Capítulo 13: Coñac

Capítulo 13: 

—Viendo tu rostro, parece que no lograste arreglar las cosas con Luca. ¿O me equivoco?

Me encontraba con Rebel en el ascensor dentro de Golden. No había podido descansar bien la noche anterior, y era porque mi mejor amigo me había sacado a la fuerza de su trabajo. ¿Acaso cometí un delito por vivir en la casa de Rebel sin decírselo? Bueno, tiene sentido.

—Supongo que solo debo esperar hasta que esté más tranquilo—le contesté intentando recuperar la postura.

—Eso nunca va a pasar. Yo te dije que me encargaría, pero tú no quisiste.

Era verdad. Ella me había ofrecido su ayuda, pero le rechacé pensando que sería fácil arreglar las cosas con el resentido de Luca. Supongo que ahora debía recurrir a ella. No quería perder a mi amigo por una estupidez, pero por otro lado no quería herir a mi orgullo al pedirle ese gran favor a Rebel.

 Tragué saliva y miré a Rebel por unos segundos sin decir nada. Si le llegara a pedir ayuda, podían pasar dos cosas. Una, se burlaría de mi y se iría, o la segunda, me haría suplicarle arrodillado mientras todos los abogados me miran. Yo no quería volver a repetir ninguna de esas opciones, pero desafortunadamente mi boca empezó a hablar.

—Ayúdame, Rebel. Por favor.

«Bien hecho, idiota».

—Ven a mi casa, a las nueve. Y lleva una botella de coñac.

La puerta del ascensor se abrió y Rebel salió de allí sin mirar atrás. Yo por mi parte, había quedado sorprendido por sus palabras. Al parecer nuestro odio mutuo se estaba desvaneciendo poco a poco. Y debo admitir, que eso me alegraba.

***

No pensaba volver al apartamento de Rebel así de repente, y menos con una botella de alcohol en la mano. Pero si esto era para reconciliarme con mi amigo, tenía que tocar la puerta de una vez por todas. 

—Esta abierto—escuché la voz de Rebel desde adentro, antes de que tocara mis nudillos su puerta—Solo pasa.

—Hola—saludé a la no tan feliz pareja—¿Cómo estás, Luca?

—¿Tú cómo crees que estoy?

—Miles trajo coñac, así que voy a traer vasos—se levantó Rebel del sillón—¿Por qué no hablan mientras tanto?—sugirió mientras se alejaba de nosotros.

—Sé que estás molesto conmigo—volví a intentar hablar con mi amigo—Pero no era necesario que dos hombres de negro me sacaran de tu oficina. 

—Supongo que ahora sabes como me sentí cuando lo hiciste conmigo.

—Lo había olvidado... Lo siento por eso.

Rebel regresó a la sala con dos vasos de vidrio y nos pidió que nos sirviéramos el coñac. Ambos nos negamos al principio, ya que al día siguiente teníamos que ir a trabajar, pero luego de un par de minutos, la pequeña botella de alcohol se encontraba a la mitad. 

—¡¿Cuántas veces tengo que decirte que lo siento?!—empecé a balbucear en el oído de Luca, quién aún seguía sobrio—¿Acaso no somos amigos desde el colegio? Tú me conoces muy bien... 

—Lo sé, por eso no entiendo por qué no me dijiste la verdad desde un principio. Tú sabías muy bien lo que siento por Rebel. Ella es la primera mujer que me gusta de verdad, y tú sabes cuan celoso soy con las personas que quiero. Imaginarme a otro hombre compartiendo la misma casa con ella, que no sea yo, me hirió. Y en especial, porque se trataba de mi mejor amigo.

—No lo había visto de esa manera, Luca. Perdóname. 

De repente una mano con uñas pintadas de rojo, nos abofeteó a los dos.  

—¡¿Por qué nos golpeaste?!—gritamos ambos de dolor en el sillón. 

—¿Por qué? ¿En serio quieren saber por qué?—se levantó Rebel enfadada—¡Tú!—me apuntó con el dedo—Deja de disculparte que tú no has hecho nada malo, ¿me entendiste?

—Está bien—asentí sobándome mi mejilla. 

—Y tú, Gianluca Laguzzi. Tal vez Miles no te contó esto, porque no quería que lo malinterpretaras. Además, deberías estar agradecido por lo que hizo por nosotros.

