Llegaron al lugar indicado, era un restaurante - Bar de mucha elegancia, no como los típicos lugares a los que Milo va con sus amigos. Tan solo con ver que entraba gente perfectamente arreglada tragó en seco, esos lugares no son para él, al menos no sentía esas ganas de querer convivir en un lugar con gente "Refinadita"

— Debes de venir muy seguido en estos lugares Kanon —  Respondió Milo con mucha indiferencia, en el realidad muy en el fondo se sentía incómodo en un lugar así.

— No suelo venir a estos lugares, pero fué el único lugar donde Thetis pudo encontrar una reservación sin tanto problema... Además, no debes de confiarte en este gente, así como los ves arreglados y con elegancia son los peores tomando, somos humanos, el dinero no te hace ni más ni menos — Al decir esto Kanon señaló a un cliente que era llevado por uno de los meseros para ayudarle a pedir un taxi pero justo en ese momento regresó todo lo que había consumido sobre el pobre mesero.

— Ja, ja, ja, esto  pasa a los lugares donde suelo ir también — Se burló mientras miraba todo el desastre que aquel cliente hacía frente a los demás.

— Por eso te digo, no te fijes donde estás... Toda esa bola de personas que se sienten superiores a los demás son simples mortales como nosotros — Después de decir esto Kanon le entregó las llaves al servicio de valet parking.

Milo también salió del auto y comenzó arreglarse el saco, algunas mujeres que pasaban cerca de ahí lo miraban y el heleno no podía evitar devolverles una sonrisa a manera de coqueteo.

Kanon se dio cuenta de esto y se llevó su mano a su rostro avergonzado, ahora comprendía parte de su problema  y ese era que no sabe controlarse.

Tomó un poco de aire para tratar de no perder la cordura y se le acercó — Vamos adentro antes de que te busques problemas por estar de coqueto frente a las mujeres — Se colocó detrás de su espalda y lo fue empujando para que llegaran a la entrada.

En la entrada los recibió un hombre alto, robusto y moreno portando un traje negro.

— No pueden pasar sin reserva.

Kanon alzó su mirada y le sonrió al guardia, quien de inmediato lo reconoció al instante.

— Mil disculpas  joven Kanon, su reservación está aquí en la lista — Rápidamente el ese hombre sacó su lista donde llevaba el control de las personas que hacían su reservación.

— Descuida Cassios  haces un buen trabajo aquí — El gemelo menor estrechó su mano con él.

Milo solo los miraba, eso quería decir que esos dos se llevan bien entonces.

— Thetis me hizo el favor de reservarme una cita aquí con mi acompañante... Te presento a Milo — En ese momento Kanon jaló a su empleado para poder presentarlo, quien levantó su mirada a ese sujeto alto y solo movió su mano al aire apenado.

— Ja, ja, ja, cualquier amigo de Kanon es bien recibido aquí... No tienes porqué tener miedo Milo — Contestó Kanon de manera divertida — Pero pasen, los llevaré a su lugar que tienen reservado.

Después de decir esto Cassios comenzó a caminar, Kanon y Milo le fueron siguiendo los pasos.
El joven estaba maravillado con ese sitio, si era un lugar completamente elegante... Pero solo en el área de las mesas donde los comensales degustan sus alimentos pero del lado de la barra era un total desastre como los bares a los que suele ir con sus amigos, sobre todo con Aioria.

Llegaron a un mesa para dos comensales, Cassios retiró el letrero de la mesa y los invitó a sentarse.

— En un momento les traen el menú.

— También quiero el menú de las bebidas por favor — Pidió Kanon justo antes de que se fuera Cassios.

— En seguida — Se dio la vuelta y fué a buscar a un mesero  para que los siguiera atendiendo, él tenía que seguir en su trabajo atendiendo la llegada de los demás comensales.

— Hubiéramos ido a otro bar — Susurró Milo mirando su entorno, no se sentía a gusto en ese lugar.

— Era el único cercano, además mañana tenemos que trabajar — Contestó Kanon recibiendo los menús que le llevó el mesero y después le entregó el suyo a Milo para que pudiera  pedir lo que quisiera.

