Capítulo 18
— Esto es una locura Milo — Le contestó Kanon a su empleado quien iba del lado del copiloto en el auto mientras manejaban rumbo a su casa.
— ¿Qué? El hecho de que estes mojado no es mi culpa — Respondió sin mucho interés mirando en la calle a la gente que pasaba.
— Me refiero a que me quieras prestar ropa... Seguramente me quedará muy chica.
— Ja, ja, ja... Disculpe usted señor grande— Se burló Milo mirando de cabeza a los pies al gemelo menor.
Kanon tomó suficiente aire y trató de no perder la paciencia con Milo, pero de manera repentina recordó que su gemelo le había dado a guardar la ropa que había llevado a la lavandería y justamente traía aquella bolsa en la parte de la cajuela.
Tan ocupado estaba Saga que toda esta semana jamás recordó que le dio a guardar su ropa limpia en el auto de su hermano.
— Ólvidalo... Por fortuna traigo la ropa que Saga recogió de la lavandería la semana pasada.
Milo estaba por decirle algo pero su mirada se posó en unas personas que caminaban en la calle en particular.
— ¡Kanon ese es...!
Rápidamente el gemelo menor desvió un poco su mirada para observar de quien se trataba, aún con sus manos en el volante y sin dejar a un lado su responsabilidad como conductor, no pudo evitar asombrarse al ver a su tío Deuteros entrando a un Hotel - Spa con Degel.
— ¡Pero qué...! — Exclamó el gemelo menor sin poder creer lo que veía, sin embargo no podía estacionarse ya que venían más autos detrás de él.
— Wow... Ya sabemos porqué faltó tu tío a trabajar — Sonrió ladino — Dicen que los más callados y serios parecen una cajita de sorpresas, aceptémoslo... Tu tío si sabe aprovechar el tiempo y seguramente se irá a relajar con Degel.
Kanon lo miró de reojo con desaprobación — Lo que no entiendo es porqué mi tío tiene una foto con Degel en su oficina... A menos qué — En ese momento frenó de manera precipitada ante el semáforo que marcaba en alto total, ganándose el sonido de los claxon de los autos que venían atrás de él — ¡Que Camus sea su hijo!
— Mmm bueno fuera — Respondió Milo rodando los ojos, también me imaginé lo mismo pero Camus fue el que me resolvió la duda. Su padre se llama Kardia, por lo tanto no es hijo de tu tío.
— ¿Estás seguro? — Lo cuestionó mirándolo a los ojos — Menos mal... De lo contrario si así fuera, Camus y mi hermano no podrían casarse.
De manera inmediata Kanon se llevó una mano a la boca, es lo que menos necesita Milo en estos momentos que le recordaran ese tema — Por cierto Milo... Mañana trabajaremos solo un rato, en la hora de la comida todos los empleados se pasarán a retirar ya que tengo que ayudarles para los preparativos de la boda.
— La tarde libre — Susurró mientras se llevaba un pulgar a su mentón mientras pensaba que hacer con su tiempo libre — Ya me vi al salir de la oficina irme por unos tragos al bar donde suelo ir.
— Ni siquiera lo pienses... ¿Acaso crees que todo se trata de alcohol en esta vida? — Le cuestionó molesto, tenía poco tiempo que se conocían pero en ese corto lapso sabía hasta donde podían llegar los alcances de Milo, sumando a eso que la boda ya está a un paso.
— Pues no pero... Si mañana estás ocupado, yo no tengo nada más que hacer — Respondió alzando los brazos y después se desabrochó el cinturón de seguridad para comenzar a bajar del auto... Estaban a unos cuántos metros de su casa.
— Contigo no hay remedio — Susurró estacionando su auto justamente frente a la casa de Milo. Apagó el motor, se quitó el cinturón y salió del auto para poder abrir la cajuela, sacó la bolsa de ropa que Saga le había dejado, nuevamente cerró y comenzó a seguirle los pasos a Milo rumbo a la puerta de su casa...
