Capítulo 5 ~Amigos entrometidos~
Terminó de preparar la comida y el timbre sonó exacto como un reloj, sonrió al reconocer la inconfundible forma en la que Ashlyn tocaba el timbre.
—Cómo está mi escritora misteriosa favorita. —Saludo alegremente Ashlyn como si no hubiera estado a punto de romper el timbre.
—Ash, no has pensado en ponerte a vender seguros definitivamente que te terminarían abriendo la puerta o demandando por acoso. —Bromeó divertida ante la pelirroja desenfadada y despampanante.
—Para eso soy abogada cariño. —Le guiñó un ojo posando como la diva que era, con un brillo de travesura en su mirada esmeralda antes de pasar sin preguntar como si fuera dueña del lugar.
Naike negó con la cabeza antes de hacer pasar a Selene quien esperaba calmadamente en la entrada.
Sus amigas eran literalmente como polos opuestos y no era extraño que para la mayoría le fuera chocante verlas juntas en sus escasas salidas, no solo por su apariencia si no por sus contrastantes personalidades, a pesar de ello las unía una estrecha amistad, sabía que si alguna estuviera en problemas las demás harían lo imposible por ayudarle. Por eso se había debatido internamente todo el día anterior si contarle sus sospechas sobre Jason o no, sin embargo Selene acababa de iniciar un nuevo trabajo y por lo que pudo ver había una alta sospecha que la estuvieran saboteando, mientras Ashlyn estaba tratando dos casos importantes sentiría vergüenza de cargarle también sus preocupaciones.
—¿Estás bien? —La voz de Selene interrumpió sus pensamientos.
—Sí, ya sabes que a veces me pierdo en mis cosas. —Se disculpó con una sonrisa evitando hablar al respecto.
—¿Cuándo será el día que aprendas a preparar algo que no sea comida congelada? —Se quejó Ashlyn llamando la atención de sus amigas saliendo de la cocina mientras se llevaba a la boca una aceituna.
—Cuando no cambies a tus parejas como si fueran calcetines y deja de pellizcar la ensalada. —La regaño Naike.
—Oblígame. —Provocó Ashlyn yendo a la cocina antes de ser detenida por Naike.
—Ven aquí. —Le paró solo para ser interrumpidas nuevamente por Selene.
—¿Eh?...Naike. ¿Desde cuándo usas anillos?
Naike se volteó dejando ir a Ashlyn al sorprenderse de ver el anillo que había encontrado en las manos de Selene.
—Déjame ver eso. —dijo Ashlyn antes de tomar el anillo.
—¿Y bien Ash? cuál es tu opinión experta. —Selene cruzó los brazos esperando el veredicto.
No era ninguna exageración llamar a Ashlyn experta, por la enorme cantidad y variedad de joyas que recibía de, prácticamente, cada hombre que se cruzaba en su camino, podría incluso tasar su valor con solo mirarlas sin equivocarse.
—Pues, me gustaría saber. —Comenzó a indagar Ashlyn acercándose sigilosamente a Naike, haciendo que retrocediera por la expresión seria de su rostro. Ella pocas veces se daba importancia a otra cosa que no fuera su trabajo. —Como llego a tus manos un anillo edición limitada de Bulgari. ¡Acaso tienes un prometido asquerosamente rico y no nos habías dicho nada!
—¿Espera prometido? —Selene le miró fijamente como si de repente le hubiera salido otra cabeza antes de fruncir el ceño para agregar. —¿No es Bulgari una marca ridículamente cara de por sí?
—No solo eso amiga, este anillo es tan escaso que solo algunos pocos lograron obtenerlo antes de que se agotara. —Ashlyn admiro el anillo en su mano como si fuera un tesoro perdido. —Es más les diré que muchas veces fue la excusa perfecta para deshacerme de varios pretendientes odiosos, ya que sabía que les sería prácticamente imposible conseguir uno. Incluso llegó a ser considerado como una verdadera locura de amor.
<<Oh mierda>> Es lo único que Naike pudo pensar. Cuando aquel sujeto le había dicho que era importante no le había tomado el peso a sus palabras. <<Pero entonces, por qué no mostró interés alguno cuando se lo mencionó en la cafetería. ¿No debería mover cielo y tierra para buscar un anillo así?>>
—Yo... rayos deje el microondas encendido. —Fue lo único que se le ocurrió para escabullirse del inminente interrogatorio.
—A dónde crees que vas, Naike Anderson no escaparas hasta que nos cuentes hasta el último de los detalles. —Le acorralaron Ashlyn y Selene sin creer ni por un momento su obvia mentira.
—Es que yo... no me creerán... —Musitó pensando en la serie de ridículos eventos que pasaron para que bendito anillo llegara a sus manos y lo peor de todo era el desprecio con el que su malhumorado dueño la rechazó cuando intento devolverlo.
—Por favor , nunca hubiese creído que podrías tener un anillo de compromiso en tu poder, menos uno tan refinado y extravagante, así que a estas alturas podría creer cualquier cosa. Así que cuéntanos. —Instó a que respondiera mientras ambas chicas se acercaban peligrosamente a ella sin dejarle más opción que responder.
