Capítulo 33
No tenía el valor de tomar el celular y mandarle un mensaje para saber cómo había amanecido después de la fiesta.
Tampoco sabía si había sido buen momento expresarle parte de su sentir al gemelo menor.
Sin embargo era la primera vez que no estaba mintiendo en su vida, está ocasión sus palabras eran sinceras por qué en ellas llevaba la verdad; le gustaba su compañía y no toleraba que los demás estén a su lado.
Milo se había quedado dormido en esa posición ante el calor del cuerpo que emana su jefe, lo malo de él es que siempre tenía el sueño demasiado pesado que no se dió cuenta al principio cuando Kanon lo subió a su auto para llevarlo a su casa.
— ¿Y si sigue durmiendo?
Se dijo a su mismo tomando el celular que descansaba en su mueble del lado derecho de la cama.
— Mejor iré a buscarlo a su casa.
Se levantó rápidamente del colchón para poder colocarse sus pantuflas, sin embargo se llevó una tremenda sorpresa al darse cuenta que se quedó dormido con la camisa y el pantalón del traje, mientras que su saco descansaba en una de las sillas de su habitación.
— Pero si no tomé mucho como para no recordar cómo llegué a mi habitación — Se llevó una mano a su cabeza.
Rápidamente salió de su recámara y bajó corriendo por las escaleras esperando que su hermana estuviera en la cocina y poder preguntarle si ella había sido quien lo llevó hasta su cama.
— ¡Shaina!
Detuvo su andar al darse cuenta que un bulto descansaba sobre uno de los sillones de la sala.
Sin hacer demasiado ruido se fue acercando con cautela para poder retirar poco a poco esa frazada sobre el cuerpo de esa persona que descansaba en ese lugar.
— Espero que Shaina no haya traído a su burro — Susurró para si mismo.
Al levantar parte de esa frazada acolchada se quedó sin palabras al ver de quién se trataba.
— Entonces él...
Se llevó una mano a su boca impresionado, rápidamente dió unos pasos retrocediendo sin darse cuenta que paso a tirar un jarrón del mueble que se encontraba a sus espaldas.
El ruido de ese objeto cayendo al suelo y quebrándose en pedazos hizo que el gemelo menor despertara rápidamente.
— ¿Pero que...? — Cuestionó con la voz adormilada frotándose los ojos.
— ¿Kanon?
El gemelo menor se llevó una mano a su boca mientras bostezaba, aún con un semblante somnoliento se incorporó un poco del sofá para poder sentarse.
Había pasado una mala noche en un sillón que no le resultó del todo cómodo pero era mejor que a pasar la noche en el frío suelo.
— No podía dejarte solo después de que te quedarás dormido en la fuente. Fue difícil traerte a tu casa — Respondió Kanon acomodándose su camisa que lucía desaliñada, su corbata se encontraba a su lado derecho e incluso durmió con los zapatos puestos.
— Kanon, no puedo creer que te tomarás la molestia de traerme hasta aquí. Disculpa por todas las molestias que pude ocasionar, quizá hasta te interrumpí la fiesta de Saga.
Milo tomó asiento en el otro extremo del sillón pequeño mientas esperaba que Kanon despertara totalmente para poder seguir platicando con él.
— No hace falta que te disculpes, la verdad no me gustan mucho las fiestas, solo estuve por qué era la boda de Saga de lo contrario no hubiera asistido. También ya me quería salir, tus amigos seguían haciendo sus travesuras en la fiesta, uno de ellos que recuerdo que se le dicen Death ya estaba apropiándose del micrófono del equipo de audio para cantar.
No había manera de no negar las acciones de sus amigos, él los conocía mejor que nadie y sabía que Kanon no le mentiría en esa situación.
Apenado se llevó una mano a su rostro e intentó cambiar la plática.
— Pero, quizá querías llegar a tu casa y me trajiste a la mía primero.
— Tu hermana me dió sus llaves para que te pudiera traer. Aunque no te quería dejar solo, por eso preferí quedarme aquí.
— Gracias, te debo una.
— Mejor preferíría que busquemos que desayunar, la verdad ya no cenamos nada.
Milo se levantó del sillón para poder ir a la cocina, en uno de los cajones tenía un número de un restaurante cercano para poder hablar y ordenar dos paquetes.
Estaba en deuda con el gemelo menor, después de todo se preocupó por regresarlo a su casa e incluso se dió a la tarea de llevarlo hasta su habitación.
— El desayuno lo invito yo — Contestó Milo saliendo de la cocina después de pedir la orden.
— Te iba a llevar a uno.
— No hace falta, después de lo que hiciste por mi.
— Está bien.
Milo nuevamente tomó asiento en el mismo sofá individual, mientras observaba al gemelo menor doblar esa frazada.
— Kanon, sobre lo de ayer...
— Lo que hablamos ayer fueron las palabras más sinceras de mi ser, me siento agradable con tu compañía; además si no fuera cierto lo que te estoy diciendo, ¿Creeme que no te hubiera hecho la invitación para irnos de viaje verdad?
— Tampoco mis palabras fueron una mentira, al contrario creo que jamás había sido tan sincero.
Ambos se miraban fijamente memorizando cada detalle del contrario, cada gesto, cada parpadeo. Podían sentir como sus corazón latían con más intensidad; Kanon fue el primero en acercarse hasta el sillón donde Milo se encontraba.
Sin romper ese intercambio de miradas, extendió la palma de su mano esperando que Milo colocará la suya.
Al principio Milo dudaba, sin embargo la sonrisa que le regaló el gemelo menor le dió la confianza que necesitaba; colocó su mano sobre el contrario y se dejó llevar por el momento, un acercamiento dónde los dos disfrutaban ese ligero roce entre los dos.
— Kanon...
— Milo...
Ambos hablaron en ese mismo instante, nervioso fue acercando su mano sobre la cintura del contrario mientras que Milo llevaba sus manos al cuello del gemelo menor.
Si bien los dos lucian totalmente somnolientos y desaliñados no quitaba el hecho de que los dos disfrutan mirarse fijamente, no importaba si los dos lucian elegantes, arreglados, nada de eso.
— Creo que tú me haces mejor persona.
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Buenas noches personitas bellas para que vean que los quiero mucho les dejé otros dos capítulos más independientemente de la actualización de ayer.
Nos seguimos leyendo en las demás historias los quiero 💖💖💖
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