— Aún no entiendo porqué insistente en traerme aquí cuando hay infinidad de restaurantes en la ciudad  — Respondió Milo mientras miraba el menú, la cena era lo de menos, pero un postre en particular le llamó su atención — ¡Yo pido un pay de manzana!

Kanon se le quedó mirando, quien sabe como acabaría esa cena... Milo comiendo cosas dulces y seguramente  no le haría el feo al alcohol.
Quizá era una manera de conocerlo más a fondo pero era la única forma de que hable sobre lo que más le molesta y lo que guarda.

No se esperaba que Milo estuviera enamorado de su pareja de su hermano pero tampoco puede guardarse sus sentimientos.

— De acuerdo Milo pídelo, yo también ordenaré algo — Bajó su mirada para ver el menú de las bebidas  — ¡Ah y también pediré un mojito!

Milo tomó el menú de las bebidas — Entonces comenzaré con una margarita.

De repente llegó el mesero y tomó sus pedidos, el primero en romper ese silencio fué Milo.

— ¿A qué va todo esto Kanon? Has procurado ser más accesible conmigo... ¿Porqué? — Preguntó de manera directa y también regalándole una mirada retadora.

— Me gusta conocer primero a las personas antes de juzgarlas mal, además eres mi empleado, así que no veo nada malo en ello.

A los pocos minutos comenzaron a llegar sus postres, Kanon también había optado por un postre sencillo, seguido de las bebidas.

El tiempo se les fué pasando entre plática sobre el trabajo, Milo pedía bebida tras bebida,mientras Kanon solo lo escuchaba.

— Kanon tú... Tú me caes muy mal — Decía Milo con dificultad, todo lo que había tomado estaba haciendo efecto y ya no tenía cordura para decir las cosas.

— ¡Ah! ¿Y porqué? — Cuestionó el gemelo menor tratando de seguirle el juego.

— Porqué desde que te conocí... Me persigue la desgracia — Le dio un trago a su bebida y siguió hablando — Es una verdadera tragedia trabajar contigo, eres molesto, muy mandón... Además solo me haces ir a dejar papeles con tu tío.

Kanon dejo escapar una risilla, él ya tenía muy en cuenta que para tratar a Milo debía ser muy paciente, en el fondo tenía que saber porqué era así y si esta era la única forma de conocerlo no le quedaba de otra.

— Me caes tan mal... Que por eso quiero pedirte un favor — Pidió Milo justamente cuando se acabó toda su bebida y después le hizo una seña al mesero para que le llevara otra.

— ¿Qué?

Esperaba que no fuera a salir con una de sus ocurrencias frente a los demás comensales.

— Que vayas conmigo a la boda de Camus — Susurró tomando nuevamente la bebida que le llevó el mesero.

— ¿Y yo porqué? ¿Acaso no estás diciendo que me odias? — Cuestionó sin entenderlo.

— Porqué... — Esperó mucho tiempo para decirlo — Porqué no tengo con quien ir y sé que si no me controlo al ver a Camus frente al altar perderé la cordura.

El gemelo menor levantó su mirada para verlo de frente, eso era lo que buscaba... Que se liberara de todo lo que guarda en su corazón.

— Siempre quise a Camus pero no soy digno de él. Tu tío me dijo que no me aferre a un amor imposible y que viva mi vida pero... No sé — De manera repentina bebió rápidamente todo el contenido del vaso como si de agua se tratara.

— Milo... Exactamente eso debes hacer y tienes que comenzar tu vida ya... No puedes perderte de esta manera en el alcohol.

La mayoría de los comensales que estaban en las mesas se habían ido, ahora solo quedaba la gente que aún estaba en la barra y de pronto música ideal de los antros comenzaba a sonar de fondo para aquellas personas que disfrutaban de las  bebidas alcohólicas.

— Eres detestable Kanon — Susurró con una sonrisa — Pero aún así eres el único que me ha dado su confianza.

Al oír esto el gemelo se asombró, no se esperaba esas palabras repentinas de Milo — Si tanto soy tan detestable... ¿Porqué te gusta molestarme? — Claro que era ahora su turno.

Milo sonrió de lado  — Me gusta verte como te enojas conmigo.

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