Quiero una explicación

*Gala*

Eric Milton estaba sentado frente a mí, con un vaso con jugo de naranja.

Tanto tiempo, tantos meses, lo habían cambiado en absoluto.

No era el Eric pequeño que conocí, ahora era más musculoso... y mucho, pero MUCHO más guapo.

Y yo seguía siendo la misma chica, fea y pequeña de cuerpo, con pelo negro, ojos marrones, nada interesante.

-¿Y.... como va tu vida, Bichito?.- preguntó,.dándole un trago a su jugo de naranja y apoyando luego el vaso en la mesita que estaba entre medio de los dos.

OMG OMG OMG!!!!

Me había llamado "bichito" el apodo que usábamos cuando éramos pequeños e inocentes.

Me quedé media en Shock, pero luego reaccione y lo miré.

-Bien, supongo. Me he mudado a otra casa, alejado al barrio dónde antes vivía, con mi hermano y mi mamá.- dije, ahora sin poder mirarlo a los ojos. Sólo veía por la ventana.

-¿Y la tuya?- agregué preguntando.

Eric se removió un poco incómodo en el asiento, haciendo una mueca con la boca.

-B-Bien. Me han llamado... un amigo me ha llamado para pintar el mural de este... hogar de ancianos.

WTF?

-Eric- reí- esto no es un hogar de ancianos, es un lugar de rehabilitación.

Eric me miró y pude ver el rubor que se formaba en sus apretables y hermosas mejillas.

-Yo...he... como... emmm...- tartamudeo un poco.

¿Y a éste que le pasaba?

Entonces apareció Rita, revisando unos papeles, y al notar nuestra presencia sonrió.

-¿Así que ya se conocieron?- preguntó. Se acercó a nosotros con la maldita e incómoda sonrisa plasmada en el rostro.

Eric se removió un poco incómodo del asiento, vaya a saber Dios por qué.

-Claro, ya nos conocíamos desde antes-dije, sin prestar atención a Eric que me fulminaba con la mirada.

-Oh, que bueno. Eric, tu padre ha venido, dijo que por favor hoy no faltes a casa, que no te vayas por ahí y que...- Rita dejó de hablar cuando miró mi cara de confusión y el rubor de las mejillas de Eric.

¿Qué tenía éste chico con sonrojarse?

Bueno, eso era lo de menos.

-Yo...- dijo un Eric incómodo.

Mi cara de confusión era épica.

-Eric...- susurre.

-Tranquila- me dice Eric mientras se levanta- luego... te explicó.- y se marchó.

Se marchó y me dejó con la palabra en la lengua y la boca abierta.

Rita me miró algo confundida y luego se sentó en la silla en la que antes estaba Eric.

-Cuando acompañé a tu madre- habló- me dijo que la habían echado de su trabajo, y no sabía que hacer para que tú ni Alex  se entrarán, así que pasó el tiempo en un bar, para luego llegar a casa. Todo se descontroló y comenzó a tomar. No recuerda bien como terminó en vestido corto y tacos.- Rita tragó saliva- Pero dice que lo siente y que...

A estas alturas, mis lágrimas caían sin parar. Me levanté rápidamente de la silla, empujandola hacia atrás. No quería que Rita siguiera hablando de que le había pasado a mamá. Ella ya me había dejado, y no importaba la razón.

Caminé afuera del centro, sintiendo los tacos de aguja de Rita.

Seguí andando, y Rita me seguía. Estaba doblando en una esquina cuando me choque un pecho que venía frente a mí.

-¡Idiota!- grité, refregandome la mejilla en donde había chocado.

-Lo siento- dijo una voz conocida. Levanté la vista para ver la persona que me había chocado y...

¿¡JAMES!?

James Cuevas estaba frente a mí mirándome con una sonrisa.

-Hola, preciosa- dijo. Lo miré como si el tipo fuera idiota por decirme "preciosa".

-Hola, James- dije, y bajé la vista.

James era mi compañero de clases. Con él habíamos hecho trabajos en grupos y de a dos. Era uno de los populares y rompe corazones de la  escuela, el chico deseado. Pero para mí era un idiota de primera.

