Capítulo 2
Llegaba a casa y sin hablar ni saludar subí a mi cuarto. Entré y tiré la mochila cerca de la mesa.
Iba a descansar tres minutos exactos y seguiría haciendo tareas. Y de nuevo, si, mi vida se basa literalmente en estar todo el día sentada leyendo libros que miden lo mismo que yo. Exageración de la buena, aunque tampoco es mentira.
Tomé mi celular y vi que tenía un mensaje. Usualmente lo tenía en No Molestar a pesar de que no recibiera muchos mensajes, y las únicas notificaciones que resonaban y molestaban mi concentración eran las de mi mamá.
Abrí el mensaje:
Yoosung 3:15
Gracias por ayudarme hoy :)
Sin pensarlo sonreí, no era usual que me mandaran mensajes, es más, casi nunca recibía uno. Ni siquiera mi hermana Eun Ji se dignaba a mandarme algo. Y así de la misma forma no sabía que responder.
Pensé...
Otra vez....
Volví a pensar...
Y envié:
MC 5:03
De nada.
Fracaso total. Pero de todas formas podría hablar con él mañana... Si es que regresaba. Con un suspiro cerré la aplicación de mensajes y coloque el cronómetro con exactamente 3 minutos. Me tumbe en mi cama e inicie el cronómetro.
Esos 3 pequeños minutos, tan cortos pero tan perfectos.
Tres minutos para desconectar mi mente totalmente.
...
Pasados los tres minutos, el molesto ruido de la alarma me despertó trayendome a la realidad.
En mi pequeño descanso yo ya trabajaba y tenía mi enorme casa que yo había construido con mi dinero. Y vivía sola...
Apague la alarma y me levanté. Y acto seguido saque mi computadora y me puse a hacer trabajos. Si, trabajos para puntos extras. Esos 95's y 100's no salían por arte de magia.
Salían de puros trabajos extras y desvelos estudiando para los exámenes.
Si sacaba una nota por debajo de 90 mi mamá se enojaba y me obligaba a pedir trabajos extras para recuperar "los puntos perdidos".
Y para colmo los profesores pedían cosas pequeñas. Pero la situacion estaba en que si le escribías lo que quería no te daba nota completa. Te daban la nota casi entera, y eso no bastaba para sacar el 90 que pedía mi mama.
Entonces siempre terminaba haciendo enciclopedias de pura información de un solo tema. Y aún si eso valía 1 punto, lo necesitaba.
Y en fin, al final después unas largas horas escuché la campana que decía que la cena estaba lista.
Odiaba ese sonido.
Y no pensaba ir. A parte de qué había dejado de comer para estar delgada, detestaba estar con mi familia. Ignoré el molesto ruido y continue con el trabajo.
Podría decir que, incluso comer molesta mi concentración y la realización de trabajos, y si quieren algo más técnico, les puedo hacer un trabajo del porqué no comer.
Claro, no todo sale como quiero, nada sale como quiero. Justo cuando ignoré la campanita la puerta de mi cuarto se abrió. Y eso solo significaba problemas.
—Mama te quiere abajo ya —habló Eun Ji con aquel tono que siempre usaba. Seriedad y monótono. Dicho lo anterior cerró lo puerta.
Suspiré, era obvio que iba a dar información y no quería que me la perdiera. Porque de ser por ella, no se molestaría en llamar. Y mucho menos mandar a su hija favorita.
Me levanté de mi escritorio y dejé en pendiente todos los papeles y libros que tenía regados por la mesa. Abrí la puerta y baje al comedor.
Cuando llegue todos ya estaban sentados, mi hermana Eun Ji, mi mamá, mi papá y mis dos hermanos menores, par de diablillos.
Suspiré, todos ya estaban hablando de sus días y sus próximas actividades. Claro, la universidad también tenía actividades, muchas en las cuales participaba por los puntos. Pero no era tema de su interés.
Me senté y ya estaba servida la comida.
