Capítulo 10 ~Primer contacto~

Xavier iba saliendo de la cafetería cuando vio pasar a un enojado rubio como tromba hacia la salida del edificio, frunció el ceño al verlo solo, a pesar de actuar tan posesivo con Alessia Winter cuando se la llevo. Bueno no era su problema de todos modos.

Suspiró pesadamente, al parecer hablar tranquilamente con la persona que tanto admiraba y quería agradecer era una tarea imposible, recordando lo accidentado de sus encuentros.

Frustrado por su mala suerte se dirigió a la planta donde se encontraban los set de filmación para ver a su hermano, ya que pronto sería su descanso y quería preguntarle si sabía algo más sobre Alessia Winter o de su película.

Camino confiadamente por los pasillos del estudio el cual estaba dispuesto de tal manera que parecía un verdadero laberinto si no conocías el lugar, pero para él no presentaba ningún problema, ya que Collins era uno de sus mayores colaboradores y frecuentemente tenía que visitar sus oficinas y los set para ver que todo estuviera en orden, conociendo de memoria aquel lugar.

Cuando llegó a su destino ladeo la cabeza sin creer lo que veía delante de sus ojos. Su menuda figura en comparación a él era inconfundible con ese traje negro de una pieza simple pero a la vez elegante, sencillo maquillaje y su pelo azabache suelto hasta la cintura, realmente le sorprendió que se tratara de la misma persona con la que había tropezado en el parque, aunque tampoco podía opinar mucho al respecto.

Se acercó sigilosamente aunque con lo concentrada que estaba dudaba que lo notara, una sonrisa maliciosa surco su cara.

-¿Te gusta lo que ves, pervertida? -Preguntó en su oído, una vez estuvo a su lado, haciendo que la escritora diera un salto al escucharlo mientras ponía una mano en su pecho.

-¡Qué rayos! No te acerques así casi me das un infarto. -Reprochó fulminándolo con la mirada.

Xavier no pudo evitar sonreír divertido. -Eso te pasa por comerte a los actores con la mirada.

-Quién estaba haciendo eso. -La escritora cruzó los brazos sobre su pecho molesta volviendo la mirada al set de grabación. -Solo admiraba su actuación.

-¿Seguro que solo es la actuación? -No pudo evitar preguntar con cierta molestia al sentirse ignorado otra vez.

-¿Cuándo puedo devolverte tu anillo? -Replicó sin mirarlo.

Xavier chasqueó la lengua molesto para luego colocarse delante de ella bloqueando la vista al estudio de grabación para acaparar su atención. -¿Por qué tienes tanto afán en devolverme el anillo?

La pelinegra lo miró sorprendida antes de fruncir el ceño. -Dijiste que era importante ¿No? Además me debes una disculpa.

-¿Disculpa, por qué? -Dijo alzando una ceja entre confundido y divertido antes de acercarse peligrosamente y susurrarle muy cerca de su rostro. -Según recuerdo quien cayó encima de mí y me hizo perderlo fuiste tú.

La escritora estrecho los ojos apartándose molesta a pesar del leve sonrojo sobre sus mejillas. -Y quien no me dio oportunidad de pasarle el anillo en el parque ni en el café fuiste tú, sin mencionar que fuiste muy grosero.

-Touché. -Dijo rindiéndose. -Aunque me sorprende tu insistencia en devolvérmelo, es un anillo que fácilmente podrías vender a un buen precio.

-Ya me lo habían dicho, pero lo dudo, sobre todo porque es un anillo de compromiso grabado.

Aquella declaración hizo que Xavier se tensara sorprendido que descubriera la inscripción, desvió la mirada avergonzado, como si con ello hubiese descubierto su oscuro pasado.

-A las tiendas de empeño no le importa eso de todos modos. -Comentó torpemente sin saber qué más decir mientras se metía las manos a los bolsillos intentando parecer desinteresado al respecto.

La escritora pareció dudar un poco antes de hablar.

-Entonces... -Se aclaró la garganta antes de continuar con una actitud desinteresada. -¿Entonces está bien si lo empeño? Creo que me podría comprar un auto con lo que me den ¿Qué opinas?

-Dime algo. -Xavier tomó su brazo sorpresivamente mientras le miraba intensamente.

-¿En verdad eres Allesia Winter?

-Es mi seudónimo cuando escribo, pero... ¿Cómo lo sabes? -Parpadeó sorprendida por su arrebato, entonces fue cuando se dio cuenta de lo que había hecho y la soltó.