—Está bien, está bien... —Asintió resignada. —Vamos a sentarnos así les contaré todo mientras comemos. <<Pero cómo iba a explicar algo tan tonto...>>

—¿Lo perdiste? —Las carcajadas de Lucien no se hicieron esperar nada más Xavier asintió con desgano.
Que Lucien invadiera su espacio era algo que veía venir desde que se negara a contestar el teléfono y recientemente dejara de asistir a su trabajo, lo que Xavier no esperaba es que fuera tan rápido.
—Cuando dejes de reírte me avisas. —Indicó mientras volvía a la cama, había tenido que levantarse debido a que si no abría, estaba seguro que Lucien derribaría la puerta y no quería tener que repararla luego.
—Lo siento, lo siento. —Lucien se disculpaba entre risas intentando calmarse mientras le seguía a su habitación. —Es que no puedo creerlo, me estás diciendo que una chica te golpeo con una piedra y cuando fuiste a ayudarla de caer perdiste tu tan preciado anillo.
—Aún no sé por qué te conté todo. —Tenía demasiada confianza con ese playboy que tenía de amigo, pero la verdad lo menos que quería era hablar de eso, sobre todo porque aún no sabía si había sido bueno o malo perderlo después de que Amaru le volviera a contactar después de tanto tiempo.
—¿Y dime que tal estaba la chica? —Lucien movió sus cejas sugerentemente haciendo que Xavier rodara los ojos.
—Solo piensas en eso. —Se quejó tirándole una almohada que logró esquivar.
—Al menos no pienso en una víbora que destruyo mi vida. —Contraatacó Lucien mirándolo con reproche. —Porque ese estado en que te encuentras es por Amaru ¿O me equivoco?
Era una pregunta pero se podía ver que ya sabía la respuesta, solo suspiró rodando para quedar boca arriba en la cama mirando el techo.
—No me lo puedes ocultar, Blake ya me dijo que te llegó una invitación para el cumpleaños de esa serpiente.
Al escuchar eso Xavier masculló una maldición. <<Por qué su hermano menor tenía que ser tan entrometido.>>
—Lo que haga no es su asunto de todos modos ¿Me podrían dejar en paz de una vez? —Exclamó frustrado de que le estuvieran rondando como si no supiera cuidarse a sí mismo y más porque lo que decían era verdad, se había descuidado completamente. Solo dormía y bebía, no recordaba la última vez que había comido algo decente y su humor no podía ser peor.
—Mira este lugar y tu propia apariencia, eres un completo desastre y si piensas que miraré a otro lado mientras mi mejor amigo se está derrumbando otra vez frente a mí estás muy equivocado.
Xavier solo pudo tapar sus ojos con su brazo sin poder refutar nada, hace cuatro años había caído en depresión luego que la mujer que amaba lo desechara como un traste viejo después de darle todo y quedarse literalmente sin nada. En su cara lo había engañado muchas veces y se había hecho el ciego hasta que ella misma se fue del brazo de un rico y joven fiscal pidiéndole que no la buscara más.
Le costó mucho salir de eso y retomar su vida si no fuera por sus amigos, su hermano y un sorpresivo regalo que cambió su forma de ver la vida, se hubiera dejado morir como un perdedor, pero de alguna manera había conseguido salir adelante y lograr ser exitoso, gracias a eso logró devolverle el favor.
—Xavier si no te recompones antes del viernes yo mismo te arrastrare hasta mi casa y te encerraré ahí si es necesario. —Amenazó seriamente.
—Vaya no pensé que desearás tanto tenerme a tu merced, Lucien. —Replicó sarcástico, pero entendía porque lo decía, fue él quien más le ayudó cuando se derrumbó la primera vez después de todo, realmente esperaba que está vez no llegará tan lejos.
Lucien se acercó a la cama apoyándose sobre el respaldo. —Si te tengo que dominar para que te cuides lo haré, créeme.
—Ya sabía que eras un ninfómano, pero no que fuera tanto. —Le pateo para que se alejara.
—Bueno como sea, estaré al tanto si no te veo decente cumpliré mi amenaza, ahora ten. —Lucien le tendió una caja de almuerzo que no había notado hasta ahora. —Es el menú de hoy imagino que no comiste.
—Está bien me cuidaré, madre. —Suspiró resignado aceptando la caja de almuerzo.
—Buen chico, bueno ya debo ir a a trabajar deje a un delegado, pero no tengo mucha confianza en que lleven las cosas en orden. —Murmuró más para sí mismo algo preocupado.
—Sí, ya vete de una vez. —Espetó a modo de despedida aunque no le desagradaba su presencia, Lucien era el único que podía tratarlo en ese estado, ya que era alguien que había vivido una situación similar y no le importaría tener patearle el trasero si volvía a verlo caer como antes.
—Yo también te quiero. —Expresó con socarronería antes de salir de su habitación y dejarlo solo.
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Las exageraciones de Ashlyn en su mayoría son culpa de mi editor XD
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