-¿Como estás?- pregunta James.
¿Como te parece, idiota?¿Acaso no ves que estoy llorando?, pensé.

-Bien.- respondí. Soné más fría y dura de lo creí.

Nos quedamos un rato en silencio, sin hablar. Mientras James estaba silbando una canción, yo estaba tratando de salir de la incomodidad.

-Bien... James, nos vemos en clases.- dije, saludandolo con la mano y caminando para dejarlo atrás y seguir con mi camino.

Esto era demasiado. Mi madre se había ido, yo quedaría con quien sabe. Y Eric... había encontrado a Eric que quién sabe por qué se puso tan incómodo y se fue diciéndome luego te explico.

-¡Gala!- gritó James detrás de mí.  Luego escuche pasos apresurados y me paré en seco. - me gustaría que el viernes salgamos... ¿Te parece?

-James, lo siento, ese día tengo planes.- contesté.  Ojalá que se lo crea...

-Oh... ¿El sábado?.- volvió a insistir.

Sabía que éste chico no iba a dejar de molestar si no le decía que sí.

-Claro... pero...- antes de que pudiera seguir hablando, James me interrumpió.

-El sábado, a las 8.00 p.m, te paso a buscar con el carro.

Wow,  alguien está emocionado...

-Cómo sea. Adiós.- dije dando una sonrisa de despedida.

-Adiós... Gala.- dijo antes de irse con las manos en los bolsillos.

***

Estaba al fin en mi casa, leyendo un libro. Hacía muchísimo calor, y como no había nadie en casa, andaba en bikini comiendo helado.

Leía "Bajo La Misma Estrella". Un libro bastante conocido. El libro lo leí unas... tres veces. Y en las tres veces lloré.

Las lágrimas se acumulaban en mis ojos, pero por primera vez no salían.

Hasta que tocaron la puerta.
No quiero malas noticias ni decepciones.

Me dije, al recordar como había llegado hoy mamá. Me levante dejando el helado en la mesa, con el libro al lado.

Me levanté pesadamente y abrí la puerta.

-¿Eric?- pregunté al verlo. Estaba jodidamente sexy con una musculosa y unas bermudas.

Eric me miraba con una sonrisa linda e inocente. Luego, recorrió mi cuerpo con la mirada y me miró a los ojos, cambiando su sonrisa inocente a una sonrisa pervertida, mientras movía las cejas rápidamente.

MIERDA Y DOBLE MIERDA.

Entrecerré la puerta y saqué sólo la cabeza para verlo.

-Hola... Gala. No hace falta que te tapes, ya te he visto.- dijo sin cambiar su sonrisa.

Y el rubor de mis mejillas hizo que Eric riera como loco echándose hacia atrás.

-¿Me dejarías pasar?- preguntó al terminar de reírse.

-Sólo espera.- dije.

Cerré la puerta y corrí hacia mi habitación. Busqué una remera floreada con un short y luego corrí al baño a mirarme al espejo.

Estaba horrible.

Me cepille un poco el cabello, y listo. Bajé corriendo con la misma velocidad con la que subí, y adentro ya estaba Eric, observando la casa.

-¿Quién te dió permiso a entrar?- pregunté haciendo que Eric me mirara y dejará de ver la casa.

-Lo siento, es que te tardabas un año- sonrió

-Pero si sólo tardé...

-Hablas mucho. No has cambiado nada.- me interrumpió.

En ese momento me daban unas enormes ganas de abrazarlo, pero no lo hice por el hecho de que él me había abandonado hace unos años.

-Tú sí haz cambiado...- susurré. Pero lo dije lo bastante fuerte para que él me escuchara y su rostro cambió a tristeza.

-Gala, sé que quieres una explicación de todo lo que pasó y...

-Claro que la quiero Eric. Y quiero otras explicaciones más sobre todo lo que ha pasado hace dos años atrás.- contesté firme.

Ahora, tendría una explicación sobre todo.

__________

Hola!!! ¿Que tal?
Como han estado?
Gracias por leer la historia.
Los he dejado con la duda del próximo capítulo, juajuajuajua *cof cof*
Okay, besos, nos leemos pronto n.n
Clara_Sr

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