-Bueno creo que fue Logan quien lo descubrió y de mala manera creo. -Explicó haciéndole recordar lo que había sucedido antes de que llegara. -Creo que todos nuestros encuentros han sido algo extraños ¿No crees?

-Umh. Creo que sí -Contestó distraída.

-Mi nombre es Xavier, por cierto. -Se presentó extendiendo la mano formalmente. -Después de tantas coincidencias es un poco raro aún ser unos completos desconocidos. ¿No te parece?

-Es verdad ya me estaba cansando de referirme a ti como el sujeto malhumorado del anillo, era muy largo. -Sonrió divertida mientras estrechaba su mano. -Mi nombre real es Naike.

Xavier estrecho los ojos ante su declaración, aunque era en broma sabía que no era del todo mentira después de cómo la había tratado.

Siempre había pensado que cuando conociera a Alessia Winter se encontraría con una mujer mayor de mucha experiencia, serena y seria por cómo escribía, pero en cambio se había encontrado con una mujer joven quizá incluso más que él, expresiva, testaruda, con mucho sentido del humor y una mente audaz. Era muy distinta a lo que estaba acostumbrado a tratar en su trabajo, pero extrañamente le gustaba, era muy refrescante. Brevemente se preguntó qué diría Amaru si le viera llegar con una mujer como ella a su fiesta. Entonces una disparatada idea cruzó por su cabeza.

-Entonces sobre el anillo...

-Cierto. -Interrumpió Naike frunciendo los labios con molestia. -Lamentablemente no esperaba verte aquí así que no lo traje. Y pensar que andaba con esa cosa para todos lados, maldición.

-Está bien no te preocupes. -Xavier le paró suprimiendo una risa que quería escapar al imaginarse esa situación. -Ten.

-¿Qué es esto? -Preguntó mirando con curiosidad la tarjeta de presentación personal que le había tendido.

-Mi tarjeta. -Sonrió inocentemente ganándose una irritada mirada de Naike.

-Eso ya lo sé, mi pregunta es qué quieres que haga yo con esto. -Sacudió la tarjeta frente a él impacientemente.

Xavier no podía evitar jugar con ella, disfrutaba demasiado de sus expresiones y afilada mente a la hora de responder. -¿Puedes ir a esa dirección el viernes?, si alrededor de las cinco sería genial.

-¿Qué? ¿Acaso me estas pidiendo una cita?... Espera no eres un traficante de órganos ¿verdad? -Naike contesto irónica.

-No te emociones solo es para que me devuelvas el anillo ¿No es lo que querías? -Contesto con una sonrisa matadora.

Naike lo miro sospechosamente antes de responder. -Mmh siendo así lo pensaré, quien sabe tal vez cambie de opinión lo termine empeñando en algún lado.

-Espero que no sea ese el caso y te decidas a ir, Naike. -Xavier le dio un rápido beso en la mejilla antes de despedirse y dejarla en medio del pasillo sonrojada con la tarjeta aún suspendida en su mano.

Le hubiera gustado quedarse más y ver su respuesta, pero debía arreglar todo para el viernes, por alguna razón esa idea le entusiasmaba, sin embargo sus alegres pensamientos fueron interrumpidos por el molesto aparato que sonaba en su bolsillo, cuando comprobó de quién se trataba hizo una mueca al saber que no se podría deshacer de él.

No alcanzo a decir "Aló" cuando ya le estaba regañando.

-Espero que tengas una muy buena explicación para no estar en tu trabajo ni en tu casa. -Soltó su mejor amigo haciendo que separará el aparato de su oído.

-No estoy emborrachándome si es lo que piensas. -Se apresuró a decir para que no siguiera gritando sin justificación.

-Espero que no estés vagando por ahí pensando en tirarte de un puente.

-Dios que estoy bien, de hecho pensaba ir a trabajar ahora. Mamá. -Bufó molesto mientras se subía a su vehículo.

-Bien nos encontramos allá entonces y espero que estés diciendo la verdad porque después no quiero perder el tiempo reconociendo tu cadáver. -Declaró cortando antes de que pudiera replicar algo.

Encendió el auto resignado a tener que encontrarse con él, esperaba que estuviera lo suficientemente conforme para no tenerlo encima de él todo el tiempo ya era molesto, aunque la comida que traía era bastante buena debía admitir.

Con ese pensamiento se dirigió a su trabajo.

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