Capítulo 22.5 ~Equivocación~
A Naike le tomó todo lo que tenía evitar que sus piernas no cedieran mientras veía a Xavier irse como si nada.
<<Que pasaba con ese gigoló pervertido. Acaso la quería matar, es que, ¡Que tramaba tratándola de esa forma y diciéndole esas cosas!>> Pensó mientras ahogaba un grito en la prenda prestada al recordar la forma en la que le había abrazado antes, solo para gruñir molesta al percibir que la prenda aún tenía un poco del aroma de su colonia.
—Qué quería decir con escritora favorita de todos modos. —Refunfuñó en voz baja, pensando en la última frase que había dicho, mientras se dirigía donde le había indicado que estaba el baño.
Cuando Naike entró al cuarto de baño sintió aún más la incomodidad de estar en un lugar ajeno, hasta que dio con su reflejo en el espejo y se lamentó ante su apariencia.
—Me veo como un maldito mapache. —Dijo examinando su desaliñado aspecto en el espejo, pero lo que más le sorprendía era que Xavier no se hubiera reído por ello, aunque la razón seguramente era que había estado demasiado ocupado tomándole el pelo, porque no era tan ingenua como para creer que su coqueteo iba en serio, menos teniendo en cuenta como era su novia anterior y que él mismo había admitido que se hubiera fugado con ella pese a todo. Siendo sinceros, la tipa podía estar podrida por dentro, pero era muy bonita y llamativa, digna de ser una modelo, ella a su lado era... un mapache. Rio sin ganas mientras se quitaba la ropa para meterse en la ducha.
<<Xavier nunca me miraría de ese modo y así era mejor...>> A pesar de ese pensamiento, el recuerdo de lo cerca que habían estado no dejaba de venir a su mente haciendo que se sonrojara, sobre todo por la sensación de su cálido aliento sobre su cuello que aún le crispaba la piel. "Cómo haremos eso" había preguntado. Naike mordió su labio inferior avergonzada de lo que había pensado cuando le hablo de ese modo.
Abrió de golpe la llave haciendo que se congelara por lo helada que había salido el agua, pero le sirvió para distraerse de sus pensamientos que no eran muy inocentes que digamos, una vez reguló la temperatura no pudo evitar gemir ante lo bien que se sentía. La ducha de Xavier tenía varios cabezales que hacían parecer como si estuviera bajo una cálida lluvia que masajeaba sus estresados músculos, cerró los ojos un momento disfrutando de la sensación antes terminar de ducharse rápidamente, no se podía acostumbrar a algo que pronto no tendría, después de todo aquello no era más que una fantasía, una que acabaría mañana cuando ambos volvieran a su vida y olvidarán que aquello pasó.
Era verdad, no importaba al final como lucía o si le gustaba o no Xavier, después de mañana no tendrían ninguna razón para verse... Eso era lo que había pensado cuando había ido a devolver el anillo, pero ahí estaba usando su ducha y sus cosas... <<¿Sería alguna especie de broma del destino?>>
Luego de secarse se vistió con la remera que era lo suficientemente larga para cubrir hasta la mitad del muslo. Cuando se miró en el espejo mientras secaba su cabello, no podía evitar pensar que parecía una típica escena de novela romántica, donde la chica usaba la ropa de su novio...
Termino de secar su cabello y dejo las toallas colgadas antes de tomar su ropa y zapatos para dirigirse a la que sería su habitación, pero en el camino no podía dejar de pensar en cómo sería Xavier como novio, recordando ese día prácticamente habían tenido una cita y disfruto cada momento, a pesar de todo lo que había pasado en medio y la incomodidad por el lujo.
Xavier era como el protagonista de una novela; apuesto, divertido, atento, con un lado amable y otro perverso y como tal, se veía igual de inalcanzable, <<pero eso no le impedía fantasear un poco ¿No?>>
Quizá era porque iba demasiado perdida en sus pensamientos o inconscientemente lo buscaba, que la puerta que abrió no era la de su habitación, en la escasa luz que se colaba por las cortinas pudo distinguir a Xavier dormido en su cama. Lo más lógico sería salir y volver a su habitación era lo que pensaba, pero no podía dejar de mirarlo. Cuando se volteó hacia ella su corazón saltó, pero suspiro al ver que aún seguía dormido, lo malo era que las mantas habían resbalado por el movimiento dejando al descubierto su torso desnudo.
<<Maldición ¿Por qué no podía dormir con ropa?>>
Naike mordió nerviosamente su labio inferior antes de tentativamente acercarse procurando no hacer ruido, dejo la ropa en el suelo suavemente antes de volver a mirarlo, tenía muchas ganas de tomarle una foto para el recuerdo, pero había dejado el teléfono en su habitación, sin embargo, no creía que esa imagen se borrará de su memoria tan fácilmente. Sus rasgos eran demasiado perfectos así como su cuerpo, sus manos picaban por tocarlo aunque fuera un poco.
<<Naike contrólate, no puedes ser tan pervertida, ¡Tú misma te quejas de él por eso! ...Pero hay tanta piel expuesta... Sus caderas era afiladas y tan sexis>> Ok. Quizá debería tomar otra ducha... fría.
Miró una vez más su cara asegurándose que estaba dormido y tomó las mantas para cubrirlo antes de irse, así al menos dejaría de babearle encima, pero entonces una mano atrapó su brazo haciendo que se paralizara en el lugar, tragó saliva antes de atreverse a voltear, solo para encontrarse con unos relucientes ojos dorados que la miraban con curiosidad, haciendo que se volviera roja como un tomate por la forma en la que le había atrapado.
—¿Quieres dormir conmigo? —La voz de Xavier sonaba un poco más ronca por el sueño haciendo que se le erizará la piel y tardará en recordar cómo hablar.
—¡...! ¡Cla-claro que no! ¡Fu-fu-fue una e-equivocación! —Zafó su agarre antes de salir corriendo de la habitación mientras torpemente se disculpaba y le desea buenas noches.
Una vez llegó a su habitación no podía creer lo que había pasado, se quería morir, debió haber salido apenas entró ahí <<¿En qué demonios estaba pensando? ¿Fantasear? acaso era un quinceañera enamorada.>>
—Ahora seguro pensara que soy una pervertida o algo peor. —Se lamentó mientras cubría su rostro con las manos ahogando un grito que quería salir. Brevemente recordó que había olvidado su ropa, pero ni muerta volvía a entrar ahí.
Resignada se dejó caer en la cama esperando desaparecer y aun así no podía dejar de pensar en lo lindo que se había visto Xavier dormido.
<<Maldito gigoló sexi>> Pensó antes de cubrirse la cara con el cojín.
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