Uno
Na Eun.
—Sabes que siempre me has gustado y demasiado — acarició mi mejilla — pero si comienzo algo contigo no dejarán de molestarte.
Mi estómago se empieza a contraer.
—Eres muy bonita, divertida, lista y siempre estoy feliz cuando salimos.
Las lágrimas empezaron a brotar.
—No peque no llores —me abrazo —podemos salir a escondidas.
—No.
Me separé de su abrazo. Se que le incomoda que nos vean en público, porque no cumples con los estándares de belleza.
El será capitán del equipo de fútbol y no está bien que lo vean con alguien como yo, lo quiero mucho pero no dejaré mi dignidad por salir con él.
—¿Na Eun?
—No lo voy hacer Jimin, respeto que no quieras estar conmigo y me duele, pero no me voy a esconder.
—¿Me vas a dejar?
—¡Tu eres quien me está dejando!
—Te estoy diciendo que podemos salir a escondidas.
—No quiero eso —le bese la mejilla —prefiero que duela un tiempo, a qué siempre duela.
Tomé mi mochila y comencé a caminar.
No se como lidiar con una ruptura, es mas no se como es una ruptura, lo mío con Jimin no puedo considerarlo como una relación, ya que todo el tiempo fue a escondidas, él ha sido mi vecino por muchos años y siempre nos habíamos llevados perfectamente, no le importaba que tuviera unos kilos de mas.
Al menos eso creía.
Jugabamos en el patio trasero de su casa o en el de la mía, cuando la adolescencia nos llego a ambos, el se volvió aun mas atractivo de lo que siempre fue y comenzó a llamar la atención de las niñas del colegio, pero siempre se mantenía a mi lado pese a todo, eso hasta entrar a la escuela media, donde la crueldad de la lengua adolescente pesa mucho mas de lo que podrían ser años de amistad.
Cuando lo veían conmigo siempre escuchaba que murmuraban.
"¿Cómo puede estar con ella?"
"Si tuviera la oportunidad se lo comería seguro"
Incluso los profesores que se supone tienen que apoyar en estos casos solo me decían, "Tienes bonito rostro, si bajaras unos kilos mas". Lo peor de todo es que mis kilos de más, son mínimos mido 1.60 y peso 64 kilos.
Puede decirse que no es mucha la diferencia, pero a comparación de mis compañeras yo era casi el doble de lo que ellas son, mucha cadera, mucho busto, y piernas regordetas. Una vaca para la sociedad.
Al entrar a segundo grado, fue cuando Jimin empezó a distanciarse, en salones diferentes ya no nos veíamos mucho, incluso en el receso se juntaba con alguien mas, yo al principio me la pase sola, hasta que Jeon Jungkook me comenzó a hablar, me pedía que le ayudara a estudiar y siempre me acompañaba en el almuerzo, si llegaba a escuchar algún mal comentario de cuando él estaba conmigo, les mostraba el dedo medio gritándoles "Métanse en sus asuntos" y los pasaba de largo.
No les voy a mentir, el ayudaba mucho a que yo me aceptara como soy, a que me valorara un poco por mi personalidad, y así fui ganando más confianza junto con algunos amigos mas, me sentía segura de nuevo, pero llegando a casa volvía a ese vicio que era Jimin para mi, iba a ver películas, me pedía ayuda con sus tareas, me platicaba todo lo que hacía en el día, era mi amigo de nuevo y algo mas, pero al regresar al colegio me ignoraba como si no existiera.
Una y otra vez trate de decirle que se alejara de mi, que por favor dejara de ser tan maravilloso como cuando niños, que también hiciera que no existía también en casa, pero no podía, simplemente lo amaba demasiado.
Fue un año de besos a escondidas, caricias en secreto, hacer el amor en casa y dejarme mimar siempre que estábamos juntos, todo eso avanzo un poco a la escuela, mas cuando notaba que Jungkook estaba muy cercas de mi, una nube de celos lo cubría en ocasiones y lo hacia actuar de manera impulsiva. Ambos entraron al equipo de futbol, y fue donde todo se fue a pique con Jimin, pidió distanciarnos también en casa.