—Eun Ji, ¿no tienes actividades en la universidad? —mi mamá le preguntaba eso cada noche, bueno, cada noche en la que estaba presente.
—Una exposición abierta de cirugías y operaciones en el hospital de la ciudad. Solo —Eun Ji no era de esas que le agregara emociones a sus palabras, era callada y seria, demasiado seria. Incluso su cabello castaño oscuro, asemejando al negro, la hacia ver aún más madura.
Mi mamá sonrió y volteó a ver a mi hermano Min ho, siempre sonriente.
—Hoy tuve un partido de fútbol y les gane a todos —dijo emocionado viendo a mi mamá y a mi papá, girando su cabeza de un lado a otro. Su cabellera castaña oscura se movía junto su cabeza mientras sus ojos verdes llenos de emoción veían a cada uno.
—Que bien, siempre supe que serías el mejor en deportes —respondió mi papá guiñando el ojo en dirección a Min ho.
Mi papá era más comprensivo, era probablemente el único padre que me apreciaba, pero no siempre se encontraba en casa. Tiene tantos negocios en otros países y mi mamá se encarga de todo en Corea, es decir, me deja con mi madre, la que no me quiere.
—¿Y tú Ji-Hu? —habló mi hermana Eun Ji. Podía ser sería pero quería bastante a los dos pequeños. No demostraba demasiado cariño conmigo pero sé que muy en el fondo siempre me vigila para que no me pasen problemas de adolescentes. Tales como el amor, aunque no suelo tener de esos problemas, por lo mismo no me pone mucha atención.
—Esta semana hay exposición de cuadros, voy a participar —Ji-Hu era más calmado, y por lo tanto, más inteligente. Y en apariencia era similar a Min ho, aunque él es 2 años menor y tiene el pelo más claro.
—¿Que planeas dibujar? —dijo mi mamá partiendo un pedazo de lo que sea que hubiese en el plato. Ni siquiera había visto la comida, no tenía hambre.
—Aun no lo sé —dijo viendo hacia el candelabro, probablemente tratando de imaginar algo.
—No te preocupes, siempre piensas en algo increíble —habló mi mamá dedicándole una mirada tierna.
—¿Y tú? —hablo mi papá viéndome, esperaba una respuesta. Mientras mi madre le dedicaba una mirada algo enojada.
Empecé a pensar en una respuesta, durante un segundo pensé miles de opciones pero finalmente me decidí por un:
—Nada.
Mi mamá dio un suspiro como si en realidad quisiera decir "ves, nunca tiene actividades", pero mi papá la reprendería así que calló.
Mi papá por otro lado me sonrió como si supiese la verdad y continuó comiendo.
—Ah, por cierto —mi mamá habló para llamar la atención—. Hoy tuve un negocio con el hijo del señor Han.
—¿El empresario más importante de Corea...? —dijo Eun Ji desviando la vista de lo que sea que estuviese leyendo mientras comía. Estudiaba mientras comía, por Dios, alguien que la detenga.
—Si —canturreó mi mamá victoriosa.- Y le mencioné lo del matrimonio, ¿qué te parece Eun Ji?
—Una pérdida de tiempo —mi hermana era toda una rompecorazones, pero porque sabía que un novio no le iba a ayudar a estudiar. Es más, mi mamá apenas había terminado de hablar y ella ya estaba hablando.
—Eun Ji —la reprendió mi mamá.
—No me atrae el matrimonio y lo sabes —dijo sin despegar la vista de su libro. Esta claro, podía hacer 3 o más cosas a la vez.
—Eun Ji, me estoy esforzando, da una oportunidad —dijo mi mamá abriendo los ojos como para que su mirada asesina la penetrara más. Pero era imposible, el muro de seriedad de mi hermana era inquebrantable.
—Mamá... —dijo dándole una mirada rápida de inconformidad.
—Tienes dos hijas, Yoona —dijo mi papá divertido, sabía que no le gustaba.
