Capitulo 4: Paseo atemorizante.
Salir de paseo con Rakkun siempre es algo que disfruto, aunque en varias ocasiones algo terrible sucede provocando que nos metamos en varios problemas absurdos, tan surrealistas que uno no podría creerlo.
Bueno, tal vez estoy exagerando, después de todo todas las cosas malas nos han sucedido cuando estábamos en su casa o en el cuarto de hotel en Perú.
Bien, seamos sinceros, todas las cosas malas le sucedieron a Rakkun por mi culpa, y todas las cosas malas que me sucedieron a mi fueron culpa de Karma en especifico.
Haa, esta bien, trataba de pensar en alguna absurdez para que el título del capítulo tuviera algo de sentido, pero la verdad es que siempre que salgo con Rakkun no puedo evitar divertirme.
Y esta ocasión no sería diferente, pues me tocaba a mi mostrarle a Rakkun las maravillas de mi país, teniendo una divertida cita.
-Hmm, lo primero que necesitaremos es una cama grande en donde podamos dormir los dos juntos y hacer muchas cositas divertidas -dijo en voz alta y en público.
La gente a nuestro alrededor volteo a vernos preocuoados, pero al notar que no éramos un par de adolescentes dejaron de vernos como si hubiéramos dicho algún taboo, pero eso no quitaba la vergüenza que sentía.
-Tal vez, no deberías de decir esas cosas en voz alta -dije susurrando al oído de Rakkun.
-Uy, lo siento, me emocione un poco -dijo con un rostro tan rojo como un tomate. -Pero, la verdad es que me quedé con ganas después de que tu mamá nos interrumpió -dijo tratando de ocultar su rostro con sus manos.
No sabía si en ese momento golpear mi cabeza contra una roca o jalar a Rakkun a un lugar en el que pudiéramos estar solos, pero aquello podía esperar, ya que de otra forma no terminaríamos de hacer las compras.
-Vamos a ver en las tiendas cercanas, ya después hablaremos sobre ese tema -dije apenado mientras jalaba a la alegre chica por la calle.
-S-sí cariño -respondió torpemente.
Al final fuimos hasta una tienda de colchones, y les seré completamente honesto, no sé como diablos escoger un colchón ni mucho menos el precio de estos, por lo que solo estaba como apoyo moral de Rakkun si es que me necesitaba.
-Bienvenidos a Dormí Mundo, donde los sueños se vuelven realidad con una buena noche de sueño -dijo un chico no mayor a nosotros.
-¡Hola! Quiero la cama más grande y cómoda que tengan... pero lo suficientemente firme para... ya sabes que -dijo aquello último esperando a que yo no la escuchara.
El chico, el cual se veía sumamente nada inocente, entendió al instante lo que Rakkun quería.
-Oh, en ese caso, déjenme mostrarles esto -dijo mientras nos guiaba a través de la tienda.
Finalmente nos llevó a la zona en donde se encontraban todas las camas King size, camas tan grandes que fácilmente podrían caber 3 o 4 personas en ellas.
-Bien, aquí estamos, esta es la Lovematic, perfecta para parejas recién casadas qué quieren tener su espacio en la noche para dormir, pero estar lo suficientemente cerca para ejercitarse, si saben a lo que me refiero -guiño dos veces su ojo.
-Hmm, es hora de la prueba de fuego -dijo Rakkun determinada.
Me empujó a la cama y después se acostó encima de mi mientras se acurrucaba.
-Hmm, sip, esto me recuerda a nuestra primera vez -dijo mientras pegaba su cara a mi pecho.
-O-oye, que te dije de hacer estas cosas en público -dije apenado, al mismo tiempo que emocionado.
-Ohh, que interesante se ve esto -dijo el chico al vernos. -Pero lastimosamente tendré que detenerlos, no puedo perder también este trabajo -dijo el chico para después obligarnos a pararnos de la cama.
Rakkun se disculpo sumamente apenada, pues se había dejado llevar por la comodidad de la cama, por lo que termino comprándola a pesar de haberle costado más de 30,000 pesos... sigo preguntándome de donde saca tanto dinero.
-Bien, pague un poquito extra para que fuera entrega inmediata, así que nos llevarán hasta mi nuevo departamento -dijo con cierta emoción.
-Oye, pero aun faltan comprar varias cosas. Una cama no es suficiente para llenar todo un apartamento -dije un tanto confundido.
-Bueno, si te soy sincera, tengo ganas de probar la cama -dijo nerviosa.
