20-Es muy tarde para ella

Ryan:

—Date prisa—me pidió James, mirándome mientras me ponía mis zapatos.

—Ya casi termino—contesté, antes de ponerme de pie y bajar corriendo las escaleras.

James me siguió, antes de abrir la puerta y dejarme salir primero. Un auto negro ya estaba estacionado frente a la casa. Cuando me acerqué a él, vi que una chica joven estaba sentada dentro.

—¿Porque tienes puesto de nuevo lentes de sol?—le pregunté con diversión.

—Me veo más cool así—contestó Sam, encogiéndose de hombros.

—Eres rara—le informé.

—Y me lo dice el chico que puede ver fantasmas—contestó, sacando la lengua.

—Lo mismo digo para ti—contraataqué, sentándome en la silla acompañante.

—¡Touché!—habló James, riendose con diversión.

Sam arrancó el auto, antes de poner la radio. Al instante una canción romántica empezó a sonar, por lo que suspiré y giré la cabeza, mirando por la ventana. James seguía sentado atrás nuestro, moviendo la pierna al ritmo de la canción.

—¿Sabías que Lea se irá de viaje en unas dos semanas?—preguntó el chico, haciendo que girara la cabeza con sorpresa.

—¿Cómo sabes eso?—cuestioné, sorprendido.

—Acompañé a Lea a la escuela en la mañana—explicó James, encogiéndose de hombros—Por esa misma razón no llegué a casa hasta las 10:45.

—Que suerte que hagan un viaje—asintió Sam, mirando al chico por el retrovisor—¿A dónde irán?

—Según lo que dijo el profesor, a la montaña—nos explicó James, antes de girarse en mi dirección y mirarme con seriedad—¿Puedo acompañarla?

—Claro—asentí, sin saber porque él quería ir.

—La montaña es peligrosa, y me gustaría estar con ella para protegerla por si acaso—explicó, sonriendo con alivio—¡Gracias, Ryan!

—No pasa nada—lo tranquilicé, antes de girarme en dirección de Sam—¿Adonde vamos?

—Los estoy secuestrando para pedir dinero a vuestros padres a cambio—contestó la chica con cara seria.

La miré durante unos segundos con la boca abierta, antes de ver como ambos chicos empezaron a reírse con diversión.

—¿Cómo es posible que seas tan inocente?—se burló Sam—Te crees todo lo que te dicen.

—No es mi culpa que tengas todo el tiempo una cara seria—contrataqué—¿Te hará daño sonreír de vez en cuando?

—En realidad sí—asintió la chica—Si sonrío más de 5 veces por día me moriré.

La miré con la boca abierta, antes de fruncir el entrecejo y mirarla con molestia.

—¡Deja de burlarte de mí!—la regañé, al mismo tiempo que Sam sonreía.

—Oblígame—contestó, sacando la lengua—Y si quieres que sonría más debes hacerme reír más.

Suspiré, rodando los ojos, al mismo tiempo que veía por el retrovisor como James sonreía con diversión. Al instante una nueva canción empezó a sonar, al mismo tiempo que Sam y James se tensaban de golpe.

Fruncí el entrecejo, antes de empezar a escuchar la letra. Al cabo de un par de segundos, me giré, mirando a ambos con incomodidad.

—Esta cancion es muy deprimente—les informé—¿Como que "We keep this love in a photograph, We made these memories for ourselves, Where our eyes are never closing, Hearts were never broken, And time's forever frozen, still..."

—Me sorprende que entiendas el inglés—sonrió Sam.

—Es mi canción favorita—nos informó James, sonriendo con tristeza—se llama Photograph.

—¿Tu canción favorita?—preguntó la chica, curiosa.

—La escuché por casualidad una vez cuando subí al auto de papá y mamá cuando iban a contestar una emergencia—explicó el fantasma—No sé porque, pero me da nostalgia cada vez que la escucho.

—Sinceramente, yo también—susurró Sam, desviando la mirada—Me recuerda a alguien...

—¿A alguien?—cuestionamos James y yo al mismo tiempo.

—Justamente vamos a verlo—nos explicó la chica, estacionandose en un lugar desolado—Bajense.

