Capítulo 1 ~Falta de inspiración~

Una historia eso es lo que Naike necesitaba.

Había salido de casa en busca de inspiración pensando que correr un poco le ayudaría, pero no fue así.

Exhaló frustrada bajando el ritmo hasta detenerse, para luego apoyar las manos sobre sus rodillas, no sabía cuánto tiempo había pasado y tampoco le importaba, si solo su cabeza se aclarara y viniera a ella la inspiración como antes sería feliz, pero no, parecía que su creatividad se hubiera tirado por la ventana y no pensaba volver. Eso la desesperaba, a pesar que el director de su editorial le había aconsejado que se tomará un tiempo, argumentando que era normal que pasara alguna vez en el curso de profesión y que hasta a los escritores más experimentados le pasaba, pero no se conformaba con eso, de hecho solo hacia su desesperación aún mayor.

<<Solo quería escribir ¿Por qué tenía que ser tan difícil?>> Pensó enderezándose una vez hubo recuperado el aire que había perdido en su carrera. Se sentía tan frustrada, que por momentos hasta pasó por su cabeza dedicarse a otra cosa, pero se negaba a renunciar a su sueño por un tonto bloqueo. <<¡Por los calcetines de mi abuela! ¡¿A quién tengo que matar para conseguir un poco de inspiración?!>> frustrada pateó una inocente piedra que estaba en el camino con todas su fuerzas, pero en el proceso resbaló perdiendo el equilibrio. ¿Les parece extraño? pues no habían visto que tan torpe podría llegar a ser, tenía el inútil talento de hacer de la tarea más simple una trampa mortal, de hecho estaba segura de que si pudiera tropezar con el aire seguro lo haría.

<<¡Lo que me faltaba caerme en medio del parque! Mi suerte no podría ser peor.>> Pensó esperando el golpe que nunca llegó, su caída fue suave como si cayera sobre un colchón. —¿Qué demonios?

—¿Te puedes levantar de una vez? —Gruño enojada una profunda voz a su espalda dándole escalofríos, pero no pudo determinar si era por lo enojada que se escuchaba o porque tenía un timbre demasiado seductor.

«Ok... tanto tiempo sin escribir le estaba haciendo mal» Se reprendió mentalmente.

—¿Qué sucedió? —pregunto confundida mientras se intentaba incorporar torpemente sin mucho éxito hasta que escuchó un chasquido de molestia y antes que pudiera decir algo más, el extraño se encontraba de pie levantándole a ella de paso.

Era realmente alto, apenas le llegaba a los hombros por lo que desde su posición solo podía mirar su pecho si no alzaba la cabeza.

—Eso me gustaría saber, estaba tranquilo recostado en ese árbol cuando un proyectil me golpeo. —Alegó mientras señalaba la dirección hacia donde había pateado la piedra.

—Em... ¿no lo sé? —balbuceó en respuesta sin poder mirarlo mientras aún era sostenida por los codos.

—¡Y un cuerno que no sabes! Deberías tener más cuidado no solo eres un peligro para los demás sino también para ti misma deberías agradecerme que no te deje caer ahora mismo. —bramo enojado, sin embargo notó que sólo la soltó cuando se hubo estabilizado sobre sus pies.

<<¿Podría ser que en realidad era amable?>> Se preguntó, a pesar de la cara de ogro que mostraba, después de todo quién no se enojaría luego de ser golpeado de repente. —Lo siento, he tenido un mal día. —Se excusó pobremente, de igual modo dudaba que a aquel hombre le importaran los detalles de su vida.

—¡Mierda! No puede ser. —maldijo cambiando su semblante aterrador por uno preocupado.

—¿Qué sucede? —Cuestionó al verlo buscar con su mirada en el piso mientras revisa su ropa con el ceño fruncido.

—Por tu imprudencia perdí algo importante. —Sus profundos ojos dorados parecían verdaderamente odiarla en esos momentos, lo cual con su cabello castaño oscuro demasiado largo y descuidado vello facial lo hacían ver atemorizante, si tuviera sentido común se hubiera echado a correr lo más rápido que dieran sus pies, pero nunca se había llevado bien con lo común ni con el sentido, quizá por eso la mitad de las veces sus amigas recalcaban que estaba bien loquita.

—Puedo ayudar si me dice que perdió. —Ofreció suavemente como si le hablara a un animal salvaje.

—¿En qué podrías ayudar tú? Solo pareces causar problemas. —Criticó mientras revolvía su pelo dejándolo más desordenado de lo que ya estaba y eso era todo un logro en sí.

