Capítulo 16
El amanecer llegaba, los primeros rayos del sol se colaban entre las cortinas de aquella habitación reflejando en sus cabellos cerúleos.
Sin abrir los ojos nuevamente se cubrió toda su cabeza para que la luz del sol no lo moleste, aún así sentía la cama muy suave y las almohadas eran perfectas.
Pero eso no le importó a Milo, él estaba muy cómodo y prefirió seguir durmiendo, aún no se daba cuenta que estaba en una cama que no era suya.
Kanon también despertaba, su costumbre era programar su alarma para que lo despierte, no pierda tiempo y llegue puntual a su trabajo.
El simple hecho de tener a Milo en su casa le había robado el sueño y es que no pudo dormir tranquilamente por ese susurro que su empleado dijo en la noche.
Desesperado se llevó sus manos a su cabellera azul para tratar de tranquilizarse, no negaba que anoche al cargarlo en sus brazos despertaba una extraña sensación muy similar cuando era un adolescente enamorado.
Pero se trataba de Milo, aquél que siempre busca molestarlo...
Aunque también lo comprendía, en toda su vida ha estado solo y con el único que ha sido abierto, ha sido con él.
Desesperado se llevó una mano a su rostro, lo mejor sería despejarse de esos pensamientos y prepararse para ir al trabajo, además la boda de su hermano está próxima y seguramente necesitaría ayuda para preparar todo.
Se levantó de la cama muy a su pesar y preparó sus cosas para poder darse una ducha, también necesitaba preparar el desayuno, era un hecho que Milo seguiría profundamente dormido y más por el estado en el que terminó en la noche.
Pasaron veinte minutos, Kanon ya estaba listo, pero Milo seguía profundamente dormido, el gemelo menor no tuvo de otra más que ir a despertarlo.
Entró a su recámara con sigilo, le retiró un poco el edredón que cubría su rostro y se acercó a las ventanas para abrir las cortinas, así los rayos del amanecer llegarían directamente a su rostro.
— Mmm, Shaina deja dormir — Murmuró Milo sin abrir los ojos y cubriéndose con la almohada.
La risa de Kanon lo despertó de manera repentina.
— Eres todo un caso Milo, estás en mi casa — Se rió el gemelo menor cruzándose de brazos para esperar la manera repentina de reaccionar de su empleado.
Milo rápidamente se quitó la almohada de su cabeza y se sentó en la cama cubriéndose su cuerpo con las sábanas — ¿Qué carajos hago en tu casa? — Cuestionó nervioso mirando a su alrededor, esto no le podía estar pasando.
Kanon se acercó y se sentó en la orilla del colchón, negando con su cabeza divertido — ¿Qué no recuerdas que ayer cenamos juntos?
Milo hizo una mueca molesto — Cierto, desagradablemente así fue, pero... ¿Cómo terminé aquí?
— ¿En serio no recuerdas nada?
Ante esa pregunta, Milo negó con su cabeza — Lo único que recuerdo es que yo comí un pay de manzana.
El gemelo menor dio un suspiro, al menos eso le daba la certeza que no recordaría la cena incómoda donde le dijo en pocas palabras que lo odiaba pero le gustaba su compañía.
— Terminaste muy tomado, te llevé a tu casa pero las luces estaban apagadas... No me quedó de otra más que traerte aquí.
Ahora el asombrado era Milo, nadie se había ofrecido de esa manera con él — Vaya, nadie se había preocupado tanto por mi... Es algo difícil de admitir pero, creo que te lo agradezco.
El gemelo menor dio un respiro profundo — Lo mejor será que te arregles, se nos hace tarde para ir al trabajo... Por lo mientras iré a preparar el desayuno — Después de decir esto Kanon se levantó de la cama para dirigirse a la cocina pero la mano del contrario lo detuvo.
— Espera Kanon... — Milo estaba a punto de hacer su orgullo a un lado — No recuerdo nada de ayer, pero sé que quizá haya tenido mis arranques porqué reconozco que no suelo ser una linda persona cuando tomo pero... Déjame compensar esto. Me daré un baño y mejor nos vamos a desayunar, es lo menos que puedo hacer.
