Apuesta, Mensaje y Verdad

*Eric*
Calmate, maldita sea, Pensé.

Estaba muy nervioso. Sólo pensaba en ella, como reaccionaria cuando le contara la verdad de todo.

También pensé en cómo debe haber reaccionado cuando yo le mandé un mensaje sin que ella me haya dado su número.

*Flashback*

Salí de la casa de Gala hecho una furia. El hermano de Gala era un maldito imbécil como siempre.

Caminé con los puños apretados a mis costados. Estaba furioso. No sabía dónde ir, así que caminé sin rumbo.

Luego de un rato, me di cuenta de que estaba admirando la puerta de el boliche Ams.

Siempre me pregunté que idiota le pondría ese nombre a un boliche.

Sonreí al recordar las noches que he pasado en el boliche. Mujeres, alcohol, drogas.

Rob, el que recibía a las personas en Ams, me saludó con un asentimiento de cabeza, yo se lo devolví.

Me adentre en el lugar, y el olor a alcohol mezclado con drogas se metió en mis fosas nasales.

Mujeres y hombres bailando y besuqueandose por doquier.

La música sonaba por los parlantes, música bailable y pegadiza.

Bueno, era hora de la noche alocada...

Bailé con muchas mujeres, pero algo raro pasó en mí. No bebí y no me drogue.

Me senté en la barra para poder pedir mi primer trago, cuando me encontré con un viejo amigo:

James, el simpático James, amigo de la infancia.

Estaba sentado en el asiento de mi lado.

-¡James!-dije alargando la "a"

-Amigo.- dijo y luego me abrazó sin moverse de su asiento, sólo se estiró hacia mí al igual que yo.

Pude sentir su olor a alcohol terrible impregnado en su cuerpo.

-¿Que tal?- preguntó- tanto tiempo...

-Sí, James, mucho tiempo.

Así hablamos un rato, largo sobre la familia, nuestras nuevas escuelas, nuevas amistades etc.

James era un amigo de la infancia, de la primaria. Éramos muy unidos, compartíamos todo. Ya saben, nos queríamos mucho.

-No sabes. El otro día- narró James- estaba saliendo del centro comercial y me encontré con una chica de mi escuela. Y la invité a salir. Ella es una chica muy difícil, pero con mis amigos aposté que me iba a acostar con ella en menos de 5 meses.

Reí. Típico de James.

-Genial- dije.

Tomé un sorbo de quinto vaso de cerveza.

-¿Cómo se llama?- pregunté- la chica.

-Gala- dijo sin mirarme- Gala Soult.

Y mi alma cayó a mis pies. Gala. No, no, no, no, ella no. Por favor.

¿Será una coincidencia? No lo creo, no creo que existan muchas chicas con el mismo nombre y apellido, y que caminen justo cerca del centro comercial y el centro de día.

-¿Estás bien, hermano?- preguntó James dando golpes en mi hombro.-Estás pálido.

Claro que no estaba bien. Gala iba a salir con James, y peor aún, caería en la trampa de éste idiota.

-James- dije tratando de sonar lo más calma posible- ¿Tienes el número de esa chica?

James alzó una ceja.

-Sí.- afirmó- ¿Para qué lo quieres?

Ups, no pensé en eso.

-No lo sé, tal vez para otra oportunidad.- me encongi de hombros.

-No hermano.

-Por favor.- rogue.

-No.

-¿Qué tal si hacemos una apuesta?- dije- Tú y yo. En ésta noche, conseguiremos números de chicas. El que consiga más números, gana. Si tú ganas -lo señalé- yo bailare como un striper. Pero si yo gano -me señalo-, me tendrás que dar el número de esa chica.

James me miró confundido por un momento, para luego estrecharnos las manos.

*Fin del FlashBack*

Y bueno, ya saben lo que pasó después.

Apenas conseguí el número, dejé de tomar y llegué a casa. Era muy tarde, las 03.00 am., pero no me resisti, así que le mandé un mensaje.
Hola ;)

Respire hondo. Ahora que lo pienso, tal vez no es el teléfono de Gala.
Diablos, ¿Por qué Dios me hizo tan idiota?

Dejé el móvil en mi cama y busqué unas toallas, y ropa interior limpia.