—Si, pero... —mi mamá calló para pensar en una escusa irrefutable—. MC tiene que pensar en sus estudios, aún no es momento, además Eun Ji ya se graduó de la universidad, lo que está sacando es una maestría en ciencias.
—MC también ya va terminar la universidad —dijo mi padre tratando de ocultar su diversión sin mucho éxito.
—6 meses no es poco —dijo viéndolo retadora.
—En comparación a los 4 años que lleva estudiando...
—Ya, ya... —dijo mi hermana elevando la voz.
—El punto es que, Eun Ji, quiero que te cases con él.
—No.
Mi hermana daba miedo aveces con lo amenazador que suena su tono de voz aveces.
—Que decida él —dijo Ji-Hu tomando algo con el tenedor.
—Buena idea —dijo mi papá volteando a verlo. Ese pequeño iba a ser todo un prodigio.
—Bien, de todas maneras, ya está invitado a almorzar —dijo mi mamá continuando por fin con la comida.
Mi hermana despegó un ojo del libro y le dedicó una mirada a mi mamá. Luego me miró a mí para desearme suerte. Ella sabía, venían tiempos imposibles.
Terminé con la webgrafia de un trabajo, era abrumador estar sentada todo el día tecleando e investigando en libros y en páginas web. Mi cuerpo ya estaba acostumbrado más sin embargo un dolor en la espalda superior siempre estaba presente.
Me estiré en mi silla por milésima vez y tomé mi celular para ver la hora, 3:40 AM. Había terminado tarde y pude haber terminado 1 hora antes de no ser por el tiempo perdido en la cena.
Me levanté y estiré esta vez mis piernas. Podría sonar loca pero me iba a bañar. Ya era costumbre, prepare mi ropa y me metí al baño a disfrutar del agua caliente. Cuando salí me senté en mi cama y deje que mi pelo se secara en algunos minutos, mientras revisaba una que otra cuenta social.
Facebook
¿Jumin Han es gay?
Han habido rumores de que el famoso...
¿Jumin gay? Lo dudo, si acepto sin rechistar la oferta de matrimonio de mi mamá es obvio que no es gay. No parece el tipo de persona que le gustará su propio género. Y en su voz podía escuchar algo, aunque sea lejos que me decía lo contrario.
Pero en todo caso, ¿por qué me aparecían solo noticias de Jumin? Se podría decir que literal, se plagó de él. Le dirán destino pero yo digo que es casualidad.
Además, con lo famoso que es, tarde o temprano aparecería en mis redes sociales. Revise unos minutos más y miedosa a la amenaza de mi mamá mejor empecé a editar las noticias o publicidad de páginas de mís redes.
Mi mamá no revisaba mi teléfono, pero de igual manera quería evitar problemas con ella. Terminé y apague el teléfono, con el pelo medio húmedo me acosté en mi cama y caí en brazos de Morfeo, y de allí, viaje al quinto sueño.
Estaba revisando mi atuendo, aveces mi mamá me regaña por usar atuendos muy "infantiles". Ella prefería que fuera semi-formal y también con el tema de los escotes.
Unos jeans con una blusa y un blazer parecían bastante bien, entonces lo deje así y tomé mi mochila para ir a tomar una manzana al comedor.
Baje y como dije, tomé la manzana ignorando que el resto de mi familia excepto mi papá estuviera comiendo tranquilamente.
—Ya me voy —avisé saliendo por el marco de la puerta.
—Adiooos —dijo mi hermano hablando por encima de mi mamá
Mordi la manzana y por alguna extraña razón escuché:
—Jumin vendrá a almorzar la otra semana.
El pedazo manzana resbaló y cayó en mi garganta haciendo que me ahogara.
Empecé a toser para salvar mi vida, lograndolo pero dejando una sensación que hacía que tosiera un poco más. Aveces me era muy fácil ahogarme con la comida, aveces...