Me destrozo totalmente, pero no se que esperaba era eventual que esto pasara, así que tenia que soportar el dolor de una ruptura de algo que nunca tuvo futuro además de verlo con su novia oficial en la escuela.
—Debes de parar de llorar —Jungkook limpiaba mis lagrimas —tus ojos se harán chiquitos.
—Solo, solo quiero que terminen las clases —mire mi reflejo en la ventana del salón —tal vez si no fuera tan...
—¡Ni siquiera se te ocurra decirlo!
Se levanto haciendo que la silla cayera, llamando la atención de los demás alumnos, gracias al cielo no teníamos clase a esta hora.
—No es tu culpa que el sea un idiota, no debes cambiar por nadie, ¿Oíste?
—¡Na Eun! —Sana venia corriendo en modo dramático —mi bomboncito, vine a penas vi tu mensaje.
Se sentó sobre de mi abrazándome fuerte contra su pecho.
—Sana, no puedo respirar.
—Perdona —me soltó —¿Quieres que le quememos la casa? Puedo ir a patearlo, esa cara de niño bonito sabrá que es dolor.
Ella es campeona del club de Taekwondo.
—No tiene caso.
Yoongi venia entrando también, llego hasta nuestros lugares, miro a quien estaba sentado con nosotros y lo amenazo con la mirada, el alumno se quito dejando que el pálido se sentara, bostezo un poco y luego arrojo un paquete de chocolates a mi pupitre.
—Escuche que el chocolate ayuda cuando estas deprimido.
Tomé el paquete de chocolates en las manos y empecé a jugar con él.
—Me van hacer mucha falta estas vacaciones.
—Solo son dos semanas, no seas exagerada, cuando regreses de tu viaje, vamos al karaoke y luego a mi casa, mi primo nos conseguirá soju, podemos beber hasta la inconciencia.
—Suena a un buen plan.
—Señor Min, señorita Choi, a su salón, esta no es su clase.
Mis amigos se despidieron, Jungkook tomo asiento detrás de mi, y se me acerco a hablarme al oído.
—Soy el que mas te va a extrañar ahora que te vayas.
Me gire a verlo, le regale una sonrisa de labios apretados, de no ser por ellos, tal vez hubiera aceptado el plan de Jimin de estar con él a escondidas.
Lo que faltaba de clases, mis amigos se la pasaron ayudándome a no ver los momentos melosos de la pareja mas popular del colegio, aun así, todos decían lo perfectos que se veían juntos. Trate de no mostrar lo mucho que dolía, por eso fingía estar bien con mis amigos para cuando llegaba a casa llorar lo que fuera necesario.
—¿Ya tienes todo?
—Si mamá todo esta en el auto, papá tiene mi pasaporte.
—Bien, despídete de tus amigos para irnos ya —mi madre miro a los tres que estaban riendo de alguna tontería —¿Jimin no vino a despedirse?
—Tuvo practica, además lo veré cuando regrese, no es para tanto.
—Tienes razón.
Camine hacia mis amigos, Jungkook me abrazo por los hombros dejando besos en mi frente una y otra vez.
—Ya déjala la vas a babear toda, quítate —Sana lo empujo para abrazarme y también llenarme de besos las mejillas —me traes algo lindo, mi mamá quiere que vayan a comer a la casa en cuanto regreses.
—Claro, amo la comida de tu madre.
Yoongi me dio una bolsa de papas fritas y un Yakult.
—No te malpases, comes bien, no creas que voy a abrazarte y besarte no es mi estilo.
—Lo se tranquilo.
Jungkook me dio una pulsera con sus iniciales.
—Se que finges que ya no duele, te conozco bien, por eso cuando desees llorar, recuerda que tus amigos te esperamos ansiosos en lo que vuelves.
—Siento que creen que me voy para siempre.
—Se que no es así, pero sabemos los tres que no es sencillo para ti, queríamos estar lo mas que podemos en esto.
Le di un beso en las mejillas y un nuevo abrazo, me despedí de mis amigos emprendiendo viaje a estados unidos.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top