Xavier se sentía más ansioso de lo que aparentaba. La interrupción de aquellas llamadas realmente lo habían molestado; la primera porque se notaba que le había afectado de mala manera, maldición, si se había vuelto pálida como su vestido y la segunda porque reconoció el nombre del posesivo hombre que se la había llevado cuando se encontraron en Fahrenheit.

—No tengo novio. —Respondió Naike irritada de que siquiera lo considerara.

—¿No? ¿Y quién era el tipo que te trato tan posesivamente en Estudios Fahrenheit? —Cuestionó sorprendido de su respuesta, aunque se sentía absurdamente aliviado de saber que no tenía a nadie, por alguna razón que no quiso profundizar.

—¿En Fahrenheit? —Sus ojos se abrieron al reconocer de quién hablaba. —¿Brian? Es solo el director de la editorial en la que trabajo y ahora representante.

—¿No es algo entrometido para ser solo eso? —Xavier frunció el ceño ante esa respuesta, un simple compañero de trabajo no actuaría así, ni siquiera siendo su superior, a menos que tuviera un interés personal.

—Bueno tal vez se deba a que también es un buen amigo. —Añadió antes de tomar otro sorbo de vino. —A veces se comporta algo sobreprotector, pero nada más.

—¿Algo sobreprotector? —Repitió alzando una ceja al recordar la forma en que lo había amenazado con la mirada nada más por estar muy cerca de ella, no había dudas de que había estado celoso. Quería preguntar más, como el porqué estaba bien que ese tipo fuera su amigo, si antes había mostrado tanto rechazo a que él tuviera un alto cargo o qué tan cercanos eran, pero sabía que no tenía derecho y eso lo frustraba más por lo que se tomó el contenido de su copa de un trago, un tanto sorprendido de que en verdad deseaba ser más cercano a ella. <<¿Qué le estaba pasando?>>

—Por cierto ¿Estás seguro que quieres ir a ese cumpleaños? —Naike se cohibió ante la mirada sorprendida que le dio Xavier. —Digo... no has dicho que estaría seguramente con su novio. —Se explicó algo nerviosa al sentirse observada.

—Lo sé, pero me invitó después de no saber de ella en más tres años, sin mencionar que tuvo la gentileza de mandarme un recordatorio. —Sonrió tristemente al recordarlo mientras se servía otra copa.

—¿Recordatorio? —Indagó sin entender a lo que se refería.

—Una foto... Del tiempo que éramos pareja. ¿Extraño verdad? Además me llamó esta mañana diciendo que quería verme.

—Entonces ella... ¿Quiere volver contigo? —La mirada de Naike estaba cubierta por su flequillo y le molesto no poder ver sus expresivos ojos azul-grisáceos. Estaba cautivado por la forma en la que se hacían más oscuros cuando se enojaba y más claros cuando estaba feliz <<¿Cómo estarían ahora?>>

—Probablemente. —Suspiró algo inseguro de las intenciones de su ex, ya que desde el día que le rechazó tan cruelmente por alguien de más dinero no había vuelto a saber de ella. Aún recordaba el sentimiento de impotencia al tener aquel anillo en su bolsillo dispuesto a pedirle matrimonio, dispuesto a dar su vida para hacerla feliz... Se sentía demasiado dolido y estúpido después de todo lo que había hecho por ella, solo para que se riera en su cara.

—Ya veo. —La voz de Naike lo sacó de sus pensamientos. —¿Y tendré que quedarme mucho? Por lo general no soy muy asidua a las fiestas, me aburro con facilidad.

—No permitiré que te aburras. Después de todo serás mi acompañante.

—Hey Xavier. —Xavier se sorprendió que usara su nombre, era la segunda vez en el día que lo hacía y realmente le gustaba como se escucha en sus labios. —No pensarás que le puedes dar celos conmigo. ¿Verdad?

Xavier no pudo evitar reír divertido ante la forma que lo dijo, como si en su cabeza fuera una verdadera locura, pero por cómo había actuado ante el halago de Lucien se notaba que no era muy consciente de sí misma.

—No te preocupes, solo te invite para darme un poco de valor y te diviertas. —Contestó sinceramente. —Nunca te usaría para algo así.

Naike era demasiado importante como para usarla de una forma tan baja, aunque la idea había pasado por su cabeza en un principio, sabía que no valía la pena. Miró su reloj y se dio cuenta que casi eran las ocho, realmente se le había pasado el tiempo volando.

—¿Te parece que nos vayamos? —Propuso mientras sacaba su cartera para pagar.

—Está bien... Rayos en mi bolso tengo mi dinero, aunque no creo que alcance a cubrir algo de esto. —Se lamentó apenada.

—Yo pagaré, no te preocupes. —Le tranquilizó mientras llamaba por la campana para que vinieran a recoger la cuenta.

—Con esto ya te debo demasiado.

—No me debes nada. Ya te dije que esta invitación era una compensación, además yo te lo impuse. —Razonó a lo que Naike solo hizo una mueca que más parecía un puchero por lo adorable que se veía.

—¿Qué tal estuvo todo? —Preguntó Lucien nada más llegar.

—Realmente delicioso. —Se adelantó entusiasmada Naike para su sorpresa. —Si tuviera suficiente dinero y pudiera leer el menú vendría aquí todos los días.

Lucien rio entre dientes ante su declaración tan honesta. —Bueno estoy seguro que Xavier te invitará otra vez. —Ánimo guiñándole un ojo a lo que Naike se sonrojo.

