Capítulo 30 ~No me iré~
Xavier estaba ansioso por llegar con Naike y contarle las noticias que traía, hasta había pensado en invitarla a comer para celebrar, pero cuando le vio supo que sus planes tendrían que esperar. No había que ser adivino para saber algo no andaba bien, su cara lo decía todo.
Cuando Naike le vio le sonrió para disimular, sin embargo más parecía una mueca por lo forzada que se veía, aun así no dijo nada. Sabía que Naike no hablaría hasta que estuviera lista, pero maldición si no se moría por saber que le había pasado.
-¿Cómo te fue con tus amigas? -Inquirió tentativamente mientras caminaban hacía la tienda cercana.
-B-bien. -Balbuceó algo nerviosa sin mirarle.
Xavier no sabía si era consciente de lo mal que mentía, pero decidió no indagar más, ya que a pesar de estar nerviosa, lo que sea que habló con sus amigas, no era lo que le puso en el estado que la encontró, lo hubiera notado puesto que estaba pendiente de sus reacciones.
Una vez entraron a la tienda todas la miradas se dirigieron a él como si brillara o algo así <<Ni que fuera el protagonista de "Crepúsculo">> Pensó con ironía.
-¿Tengo algo en la cara? -Susurro en el oído de Naike para que solo ella escuchara.
-Cómo si no supieras qué pasa. -Masculló escéptica. -Tal vez deberías usar un disfraz o algo así.
-¿Un disfraz? -preguntó confundido, hasta que una chica se acercó emocionada pidiéndole un autógrafo seguida de otras que también se animaron.
Por lo general no iba a lugares públicos, se había vuelto muy ermitaño desde que había terminado con Amaru, frecuentando solo sus círculos cercanos, por lo que no entendía qué pasaba.
-Disculpen señoritas, creo que me confunden con alguien más. -Se excusó amablemente intentando alejarlas, pero resultó contraproducente.
Las chicas literalmente chillaron haciendo que le dolieran los oídos, por lo que decidió acceder a su absurda petición para ver si así le dejaban en paz. Sin embargo verse en la portada de una revista fue algo extraño, era la primera vez que la veía, ya que no era algo a lo que le prestará atención, aunque vagamente recordaba haber dado una entrevista hace algunos meses y hecho una sesión de fotos obligado por su asesor para beneficio de su agencia.
-Pe-perdón la pregunta. -dijo una chica acercándose tímidamente. -pero ¿Me podrías dar un abrazo? Me haría realmente feliz.
Xavier parpadeó un par de veces sorprendido, hasta que escuchó a Naike resoplar molesta antes de alejarse al interior de la tienda. <<Demonios>>
-Disculpa, pero eso está reservado para una persona especial. -Se excusó guiñándole un ojo antes de seguir por donde se había ido la escurridiza chica. -Naike, espérame.
-Te veías muy entretenido ahí con todas esas chicas, no quería molestar.
-La verdad me sorprendió, no sabía que era famoso. -Alardeó sabiendo que le molestaría, pero al menos había reaccionado aunque fuera enojándose, era mejor que el estado en el que la encontró.
-Sí, claro. -Bufó irónicamente. -¿Podemos terminar con esto rápido? Quiero ir a escribir.
-A la orden signorina. -Accedió galantemente haciendo que Naike rodara los ojos mientras tomaba ropa al azar.
-Listo llevaré esto. -Indicó mientras se dirigía a la caja.
-Espera, ni siquiera te lo has probado. -Le detuvo al ver lo que había elegido. Si así solía comprar su ropa entendía porque no se ajustaba a ella. Realmente no tenía nada en contra de las jardineras, pero la que estaba usando seguramente era un atentado contra la moda.
-No lo necesito, con esto estaré bien por unos días.
-De ninguna manera. -Xavier se interpuso en su camino. -Si llevas eso así tendré que comprar toda la sección femenina, solo para que tengas algo decente que ponerte.
-¿Eh? ¿Por qué demonios harías eso? Esto es lo que suelo usar. -Se quejó inflando las mejillas.
-Ni siquiera has mirado lo que llevas, por eso parece que te vistes con la luz apagada.
-¡Hey! yo no me quejo con lo que usas.
-Porque no uso ropa tres veces mi talla. -Debatió cerrándole el paso atrapándola entre la ropa de los percheros y sus brazos.
-Mira quiero irme de aquí, no quiero discutir por esto. -Intento razonar al ver que no le dejaría escapar.
-Está bien, hagamos un trato. -Propuso al encontrar una solución con la que ambos podrían ganar. -Tú eliges la mitad y yo la otra mitad.
Naike le miró largamente antes de suspirar. -De acuerdo, pero no puedes elegir más prendas que yo y no puedes reclamar por lo que elija. -Propuso sin opción a discusión.
-Bien lo mismo para ti y también yo pagaré lo que elija.
-No puedes pagar por mi ropa. -Negó cruzando los brazos, algo difícil con las prendas que cargaba.
-Pero yo la elegiré, es correcto que yo lo pague.
-De acuerdo, pero solo la mitad, después de todo, la ropa es para mí.