Me bajé, antes de volver a sentir un pequeño dolor en mi estomago. Ya era capaz de pararme sin problemas, pero a veces tenía problemas. Le di la espalda a Sam y me levanté el poleron, tocándome el estómago con dolor.

Al instante un escalofrío pasó por mi espalda cuando mi mano fría se posó sobre mi piel. En la parte baja de mi estómago tenía unos vendajes, pero eran menos gruesos que al principio. Debajo de esos vendajes estaban dos heridas circulares, resultado de las dos balas.

—¿Qué haces?—preguntó Sam, rodando los ojos—No es momento para asegurarte si no se te cayeron los abdominales.

—Tu sentido del humor aumentó mucho últimamente, ¿no crees?—pregunté, bajando mi poleron y girándome para mirarla.

—El ambiente con ustedes es muy deprimente, así que necesitamos que alguien ande constantemente subiendo el animo—me explicó.

—Pensaba que eras más bien amargada—admití—Pero parece que sí sabes hacer reir.

—Deja de hacerme bullying—se quejó Sam, intentando no sonreír.

—Además el rol de hacernos reír se lo podemos dejar a James—contesté, antes de girarme para intentar buscarlo.

James estaba un poco lejos de ambos, sentado en el suelo mientras un pequeño perrito estaba durmiendo en sus brazos. El chico lo acariciaba con ternura mientras sonreía con emoción.

—Parece un niño pequeño—susurré, antes de acercarme a él—¿Te gusta el perrito?

James levantó la cabeza y me miró con los ojos brillantes de emoción, antes de asentir. Me arrodillé a su lado y agarré al perro en mis brazos, sintiendo lo pequeño y tierno que era.

—¿Quieres que lo adoptemos?—le pregunté, devolviendoselo.

—¿¡Podemos!?—se sorprendió James, poniéndose de pie de golpe—¡Wow, adoro a Wauf-Wauf!

—¿Wauf-Wauf?—pregunté, sonriendo de lado—¿Cómo es que nadie sabe darle buenos nombres a su animal de compañía?

—Pueden llamarlo Bob—argumentó Sam.

—¡No, Wauf-Wauf es perfecto!—negó el fantasma—¡Es justamente el ruido que los perros hacen!

—¿No deberías preguntarselo primero a tu familia?—preguntó Sam.

—Papá lleva un par de meses deseando adoptar un animal de compañía, pero no se decide si quiere un gato, un perro, un conejo o un hamster—le expliqué—Así que esta es una perfecta oportunidad.

Sam se encogió de hombros y empezó a caminar, entrando a un parque. O eso pensaba. Pero no fue hasta ver de que estaba lleno que entendí donde estábamos.

—Un cementerio—susurré, sorprendido—¿Vinimos a ver a tu... mamá?

Sam asintió, sin dejar de caminar, por lo que James y yo la seguimos, el fantasma con el perrito en sus brazos. El lugar entero estaba lleno de lápidas, árboles, flores posadas sobre las tumbas.

De golpe Sam dejó de caminar y se arrodilló frente a ella. Me quedé parado en mi lugar, a unos 2 metros de ella, sin querer incomodar. Sam se quedó callada durante casi un minuto, la vista posada sobre la tumba. Después de eso se puso de pie, antes de pedirme que me acercara.

Me paré a su lado, y vi en la lápida como estaba escrito información sobre ella, como la de James.

—05 de diciembre—susurré, sorprendido—Murió el mismo día que James.

Sam asintió, por lo que bajé la mirada, aun leyendo.

—Emma Brown, "Sonríe aunque sólo sea una sonrisa triste, porque más triste que la sonrisa triste, es la tristeza de no saber sonreír".

Me quedé con la boca abierta. No sabía que tal frase existía, pero tenía tanta razón. Me giré hacia Sam, la cual tenía los puños apretados y la mirada hacia el frente, inmovil.

Me acerqué a ella y puse una mano sobre su hombro, sonriendo para darle fuerza. Sam giró su cabeza con sorpresa, antes de mirarme con una sonrisa triste.

—Lo haces muy bien—susurré, volviendo a mirar la lápida—Muchas gracias por abrirte más a mi.

Sam suspiró, antes de también girar su cabeza hacia la tumba. Después de eso sonrió, pero no una sonrisa triste, sino que una sonrisa real. Dejó de apretar sus puños, relajándose.