—¿Qué hice?—pregunté sin poder recordar nada.

—Tú amigo, el que tu mente cochina cree que tuve sexo con él, hizo el ridículo sin ti en la despedida de soltera de Monique. ¿Qué idiota haría eso por su mejor amigo, Luca?  

—Supongo que yo—contesté sin dejar de mirar mi vaso vacío.

—Tú conoces mejor a Miles que yo, Luca. Así que respóndeme, ¿tú le crees capaz de intentar algo con tu novia?  

—No, no lo haría...¡Espera! ¿Dijiste novia?

—Sí. ¿Por qué?

—No sabes cuanto me alegra escucharte decir eso. 

—Eres un idiota. Ahora discúlpate con tu amigo, antes de que le agregué un "ex" a esa palabra.

—Miles... Perdóname por exagerar todo, por favor. Yo...¿Miles? ¿Miles? 

Había quedado dormido antes de escuchar la disculpa completa de Luca. Sin embargo, eso no quería decir que no habría reconciliación para los dos después de esa noche. ¿Quién hubiera pensado que las honestas palabras de Rebel más una botella de coñac nos ayudaría a sanar esta herida?  Monique tenía razón, Rebel ya no era la misma chica de la escuela. Tal vez aún usaba un poco de agresión al expresarse, pero había demostrado algo importante que desconocía. 

Ella ya no me odiaba. 

***

—¡Feliz cumpleaños!—podía escuchar a varias personas celebrando el cumpleaños de Rebel en el comedor de Golden—¡Sopla las velas!

Rebel cumplía veintiséis años. Había olvidado que era la menor de nuestra promoción de la escuela. Siempre se mostraba ruda y sin ganas de hacer amigos, pero ahora la observaba sonriendo y tomándose fotos con sus compañeras de trabajo. 

De pronto, la gente empezó a entregarle sus obsequios y yo, sosteniendo una pequeña caja en manos, decidí alejarme lo más posible de allí. ¿Y por qué era? Mi regalo era demasiado sencillo.

Hace unos días atrás, ya reconciliado con Luca, mi amigo me pidió ayuda para descubrir qué era lo que Rebel quería de regalo, ya que ella no deseaba darle ninguna pista. Luego de una pequeña y detenida observación a su entorno, supe de inmediato cuál sería el mejor regalo para ella, así que Luca le compró. No obstante, después de estar una semana ocupado en el trabajo, no pude conseguir un buen regalo de cumpleaños, o por lo menos uno decente a mi nombre. 

—Supongo que tienes mi obsequio, ¿cierto?—me preguntó Rebel después de que terminara la hora de la fiesta y del almuerzo—Espero que sea un aumento en el sueldo lo que hay en esa caja que ocultas.

—No quiero entregarte esto, luego de que me ayudaras con lo de Luca. Mereces algo mejor.

—Vamos, no puede ser tan malo—me arranchó la caja de las manos—Esta bien. Tienes un día para traerme algo mucho mejor que esto—indicó tirando el par de medias a la basura. 

—Si quieres vamos al centro comercial y compró lo que quieras.

—Una oferta muy tentadora, Gray. Pero Luca me recogerá de Golden para ir a cenar con mi familia. Sabes muy bien como es mi padrastro. No le gusta las demoras.

¿Luca irá a su casa? Eso era un gran paso para mi amigo. Sin embargo, él tendría el honor de ir a cenar y conversar con el Dr. Lewis. Espero que no lo arruine.

—Te lo entregaré mañana temprano, entonces—le indiqué.

—Entregámelo mañana en la noche. Igual hay algunos del grupo que me darán mi regalo en la reunión.

—¿Qué reunión?—pregunté confundido.

—¿Acaso no recuerdas que el Dr. Moore te invitó a la siguiente reunión? 

Siempre he sido excluido de sus reuniones, que me había olvidado por completo de la invitación del Dr. Moore. Supongo que podré ver al peluquín volador del Dr. Lee, y también el grupo, podrá conocer el lado divertido del aburrido vicepresidente de esta empresa.

***

¡Volví! No me maltraten xD

¿Será posible que termine esta historia antes del 2017? Crucemos los dedos ;D

Gracias por seguir esta historia, chicos. Nos vemos pronto ♥

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