Capítulo 6: La Chica Fratello
Capítulo 6: La chica Fratello
Después de haber botado a Luca del edificio, volví a mi oficina.
Casi meto la pata. ¿Qué estaba pensando? ¿Juntar a Luca con Rebel?
Por suerte logré evitarlo.
Me dirigí a mi escritorio para continuar firmando algunos papeles, pero en eso siento a mi celular vibrar. Lo saqué del bolsillo de mi saco y vi que era un mensaje de texto de mi buen amigo Luca.
No me preocupaba leer el mensaje, sabía que se habría molestado por haberlo a avergonzado enfrente de varias chicas, pero somos muy buenos amigos, nos perdonamos y olvidamos rápidamente.
O eso creí.
"¡Voy a vengarme de ti, Miles Gray!"
Oh-oh, estoy muerto.
Decir estas palabras me recordaba bastante lo que pasó hace más de diez años atrás en la escuela secundaria. Empezaba la etapa de la adolescencia, una etapa donde las chicas, a excepción del Sumo Moon, empezaban a verse atractivas a los ojos de los chicos.
Pero solo una de ellas, llamó mi atención.
El primer día de segundo año de secundaria, estaba tan emocionado por llegar al aula. Ese verano había crecido cuatro centímetros más y ya no necesitaba usar mis feos zapatos ortopédicos.
Era al fin un hombre.
O eso pensaba.
Mientras caminaba hacia el salón, esperaba ver los rostros de sorpresa de mis amigos al verme más alto. No había visto A.J, ni a Luca todo ese verano. A.J se había ido a un campamento de basquetball y Luca regresó a su país por vacaciones. Así que debían conocer al nuevo Miles. Más alto, más maduro y más hombre.
Pero al entrar al aula...
—¡Hola, Miles!—me saludó A.J. mostrándome un asiento a su lado.
«¡¿Eh?! ¡¿Por qué tuviste que crecer más?!»
Al parecer el basketball hizo agrandar a A.J. diez centímetros más.
—Hola...—respondí desconcertado.
—¿Acaso te has encogido?—preguntó riéndose mientras despeinaba mi cabello como si fuera una mascota.
—¡Basta!—me alejé de su gigantesca mano—¡He crecido cuatro centímetros más, pero no se llegan a notar por lo que eres ahora un gigante!
—¿Gigante? ¡Genial! ¡Seré el sucesor de Michael Jordan!
—Sí, fácil que lo lograrás. ¿Y Luca?—pregunté notando su gran ausencia en el aula—¿Aún no ha llegado?
—No, aun no.
Mientras esperaba a que la maestra llegara, tomé asiento en mi pupitre y me puse a observar a todos los de mi salón. Definitivamente el gesto infantil se estaban desapareciendo en todos, la mayoría lucía más maduros, parecían de tercero. Pero en especial, lucían más altos que yo. ¡Ash!
—¿Sabes? Se rumorea que habrá una nueva chica en el salón—me comentaba A.J. estirando sus piernas sobre su capeta—¡Ojalá no sea otra sumo Moon!
—¡Ojalá!
—¡Hey, Laguzzi! ¡Por aquí!—llamó a A.J. al Don Juan entrando por la puerta.
—Hola, chicos...—contestó Luca luciendo amargado.
—¿Y esa cara?—pregunté.
—Una laaarga historia. ¿Oye, y tú...? ¿Te encogiste?
—¡Ves! ¡Eso también yo pensé!—terció mi mejor amigo.
—¡Qué no!—grité a ambos.
«Demonios, estoy destinado a ser el más bajo del grupo».
—¿Y de qué trata tu larga historia?—preguntó a A.J mientras Luca se sentaba a su lado izquierdo.
—Pues...antes de regresar tranquilo de Módena, mi hermana Lucía le suplicó a mi madre que quería venir aquí conmigo.
—Espera, ¿tenías una hermana?—pregunté algo confundido.
—Sí, tengo varias. Pero la que les estoy hablando, la detesto. Aproveché que el año pasado a mi padre lo trasladaban aquí, para alejarme de ella. Pero lamentablemente, este año no funcionó.
—Pero estate tranquilo, Laguzzi—intentó A.J. animarlo—La escuela los separará.