—Hola mamá—empezó a hablar, tomándome desprevenida—Sé que llevo un par de días sin venir, pero quería presentarte a un chico que conocí en la escuela.

Abrí los ojos con sorpresa, antes de quitar mi mano del hombro de la chica y sonreír con nerviosismo.

—Hola, señora Brown. Soy Ryan Black, encantado de conocerte—seguí con la voz temblorosa.

—Él también puede ver fantasmas—siguió Sam—Justamente lo mismo que pasó conmigo. Además, ahora mismo tenemos a un fantasma a nuestro lado—señaló a James.

El chico levantó la cabeza con nerviosismo, antes de saludar en dirección de la lápida.

—Sé que papá me pidió que no volviera a comunicarme con los fantasmas, pero James y Ryan son especiales. Ellos...

Sam se quedó callada unos segundos, antes de tomar una larga respiración y seguir.

—James fue asesinado el mismo día que tú, mamá—le explicó—Además, su asesino es el mismo que el tuyo.

Abrí la boca con sorpresa, en shock. Había pensado en esa posibilidad, pero no sabía como Sam podía estar tan segura de eso. Aun así, no dije nada, sino que me quedé callado.

—Nosotros no tuvimos tiempo—susurró Sam, bajando la cabeza mientras empezaba a temblar—Un año parece mucho, pero solo tenía 5 años... no pude hacer nada, lo siento.

—Sam, no—susurré, sin saber a qué se refería exactamente—Estoy seguro de que tu mamá está orgullosa de ti. Confía en mí.

Sam negó, apretando los puños con fuerza.

—No pude ayudarte, pero prometo dejar a ese maldito en prisión—prometió, molesta—Aunque muera en el proceso, lo lograré. Ya no soy una bebe, tengo 19 años y dos aliados. ¡Lo lograremos!

—¡Sí!—asentí, levantando mi voz—¡Prometo encontrar al asesino, señora Brown! ¡Tenemos muchas pistas por el momento, y lograremos que usted pueda estar tranquila!

—Es muy tarde, Ryan—susurró Sam, mientras sentía como empezaban a caer gotas de agua encima de mi cabeza—Ya es muy tarde para ella.

—¿Porque?—susurré, mientras notaba como realmente había empezado a llover.

—Ya pasó su tiempo límite, ella no podrá volver a este mundo—susurró Sam, dándome la espalda.

Fruncí el entrecejo, antes de fijar mi mirada en James, el cual se encogió de hombros, también confuso.

—Cuando un fantasma entra en contacto con un humano, solo tiene 1 año para lograr su objetivo—susurró Sam, aun sin mirarme a los ojos—Si no lo logra en esos 366 días... el fantasma desaparece completamente.

—Pero...—me quedé callado, confuso—¿Ese no era el objetivo? Hacer que desaparezcan y descansen en paz.

—No, Ryan—negó Sam—Porque si logramos el objetivo... el fantasma tiene la oportunidad de volver a reencarnar.

Abrí los ojos, en shock. Sam se giró finalmente en mi dirección y vi como su cara y pelo entero estaban mojados por la lluvia. Pero aun así... algo me decía que lo caía por sus mejillas no eran gotas de lluvia.

—Mamá no podrá reencarnar, simplemente porque su tiempo pasó—susurró Sam—Pero James aún puede hacerlo.

Sam avanzó en mi dirección, antes de mirarme con seriedad, mientras más lagrimas caían por sus mejillas.

—Si lo logramos, en unos años, quizás puedas conocer a James de nuevo—susurró la chica—No importa si termina siendo tu hijo, tu vecino o lo que sea. El punto es que lo volverás a ver y podrán tener más tiempo juntos.

Sam volvió a girarse, antes de mirarme con completo dolor en su cara.

—A diferencia de ti, perdí para siempre a mi mamá.




Holaaaa

Que tal?

Que les pareció el nuevo capítulo?

Que piensan de Wauf-Wauf?

Y del lugar donde los llevó Sam?

Se esperaban a que los llevara a un cementerio?

Que creen que pasó con la mamá de Sam?

Y de que un fantasma solo tiene 1 año para poder reencarnar?

Creen que James lo lograra o no?

Que piensan de Sam?

Y quien es vuestro personaje favorito?

Hasta luego👋😁💖

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