—Si así lo piensas entonces pruébame. —Desafió molesta con la forma despectiva en que la trataba, es decir no le había hecho nada... bueno excepto golpearlo con una piedra, caerle encima y hacerle perder algo que le era al parecer muy importante... Bueno igual no tenía derecho a tratarla así.

—Está bien, más mal no creo que hagas... o eso espero. —Accedió a regañadientes.

—¿Y bien? —Indagó mirándolo ansiosa por saber de qué se trataba el objeto perdido y por el cual se veía tan preocupado, pero el aludido sólo la miraba como si fuera un ente extraño que no terminaba de descifrar. —¿Qué es lo que perdió? —Agrego al ver que no pensaba responder.

—Un anillo. —Soltó cortante indicando que no pensaba decir nada más.

—Será difícil de encontrar algo tan pequeño. —Meditó pensando en cuáles serían las probabilidades de encontrarlo, pero si ha sido reciente y solo en esa área podrían tener éxito si buscaban con cuidado.

—¿Qué sucede? Ya no se siente tan segura, señorita. —Incitó mirándole con burla.

Naike apretó los labios con molestia, pero no iba a caer en su juego. —¿Tiene algo con lo que se pueda identificar al menos?

—Sí. —Afirmó con una sonrisa maliciosa. —Pero no te pienso decir que es. —Y sin agregar más se dispuso a buscar entre la hierba.

<<¿En serio?>> Naike sentía como su ceja comenzaba a temblar de la rabia. Exhaló molesta recordándose porque estaba en esa situación en primer lugar antes de empezar a buscar por su lado.

No supo cuánto tiempo pasó pero su espalda se estaba resintiendo por el esfuerzo, por lo que paró a estirarse. Buscar un objeto tan pequeño en ese lugar era como buscar una aguja en un pajar, pero en parte disfrutaba con el reto mientras más complicado era algo más se empecinaba en resolverlo.

—Esto sólo es una pérdida de tiempo. —Protesto el oji-dorado llamando la atención sobre él. —Me largo de aquí. —Anuncio haciendo un gesto descortés de despedida mientras le daba la espalda dejándola sola en medio del desierto parque.

—Qué poca perseverancia. —Musito al aire. <<Si se rendía tan fácil no era tan importante como decía ¿no?>> Miro el cielo mientras estiraba su adolorida espalda.

Mientras corría había estado tan concentrada en sus problemas que no era consciente de su alrededor hasta que aquel hombre salió de la nada a regañarla con su actitud descortés y engreída, sin embargo, aun así era curiosamente amable a su manera, además, a pesar de las circunstancias le sirvió de distracción a sus preocupaciones por un momento.

El cielo estaba empezando a cambiar sus colores indicando que quedaban pocas horas de luz, volver a casa a oscuras no le apetecía por lo que era mejor que también se marchara de ahí, pero no le daba una buena sensación dejar la tarea a medias.

—Solo un poco más. —Se dijo antes de comenzar a buscar entre la hierba otra vez desde donde había quedado, le faltaba poco para terminar con su lado cuando su mano se pinchó con algo en el césped. Siseó de dolor mientras se examinaba el área afectada esperando no haberse cortado, pero solo tenía una extraña marca roja en la base del pulgar. Rebusco en el lugar donde se había apoyado hasta que dio con el objeto que le había lastimado el cual estaba medio enterrado producto de haberse apoyado sobre él, lo desenterró con cuidado al ver que era brillante, seguramente una joya como un aro o un... —No puede ser. —Naike levantó el delicado anillo con un gran corazón de diamante al centro que resplandecía con la luz del atardecer.

<<Diablos de verdad lo había encontrado ¿No? Cuántos anillos podían perderse en el parque y tan cerca de donde se encontraban.>> Una sonrisa iluminó su cara al ganar el desafió que se había impuesto. —Bien ahora no podrás decir que solo causo problemas... —Recordó que estaba sola y a quien iban dirigidas esas palabras ni siquiera estaba cerca, lo que es peor ni siquiera sabía si lo volvería a ver alguna vez.

Suspiro guardando el anillo en su bolsillo, era demasiado tarde para pensar en buscar al dueño también, pero ya había encontrado el objeto, encontrar un desconocido lo podría hacer otro día, después de todo ¿Qué tan difícil podía ser? Se preguntó con una sonrisa confiada mientras se dirigía a su casa.

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