—No estés tan seguro...—susurró señalando la puerta.
A.J. y yo giramos a ver la entrada del aula y nos encontramos con:
—¡Allí estás, Gianluca brutto!
Un demonio para los ojos de Luca, una chica nueva para los ojos de A.J y para los míos... un ángel.
—Diablos...—murmuró Luca golpeando su cabeza contra su carpeta.
—¡¿Por qué no me esperaste, fratello?!—gritaba la chica con acento italiano.
—Stà zitta! ¡Gritas como un loro, Lucía!
«Lucía... La que nació a la luz del día».
Era la niña más linda que había visto en mi corta vida. Labios gruesos, mirada penetrante y con una larga cabellera castaño oscuro. Era como una versión miniatura de Monica Bellucci, simplemente hermosa.
—¡Me sentaré a tu lado, fratello!—indicó Lucía empujando a A.J de su asiento.
—¡Hey!—gritó Abraham en el suelo— ¡Devuélveme mi sitio, chica fratello!
—¿Chica fratello? —Preguntó Lucía confundida—Yo soy sorella de Gianluca. Fratello es Luca, no yo.
A.J y yo, nos miramos aturdidos.
¿Qué es lo que trataba de decirnos?
—Lo que quiere decir ella—explicó Luca luciendo harto y resignado—es que ella es mi hermana.
—¡Y gemello!—terció ella.
—¿Camello?—preguntó A.J. intentando "acertar" lo que ella decía.
—No, gemello. ¡Gianluca y yo somos gemelli!
«¡¿Eh?! ¿Acaso ellos dos son...?»
—¿Us-Ustedes son mellizos?—pregunté con miedo.
«¡Qué no sean, por favor! ¡Qué no sean!»
—¡Esatto!
«¡Noooo! ¡¿Por qué a mí?!»
—¿Mellizos? Observándolos bien, sí se parecen.
—¡Cállate, Jones! ¡Seremos parecidos físicamente, pero lo demás somos bien opuestos!
Tenía razón Luca. Increíble que diga eso. Tal vez ellos habrán compartido la misma barriga de mamá, pero eso no quiere decir que Lucía era la versión femenina de Luca. Gianluca Laguzzi, conocido como el más simpático del salón, no era tan perfecto como las chicas cegadas por su "sex appeal" creían. Luca era arrogante, testarudo y llorón (aunque a decir verdad, sigue siéndolo); y Lucía siendo tan odiada por su hermano, debía ser porque no compartía sus mismas "virtudes".
—¡Luca, preséntame a tus amigos!
—¡No molestes! ¡Búscate tus propios amigos!
—¡Eres un tonto, fratello!
Ignorada por su propio hermano, Lucía tomó asiento en el sitio robado de A.J. y apoyó su cabeza en la capeta girándola hasta verme a los ojos. Yo al percatarme de sus ojos, quedé atónito al instante. Giré a mirar a los chicos si estaban viendo lo que hacía Lucía, pero ellos se pusieron hacer otras cosas. La profesora llegó al aula y todos se colocaron en sus asientos respectivos. Excepto Lucía y yo, que ya nos encontrábamos sentados en los nuestros.
«¡Me sigue mirando! ¿Esto es un sueño? ¡Qué alguien me piñizque! ¡No, mejor no!»
—Oye, ¿tú cómo te llamas?—me preguntó sin dejar de observarme de pies a cabeza.
—Bu-Bueno, yo-yo—ella siendo la criatura más linda que había visto en mi corta vida, empecé a balbucear como tonto—me llamo, Mi-Miles Gray.
—¿Miles? Qué raro nombre.
«Rayos... no le gusta mi nombre».
—Pero lindo.
—¿Eh? ¿En serio?—pregunté sorprendido.
—Sí. Yo me llamó Lucía Laguzzi. ¿Nombre común, no? Qué aburrido—rio—Oye, he estado practicando todo el año pasado el español para venir acá. Hay algunas palabras que no sé cómo usarlas, así que espero que tú me puedas ayudar si me equivoco al hablar.
—¡Con-Con gusto!
—Meraviglioso!
—Sí, ma-ma-maravilloso—reí tímidamente.
