Capítulo 24
¿Nervioso? Claro que lo estaba, por más que intentaba tranquilizarse no lo lograba.
Kanon no tardaría en pasar por él y Milo aún no terminaba de arreglarse su alborotada cabellera.
— Mejor solo les hubiera mandado su regalo por paquetería.
Se quejó molesto, sin embargo sus pensamientos fueron interrumpidos por el sonido del timbre.
Rápidamente salió de su habitación para poder recibir a Kanon, algo le decía que era él porqué quien más lo iría a visitar.
Tomó la manija de la puerta y lentamente abrió para darle la bienvenida.
Jamás se hubiera imaginado que tan solo ver a su jefe portando un traje de color azul marino, junto con una camisa blanca y esa corbata roja...
"Roja" esa su color favorito, un perfume de notas cítricas maderosas inundaban sus fosas nasales y sobre todo ese porte tan varonil hizo que tragara grueso porqué jamás pensó que alguien tan seguro como Kanon lo invitara a experimentar sensaciones recorrer en su cuerpo.
En ese momento fugaz se le olvidó completamente esa molestia de presentarse en la boda que tanto renegaba.
— Buenos días Milo.
Lo saludó de manera cordial retirándose lentamente sus gafas de sol y mirando fijamente a Milo.
— Yo...
Cómo era posible que ahora tartamudeara frente a su jefe, hasta las ganas de molestarlo se le estaban esfumando.
— Aún no estás listo ¿Verdad?
Dio justo en el punto y esto solo lograba que Milo sintiera como sus piernas temblaban ante la presencia imponente de Kanon.
Pero...
¿Porqué?
Es algo que no lograba explicarse, no entendía nada, ni porqué siente celos cuando lo ve con alguien más.
— No, la verdad si por mi fuera... No quiero ir.
Kanon se adentró a la casa y con cuidado cerró la puerta para poder hablar con Milo.
Lo tomó de los hombros mientras este le daba la espalda.
— Sabes que te entiendo perfectamente y créeme que si esta boda no fuera de mi gemelo, ten por seguro que haría lo posible por acompañarte.
Milo se giró lentamente para poder mirar de frente al gemelo menor, pero de pronto Kanon se dio cuenta que Milo estaba totalmente distraído, sólo a él se le ocurre haberse colocado un zapato de un color y el otro muy distinto, uno negro y otro café.
— Te ayudaré con tu vestuario porqué al parecer tienes problemas con eso.
— No hace falta yo...
Milo ni siquiera tuvo el tiempo de poder hablar, en ese momento Kanon lo tomó del brazo y se lo llevó hasta su habitación para poder ayudarle en ese desordenado atuendo.
Los invitados comenzaron a darse cita en la mansión de los gemelos.
El ambiente era totalmente cálido y alegre, todo perfectamente adornado de blanco, así como las mesas y las sillas cubiertas de manteles blancos y pulcros.
El jardín de la casa le daba ese toque bello sacado de los cuentos porqué se podía respirar un ambiente agradable.
Más al fondo estaba listo el lugar donde se llevaría a cabo la ceremonia, las bancas estaban listas para los invitados.
Los primeros en llegar a la ceremonia fueron Aioros acompañado de Shura, quienes dejaron su regalo sobre la mesa de los presentes.
Detrás de ellos también se unían a la ceremonia Aioria acompañado de Shaka. El joven castaño usaba un traje gris oxford, mientras Shaka optó por llevar un traje de color blanco, le gustaba mucho porqué para él, ese tono claro era símbolo de paz.
— Les quedó hermoso el arreglo para la ceremonia, digno para la unión de dos seres que se aman.
— Si, quedó bello y todo pero... Te apuesto a que en la noche este lugar perderá su encanto.
— ¿Cómo puedes decir eso Aioria? Es la fiesta de Saga. Claro que esta fiesta estará tan tranquila y elegante, son dueños de una empresa muy importante.
Aioria comenzó a reírse mientras dejaba su regalo sobre la mesa, su obsequio era un poco más pequeño a comparación del que dejó su hermano.
— Ja, ja, ja. Hasta en las fiestas más sofisticadas hay un desastre total. Créeme, deja que lleguen los demás y en la noche nos verás aventando a Saga por todo el jardín.
En ese momento Shaka se llevó una mano a su rostro irritado por el momento. Ni así cambiaba su pareja pero también aquella personalidad era la chispa que complementaba su vida.
Tomó el antebrazo de Aioria y se lo llevó a manera de jalones hasta las bancas para esperar la ceremonia.
Saga se encontraba en su habitación terminando de arreglarse para su boda, mientras que su tío Deuteros lo ayudaba con los pequeños detalles de sus prendas.
Ambos se encontraban frente al espejo.
— Tío, ya tengo apartado unos boletos para que Degel y tu se vayan de viaje también — Respondió Saga sin preocupación alguna.
— ¿Qué? — Cuestionó el gemelo menor sorprendido.
— Hay tío por favor, ya eres cuarentón y sigues soltero. Me dijo Camus que Degel y tu han tenido su historia de amor hace años, así que no veo algún problema con que ustedes hagan su vida juntos... Quizá hasta un hermanito le den a mi copito — Se burló Saga intentando darle ánimos a su tío.
Deuteros alzó una ceja incrédulo ante lo que le pedía su sobrino.
— ¡Hay tío por favor! De verdad que si no haces algo esta noche por estar con Degel yo mismo los agarraré a los dos y los encerraré en una habitación.
— Bueno ¿Porqué tantas ganas de no verme solo?
— Porqué eres muy amable y sincero como para que te pases toda la vida de soltero. Anda anímate a dar un paso más.
— A pesar que Aspros es todo lo contrario a mi, su madre les enseñó a ustedes dos a ser muy nobles. Así que tomaré tu palabra, aún tengo cierto temor porqué sería volver a empezar, a revivir aquella llama que había entre los dos hace años.
De manera repentina una tercera voz se coló en aquella habitación.
— Si dejas la soltería esta noche querido hermano... Te pago tu boda — Se burló Aspros cerrando la puerta con cautela.
— ¡Oh que la canción! Ahí vamos de nuevo.
— Luego seguimos con esos detalles Deuteros, vine por Saga... Los invitados ya están afuera esperando y la limosina que trae a Camus ya no tarda en llegar.
Saga se dio una última vista en el espejo de la cabeza a los pies, se acomodó sus largos cabellos azules y salió con pasos firmes de su habitación.
— Por cierto Aspros — Lo llamó Deuteros.
— ¿Que sucede?
— ¿Y Kanon?
— Se fue por su novio... Dice que no lo es pero para mi que no acepta que le gusta — Respondió Aspros de manera burlona mientras salía de la habitación dejando a su gemelo a solas con sus pensamientos para Degel.
Lo que nadie sabía es que Milo se encontraba molesto y cruzado de brazos porqué al llegar a la mansión, una de las invitadas le mandaba indirectas y coqueteos a Kanon.
Algo le estaba pasando de eso estaba seguro y esta noche no descansaría hasta encontrar la razón por la cual se molestaba con facilidad.
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