Capítulo 39 ~Punto cero~

Naike se paseaba de un lado a otro preocupada, ya era muy tarde y le ponía nerviosa que Xavier no llegará aún. Necesitaba hablar con él sobre lo que había pasado entre ellos, no quería que jugara así con ella, no porque le gustará le permitiría hacer lo que quisiera.

<<Aunque no te resististe mucho cuando te beso>> 

—Cállate estúpida conciencia. —Gruñó antes de ser interrumpida por el sonido del celular.

—¿Aló? —Contestó nada más descolgar la llamada esperando que fuera Xavier.

Hola, Naike ¿Está Xavier ahí? 

Se desilusionó al reconocer la voz de Lucien tras el teléfono.

—No aún no ha llegado. —respondió dejándose caer al sillón. —¿Sucedió algo? —Cuando preguntó escuchó un alboroto tras el teléfono y su receptor cambio.

Naike, dile a mi hermano que si la jode esta vez, no lo perdonare. —Interrumpió Blake en un tono demasiado serio que le preocupo.

<<Qué sucedía con Xavier para que hablaran de ese modo>> Antes que pudiera preguntar su inquietud, la puerta se abrió dejando ver a Xavier.

—Chicos acaba de llegar ¿Quieren hablar con él? —Alcanzó a preguntar antes que Xavier le quitara el celular cortando la llamada. —¡Hey! tus amigos preguntaban por ti, se escuchaban muy preocupados ¿Por qué les cortaste? —Increpó confundida por sus acciones.

Xavier solo chasqueó la lengua molesto antes de ir a la cocina, Naike le siguió encontrándolo apoyado sobre el mueble de la cocina mientras bebía un vaso de agua, se veía muy descompuesto y se notaba que había estado bebiendo.

—¿Xavier? —Naike llamó su atención, pero la ignoro como si no hubiera escuchado, aquello hizo que una mala sensación se alojara en su estómago. —¿Pasó algo? —preguntó con la inquietud latiendo en su garganta, pero no hubo respuesta. No supo cuánto tiempo paso entre el tenso silencio que se había formado, el cual ninguno de los dos se atrevía a romper, hasta que Xavier se movió de donde estaba apoyado.

—Iré a dormir. —dijo secamente mientras pasaba a su lado sin mirarle y su corazón se apretó.

<<¿Qué le pasaba? ¿Dónde estaba el sentido del humor que tanto le molestaba, la forma cálida en que le miraba y tocaba? ¿A dónde había ido el Xavier que había conocido?>>

Naike recordó la llamada de Lucien y las palabras de Blake, algo debió haber pasado para que estuviera así, era como si hubiera vuelto a ser el mismo ogro que conoció en el parque y el fuerte presentimiento de que tenía que ver con Amaru aumentó su angustia. Decidida fue a su habitación y golpeó la puerta esperando una respuesta que nunca llegó.

—Xavier dime qué sucede, me estas preocupando. —Levantó la voz para que le escuchara tras la puerta, pero nada, no respondía. —Quiero ayudarte, no es justo que seas siempre tú quien me ayude a mí, habla conmigo, por favor. —Iba a golpear una vez más cuando la puerta se abrió repentinamente haciendo que chocara contra su pecho.

—No pasa nada. Solo estoy cansado. —Se explicó sin mirarla, pero era demasiado obvio que había algo que no le quería decir.

Naike resoplo incrédulamente. —Sé que yo no soy la mejor mentirosa de mundo, pero tú no lo haces mejor, créeme que no engañas a nadie así, cualquiera se daría cuenta que te pasa algo y no digas que solo es cansancio, porque no te creo. Dime... ¿tiene que ver con Amaru?

Xavier la miró largamente antes de apoyarse sobre el marco de la puerta mientras con una mano sostenía su cabeza, como si intentara suprimir un gran dolor, se veía demasiado abatido y solo quería ayudarlo.

—Déjame solo. No hay nada que tú puedas hacer. —Declaró antes de dar media vuelta y dirigirse a su cama.

