sonrió, antes de volver dentro de la casa.

—Wow—susurró Ryan, haciendo que me girara.

El chico estaba apoyado en mi auto, tomando leche de chocolate con interés. Eran esas típicas cajitas donde había "jugo de chocolate", por así llamarlo.

—Veo que cada vez te enamoras más de Aaron—se burló.

—Ese jugo está caducado—le informé, sonriendo también con burla—Lleva meses en mi auto.

Ryan abrió los ojos con sorpresa, y tragó con dificultad el sorbo que tenía en la boca.

—¡Podías decirlo!—se quejó—Ya me preguntaba por qué tenía un sabor raro.

—Podías haber visto la fecha en la que ya no se podía tomar—le expliqué—Y después ni se te ocurra decir que no eres un idiota.

—Tonta—contraatacó.

—¡Ryan, espera!—gritó una voz femenina.

Ambos giramos nuestras cabezas con sorpresa, viendo a Chloe llegar corriendo en nuestra dirección. Cuando llegó a nuestro lado, agarró a Ryan por las manos, dando saltitos de emoción.

—Ya pensé en que pondremos para el baile, Ryry—le informó, emocionada.

—¿Ryry?—preguntó el chico con confusión.

Apreté los labios y desvié la mirada, no queriendo reírme del ridículo apodo que le había dado.

—¿Qué propones que nos pongamos?—preguntó Ryan.

—Yo podría ir con un vestido amarillo, que tengo en mi casa—le explicó—Y la máscara sigo pensando en si ponerme una amarilla también o negra.

—¿Y yo?—cuestionó Ryan, sonriendo de lado.

—Quizás un traje negro con corbata azul y una máscara azul—le informó—Una máscara azul hará resaltar mucho más tus ojos.

—Creo que estoy de más en este momento, así que esperaré en el auto—les informé, pero Chloe se apresuró a negar.

—Espera, tengo algo que decirte a ti también—me informó.

Fruncí el entrecejo y suspiré. ¿Qué me querrá decir?

—Pienso que fue muy malo lo que le hiciste a mi madre—me informó, mirándome con seriedad—Deberías tener más cuidado, a ella no le gusta que la pisoteen.

—Sí, ya me di cuenta—contraataqué, levantando una ceja—Aunque creo que a alguien más no le molestaría que lo hicieran.

Volví a recordar la escena que había visto poco antes, además del hecho de que yo no había atacado a Chloe, lo que daba como resultado el hecho de que su familia abusaba físicamente de ella.

—Hay algo más—siguió, mirándome con molestia como si le hubiera pedido que me besara la mano—Lo siento por lo que te hizo y dijo mi mamá—me explicó con voz mecánica y sin sentimientos.

—Está bien—asentí, sin saber que más añadir—Estoy bien.

—Bueno, nos vemos en clases—se despidió—Hasta mañana, Ryry.

—Em... Hasta mañana, Chlochlo—se despidió Ryan, confuso.

Tapé mi boca y volví a desviar la mirada, pero al instante me empecé a reír a carcajadas, sin poder controlarme.

—Por favor, al menos elijan apodos mejores que eso—les pedí con diversión—¿Es en serio? ¿Ryry y Chlochlo?

—Danos un mejor apodo si estos te dan risa—contraatacó Chloe, ofendida.

—La mejilla herida y el de las dos balas—contesté—¿Les gusta?

—¿La mejilla herida?—susurró Chloe.

—¿El de las dos balas?—se ofendió Ryan.

—Entonces yo te llamaré perro rabioso—terminó Chloe, dando media vuelta y levantado su pelo de un gesto de la mano.

—Es rara—le informé—También bipolar.

—¡Bah, es Chloe!—suspiró Ryan, antes de despedirse con un gesto de la mano—Volveré a casa así que espero que tengas una linda noche.

Ryan miró alrededor al instante.

—¿Dónde está James? Debemos irnos.

—Está durmiendo—le informé—Solo ve, tengo algo que pedirle.

—Está bien—suspiró Ryan.

—Hasta luego, Rydiota—me despedí—¿Ves, eso es un apodo mucho mejor?

Ryan se rio, antes de dar media vuelta.

—Hasta luego, Browny.

James:

—Fantasmita—escuché cerca de mi oreja—¡Fantasmita!

Me senté de golpe, antes de mirar alrededor con confusión. Sam se encontraba sentada a mi lado, cansada.

—Volveremos ahora a casa—me informó—Ryan ya se fue, pero necesito que me hagas algo urgentemente.

—¿Qué ocurre, angelito?—pregunté con preocupación.

—Por favor, acompaña a Chloe y a la señora Jackson hasta la casa—le pedí—Y reúne la mayor cantidad de información sobre lo que ocurre.

Levanté una ceja con confusión, pero asentí. Sam suspiró con alivio, antes de dar media vuelta y dirigirse corriendo hacia su auto. Al instante dos personas salieron de la casa: las dos personas que Sam me había pedido que vigilara.

La señora Jackson amiba con enojo, mientras que Chloe, con el ceño fruncido, la seguía en silencio.

Ambas se dirigieron a un auto estacionado un poco más lejos, por lo que me puse de pie de un salto y las seguí. Cuando ambas se instalaron en el lugar delantero del auto, me senté atrás, con los brazos cruzado.