—¡Oh!—levantó su barbilla de la mesa—¿Entonces eso quiere decir que hice mi primer amigo en este país? ¿Somos amigos, verdad?—preguntó emocionada.
—¡Sí, cla-claro!—asentí de la misma manera.
No era muy famoso con las chicas, así que oyéndola decir que éramos amigos, me hacía muy feliz. Ella sonriendo al ver que acepté a ser su amiga, volteó a molestar a su hermano.
Oh-Oh
—¡Ya tengo un amigo, fratello!
Luca oyendo eso giró rápidamente a verme y fulminándome con la mirada musitó—Estoy vigilándote, Miles... Estoy vigilándote...
¿Debería tener cuidado? Tal vez sí.
Al día siguiente, los cuatro nos sentamos debajo de un árbol a comer nuestras loncheras. El primer día fue entretenido, todos los chicos del grado se sorprendieron al verme al lado de una chica tan bonita mostrándole todo el colegio. Ambos almorzamos juntos, fuimos al recreo juntos, prácticamente fue el mejor primer día de clases que tuve. Conocí a la chica más linda de la escuela y en especial no estaba el sumo Moon para molestarnos.
Sin embargo, todo lo bueno... termina rápido.
—¡Oye, Nerdosman!—una del grupo de Rebel,"The Hit Girlz" empezó a molestarme mientras mis amigos y yo almorzábamos—¡Venimos por tu almuerzo!
—¿Y ellas quiénes son?—preguntó incomoda, Lucía—¿Quiénes se creen ustedes para quitarle la comida a Miles, ah?
«¡Wooah! ¡Me acaba de defender Lucía! ¡Mi heroína!»
—¿Y tú quién eres, tarada?—señaló otra de las matonas.
—¡Oigan, no se metan con ella!—exhortó Luca levantándose del pasto.
Me hubiera gustado ser el héroe de Lucía, pero estaba muy aterrado por ellas...como siempre.
—¡Pero, Luca!—exclamaron las chicas.
Patricia, Melissa y Ornella, o como yo simplemente las llamaba "Las gorilas de Rebel" estaban locamente enamoradas de Luca. Luca era la única persona aparte de Rebel que hacían caso, lo idolatraban como si fuera un ídolo musical. Daba miedo a veces.
—¿Acaso esta tipa es tu novia, Luca? ¡¿Por qué nos engañas?!
—¡Ya les he dicho que no soy de ustedes, locas! Además, ¿novia? ¡Ella es mi hermana!
Las chicas oyendo esa respuesta quedaron en completo shock. Acababan de insultar a su futura cuñada, o eso es lo que pensaban.
—¡Perdónanos!—gritaron a la vez, las gorilas—¿Cómo te llamabas?
—Lucía—respondió mi heroína.
—¡Lucía, perdónanos!
—Ok, pero no le quiten la lonchera a mi buen amigo, Miles.
—¿Miles? Ah, ¿te refieres a Nerdosman?—preguntó Patricia, la gorila mayor del trío.
—¡Es Miles!
—Ok, ok. Vámonos, chicas.
—Adiós, precioso—se despidieron las gorilas de Luca.
—¡Huácala!
A pesar de que tenía mi almuerzo conmigo, de lejos podía observar como las Hit Girlz se reunían donde estaba su jefa, Rebel. Al parecer le habían contado que la chica nueva había salvado a su presa preferida, que mientras ella bebía su gaseosa fulminaba con la mirada a la pobre Lucía.
«¿En qué la he metido? Debo protegerla del sumo Moon».
—¿Y esas quiénes eran?—nos preguntó Lucía.
—Pues, son las admiradoras de tu hermano y las brabuconas de Miles—contestó A.J. —Trata de evitarlas, en especial al sumo que ves allá—señaló a Rebel.
—¿Ella es su líder?
—Sí, algo así. Ten mucho cuidado con ella, puede hacerte la vida miserable como la de Miles.
—Gracias por recordármelo, amigo...—tercié.
—¿Es de otro grado?, porque no la he visto en clase.
—¡Es de nuestro grado, solo que esta gorda va cuando le da la gana!—terció Luca.
—¡No la llames así, fratello! ¡Es una chica!