Entré al baño y me quité la ropa, luego me miré al espejo.
¿Por qué? ¿Por qué tuve que dejarla?

Me refregue la cara rápidamente.

Yo no lloro. Los hombres fuertes no lloran, o al menos mi padre me enseñó eso. Él era el típico hombre firme, formal, rudo, trabajador que no acepta que su hijo sea enfermo, y lo entiendo. Nadie quiere un hijo drogadicto y alcohólico.

-¿Hijo?- la voz de mi madre del otro lado interrumpió mis pensamientos.

-Hola mamá, soy yo.- contesté.

-¿Por qué llegaste a estás horas?- su voz parecía quebrada.
Me envolví con una toalla alededor de mi cintura y abrí la puerta encontrandome con ella, con sus ojos llorosos.

Ninguna mujer había "roto mi corazón", como así lo dicen, sólo mi madre. Ella cuando lloraba, me hacía sentir muy triste.

-Tranquila mamá- acaricié sus mejillas, limpiando sus lágrimas.- No estoy borracho.

Ella cerró los ojos, y asintió. Le di un gran abrazo, pero ella no se movió.

De repente llegó papá, con una bata igual que la de mamá pero de diferente color.

Me miraba arrugando el entrecejo, con las brazos cruzados y postura seria.

Y por un momento, se dió la vuelta y se fue. En otro momento me hubiera regañado, pero no. Se dió vuelta y se fue, así como así.

Después de un rato, mamá se fue a dormir, y yo me pude ducharme al fin.

Entonces, mi teléfono sonó.

Un mensaje. ¡UN MENSAJE!

Apague la ducha, a pesar de que aún no me había terminado de lavar mi dulce pelo, pero no importó.

Me envolvi en la toalla nuevamente, salí rápido procurando no resbalarme.

Me senté en la cama, y agarré mi teléfono, y vi el mensaje.
Gala.
¿Quién eres?

Sonreí. Claro, ella no sabía que su cita me había dado su número por una apuesta.

No quería decirle que era Eric, por eso la llamé.

-¿Hola?- contestó en el tercer timbre.

-Bichitooooo- grito feliz por que me contestó.

-¿Como conseguiste mi número?- parecía alterada.

-Tranquila, bella. Tengo mis contactos- dije mirándome las uñas, orgulloso por haber ganado esa apuesta.

-Claro, jaja.- río, y wow, que ironía.- ¿Que pasa?

-Mañana, a las 5.00, te paso a buscar en tu casa.- hablé.
Di que sí, di que sí.

-Eric, yo...

-¿Quieres una explicación?- pregunté medio enojado, pasandome la mano por el cabello.

-Sí- contestó.

-Sé que irás- contesté con una sonrisa y luego corté.

Después, le mande otro mensaje a Gala.
Por favor, no le digas a Alex.

Y no contestó.

Una sonrisa sin sentido se posó en mi rostro, y luego me acosté, con una mano detrás de la nuca, mirando el techo.
Gala, ojalá que me entiendas.

****

A la mañana siguiente, me levanté con un gran ánimo.

Me lave la cara, los dientes, y luego desayune.

Iba silbando una canción, mientras cocinaba mi desayuno.

-Eric- apareció mi papá por la cocina- Tenemos que hablar.

Oh oh.

-¿D-De qué quieres hablar, pa?- pregunté algo preocupado.

Dejé de comer mi desayuno para centrar mi atención en mi padre, quién se sentó en frente mío.

Pensé que iba hablar sobre ayer, pero todo lo contrario.

-Es sobre tu hermano, Luke.- dijo y apoyó los codos en la mesa.

Por un lado, fue un alivio que no hablara sobre lo que había pasado ayer. Pero luego se convirtió en una preocupación al escuchar el nombre de mi hermano.

-¿Que hay de Luke?- pregunté.

-Él- habló mi padre- vendrá mañana a presentarnos a su nueva novia.

Reí un poco fuerte, ganandome la mirada asesina de mi padre, que me hizo callar.

-No te rías- me regaño.- Tu hermano vendrá mañana.

-Como sea. No quiero verlo- dije dejando de reír.

-Pues lo verás.- luego se levantó y se fue a la heladera, a buscar algo de comida.

