Prologo

Era un día normal como cualquier otro, una mujer se encontraba en la cocina de su casa preparando el desayuno de su hijo que estaba por irse al instituto superior donde se prepara para ser biólogo marino y arqueólogo. Era una mujer de 38 años (que aparentaba no las de 25), su cabello blanco y ojos azul palido, de tes clara y un poco bajita.

La peliblanca estaba tan sumida en sus pensamientos que no se dio cuenta que un joven alto, fornido y de pelo negro azulado y ojos azul pálido estaba detrás de ella, este rodeo su cintura con sus brazos asustandola pero al verlo, se calmo.

-¡Joseph Joestar Brando! -dijo la mujer dándose vuelta y abrazando a su hijo- Que susto me diste.

-Lo siento, mamá -se disculpa entre risas-

-Apresurate o llegaras tarde al instituto

El joven Joestar se parecía mucho a su padre, eso ella lo admitía, que a pesar de los años, el dolor y el orgullo, aun amaba a Jotaru Kujo, lo amaba, pero después de haberla engañado cuando eran novios y haberse casado con la misma, no, ella no quería nada que ver con el, claro que aun mantenía contacto que Holly que amaba a su nieto y aun hablaba con sus amigos que adoraban al chico, ni hablar de Joseph y Susie Q que estaban encantados con su bisnieto. Pero claro que el chico no sabía nada que si padre dejo a su madre estando embarazada, se le dijo que su padre era un biólogo marino que murió en una tormenta con todos sus compañeros cuando el solo era un bebé.

-Ya me voy mama, nos vemos el fin de semana -dijo el chico abrazando a su madre.

-Portate bien, espero que se la pasen bien en su viaje al arrecife de Australia -dijo la pequeña mujer recostada en el pecho de su hijo-. Cualquier cosa usa a Acuos Infinity para ayudarte.

Su hijo había heredado un Stand, parecía una combinación entre humanoide y delfin, al igual que el de su madre, se adapta y transforma, tiene ecolocalización y puede sanar, revivir personas o matarlas, en pocas palabras, el Stand de su hijo era igual que su Starnd, Infinity Diamons, el Stand legendario.

Ya pasando 10 minutos desde que su hijo se fue, mientras tendia ropa, el timbre de la de la casa se escucho el timbre, penando que a su hijo se le olvido algo, fue a abría entre risas.

-Hay cielo, ¿que se te...? -la pregunta quedo en el aire.

-¿Usted es Dalia Brando? -la chica a pesar de su apariencia ruda, era algo tímida frente a la mujer.

-Si, soy yo... -respondio algo seria y alerta-. ¿Quien eres tu?

-Mi nombre es Kujo, Jolyne Kujo -responde dejando sin aire a la peliblanca.

**********

-¿Asi que Jolyne, eh? -dijo con cierto tono burlon mientras le servía un te y unos bocadillos-. No cabe duda que Jotaro es un descarado.

-Tengo entendido que es un nombre muy especial para usted -comenta la joven Kujo viendo a la Brando beber te.

-Asi es, mi madre se llamaba Jolyne y murió cuando tenía no mas de 1 año, asi planeaba ponerle a mi hija -su mirada por un momento perdió el brillo.

-Lamento llamar un nombre tan importante -se lamenta mientras la mujer niega sonriendo.

-No es nada, a todo esto, ¿a que se debe tu visita, cariño?

-Queria saber la razón de porque papa dejo a mama -dijo llamando la curiosidad de la ojiazul cristalino-. El se fue y divorcio de mi madre cuando era una niña, en su última pelea solo escuche que no dejo de amar a alguien y que mi madre fue el mayor error de su vida.

-Lamento escuchar eso, cielo...

-¡Por eso vine a buscarla! -dijo la de fleco verde asustado a la albina-. Por medio de mi bisabuelo y mi abuela me entere de usted, quise conocerla y porque todos la añoran, quise conocer la razón de porque mi padre no es feliz.

-¿Que quieres saber? -pregunta dudosa la mujer

-Quiero saberlo todo...

-Puede que no te la historia no sea lo que esperas...

-Estoy dispuesta a afrontarlo -costesto firme.

Dalia se levantó de la mesa y fue a las escaleras que daban al segundo pido, al regresar, traia con ella un álbum de fotos.

-Tenemos tiempo suficiente, Joseph no llegará hasta dentro de unos dias...

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