—Lucien deja de coquetear con mi cita. —Se quejó celoso de que provocará que Naike se sonrojara aún más.

—Solo soy agradable. —Replicó mientras recibía su paga. —Xavier, aquí hay de más otra vez.

—Para ver si te largas de una buena vez. —Gruñó mientras se paraba del asiento para irse.

—¡Pero que gruñón! ¿Cómo aguanta el humor de su cita señorita? —Preguntó dirigiéndose a una confundida Naike que solo los miraba sin entender qué pasaba.

—Vamos Naike. —Llamó mientras se abría camino a la salida. Vagamente escucho a Naike agradecer antes que le siguiera.

Cuando llegaron a su coche por costumbre le abrió la puerta, vio como Naike rodó nuevamente los ojos ante el gesto, pero no dijo nada mientras se sentaba en su interior.

El camino hasta la dirección de la fiesta fue silencioso y eso le inquietaba <<¿Había hecho algo para que se molestara? Bueno, para que se molestara más para el caso>>

—¿Y qué te pareció el lugar? —Preguntó intentando romper el incómodo silencio que se había formado.

—La verdad, si me sorprendió gratamente. —Respondió mientras miraba por la ventana. —Nunca pensé que comería en un lugar así y me gustara, gracias por la invitación.

—Me alegra que te haya gustado a pesar de todo. —Sonrió más aliviado de ver que lo había disfrutado.

—Sí, además sirvió disfrazarme de esta manera ni muerta entraba como estaba antes, me hubiera ido con o sin mi bolso.

Xavier rio al comprobar que lo que pensaba era cierto. —Pensé que lo harías. —Miró de reojo a Naike cuando sintió su mirada sobre él. Le estaba mirando fijamente... concentró la mirada en el camino para distraerse.

—¿Por qué te molestaste con Lucien? —Inquirió finalmente Naike apartando su mirada.

—Él solo me estaba molestando. —No le podía decir que había sentido celos de que la hiciera sonrojar. —Es algo normal, no te preocupes.

—Está bien.

Después de eso no hablaron más el resto del camino hasta que llegaron al lugar que había rentado Amaru para su fiesta. No le sorprendió para nada el excesivo decorado del lugar, ni que lo hubieran transformado en una fantasía romana con garzones que se paseaban disfrazados de la época. Amaru era así, le gustaba lo extravagante y lujoso, pero cuando vio a Naike se dio cuenta que para ella era prácticamente como un nuevo mundo.

—¡Maldición! con todo el dinero gastado en esto podrían alimentar a todo un país subdesarrollado. —Maldijo Naike a su lado haciendo que sonriera divertido, ya se estaba acostumbrando a sus comentarios humanitarios.

—Vamos adentro a ver si se ve tan mal como el exterior. —Propuso Xavier mientras le ofrecía el brazo para guiarla dentro. —¿Me acompaña la mia bella signorina?

—¡Oh no! Ya te poseyeron los romanos. —Bromeó Naike divertida, pero para su sorpresa aceptó su ofrecimiento.

—Siempre me dijeron: "Si vas a Roma haz lo de los romanos." —Contestó en actitud demasiado seria causando gracia en su compañera.

—Hablando de ser literal. —Mencionó divertida.

Xavier se había relajado bromeando con Naike hasta que su mirada se cruzó con la anfitriona. Naike debió sentir su tensión, ya que, también miró en su dirección.

—No me digas que tu ex es la rubia que se cree Cleopatra. —Susurró a su oído.

Xavier solo alcanzó a asentir mientras veía cómo Amaru decía algo a su pareja antes de dirigirse directamente a ellos.

—¡Xavier! ¡Qué alegría verte! —Le saludó efusivamente, abrazándolo tan fuerte que le separó de Naike y sabía que había sido a propósito, no podía ser más obvia.

—Te ves muy feliz Amaru. —Respondió toscamente su saludo, para luego apartarla. —¿Y tu novio dónde está?

—Está con sus invitados. —Respondió como si fuera un asunto sin importancia. —¿Por qué no, mientras tú y yo nos ponemos al día? —Insinuó seductoramente mientras intentaba pegarse nuevamente a él, parece que le importaba bien poco que su novio estuviera a escasos metros mirando todo lo que hacía.

—No deberías dejar solo a tu novio ¿Qué tal si alguien te lo roba? —Intervino Naike con ironía parando el avance de Amaru, algo que agradeció. —Y disculpa si no traje regalo, pero la invitación fue algo... imprevista.

Xavier no pudo evitar sonreír ampliamente ante la forma que le había enfrentado, realmente agradecía que le hubiera acompañado y estuviera a su lado dándole su apoyo, aunque no fuera consciente de ello.

—¿Y tú quién eres? —Amaru preguntó despectivamente reparando en ella por primera vez mientras la evaluaba descaradamente con la mirada. —¿Tienes invitación?

—Ella es mi cita. —Intervino Xavier pasando un brazo alrededor de la cintura de Naike para acercarla más a él esperando protegerla. —Espero no te moleste.

—No, solo me sorprendiste. —Amaru esbozó una sonrisa que se notaba demasiado falsa, tanto como las columnas que adornaban el lugar.

—Bueno entonces si nos disculpas ya que estamos aquí disfrutaremos la fiesta. —Informo mientras guiaba a Naike a una mesa libre, a pesar de que lo que quería hacer era retirarse de ese lugar, estaba dispuesto a aguantar un poco más, solo para tener una excusa para pasar más tiempo con Naike, realmente disfrutaba su compañía... Quizá demasiado.