La primera mitad del trayecto fue silenciosa. No fue hasta 20 minutos después que Chloe habló finalmente.

—Lo siento por lo que pasó en el salón—susurró, bajando la cabeza—Sé que fue un accidente, pero en parte fue mi culpa.

—Tú eres el accidente—gruñó la señora Jackson—Fue una horrible idea traerte conmigo a esta cena "familiar".

—Lo siento—susurró Chloe, nerviosa.

—Solo espera a que lleguemos a casa y te arrepentirás—le advirtió la señora Jackson—Y agradece que no te expulsaran de la escuela por el show que hiciste en la mañana.

—¡No fue mi culpa!—se ofendió la chica—¡Tú me pediste ser así!

—¡No me contestes!—gritó la señora Jackson, agarrando la mejilla de Chloe con fuerza y arrancándole el parche—¿Te parece si te arruino la otra mitad de la cara, cariño?

Me quedé congelado al ver la cara de Chloe. Por culpa del gran parche no se veía, pero su mejilla entera estaba violeta, y la parte baja de su ojo tenía un pequeño arañazo.

—No juegues con fuego si tienes miedo a quemarte—sonrió la señora Jackson con crueldad.

—"No jueguen con hielo si tienen miedo a congelarse"—susurró Chloe—"Porque eso es peor que el fuego. El fuego quema en segundos, pero el hielo dura por mucho más tiempo".

—¿¡Quien te fijo esa ridícula frase!?—se molestó la señora.

La señora Jackson agarró con fuerza el brazo de su hija, por lo que Chloe soltó un grito de dolor. La señora Jackson abrimos los ojos con sorpresa, mientras que Chloe se tapaba la boca, empezando a temblar.

—No me digas que...—susurró la mujer, antes de avanzar un poco y estacionarse.

Al instante se dio la vuelta y levantó el poleron de su hija en el brazo, tocando su muñeca sobre sorpresa.

—No...—susurré en shock.

Chloe se tapó la cara con la mano y empezó a sollozar, mientras la señora Jackson y yo teníamos la mirada fija en su muñeca, llena de cortes y de arañazos.

—¿Te has estado... cortando?—susurré, en shock.

Al instante la señora Jackson empezó a reírse a carcajadas, por lo que Chloe y yo la miramos con temor.

—Y después me dices que no haces esto para buscar atención—se rio la mujer—Desde hoy también empezarás a ponerte ropa de manga larga. No quiero problemas por tu culpa.

—¡Hey!—me ofendí, mirándola con odio—¡Nadie merece ser tratado así! ¡Discúlpate!

Pero como era de esperarse, nadie me escuchó. Al instante un celular empezó a sonar, por lo que la mujer sacó su celular, antes de mirar a Chloe con frialdad.

—Una sola palabra y estás muerta—le advirtió, antes de contestar y poner el altavoz.

Hola, cariño—saludó una voz familiar, haciendo que un escalofrío pasara por mi espalda.

—Jack...—susurré, sorprendido.

—Hola, amor, ¿Cómo va tu viaje?—preguntó la señora Jackson con cariño—¿Te estás divirtiendo?

No tanto como quisiera, linda—se lamentó Jack—Tengo mucho más trabajo de lo esperado, pero prometo volver antes de fin de mes.

—No te preocupes, vuelve cuando termines todo—lo tranquilizó la mujer.

¿Y como está mi princesita?—siguió Jack—Espero que no me extrañe mucho.

—Justamente está aquí—le informó la señora Jackson, mirando a su hija con frialdad—¿Quieres hablar con ella?

—se emocionó el hombre.

—¿Hola, papá?—lo saludó Chloe, intentando sonar normal.

—¿Cómo estás, belleza?—preguntó Jack—Espero que no extrañes mucho a tu super papi.

—Claro que te extraño, papá—asintió Chloe, mientras otra lágrima le caía por la mejilla—Te extraño mucho.

Si quieres podemos hacer una videollamada en poco, cuando llegue al hotel—le pidió Jack, emocionado.

—¡No!—negó con rapidez la señora Jackson—Tienes que descansar, ella está bien, igual la verás en un par de días.

¿No te molesta no verme, hija?—preguntó Jack con preocupación—Te extraño mucho y te amo mucho, ¿lo sabes?

—Yo también, papá—susurró Chloe.

—Hasta luego, amor—se despidió la señora Jackson—Suena con los angelitos, lo que sería yo.

—Claro que lo haré—se rio Jack—Aunque mi angelito es Chloe.

La señora Jackson colgó al instante, antes de reírse con diversión.

—Te lo dije, yo controlo todo en esta familia—le informó con una sonrisa cruel—Mientras yo siga viva, me aseguraré de que todos sigan siendo mis marionetas.





Holaaaa

Que tal?

Que les pareció el nuevo capítulo?

Que piensan de lo que hizo Sam?

Y de lo que descubrió James?

Que creen que esta pasando exactamente en esta familia?

Como les cae Aarón?

Y la señora Jackson?

Y Chloe? Les sigue cayendo mal?

Y Jack?

Que creen que pasará ahora?

Hasta luego👋😁💖

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