Capítulo 41 ~Estaré a tu lado~

—¿Naike? —Brian al reconocerla bajo del auto sin importarle que se mojara su traje bajo la torrencial lluvia que caía. —¿Qué haces aquí, con este tiempo y esa maleta?

Naike levantó la mirada sorprendida de verlo y más porque la encontrará en ese estado, luego de que Xavier le hubiera corrido prácticamente de su casa no soportaba estar en el mismo lugar que él, aunque no lo veía, ya que, se iba antes de que despertara y llegaba al anochecer, esa situación se había vuelto demasiado incómoda, además de ser una tortura debido a los sentimientos que albergaba por el CEO de Esmeralda.

—Brian. —Musitó su nombre obligándose a no llorar, pero era muy difícil.

—Ven, vamos a mi departamento, luego me cuentas qué sucedió. —Indicó mientras tomaba la maleta que rápidamente había hecho, a pesar de que no tenía idea de que haría ni a dónde iría, ni siquiera se despidió antes de marcharse, pues estaba segura que no le podría decir adiós sin romper en llanto y no quería verse más patética de lo que ya era delante de él, aunque, de todos modos, lo más seguro es que ahora se estuviera riendo de lo ingenua que fue junto a su querida Amaru.

El camino al departamento de Brian fue en silencio, se sentía más como un alma en pena que una persona mientras sentía la mirada de su amigo constantemente sobre ella en cada oportunidad que tenía, pero agradeció que no dijera nada.

—Entra, está un poco desordenado, pero no esperaba visita. —Se excusó el oji-verde haciéndola pasar al interior. —¿Quieres tomar una ducha? te enfermarás si te quedas así. —Indicó señalando sus ropas humedecidas por la lluvia. Naike asintió ausentemente mientras iba a donde le había indicado que estaba el baño.

Cuando estuvo lista busco a Brian y le encontró en la cocina esperándola con una taza de chocolate caliente.

—Gracias Brian, era justo lo que necesitaba. —Agradeció la caliente y dulce bebida deleitándose con su sabor.

—No hay porque. —dijo Brian con una sonrisa al verla mejor. —Pero qué hacías sola con tu maleta bajo la lluvia. —Frunció el ceño confundido. —¿Discutiste con Xavier?

Naike resopló con ironía. <<Ojala solo hubiera sido una discusión>> Pensó desanimada antes de mover la cabeza negativamente ante su pregunta. —No discutimos, es solo que... Xavier llevará su novia a su casa y no quiere que me encuentre ahí. —Explicó débilmente sin mirarlo, aún le dolía demasiado ser consciente de que Xavier seguía enamorado de Amaru, mientras ella ingenuamente esperaba que correspondiera sus sentimientos después del beso que compartieron.

—¿Novia? —preguntó perplejo el rubio alzando las cejas. —Espera dices que te corrió de su casa porque iría su novia.

—Pues es lo que entendí. —dijo sin ánimos de seguir ahondando en el tema. —pero no importa, enseguida conseguiré algo para quedarme, en verdad lamento muchas las molestias que te estoy causando.

—No me compares con ese tipo, yo no te pienso correr de aquí por nadie. —Aseguró antes de fruncir el ceño confuso. —Aunque me parece extraño, lo veía muy divertido restregándome en la cara que estabas con él.

—Supongo que le gusta reírse de todos. —Murmuró encogiéndose de hombros con una indiferencia que en realidad no sentía.

Brian le miró unos segundos antes de sonreír. —Bueno veamos si le divierte cuando yo me ría de él. —Le guiño un ojo mientras tomaba su maleta. —Ven te mostraré la habitación de invitados así descansas un poco debes estar cansada.

Cuando Xavier volvió a su casa supo enseguida que Naike se había ido, era como de repente todo fuera más frío y falto de color con su ausencia. Lo peor de todo era que su recuerdo estaba en cada cosa que veía. Tiró su saco antes de dejarse caer en el sillón.

—¿Estoy haciendo lo correcto? —Se preguntó pasando una mano por su cara, estaba agotado. Había adelantado todo el trabajo que tenía solo para mantener la mente ocupada y no pensar en nada. Ya no sabía que dolía más, tenerla tan cerca y no poder estar con ella como antes, o saber que algún día se iría de su lado y no podría detenerla, pero al final Naike no le dio opción.

Su teléfono le sacó de sus pensamientos no tenía ganas de hablar con nadie así que lo corto, pero la insistencia pudo más y al ver de quien se trataba solo pudo contestar.

—Aló. —dijo con hastío nada más atender.

—Hola Mr. perro guardián, aunque creo que debería cambiarte el apodo, en vista que al parecer dejaste de serlo. —Escuchar la mordaz voz del director de Diamond Heart hizo que hiciera una mueca de desagrado.

—Qué quieres Brian. —Bufó molesto. —Si llamas para molestar no estoy de humor.

Debo reconocer que molestarte es muy divertido, sobre todo ahora que perdiste a Naike, pero en realidad me gustaría saber que mierda te pasó ¿te golpeaste la cabeza o qué?

Xavier sintió una punzada de dolor ante lo que dijo, sabía que perdería a Naike era lo que había esperado el día que se obligó a correrla de su casa y su vida, pero ser consciente de ello era distinto, pues ya era un hecho y no había vuelta atrás. Apretó los puños con rabia mientras respiraba pesadamente intentando controlarse.

—¿Naike te contó algo? ¿Está contigo? —preguntó esperando que la desesperación por saber de Naike no se notará en su voz.

—¿Sí me contó? ¿Sabes dónde la encontré? En un parque, sola bajo la lluvia como si fuera un gato abandonado. Me quieres explicar qué sucede, me hice a un lado para que fuera feliz contigo y ahora resulta que le corres porque tienes una novia. Explícame que sucede contigo. —El enojo era evidente en la voz de Brian, Xavier estaba seguro que si lo hubiera tenido al frente le hubiera golpeado, él hubiera hecho lo mismo.

Xavier suspiró agobiado. <<Cómo hubiera deseado que las cosas fueran diferentes>> —No es algo que pueda controlar solo sucedió así, ella... ¿Se quedará contigo?

¿Me dirás que sólo sucedió? No te creo nada. —Resopló incrédulo. —Pero no te preocupes por Naike, yo la cuidare y créeme que yo no la dejaré ir tan fácil como tú.

—Sólo... solo cuídala, no dejes que le pase nada. —Pidió cabizbajo antes de cortar la llamada sin dejarle decir nada más.

Segundos después sonó nuevamente el teléfono pero esta vez era la causante de su pesadilla.

Cerró los ojos antes de contestar, esperaba que cumpliera su palabra, porque si se atrevía a hacerle algo a Naike le iría muy mal.



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