Salí de casa y subí al auto, era una suerte que por lo menos me dejaran aunque sea un auto para poder movilizarme. Y como siempre, el trayecto se sumió en un silencio, mientras observaba el cielo grisáceo. La época de lluvias estaba por venir y no hacía más que dar señales obvias de su llegada.
Aunque aveces el sol llegaba a brillar intensamente para animar tan siquiera una parte del día. Pero podría decir que animaba a todos menos a mí. Creo...
Veía las calles antes de llegar a la universidad, yo amaba y amo los paisajes, todo lo que sea natural. Todo eso es bello y el hombre ni siquiera puso un dedo en su fabricación. Todo eso lo veía cuando vivía en Japón.
El auto llegó y salí no sin antes agradecer al chófer, siempre era bueno mostrar los buenos modales aún cuando se le pagaba por lo que hacía.
Como siempre llegaba antes de tiempo me sentaba en las mesas y seguía adelantando trabajos, o más bien, terminándolos.
—Hola
Sorprendida levanté la mirada, eso de que la gente me hablara aún no era normal para mí. Al ver quién era el dueño de la voz vi a Yoosung con su rubia cabellera haciendo como si fuese el sol, animando el día.
Al pensar que había vuelto a hablarme sonreí, no todos los días alguien se acerca de la nada a hablarte.
—Hola —le respondí mientras el tomaba asiento.
—Espero no te moleste... —dijo rascándose la nuca ya sentado.
—No, para nada.
Luego de eso la mesa se sumió en un silencio, era de aquellos silencios incómodos pero nada era más incómodo que comer con mi familia.
—Emm... ¿Entendiste lo de ayer? —pregunté tímida. Quería entablar por lo menos una amistad para cuando terminara la universidad.
—Si, más de lo que explican en clase.
—Me alegra, cuando quieras puedo ayudarte otra vez.
Yoosung suspiro pesadamente y me vió con cara de lástima por si mismo.
—¿Entonces podrías ayudarme cada vez que me miras?
¿Tanto le costaba?
—Si tú quieres.
—Si quiero —dijo tomando sus cachetes con sus manos y jalándolos hacia abajo.
Se veía estresado.
—Más ánimo por favor. ¿Cuánto te falta para terminar la universidad?
—1 año... supongo.
—¿No llevas la cuenta?
—La perdí —dijo soltando su cara.
—Yo cuento hasta las horas para irme de aquí.
—¿En serio? —dijo reincorporandose.
—Claro, ¿quién no lo hace?
—Yo.
Entrecerré los ojos, y empecé a pensar en lo mucho que Yoosung perdía al no contar sus horas. La ventaja de contar el tiempo es que cuando ya no aguantas tu sustento es decirte "solo faltan 4480 horas y media...".
Bueno, tampoco así, sino un pequeño "solo faltan 6 meses..." claro, en mi caso.
—¿Con qué tema tienes problema?
Yoosung se sentó bien y empezó a pensar y luego de cinco segundos su respuesto salió.
—No se, pero con decirte que ni siquiera sé los nombres de los temas ya tendrás suficiente.
Y simplemente no puede aguantar, empecé a reír.
—Entonces esto pasa a multiplicar... ¿cierto?
—Eh...
Yoosung esperaba la respuesta con ansia, estábamos en el almuerzo y le estaba explicando uno de los temas más fáciles, algoritmos.
—No pasa a multiplicar, ¿cierto? —su cara cambió dándome una mirada de decepción.
—No —dije apenada.
—Siento que no voy a graduarme nunca —dijo tomando por septuagésima vez la cara estresado.
—Matemáticas no se aprende de la noche a la mañana, ten paciencia.
Suspiro y se recostó en sus brazos y sus ojos estaban directamente hacia mi.
—Creo que es suficiente por hoy.
Sonreí y cerré el libro, y probablemente el sonido provocado por las páginas chocando entre sí lo calmó.
---
Me cuesta taaaanto escribir pero finalmente terminé este :'v
Ya salí de la depresión y todo pero mi imaginación se escondió en una pinshi cueva y la muy maldita no quiere salir -,-
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