Tras esas palabras trage saliva con fuerza, pero al mismo tiempo acumule toda mi resistencia para después darle un suave golpe en la cabeza a esta chica pervertida.
-Ouch, ¿Por qué fue eso? -dijo con una mueca de dolor.
-Porque eres una pervertida, primero que nada, terminaremos de comprar las cosas que necesitas y después dejaré que pienses en esas cosas -respondí molesto.
-Pero, pero, creí que tu también querías hacerlo -replicó molesta.
-Y así es, y tu eres la principal culpable de eso, pero primero vienen las responsabilidades, una vez terminemos podremos hacer lo que quieras -dije tomando su brazo para jalarla a la siguiente tienda.
-S-sí cariño -respondió de nuevo aquello.
-...... oigan, ¿que paso con su entrega inmediata? -pregunto confundido el apenado repartidor.
-Oh, sí, puede entregarlo a esta dirección, mis padres lo recogerán -dije apenado.
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Caminamos por varias horas buscando todo lo que Rakkun necesitaría para su departamento, algunos muebles, utensilios y algunas otras cosas para el hogar.
Decidimos tomar un ligero descanso en la zona de comida de un centro comercial cercano, estábamos sumamente agotados tras finalmente haber terminado.
-¿Ya terminamos? Siento que hemos estado caminando por horas -dijo Rakkun agotada.
-Tu deberías de saberlo, son tus compras las que estamos haciendo -dije igual de agotado.
-Oh, cierto, lo olvidaba -dijo con el cerebro derretido. -Bueno, en cuestión de muebles creo que ya terminamos, pero me gustaría comprar algo de ropa, no traje mucha conmigo -dijo tratando de recuperarse.
-Bien, terminemos de una vez para poder ir a casa a descansar -dije tratando de levantarme de mi posición en la cual podría quedarme dormido.
-Ahm, de hecho, ¿podrías adelantarte a mi nuevo depa y arreglar las cosas para hoy? De esa forma podremos, bueno, hacer algo divertido llegando -dijo apenada.
La mire detenidamente porque conocía aquel rostro tan lindo, estaba nerviosa porque estaba planeando algo.
-Bien, pero al rato me cobraré por el trabajo físico que haré -dije en tono de broma.
-Jeje, eso es justamente lo que espero -respondió burlona y alegre al mismo tiempo.
El centro comercial en el que estábamos estaba apenas a 15 minutos de mi casa caminando, lo bueno de vivir en una zona comercial es la facilidad y rapidez a la que puedes llegar a tiendas de todo tipo, lo malo es la cantidad obscena de gente que te topas día con día caminando por la calle, especialmente los fines de semana.
-Bueno, entonces te veré en una hora o dos -dijo antes de salir corriendo a las tiendas departamentales.
Camine de regreso a mi casa, en donde seguro me esperaban una enorme cantidad de muebles para el departamento de Rakkun.
Mientras caminaba pensaba que no había sido una excelente idea el haber pedido que dejaran todo en mi casa, pues el departamento de Rakkun no está a la vuelta de la esquina como describí anteriormente.
Un par de calles es más que suficiente para hacer a un hombre llorar de angustia mientras carga una cama King size.
Pero claro es un sacrificio que estaba más que dispuesto a aceptar por ver una sonrisa en el rostro de esa linda y torpe chica.
Para llegar a mi casa primero debía de pasar por el departamento de Rakkun, y fue muy grande mi sorpresa mientras veía a mi madre dirigiendo a los chicos repartidores mientras metían todos los muebles en el departamento.
-No sé que esta pasando aquí, pero me alegra demasiado no tener que cargar todo eso por mi cuenta -dije mientras me acercaba al lugar.
-Bien, eso es todo, muchas gracias chicos, y lamento las molestias que mi idiota hijo los hizo pasar -escuche a mi madre decir mientras aun me estaba acercando... justo antes de dar media vuelta y tratar de alejarme.
Si alguna vez han escuchado que una madre tiene poderes especiales, pues déjenme decirles que es una mentira... en la mayoría de los casos, porque lo parezca o no, mi madre poseía poderes para saber cuando yo trataba de escabullirme.
-Por cierto hijo, hay algunas cosas que quiero preguntarte -dijo repentinamente justo detrás mío.
-¡Uahh! -salte por la sorpresa.
–No seas ridículo. Ahora respondeme, ¿por qué llegaron una cantidad enorme de muebles a nuestra casa, y porqué estoy aquí acomodando dichos muebles?–pregunto algo de lo que seguro ya tenía respuesta.