—Hubo un tiempo en que te pedí lo mismo y no me hiciste caso ¿Por qué tendría que ser diferente contigo? —Desafió acercándose a él.

Xavier le tomó sorpresivamente de la muñeca tirándola de ella, su mirada era salvaje una que nunca había visto antes, casi como si fuera a devorarla. —Porque a diferencia tuya, yo soy un peligro para ti. —Sentenció apresándola entre la cama y su cuerpo. —¿Lo entiendes ahora?

—No, no lo entiendo. —Naike negó mirándolo sin temor, a pesar de la amenaza en su voz. —¿Por qué me quieres alejar? ¿Qué sucede? —preguntó mientras intentaba tomar su rostro para calmarlo. Quería al Xavier que había conocido de vuelta, pero el oji-ambarino gruñó tomando sus manos con la suya para luego elevarlas sobre su cabeza evitando así que le tocara. No había una pizca de suavidad en su mirada ni en su gesto, sólo una profunda tristeza y desesperación que la sobrecogió. Xavier miró sus labios acariciándolos con su mano libre soltando el fuerte agarre que mantenía sobre sus manos. Acunó su rostro entre sus manos como si estuviera en un trance mientras poco a poco se acercaba más a su rostro, por un momento pensó que le iba a besar como antes, pero se detuvo apoyando su frente sobre la suya.

—Por qué no me detienes. —Susurro cerrando los ojos. —Si un hombre te tiene así deberías golpearlo o al menos gritar.

—¿Intentabas asustarme para que te dejará solo? —Abrió los ojos sorprendida de ver la verdad tras sus acciones. <<Por qué llegaba tan lejos para alejarla. ¿Qué estaba sucediendo?>> No sabía qué sucedía, era como si fuera a desaparecer en cualquier momento y eso la aterró, por lo que, hizo lo único que se le ocurrió hacer en ese momento, aprovechando que tenía las manos libres lo abrazó tan fuerte que Xavier cayó sobre su pecho. —No sé qué sucede, pero estoy aquí, aunque no quieras hablarme de ello, tú también puedes confiar en mí.

—Déjame levantarme, te aplastaré. —Musitó haciendo que su cálido aliento golpeara contra su cuello.

—No importa, soy más resistente de lo que parezco. —Repuso sin soltarlo a pesar de los intentos de Xavier de incorporarse.

—Eso explica porque aún estás viva con lo torpe que eres. —Se burló y a pesar de la broma Naike sonrió un poco al ver al Xavier de antes.

—Muy gracioso, creo que en verdad quieres que te odie. —Acusó liberándolo para mirarlo, pero Xavier se aferró a ella, arrastrándola cuando se giró quedando abrazados de tal modo que estaban uno frente al otro.

—Eso estaría bien... sería más fácil. —dijo casi en un susurro que apenas pudo escuchar. —Lo siento Naike, lo siento mucho.

Naike frunció el ceño, confundida. —¿Qué quieres decir con eso? ¿Xavier? —Levantó el rostro para mirarlo, pero se había quedado dormido. Suspiró mientras miraba su pacífica expresión mientras dormía.

—¿Cómo te atreves a dejarme hablando sola? —Se quejó apoyando la cabeza en su pecho. Era tan cálido.

Era imposible negar lo que sentía por él. Lo amaba, como nunca creyó amar a alguien alguna vez, a pesar de su reticencia a admitirlo, se había vuelto una parte importante de su vida y odiaba sentir que se alejaba de ella, cuando quería todo lo contrario, pero al mismo tiempo tenía tanto miedo de arriesgarse a saltar al vacío y estrellarse de nuevo contra el suelo.

<<Será mejor que vaya a mi habitación>> pensó intentando levantarse, pero Xavier se aferraba a ella como si fuera un salvavidas y tuviera miedo a ahogarse.

—Si no me quieres dejar ir, por qué te empeñas en alejarme con tus palabras, no te entiendo. —Susurro acariciando su rostro mientras sentía el sueño vencerla.


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