Deuteros se encontraba sentado esperando que Degel saliera de la sesión de spa.
Se vio en la necesidad de llevarlo contra su voluntad después de que comenzara a sentirse con una preocupación excesiva y sobre todo estrés.
Mientras tomaba un vaso de café comenzó a recordar ese incidente con él:
Después de que ambos terminaran juntos en el restaurante, todo lo que tiraron en ese momento fue pagado por Deuteros.
En ese tiempo que estuvieron desayunando, notó a Degel muy nervioso.
— ¿Te encuentras bien? — Le susurró el gemelo menor tratando de tomar su mano pero el contrario solo desviaba su mirada.
— Si estás muy incómodo por esta situación podemos hablar después, no quiero que te sientas fastidiado por haberte citado aquí.
— Es que yo... No quiero que te vaya a decir algo tu pareja o tu familia por el simple hecho que yo esté aquí contigo. Es la primera vez que me animo a tomar una cita después de que mi pareja falleciera — Contestó en un tono audible para los dos.
Deuteros se levantó de la silla y lo que hizo a continuación dejó a Degel sin palabras.
Lo tomó de sus manos y lo ayudó a levantarse para poder abrazarlo, desde hace muchos años atrás que rogaba por un solo momento así con aquél que siempre amó en toda su vida.
— Jamás quise que alguien más estuviera en mi vida, siempre esperé pacientemente por ti — Le susurró cerca del oído inhalando aquel aroma dulce que desprendía, combinado con el calor que emana de su cuerpo.
Toda la mañana y parte de la tarde se la pasaron caminando, Deuteros le platicaba parte de su vida, aunque Degel se mostraba muy callado.
El gemelo menor comenzó a interrogarlo pero Degel se negaba a darle una explicación, sin embargo intentó darle confianza para ayudarlo en aquello que lo mantiene preocupado.
— No he querido decirle a mi hijo que tengo una deuda con el banco, después de que Kardia murió tuve que cubrir muchos gastos y la escuela de Camus, no fue fácil salir adelante pero hace poco me llegó un documento oficial de embargo si no pago lo que resta y yo... — En ese momento Deuteros colocó su dedo sobre sus labios.
— Eso es lo que te atormenta ¿Verdad? Las deudas del día a día... Ven, te llevaré a un lugar para que puedas relajarte y saliendo de ahí hablaremos con más calma, no me gusta verte así — El gemelo menor se acercó y depositó un beso en su frente.
Degel se negaba pero Deuteros lo llevó contra su voluntad, tan distraídos iban caminando tomados de la mano que jamás se dieron cuenta que Kanon y Milo los habían visto desde el auto...
Milo no era muy bueno preparando la cena pero se sentía en deuda con Kanon después de haberlo acompañado a dejarle flores a sus padres.
Él se encontraba en la cocina mientras que Kanon se estaba bañando, de repente el sonido del timbre sonó.
Le bajó la flama a la estufa donde se estaba calentando la cena y caminó hasta la puerta para poder ver quien había llegado.
— ¡Milo, buenas noches!
— ¿Aioria? — Cuestionó asombrado al ver al castaño con una cobija en su brazo y en la otra sostenía unas cervezas.
— Siento llegar así pero... Aioros no me dejó pasar, tiene visita en su casa, además me dijo Death Mask que vendría también aquí.
— Bueno yo... — No terminó de hablar, Aioria entró a su casa y se fue directo a la sala.
El castaño dejó sus cosas en uno de los sillones y al darse la vuelta miró un saco y una corbata que evidentemente no eran de su amigo.
— ¡Ah! Tienes visita bichito — Le susurró mirando a Kanon bajando de las escaleras con una toalla en la cabeza y vistiendo ropa cómoda.
Milo sabía que teniendo a su amigo Aioria en su casa era alcohol seguro, porqué cada vez que se veían a eso lo incitaba.
Por otra parte estaba Kanon, mal momento para terminar nuevamente tomando...
❄💖❄💖❄💖❄💖❄💖❄💖❄💖❄💖❄💖
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top