—¿Chica?—nos preguntamos riéndonos de su inocencia.
—Sí, ella es una chica también. Quizá actúa como brabucona porque le hicieron algo malo en el pasado.
Otra vez me miré con mis amigos, pero esta vez los tres teníamos un sentimiento de culpa.
Tal vez Lucía tenía razón.
Por ser malvados, creamos a un monstruo.
Al término de las clases, empacamos nuestras maletas y salimos del salón. A pesar de que tuve un susto en la lonchera, seguía estando feliz. ¿Y por qué? Porque regresaría nuevamente a casa junto Lucía. Pero esta vez sería distinto, ya que Luca estaba en detención y A.J. había empezado sus prácticas de Atletismo, así que solo estaríamos nosotros dos.
Solo ella y yo.
Mientras ambos caminábamos por la acera de la calle, Lucía cortó el silencio incómodo que nos acompañaba desde la salida del colegio.
—Oye, Miles.
—Di-Dime.
—¿Te gustaría ir a mi casa el sábado? Necesito mejorar mi español, mi papà siempre está ocupado en el trabajo y mi fratello no me quiere ayudar. Así que te pido que seas mi tutor, por favor. ¡Te invitaré a almorzar! ¡Se cocinar unos ricos spaguettis!
—¡Cla-Claro! ¡Ya quiero probarlos!
«¿Acaso esto era... una cita? ¡¿Mi primera cita?!»
No podía esperar más a que fuera sábado.
La semana pasó volando y yo vestido como un "galán" llegué a la casa de los Laguzzi. Bueno, tal vez no estaba usando lo que un supermodelo usaría. Pero ese día me arreglé muy bien, aparte de usar un overol nuevo, ese mismo día había ido al barbero de mi padre y corté un poco las puntas de mi cabello para lucir como dije, todo un "galán".
Toqué el timbre del apartamento y esperé paciente a que Lucía me abriera.
«Estaremos solos,... tú y-»
—¿Miles? ¿Qué haces aquí?
«¡¿Y Luca?!»
—Esto... tu hermana me dijo que viniera.
—¿Para qué?—preguntó asado.
—Quiere que le ayude con su español.
—Mmm...—¿Sospecharía que tengo otras intenciones?—¿No prefieres jugar videojuegos conmigo?
—Bueno, yo-
—¡Miles! ¡Viniste!—apareció Lucía empujando a su hermano de la puerta—Benvenuto! ¡Pasa!
—Gra-Gracias.
«¿Cuándo dejaré de tartamudear al hablar con ella?»
Lucía había vuelto a su dormitorio a traer sus libros de español, mientras yo observando su acogedor hogar empecé a caminar hacia la sala.
—¡Alto, Gray!—exclamó Luca deteniéndome con su mano—No sé por qué no me dijiste que vendrías a mi casa, pero sea cual sea el motivo, yo-
—No te preocupes, Luca—le interrumpí nervioso—.En serio no tengo esas intenciones con tu hermana—mentí—¿Me dejas pasar?
—Bien. ¡Más te vale, Miles! ¡Ella es mi hermana!
—¡Ya volví!—se aproximó Lucía hacia nosotros—¡Fratello, vete!
Luca asintió a su hermana y caminando lentamente hacia su dormitorio, se podía sentir su aura ardiendo.
Al parecer estaré vigilado por el hermano... ¡Rayos!
Después de unas arduas horas de estudio, Lucía me invitó a almorzar. Me senté en la pequeña mesa del comedor y junto a Luca, esperamos los ricos tallarines preparados por su hermana.
—¡Aquí les traigo mis spaguettis! Sírvanse—indicó Lucía colocando nuestros platos sobre la mesa.
—¡Mmm! ¡Están muy ricos!—exclamé sin dejar de saborear los fideos—Yo también se hacer tallarines, pero los tuyos, Lucía; son más deliciosos.
—¡Gracias, Miles! ¡Es que tengo la receta secreta de la familia Laguzzi!—rio ella.
—Me gustaría saber esa receta—reía con ella.
—¡Nunca lo sabrás, Miles!—terció Luca molesto—Porque para saberlo, debes ser un Laguzzi. ¡Y yo jamás voy a permitir que pasé eso!
