Capítulo 19
Milo no sabía como responder ante las preguntas incómodas de Aioria, estaba por decir alguna palabra pero fue el castaño quien se adelantó ante el gemelo menor para comenzar a interrogarlo.
— No esperaba que estuviera el hermano de Saga aquí... ¿Cómo estás Kanon?
El gemelo menor se colocó la toalla de baño alrededor de su cuello doblada a la mitad y se acercó al castaño para saludarlo.
— Buenas noches Aioria, de hecho...— Se quedó callado por unos momentos llevándose su mano a su larga cabellera azul para pensar una buena idea, no le diría todo lo que han pasado a lo largo de este tiempo — Tuve unos inconvenientes en mi casa, están remodelando para que Saga se vaya a vivir ahí... Milo se ofreció a dejarme pasar la noche aquí.
El castaño alzó una ceja, conocía a Milo pero jamás hubiera creído que tuviera un lado amable con alguien así y menos tratándose de Kanon, no cuando aquel par había comenzado con el pie izquierdo.
— Esto si es nuevo — Respondió Aioria tomando nuevamente asiento en el sillón — ¡Entonces, seremos más esta noche! — Gritó muy emocionado colocando las latas de cerveza sobre la mesa de centro.
Kanon se dio cuenta que Milo comenzaba a sentirse nervioso, tenía que hacer algo por él si no quería verlo nuevamente perderse en el alcohol.
El timbre comenzó a sonar, el castaño se levantó del sillón para poder abrir la puerta.
— Ese debe ser Death Mask.
Rápidamente abrió la puerta para recibirlo, había llegado el italiano con una guitarra en la mano y una botella de alcohol, sus prendas lucían con muy mal aspecto, tal parecía que había tenido una guerra interminable con el suelo y por supuesto donde ganó el suelo.
— ¡Angelo te ves terrible! — Exclamó Milo acercándose hasta donde se encontraba su amigo recargado en la puerta intentando mantenerse de pie — ¿Pues a donde te fuiste a meter?
Entre los dos lo llevaron hasta el sillón para sentarlo, Kanon recogió la guitarra del suelo y después cerró la puerta para poder acercarse a ellos y ver si podía ayudarles en algo.
— Le llevé serenata a Helena... ¿Y sabes que pasó? — Le cuestionó al castaño con la voz entrecortada colocando sus manos sobre los hombros de su amigo quien solo había negado con la cabeza.
— ¿Te dejó plantado? — Preguntó Milo
— ¡Yo tenía un rival! Otro hombre le llevó serenata de manera más decente que yo... ¿Cómo podré competir con una simple guitarra? El otro tipo llevaba un trío y un ramo de rosas — Respondió sin muchas ganas.
Aioria se acercó con Milo para poder hablar a solas con él y pedirle un gran favor, guíandolo hasta la cocina.
Kanon se acercó y le entregó su guitarra pero el italiano se negó.
— Ya no la quiero... Si la quieres quédatela — Después de decir esto intentó levantarse del sofá pero no podía, sentía que su cabeza le daba vueltas.
En ese momento el gemelo menor dejó la guitarra en el sillón y se acercó a Death Mask para ayudarlo a sostenerse, tomó su brazo y lo colocó detrás de su hombro para llevárselo hasta la habitación de Milo.
Transcurrieron algunos minutos, Aioria había salido con un vaso de agua pero Angelo ya no estaba en el sillón.
— ¿Y ahora donde se fueron? — Preguntó el castaño buscándolo con la mirada.
Milo caminó hasta las escaleras y se dio cuenta que los dos se habían subido a su habitación porqué escuchaba unas voces provenientes de su recámara.
— Están arriba, vamos Aioria.
Ambos subieron las escaleras hasta llegar a esa habitación, Aioria se quedó perplejo al darse cuenta que había sido Kanon quien ayudó a Death Mask a recostarse en la cama, incluso le había retirado los zapatos.