-No- se detuvo- no quiero verlo.

Mi padre se tensó y apretó la mandíbula.

-Es tu hermano.

No me importaba. Nunca estaba en casa, ¿Que quiere hacer aquí?

-No le importamos- dije sobresaltado- No le importo. Él no nos quiere, de seguro quiere venir por algún favor. Él no me quiere... yo...- las lágrimas amenazaban por salir. Pero no. No las dejaría.

Mi padre me miró preocupado, para luego abrazarme. No quería abrazarlo, pero lo hice.

Eso me sorprendió. La relación entre mi padre era muy distante. Nunca hablábamos de padre a hijo, todo era muy moderado. Y de repente me abraza. Raro.

****

Al otro día fui a buscar a Gala, a las 05.00 p.m, como acordamos.

Yo me había salido del centro y hablé sobre el tema con Benjamin, el cooperador, con el que me llevo muy bien. Dijo que me acompañaría a buscar a Gala, y así lo hizo. En éste momento estaba sentado a mi lado, en el asiento del piloto, ya que yo no sabía manejar.

-¿Como decías que se llamaba?- preguntó Benjamin, mirando por la ventana, esperando que Gala sala de su casa.

-Gala- susurre.

Le mandé un mensaje a ella, diciéndole que ya salga.

-Lindo nombre y original- dijo Benjamin con las manos en el volante.

Sonreí como idiota.

-Estás enamorado.- agregó. No sabía exactamente si lo decía como pregunta o afirmación.

-No. Obvio que no- dije mientras jugaba con mis dedos.

-Como digas.- y sonrió.
Idiota.

Al rato, llegó Gala, y sin razón alguna Suspiré.

Bueno, tal vez había una razón. Estaba hermosa. Llevaba una blusa algo transparente blanca, que hacia que se viera su sostén negro. Un short color rojo, y llevaba en su pelo una trenza.

Suspiré un poco y sonreí.

Gala caminó hacia nosotros y abrió la puerta de atrás y luego se sentó.

-Hola Eric- dijo, con una sonrisa de costado.

-Bichito- dije e hice un puchero.

Luego Benjamin nos miró y Gala reparó en él. Me miró a mí, y Dios, era hermosa.

Nunca había visto una mujer tan linda. Ella es tan diferente.

-Hola- dijo Benjamin mirando por el espejo retrovisor a Gala.

-Hola...- dijo ella algo incómoda.

Luego artículo un "¿Quién es?" con la boca.

-Oh, em, el es Benjamin, un... amigo.- que dolor sentía al mentirle a Gala.- Benjamin, ella es Gala. Una... amiga.
Ooh, Dios, soy un idiota de primera.

-Un gusto.- dijeron los dos, antes de que Benjamin hiciera rugir el motor y acelerar.

Gala estaba en el asiento trasero y se la veía algo incómoda.

-Gala...- susurre, mirándola.

-Dime- levantó la vista para que vea sus ojos negros profundos.

-Yo... Debemos hablar.

-Lo sé Eric- sonrió.- para eso vine.

El resto de viaje íbamos en silencio, hasta que prendi la radio, buscando alguna estación de música.

Encontré una, y estaban dando Creep, de Radiohead.

Justo lo que necesitaba para demostrarle a Gala lo que sentía. Necesitaba que me entendiera, y que sepa que los días que no estuve con ella me sentía como una maldita basura. Que la extrañaba y la necesitaba que esté a mi lado y que me ayude para que yo no vuelva a ser el de un año atrás; drogadicto y enfermo.

Me di la vuelta para verla de frente, y ella dejó de mirar sus manos para mirarme a mí.

Oh no.

Tenía los ojos llorosos. Mierda.

-Gala, por favor, no llores.- susurre, acariciando su mejillas que estaban llenas de lágrimas.

-Na-Naranja.- dijo y se tapó la cara con sus manos.

Entonces fue que me cambié de asiento para estar a su lado. La tomé de la mano.

-Yo, me voy a estacionar por aquí a fumar un cigarro.- dijo Benjamin y le agradecí con la mirada mientras bajaba del auto.

-Gala- la tomé de la cara, obligandola a que me mire.

