Capítulo 22

La almohada parecía un buen refugio de pensamientos, mi cabeza no paraba de pensar en él y de cierta forma me atraía romper la dictadura de mi madre y hacer lo que a mi me diera en gana, pero mi mamá es mi mamá y a ella no se le escapan las cosas. Ese era el otro lado de la situación, el que daba miedo.

Aquel mismo ruido que interrumpió mi conexión con Jumin se hizo presente de nuevo, Jinmi solicitaba una charla urgente de asesoramiento, ¿en qué? Eso se iba a averiguar cuando contestara la llamada.

—¡Necesito que me lo digas con detalle!

—¿El qué? ¿Que fue una noche muy linda o que me di cuenta de eso? —Escuché por el teléfono como colapsaba en grititos.

—¿"Eso" es lo que creo que es?

—Supongo que sí.

Jinmi estaba emocionada a mil, no hablaba pero podía escuchar ruidos extraños por su lado, pareciera como si le pegara al aire o bailara.

—Estoy muy feliz en serio —seguía haciendo ruidos extraños mientras continuaba—. ¿Pero sabes que me emocionaria más? Que se acerquen más.

—¿Es decir?

—Puedes ir a visitarlo a su trabajo y motivarlo, seria un detalle muy lindo.

—No estoy segura, siento que interferiría con su trabajo en vez de ayudar.

—No del todo. Puedes ir, y evaluar la situación, si ves que tiene mucho trabajo te vas y si no, te quedas.

—Puede ser pero no quiero arriesgarme a retrasar los trabajos de Jumin, me interesa que duerma adecuadamente cosa que no suele hacer por su trabajo.

—¡Por Dios! Pídele matrimonio.

—¡Cállate!

—¿Qué vas a hacer esta tarde? —Yoosung intentaba zafarse a toda costa de que lo obligara a estudiar.

—Creo que voy a salir.

—¿A dónde? —ignorando el hecho de que creía que me burlaba para no ejercitar en su libro de física fundamental, se recostó sobre el mismo y me vio añorando segundos de descanso mental.

—Uh... no lo sé.

—Planeas salir pero no tienes destino, eres tremenda MC —volteé a verlo, andaba algo atrevido.

—Seré tremenda cuando vea que saques menos de 80 en ese exámen.

—¡Ahh! —gimió con terror— eres cruel.

—No, no lo soy —reproché— ahora si no quieres que te arranque los bigotes, ratoncito, ponte a ejercitar ese cerebro, que quiero ver un exitoso veterinario.

—MC tu que estudias marketing deberías saber mejor que nadie que no debes invertir en algo que no dará fruto.

—¿Quien dice que no darás fruto? —lo miré con el ceño fruncido.

—Yo

—¿Eres bueno corriendo?

—No, ¿por qué?

—Porque será mejor que huyas antes de que te dé un derechazo para componer tu cerebro.

Realmente los nervios me comían los pensamientos, ¿de verdad planeaba visitar a Jumin? En serio que el amor pone tonta a la gente.

Jinmi 6:33 pm

MC, vida solo hay una, solo te lo recuerdo.

La deje en visto porque no sabía que responder, me gustaba más contárselo en persona. Como suelo arruinar las decisiones importantes, decidí resolverlo al azar. El si sacaba el lapicero rojo, no iba, y si sacaba el negro, si iba.

Saqué el azul.

—Tomaré eso como un sí —guardé mis cosas y comencé a encaminarme hacia el edificio de Jumin.

Durante todo el camino estuve jugando con mis manos para resistir el ataque de ansiedad que me provocaba ver a Jumin, tanto que sin darme cuenta ya estaba dentro del edificio llegando al escritorio de Jaehee.

—MC, ¿que te trae por acá?

—Uhm... —Dios, realmente no lo sé, ¿un lapicero?— Quería hablar con Jumin, ¿está desocupado?

—Iré a preguntarle, por favor toma asiento —señaló los sillones mientras me sonreía, hice caso y me senté mientras ella se alejaba.

A diferencia de lo que yo pensaba, Jaehee regresó con una respuesta afirmativa antes de que yo pudiera ponerme un dedo en la boca para morderme las uñas. Ya con su permiso me adentré en la oficina de Jumin solo para verlo detrás de una pila de papeles y documentos.

MC huye, vete, esta ocupadísimo por Dios.

—Hola —saludé nerviosa mientras caminaba lenta hacia la silla frente a su escritorio.

—Bienvenida MC, realmente no esperaba tu visita.

Ni yo, que gracioso.

—Ah... solo quería pasar a saludar realmente. Pero siento que intervengo en cosas importantes.

—No tanto realmente, ¿necesitas algo?

Es obvio que miente, vete ya, tiene una enorme pila de documentos seguro no solo de decoración y lo más probable es que por pena no te diga algo más.

—¿Necesitas ayuda?

Jumin solo levantó la vista y se dedicó a observarme.

—No sé qué pasa pero quiero ayudarte con tu trabajo.

Jumin bajo la mirada mientras sonreía, pero no parecía burlarse o algo, al menos no para mí.

—MC, no hay día que no me impresione. Tampoco quisiera abusar de tu tiempo y amabilidad...

—¡Para nada! Me gustaría hacer lo máximo posible para ayudar.

Sonrió y comenzó a correr su silla hacia un lado, invitándome silenciosamente a sentarme a su lado. Después de todo no me gustaría ser una carga para Jumin, en caso de que realmente llegáramos a ser algo.


Bueno, tal y como dije, me pase por la raja la cantidad de palabras y me concentré más en lo que de verdad quiero que se proyecte en mi historia, me siento medianamente cómoda con esto y me alegra haberme tomado mi tiempo, de paso agradezco mucho sus comentarios de apoyo, me animaron mucho a no borrar esta historia.

Aunque cuando la termine, seguro la dejo en borradores, la edito, incluso cambiaré el título. Pero eso es algo futuro, por ahora, disfruten esto, aunque esté algo corto, me alegra escribirlo.

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