-Bien. Tú eliges primero. -Acordó, sabiendo que no le dejaría ganar fácilmente y él también se quería ir de ahí, las miradas de la gente de la tienda ya le empezaban a incomodar.
Naike tomó de lo que llevaba la mitad y se lo paso señalando que ya estaba. Xavier reviso la ropa y busco algo que le hiciera juego después de diez minutos estaban fuera con dos bolsas en la mano cada uno.
-Vamos, antes que otra de tus admiradoras se les ocurra acercarse. -Señaló Naike mientras caminaba delante de él.
Xavier sonrió mientras le seguía, tendría que revisar esa revista luego, porque por lo que noto Naike ya la había visto y tenía una idea de dónde.
El camino hasta su casa le pareció más corto de lo usual, quería retomar lo que había pasado antes de encontrarse con ella, pero no sabía cómo sacar el tema ni tuvo oportunidad, ya que nada más llegar a su destino Naike salió con sus bolsas perdiéndose rápidamente en el interior de la casa.
Xavier suspiró mientras recogía del maletero la mercadería que había comprado. Después de la buena noticia que tenía había esperado que esa tarde fuera distinta.
Una vez tuvo todo acomodado decidió ir a buscar a Naike para preguntarle si quería algo especial para comer, pero cuando no respondió se preocupó, por lo que entró a su habitación, por un momento pensó que no estaba por lo oscuro del lugar, hasta que escuchó un quejido y la vio hecha un ovillo en una esquina de la habitación.
-Déjame sola. -Musitó entrecortadamente al sentir su presencia ocultando su rostro entre el hueco que formaban sus brazos alrededor de sus rodillas, aun así se notaba que había estado llorando.
-No me iré, no me conoces si piensas que te dejaré sola en ese estado. -Espeto acercándose a ella. -¿Qué sucedió Naike?
-Vete, no quiero que me veas así. -Murmuró intentando esconder más su rostro de él, acentuando su intención de que no la viera.
Xavier se colocó a su altura antes de arrastrarla a él de modo que escondió su cara en su hombro, mientras la sostenía con un brazo y con su otra mano la calmaba con suaves caricias en su espalda. -No te puedo ver si te mantengo así.
Naike intentó resistirse al principio, pero se terminó rindiendo, dejando salir pequeños sollozos entrecortados. No supo cuánto tiempo pasó hasta que se calmó totalmente, pero no le importó.
-Eres testarudo. -Murmuró contra su hombro.
-Digamos que es parte de mi encanto.
Naike rompió en una pequeña risa antes de separarse. -¿Te han dicho que tienes demasiado ego?
-No, pero siempre hay una primera vez. -Le guiñó un ojo antes de ayudarle a levantarse. -Vamos buscar algo de agua, debes estar deshidratada tanto llorar.
Naike alcanzó su chaqueta antes de que saliera de la habitación. -No me preguntarás que pasó.
-Eso ya lo hice, solo estoy esperando que quieras decírmelo. -dijo volteándose a verla. Naike asintió.
-Me encontré con Jasón después de dejar a las chicas. -Comenzó a hablar con la voz algo temblorosa.
Xavier se tensó cuando escucho ese nombre, tenía una idea que tendría que ver con él, pero no imaginó que tuviera el valor de acercarse a Naike directamente. -¿Te hizo algo?
-No, pero me amenazo.
-¿Qué clase de amenaza? -preguntó intentando sonar calmado, a pesar que quería matar a ese desgraciado de Jason con sus propias manos.
-Algo como que mi comportamiento no era adecuado y me castigaría para mostrarme mi lugar. -Explicó con desagrado y no era para menos.
-Ese tipo tiene agallas para decirte algo así después de lo que te hizo.
-Supongo... Hasta se jactó de destruir mis cosas, como si fuera algún tipo de regalo.
-Ya pasó. -Le abrazó nuevamente viendo que estaba a punto de derrumbarse de nuevo. -No podrá hacerte nada, te lo prometo. No se volverá a acercar a ti.
-¿Cómo estás tan seguro? Hasta ahora ha hecho cuanto ha querido. -dijo con amargura.
-Porque la orden de alejamiento en su contra ya es un hecho. -Aseguró, dándole la noticia que había esperado decirle nada más fue a recogerla. Tomó su rostro para secar unas lágrimas que habían logrado escapar nuevamente. -De ahora en adelante no se podrá acercar ni a un kilómetro de ti sin que lo metan preso.
-¿Eso es verdad? -preguntó entre incrédula y sorprendida.
-No te mentiría con algo así. -Sonrió con suficiencia. -Ahora de lo único que te debes preocupar es hablar con el director de tu editorial, ¿está bien?
-Gracias. -Sorpresivamente le abrazo y a pesar de que lloraba sabía que era de alivio, por lo que escuchaba, realmente lamentaba no haber estado ahí cuando ese tipo la abordo, pero no volvería a pasar mientras pudiera evitarlo. -De verdad te debo mucho.
Xavier correspondió su abrazo mientras le daba un pequeño beso sobre su cabeza. -No me debes nada, yo debería agradecerte a ti por confiar en mí. Espero no defraudarte.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top