Cap.13

El concepto de muchas frases sobre la vida, siempre intenta animar a otros o desalentar a pocos.

Muchos creen que están viviendo por gusto, o que el sentido de su vida no vale la pena, en ocasiones suelen llegar a una decisión que los desparece.

"Normalmente" uno intenta convivir con ese dolor.

Algunos viven amargados, otros felices, otros confundidos y algunos tranquilos.

La aflicción o desesperación puede llevar a uno a desconocer su propia persona o ignorar su ser real.

Otros por la desesperación completa, llegan a cambiar radicalmente, sea su misma decisión o recomendación ajena tomada.

En el caso de ésta sociedad, muchas mujeres Omegas u hombres Omegas suelen ir en contra de su propia naturaleza, sea así su personalidad o su carácter gracias a la vida que les haya tocado.

Otros simplemente deciden dejar de ser del montón, o sienten que no quieren lo típico.

Aun que luchan por ello, por su propio deseo, su familia, en muy poco porcentaje, logran ser apoyados por la misma.

Otros simplemente por temor a la deshonra aceptan con dolor o resignación la decisión que les impone sus familias.

Y muy pocos tienen el valor de largarse de ése círculo y formar uno propio con sus propias enseñanzas, logrando ser lo que quieren.

Aunque lo triste es que en su mayoría de los pocos, suelen quedar mucho peor o simplemente...perecen sin ninguna otra opción.

El miedo causa muchas cosas, Valor, psicopatía, Desesperación, Enojo, Maldad.

Hay muchos tipos de miedo, Algunos muy fuertes, otros muy menores.

Y el más grande temor de Jimin en estos momentos, Era una cabellera platinada, Su rostro era tranquilo, sin muecas, Sin ojos con mirada de horror.

Sólo, Serenidad.

Pero Jimin no sentía paz, Se sentía sucio, Asquerosamente sucio.

Siente traición, dolor, miedo, Terror.

Y toda estas sensaciones, sólo la causa un alfa, El último que vio antes de quedar inconsciente.

Tiene ganas de llorar.

Ya sabía que despertar caliente y cómodo, no era de buena vibra.

Menos cuando sientes un ligero ardor en la conexión de tu cuello a tu hombro e incomodidad en tu cuerpo, exclusivamente en tus caderas.

Eso significaba una cosa, Algo terrible para el, Algo espantoso, Algo que no quieres ni sospechar.

Tenía el agarre del chico en su cintura, no podía soltarse, se estaba alterando poco a poco, los sollozos serían fuertes si no lograba soltarse de los brazos del alfa.

Se estaba desesperando con mucha notoriedad.

También había notado algo terrible para el y peculiar para ésta situación.

Estaba desnudo.

Al lograr separarse del platinado, cayó al suelo, Ahogó un grito en un gemido bajo.

De pronto unos golpes muy fuerte lo sobresaltando tirando un grito bajo por el susto.

—¡¡Oye inútil!!, ¡¡Ya sal de ahí!!, ¡¡llevas casi una semana dentro!!

Era uno de sus hermanastros.

El llanto silencioso no se hizo esperar, Estaba más que asustado, no sabía que hacer, ni siquiera se podía concentrar en lo que la persona del otro lado le había dicho.

Los golpes se volvieron más fuertes, Parecían patear la puerta, podría jurar que la querían tumbar.

—¡¡¡Jimin!!!, ¡¡¡abre la Maldita Puerta!!!, el director de tu preparatoria me llamó, ¡Ya faltaste demasiados días de clase!, ¡Papá muy molesto contigo!

Era obvio el notorio tono de enojo, mejor dicho, de furia.

¿Qué puede hacer?

Sólo logra hacerse bolita en el piso mientras se queja internamente por el dolor y llora en silencio.

Pero otra perturbación se suma a su desgracia al escuchar el sonido de su cama junto con las sabanas.

Su creador de angustia había despertado por fin.

Sintió algo extraño en el pecho, demasiado para él, Aparte del miedo que sentía él mismo, tenía otro sentimiento, Sentimiento que no sentía como suyo.

Los golpes que cesaron lo calmó muy poco, Aun que pareciera que querían tumbarla, Cuando no hubo sonido, Quería que volviera, No quería más que sentir un ataque al corazón y por fin ir a ésa caja.

Cosa que sería como un milagro en su vida y que también sería tonto, morir en un ataque al corazón por susto sólo pasaban con los ancianos, Bueno, Él era bastante joven.

Dejando sus pensamientos de lado, Quiso tener valor, Un valor que no sabía de donde habría sacado, Ése día se estaba volviendo completamente de forma muy rara.

Levantó su mirada, Miró hacia la cama exactamente, ése chico de cabello platinado, estaba casi al frente de él,

Al menos él no estaba desnudo del todo, Tenía sólo unos boxers.

Sus miradas se conectaron, mientras que el platinado parecía preocupado, Jimin sólo se asustó más, más lágrimas salían de sus ojos.

Jimin estaba confundido, Tenía miedo, Pero pareciese que algo interno quería calmarlo y que avisaba que estaba preocupado, Pero...¿Quién?, Ya estaba más seguro que no eran sus sentimientos.

Escondió de nuevo su cabeza en sus rodillas y sólo se calló, No quería que le hiciera nada, Sólo quería que se fuera, Nada más que eso.

Sintió unas manos tocarlo.

Un error que no se debió cometer con el pobre omega.

Éste se levantó perturbado, alejó esas manos que querían, sin malicia, calmarlo, claro, esto el omega lo malentendió.

–¡Alejate de mí!—Gritó histérico—¡Quien eres, qué demonios quieres!

Jimin podría enloquecer, Se sentía de lo peor.

Si tan sólo supiera que el platinado tampoco entendía nada, No sabía demasiado qué sucedía.

Sólo se había levantado por los sentimientos que lo perturbaron en su pecho junto a los golpes que escuchó, Estaba molesto pero al ver al chico en el piso, Algo se encajó en su corazón.

Por querer ayudarlo ahora se sentía peor, algo le decía que tratara de calmar a ése omega, podría desesperarse también si es que no lo lograba.

En su interior gritaba por querer tocarlo y abrazarlo, Cosa que al intento era obvio que falló.

Sintió dolor por la reacción del chico, su rechazo lo carcomía.

Extrañamente se asustó con el grito, Quiso llorar, ¿Qué sucedía?, ¿Por qué en ése momento se sentía diminuto ante ése omega de cabello negro?.

Y Jimin al moverse descubrió nuevamente su otro ardor, al abrazarce por mero instinto se tocó su hombro y siguió el camino.

La gota que derramó el vaso, realmente estaba enloqueciendo ahora.

Una mordida, Una maldita mordida se hallaba en su unión de hombro al cuello, Ése lugar que se supone JAMÁS iba a estar nada más que nada.

Ése espantoso lugar que sentía en sus dedos, Había sido profanado.

Allí ya no estaba más que su desesperación

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