— Tiene que descansar... — Susurró Kanon dándole unas ligeras palmadas en la espalda del castaño — Necesita compañía, quédate con él aquí a cuidarlo.
Milo no podía creer aquél detalle de Kanon, observaba esa escena con los brazos cruzados y recargado en el marco de la puerta de su habitación.
— ¿Seguro que no incomodamos Milo? — Cuestionó Aioria dirigiendo su mirada a su amigo.
— Descuida, pueden pasar la noche aquí. Además los tragos nos esperan en la boda de Saga.
Aioria se llevó una mano a su cabeza y comenzó a reír — Cierto, ya está a un paso de ponerse la soga al cuello... Bien, yo me quedo aquí con Angelo — Se dio la media vuelta y con pasos sigilosos se sentó en la orilla de la cama para atender a su amigo.
Kanon fue saliendo lentamente de la habitación y esperó que Milo cerrara la puerta, así tendrían más privacidad para hablar y que Aioria cuidara de su amigo.
— ¿Sabes Kanon? — Comenzó a platicar con él mientras bajaban por las escaleras rumbo a la sala — Creo que tienes un lado amable, además... Fue buena idea que lo llevaras a mi habitación, Aioria es el tipo de personas que para todo quiere buscar un pretexto para tomar.
— Como te lo dije hace rato Milo... No todo es alcohol. Lo mejor será irme a mi casa, no quiero molestar aquí — Contestó Kanon tomando sus cosas del sofá pero en ese preciso momento Milo lo detuvo cuando le quitó sus cosas de las manos.
— No eres ninguna molestia Kanon, puedes quedarte en la habitación de mi hermana, además el agua para el café ya está desde hace rato... No me puedes dejar tomando café a solas.
Kanon dejó escapar un suspiro — De acuerdo... Pero nada de alcohol para ti Milo.
— ¡Oh Kanon, vamos! ¿Porqué le quitas lo divertido a la vida? — Se quejó tratando de molestarlo mientras caminaban hasta la cocina.
— Aprende a diferenciar que tomar alcohol no es sinónimo de perderse a tal punto de desconocer como te llamas... Se puede tomar con medida y con buena compañía, amigos que puedes confiar en ellos.
Le acercó una silla para que tomara asiento su invitado y él caminó hasta la estufa para poder preparar aquellas bebidas calientes — Suenas como mi hermana. Quizá tengas razón Kanon, aunque.... — En ese momento le aventó un paquete de galletas al gemelo menor para que lo atrapara — Me gusta molestarte.
Conforme transcurría el tiempo, ambos platicaban sobre temas del trabajo, personales y e incluso hasta Milo intentaba saber un poco más de Kanon.
Quedaba en el centro de la mesa la última galleta de chispas de chocolate, justamente cuando los dos terminaron su café dirigieron su mirada a esa galleta que aún se encontraba en la envoltura.
Ambos se dedicaban miradas amenazantes, en un movimiento repentino estiraron su brazo para alcanzarla.
— ¡Ese último es mío! — Gritó el gemelo tratando de tomarlo.
— Olvídalo te comiste el mío — Respondió Milo intentando quitárselo de las manos.
— ¡Mañana podrás compras más!
— ¿Ah sí? — Cuestionó Milo incrédulo ante esa afirmación — Mi jefe tacaño no me paga.
Kanon sabía que ese comentario era para él, intentando seguir molestando a Milo tomó la galleta y se la llevó a la boca esperando que de esta manera no se la quitara.
Sin embargo Milo con tal de seguirle el juego y de molestarlo se abalanzó sobre él, ambos cayeron al suelo, tomó sus manos para que no se moviera y rápidamente se acercó para tomar la galleta con su boca.
Parecían una pareja que compartían esa galleta, entre ese juego ambos se miraban fijamente el uno al otro sin percatarse que Aioria estaba mirando todo lo que pasaba desde la puerta de la cocina, había bajado por más agua para Death Mask...
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