—Tranquilo, fratello. ¿Por qué gritas?
—Por nada. Solo come tu comida.
Mientras terminaba mi comida, no dejaba de sentir como Luca me fulminaba con la mirada. Al parecer Luca era un mentiroso respecto a su hermana. Él si la quería y no iba a permitir que ningún chico se la acercara.
Ni siquiera su mejor amigo.
—Toma, Miles. La última albóndiga es para ti.
—Gracias, Lucía.
—¡¿Eh?! ¡Esa es mi albóndiga!—exhortó el "fratello".
—¡Miles es mi invitado, si yo quiero le doy la última!
—¡Al demonio!—gritó Luca levantándose de la mesa—¡Voy a vengarme de ti, Miles Gray!—me señaló como desafiándome a un duelo de sables de luz—¡Por quitarme a mi hermana y mi albóndiga!
«Oh-oh, estoy muerto».
Después de ese "incidente" quería evitarme problemas con Luca, así que decidí ser solo amigo de Lucía. Luca, increíblemente era uno de mis mejores amigos, y salir con su hermana era como romper un protocolo de amistad.
Supongo que hice lo correcto, ¿cierto?
No, Miles.
Hay momentos que quiero ahorcarme por a ver renunciado a Lucía cada vez que veo sus fotografías con su enamorado en el Facebook. Lucía ahora luce como una versión joven de Monica Bellucci, hasta mejor diría yo.
Te odio, Luca.
***
Después de terminar un agitado día de trabajo, bajé tranquilo hacia la playa de estacionamiento del edificio.
—Cierto, debo llamar a Luca. Tal vez si le invito una cerveza en La Morada me perdone.
Caminé hacia mi coche marcando su número, y esperando a que este me conteste, escuché como cerca de mí sonaba un celular.
—¿Aló?
¿Acaso sigue aquí?
Caminé hacia la voz conocida y lo tomé del hombro para llamar su atención
—¿Luca, has estado aquí todo el día?
Él, sacando su cabeza de la ventana del conductor de un coche, giró a verme.
—Hola, Miles...—me saludó con tono agrio mientras yo sin prestar atención a sus quejas pude observar que el carro estaba con la conductora adentro.
—¡¿Rebel?!—grité asqueado al imaginarme que tal vez ellos se habían besado.
—¿Acaso esto se convirtió en un reencuentro de promoción del colegio?—preguntó ella.
—¿Qué? ¿Sabes que él es Luca?
¿Cómo y cuándo pasó esto?
—Claro, no soy tonta. Fue fácil saber por su misma expresión boba en la cara.
—¡Hey! ¿Acabas de aceptar salir conmigo y me tratas mal? Me agradas, mujer.
¡¿Aceptó salir con Luca?! ¿Acaso ambos intentan unir fuerzas para vengarse de mí?
—Así es—afirmó a Luca, mirándose en el retrovisor—No confío en hombres como tú. Solo se acuestan con las mujeres una noche y al día siguiente las ignoran. ¿O me equivoco? —preguntó mirándolo a los ojos.
—¡Bu-Bue-no no soy así con todas! Tal vez contigo sea diferente.
—No creo que vaya a pasar nada entre nosotros. Bueno, ya me voy—indicó encendiendo su carro.
—¿Pero sí nos vamos ver el sábado, verdad?—preguntó Luca por última vez.
—Como sea.
—¡Bien!
Mientras veía el coche de Rebel dejando el edificio, seguía sin creer lo que había visto. ¿Rebel aceptó salir con Luca? ¿Cómo y por qué?
—¡Viste, Miles!—me señaló Luca riéndose victorioso—¡Ahora prepárate para mi dulce venganza!
¿Qué estaría pasando por el pequeño cerebro de Luca? Sabía muy bien que Luca saliendo con Rebel no duraría por mucho, por lo que ellos se odiaban en la escuela. Pero por una extraña razón, sospechaba que esos dos tenían algo planeado.
Miles, debes cuidarte.
***
Volví ♥
Conocimos a la hermana de Luca, Lucia.
¿Qué pasará ahora? ¿Unirán fuerzas Luca y Rebel?
Gracias por sus comentarios y votos, nos vemos pronto ♥
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top