Capítulo 20 ~Visitante inesperado~

—Bienvenido, parece que fue un baile largo. —Comentó Naike una vez que le vio llegar, pero no había reproche en su voz solo curiosidad y algo que distinguió como preocupación.

—Lamento dejarte sola tanto tiempo. —Se disculpó sentándose a su lado necesitaba de la tranquilidad que le transmitía, después de la charla que había tenido con Amaru había quedado realmente agotado.

—No te preocupes, la verdad hasta hace poco tenía una agradable charla con Carl. —Contestó sonriendo como si hubiera recordado algo divertido. —Es alguien bastante interesante, aunque no entiendo cómo puede estar con esa mujer.

—Tiene sus formas de envolverte. —Cerró los ojos estirándose en su asiento cansado al sentir el peso real de esas palabras, ya que él muchas veces había caído en eso en el pasado.

La palabra decepción, no alcanzaba para cubrir lo que sentía en esos momentos por todo lo que tardó en darse cuenta el tipo de persona que era en verdad la mujer que tanto había amado y por la cual estuvo a punto de tirar todo lo que había construido. Lo que más le molestaba era recordar las incontables veces que se había ido en contra de todos por defenderla, solo porque le decían cómo era realmente. Incluso las pocas veces que había discutido con ella siempre terminaba por perdonarle fácilmente. <<Las reconciliaciones son las mejores dicen>> Sonrió con ironía al ver lo estúpido que sonaba aquello en su caso.

—Rayos ¿Qué te pasó? —Exclamó Naike haciendo que volteara a mirarla. —Qué te hizo Miss serpiente que parece que envejeciste diez años ¿Te drenó la energía vital o algo así?

Xavier no pudo evitar soltar una breve risa al escucharla. —Creo que tienes razón necesito una recarga. —Dijo apoyándose en ella mientras se dejaba envolver por su dulce aroma. Recordó lo cerca que estuvo de sus labios y no pudo evitar cerrar los ojos dejándose llevar por esa sensación.

—Hey no soy un cargador. —Protestó pero no lo apartó. —¿Paso algo? —Preguntó suavemente.

—Tenías razón, quería volver conmigo.

Naike maldijo por lo bajo antes de hablar. —Pero y Carl ¿No se iban a comprometer?

Xavier se enderezó a pesar de lo cómodo que se sentía para poder coger su copa. —Así es, pero creo que tenía planeado fugarse conmigo o algo así. <<Ahora que había descubierto que se había vuelto alguien exitoso claro>> Pensó mientras apuraba lo que quedaba de su bebida en su garganta.

—... Vaya qué ¿Romántico?

—¿Tú crees? Entonces quizá me debería escapar con ella. —Mintió fingiéndose pensativo, pero no pudo evitar reírse al ver la cara de espanto que había puesto Naike. —Tranquila, le rechace no tienes que planear ninguna "fuga romántica".

Naike suspiró exageradamente poniendo una pose dramática. —Gracias a Dios. Pensé que me habías traído como el sacrificio de sangre, para calmar la ira del novio por ver perdida a su prometida. Viendo todo el tema romano ya me estaba preocupando.

—Ok... Creo que todo este ambiente está echando a volar demasiado tu imaginación, será mejor que seamos nosotros los que nos fuguemos. —Dijo divertido por las ocurrencias de la pequeña escritora.

—Me parece bien, aprovechemos que tenemos la distracción perfecta.

No le tomó mucho tiempo a Xavier saber a lo que refería cuando la pareja subió al escenario. Era consciente de lo que venía y no tenía ganas de estar presente para las felicitaciones.

Xavier colocó el abrigo de Naike sobre sus hombros antes de abrirse paso fuera del lugar justo antes que escuchará la declaración de Carl y el "Sí, acepto" de Amaru.

Una vez estuvieron dentro de su BMW deportivo se relajó mientras encendía el motor, lo único bueno que había sacado de esa fiesta había sido el tiempo que paso con Naike, sonrió al pensar en lo irónico que era que se debiera al mismo anillo que había querido darle a Amaru.

—Te llevo a tu casa. —Declaró mientras miraba para salir del estacionamiento.

Naike dudo un momento antes de acceder e indicarle la dirección, suponía que había aceptado por lo tarde que era y la ropa que llevaba, pero al menos le daba una excusa para pasar un poco más de tiempo a su lado. Era algo triste pensar que probablemente no tendría otra oportunidad estar así con ella.

El viaje a casa de Naike paso más rápido de lo que hubiera querido entre charlas y bromas sobre la fiesta, a pesar que para cuando llegaron ya era entrada la noche, el camino fue relativamente fácil al ser bastante cerca del parque donde se vieron la primera vez.

Aparco el auto en la entrada que daba a un antejardín que no se podía apreciar por la escasa luz, pero la casa se alcanzaba a distinguir que era hermosa y grande de aspecto algo antiguo, pero acogedor. Lo que llamó su atención era que la luz de una de las habitaciones estuviera encendida, más cuando distinguió una sombra asomarse levemente antes de desaparecer.

Xavier iba a preguntar si tenía invitados cuando escucho a Naike maldecir a su lado.

—¿Pasa algo Naike? —Pregunto preocupado al darse cuenta que estaba igual de pálida que cuando recibió aquel primer llamado en el restaurant, encendiendo sus alarmas.

—La luz de mi habitación está encendida. —Señaló en la dirección que había visto la luz anteriormente. —Estoy segura que deje todo apagado cuando me fui.

Xavier saco su celular para llamar a la policía, pero Naike le detuvo, lo qué le sorprendió, sobretodo porque su mano estaba temblando cuando lo hizo.

—¿Espera qué haces? —El pánico que se filtraba en la voz de Naike no le gustaba para nada.

—Llamando a la policía ¿Qué más? Quien irrumpió aún está ahí dentro y por cómo estás no es nada bueno.

—No lo hagas. —Pidió quitándole el celular y cortando la llamada antes que conectara. —No servirá de nada.

—¿Por qué no? A qué le tienes tanto miedo que ni siquiera puedes llamar a la policía. —Preguntó enojado al ver que temblaba aún más, parecía a punto de colapsar. <<¿Qué era lo que le había pasado para que tuviera tanto miedo?>> Realmente quería matar al que había puesto esa expresión en su rostro.

—Ya lo intente, es inútil. —Su voz era apagada mientras su cuerpo no dejaba de temblar, se veía realmente agotada como si de repente tuviera un enorme peso sobre sus hombros, realmente lo estaba preocupando.

—Dime qué pasa Naike, déjame ayudarte. —Pidió mientras se sacaba el cinturón de seguridad para acercarse a ella y hacer lo mismo con el suyo. Tomó una de sus manos mientras con la otra acunaba su rostro, sólo entonces notó que estaba conteniendo las lágrimas. —Naike...

—Estoy tan cansada... solo quiero que esto acabe. —Naike no pudo retener más las lágrimas mientras se apoyaba en él. —Por favor... que se acabe...

—Naike qué... —La separó de él cuando sintió sus sollozos apagarse y su respiración más calmada. Se había quedado dormida o colapsado más probablemente.

Xavier la apretó contra su cuerpo mientras miraba la ventana con luz solo para ver nuevamente la silueta que parecía estar observando fijamente en su dirección.

Acomodo a Naike nuevamente en su asiento y le puso el cinturón de seguridad para luego hacer lo mismo en él, tenía muchas ganas de ir a sacarle los pecados a golpes a quien fuera el que estaba dentro de esa casa, pero primero debía velar por la seguridad de Naike, por lo que encendió el auto y no lo pensó dos veces antes de dirigirse a su casa.

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