El asombrado ahora era Kanon, alzó una ceja al escuchar eso, de manera incrédula lo miraba — ¿Qué le hiciste al Milo que conocí?
De manera repentina soltó lentamente al gemelo menor mientras se levantaba de la cama — Es que... Creo que es la primera vez que alguien me toma en serio, además... A pesar de todo lo que he hecho, no has intentado correrme de tu vida — Respondió con una sonrisa traviesa.
— Está bien, acepto... Pero ya apresuráte porqué tenemos que llegar a la oficina a trabajar — Después de decir esto salió de la habitación para darle la privacidad que Milo necesita...
Saga tenía planeado llevar esta noche a Camus a cenar junto con Degel, sin embargo su prometido le avisó que solo irían ellos dos.
Camus no entendía porqué Degel saldría de imprevisto, casi no suele ser el tipo de personas que conviven con los demás.
En la hora del desayuno había bajado a la cocina muy animado para darle la noticia que cenarían en uno de los mejores restaurantes del lugar, sin embargo no lo encontró.
En el refrigerador estaba una nota sostenida con un imán.
Camus, te dejé tu desayuno listo en el horno para que puedas calentarlo, tuve que salir de imprevisto...
Te quiero
Pd: no me esperes, quizá demore en llegar hoy.
Después de leerlo, Camus se quedó pensando unos momentos.
¿A donde se iría Degel? Pero sobre todo, la gran pregunta era...
¿Con quién?
Asombrado por esa salida repentina, decidió desayunar solo... Más tarde alcanzaría a Saga en su trabajo para pasar un rato con él en la oficina.
Kanon y Milo llegaban a un pequeño restaurante para desayunar juntos, en todo el camino el joven de cabellos cerúleos se fué callado, algo que sorprendió al gemelo menor... No emitió ningún comentario.
— Estás muy callado Milo — Contestó el gemelo mientras estacionaba el auto.
— Perdón... Estoy algo distraído, eso es todo.
— Llevo poco tiempo conociéndote, lo sé pero esa no es tu actitud... ¿Te molesta algo?— Cuestionó el gemelo menor al darse cuenta que había cambiado su semblante travieso y pícaro por uno más triste y sin ganas de la vida.
— No me molesta nada... De verdad, solo qué... ¿Podrías darme la tarde libre?
— ¿Tienes algún pendiente? — Cuestionó Kanon tratando de saber un poco más de él.
— Hoy cumplen otro año más mis padres fallecidos y regularmente suelo visitarlos este día, pero... — Se quedó callado unos momentos.
— ¿Pero...?
Con algunas pequeñas lágrimas asomándose en sus orbes miró de frente al gemelo menor para pedirle un gran favor — ¿Sería mucho pedir si me acompañas? Shaina no está, salió de viaje por parte de su trabajo, por eso no la encontraste anoche y yo... No quiero ir solo — Esto último lo susurró pero fue escuchado por el contrario, después agachó su mirada.
Ver a Milo de esa manera en cuestión de segundos le tocó en lo más profundo de su ser.
Parecía una cajita de sorpresas que ni siquiera terminaba de conocer, dejó escapar un suspiro y quitó las llaves del auto — Ven Milo vamos a desayunar — Después de decir esto salió del auto y esperó que Milo hiciera lo mismo.
— Si quieres que te acompañe, hay que apresurarnos en el trabajo y por favor... Quita esa cara, no quiero que piensen los demás que yo te hice llorar — Respondió Kanon dando ligeros golpes sobre la espalda de Milo para darle ánimos.
No muy lejos de ahí, en otro restaurante se encontraba Deuteros esperando la llegada de Degel.
Estaba muy nervioso porqué no sabía como ha cambiado el amor de toda su vida, mientras esperaba pacientemente su llegada, había pedido un té relajante.
Degel intentaba caminar lo más lento posible con tal de no llegar, los nervios lo consumían por dentro.
Esperaba que Deuteros estuviera solo, moriría de la vergüenza si su amor de antaño fuera acompañado de alguien más...
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