En sus ojos había tristeza, dolor, llanto... y odiaba verla así, y más sí es por mi culpa.

-¿que pasó, linda?- pregunté.

Ella apartó mis manos de su cara para mirar por la ventana.

-Alex se enojó conmigo por venir. Le dije que iba con mis amigos, pero él se dió cuenta de que el auto era tuyo. Ese idiota, pensé.

No podía creerlo. Ese inútil nunca se cansaba de hacerme la vida imposible.

-¿Eric?- dijo Gala sacandome de mis pensamientos.

-Dime- dije yo.

-¿Puedo hacerte unas preguntas?

Era mi oportunidad de contarle la verdad.

-S-Sí- tartamudee.

Gala mi miró.

-¿Como conseguiste mi número?- tragué saliva.

-En una... apuesta con James, tu cita de mañana. Él me pasó tu número, Gala. No puedes salir con él, no es bueno para ti.

Gala pateo el asiento con su pie.

-Sabía que ese idiota tramaba algo...- susurró hacia la ventana.- ¿Por qué no es bueno?

-Gala... Él quiere... Ya sabes...

Nos sumimos en un silencio un poco incómodo, y vi como Gala apretaba la mandíbula.

-Las otras preguntas.- dije

-¿Como sabías la dirección de mi casa?

Ups, golpe bajo. No sabia que decirlo, pero tenía que responder.

-Yo.. la vez que nos vimos en el centro, te seguí hasta tu casa. Sí, lo sé, me creerás un loco.- admiti, y bajé la vista.

Gala sonrió y dios, se veía hermosa con esa sonrisa.

-Siempre estuviste loco, Eric.- dijo.

Reí un poco ante su comentario.

Nos quedamos un rato en silencio al darnos cuento que en el cielo se veía anaranjado y rosa, dándole el toque de cielo del atardecer.

-¿Por qué me dejaste?- soltó de repente.

Tragué someramente, haciendo que Gala me mirara a los ojos.

-Yo... Gala, no creo que estemos preparados para esto- dije.

-¿Y entonces para que me hiciste que me peleará con Alex para venir aquí y...? Oh, diablos Eric. ¿Por que te cuesta tanto?- exclamó moviendo los brazos frenéticamente haciéndome entender que estaba enojada.

-Lo sé, pero es difícil de explicar, sólo dame tiempo.- suplique.

-Ya he esperado dos años.- dijo y se cruzó de brazos y volvió a mirar por la ventanilla del auto.

-Llévame a casa- dijo sin moverse- Ahora.

-Gala, no, yo...

-Ahora, Eric.- me interrumpió.

-Maldita sea, escuchame...

-No quiero tus estúpidas explicaciones de que no puedes...

-Soy un drogadicto- solte y sentí como algo dentro de mí se relajaba, era algo que al fin había podido soltar. Sabías que tendría que enojarse conmigo, y tenía razón.

-Llévame a casa- dijo sin mirarme.

Se quedó quieta, como una roca. No me miraba, no miraba nada. Dolo miraba la nada.

-¿Por qué? - dijo con la voz temblorosa.

-Ni yo lo sé.- dije en un suspiro frustrado.

Al rato, apareció Benjamin y preguntó lo que queríamos hacer. Gala dijo, neutral, que quería ir a su casa. Y yo no la contradeci.

El camino fue silencioso, silencio incómodo. Miré a Gala y la vi observando el cielo por la ventana, distraída. Pero luego vi una gota de lagrima recorriendo su mejilla. Acerqué la mano para quitar su lágrima, pero ella desvió el rostro, y mi mano quedó suspendida en el aire.

Llegamos a la casa, y nos detuvimos allí.

-Gala, nesecitas procesar todo- le dije. Ella sólo asintió.

-Te quiero- susurre-. Ojalá entiendas.

Y bajó del auto. La lluvia comenzó, mojando a Gala, entonces la vi entrar a la casa, antes de que Benjamin escuchara mis sollozos y arrancara el auto.

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Holaaaa! Perdón, sí, lo sé. Ayer debí subir el capítulo, pero como verán, es algo largo.
Feliz año!! ¿Como la pasaron? Espero que bien, les mando saludos ^-^
Besos y abrazos ;)
Clara_Sr

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