–Pueees, digamos que Rakkun encontró un departamento y fuimos a comprar muebles para este –dije atemorizado.
–Oh, eso lo entiendo perfectamente, la pregunta es ¿porque estoy recibiendolos en lugar de ti? –pregunto sumamente molesto.
–Sí, perdón, queríamos seguir haciendo las compras y di nuestra dirección para que entregaran las cosas, pero supuestamente solo iban a entregar la cama y nada más –dije ligeramente confundido.
–Oh sí, eso es otra cosa de la que quería hablar, que bonita cama King Size, suficiente espacio para hacer lo que quieras, ¿no es así? –pregunto con una temible sonrisa en su rostro.
–N-no sé de que me estas hablando –fingí demencia.
–¿Donde le dejo la Lovematic señito, la mejor cama para parejas que no pueden separarse ni un minuto del día? –dijo el señor que entregaba colchones.
–En la habitación por favor –dijo mi madre sin dejar de verme.
–Carajo –susurre fastidiado. –Bien, pero fue Rakkun la que compro la cama, y es para ella, no es como si fuéramos a vivir juntos –dije tratando de salvar mi pellejo.
–¿Donde coloco los cajones gemelos, el mueble para compartir con tu pareja justo después de mudarte con ella? –pregunto un segundo repartidor.
–En la habitación, justo al lado de la cama –continuó mandando mi madre.
–Carajo Rakkun, te dije que compraras algo más sencillo –susurre nuevamente mientras maldecía mi suerte. –E-ese lo compro Rakkun porque tiene más espacio para todas sus cosas, además de que el doble espejo le sirve mucho para acicalarse –dije apresurado.
En mi mente sabia que Rakkun quería un espejo tan espacioso para peinar su cabello y cola sin problemas, ya que si lo olvidaron, ella es una mapache.
–Señito, ¿en donde pongo el potro para parejas que quiere redescubrir su sexualidad? –dijo un tercer repartidor.
–¡¿Qué?! –por primera vez pregunto mi mamá sin verme directamente a mi.
Ambos volteamos a ver a aquel repentino repartidor sorprendidos, porque en ningún momento recuerdo que compráramos algo como eso.
Tras eso mi mamá me volteo a ver con un rostro que parecía el de un demonio, al instante yo negué tratando de salvar mi vida.
–¡N-nonono, espera, nosotros no compramos eso, no tenemos esa clase de gustos! –dije aterrado.
–Oh, mi culpa, dirección equivocada, lo siento –dijo el repartidor antes de irse.
Por un minuto sentí como mi alma abandonaba mi cuerpo, porque creía capaz a Rakkun de comprar esa clase de artículos solo por curiosidad.
Tras varios minutos la tortura completa había terminado, o por lo menos eso esperaba que sucediera. Me encontraba de rodillas frente a mi madre en el departamento de Rakkun, completamente amueblado y claramente haciendo incapie a que una pareja vivía en este.
–¿Algo que decir? –pregunto mi madre de forma amenazante.
–No que yo sepa… a-ahora, déja de verme así, no pienso mudarme con Rakkun ni nada por el estilo –dije apresurado.
–Hmm, ¿por qué no hacerlo? Digo, se ve que es una chica muy linda, además de que parece tener la suficiente solvencia para mantenerlos a los dos –dijo golpeando un clavo suelto.
–Sí, en eso tienes razón, pero es por eso mismo que no lo haré. No quiero depender completamente de ella, quiero ser alguien tan valioso para poder cuidarla –dije con sinceridad.
–Hmm, bien, aunque esta más que claro de que pasaras mucho tiempo con ella en este lugar –dijo con cierta pesadez. –Haa, quien diría que cambiarías tanto en tu viaje, antes no podías ni siquiera lavar un plato y ahora quieres cuidar a una chica –termino con un suspiro.
Mi madre tan solo saco algo de su bolsa y me lo entregó, dejándome solo en el cuarto qué pronto sería de Rakkun.
Mire de lo que se trataba y no pude evitar sentirme apenado por lo mismo.
Me quedé sentado en la cama, tan solo esperando a que Rakkun llegara.
No tardo mucho para que eso sucediera, pues tras pocos minutos la puerta se abrió y detrás de esta estaba Rakkun con varias bolsas que claramente tenían ropa.
–Volví cielo, y estoy esperando ansiosa por un baño, la cena, pero en especial por ti –dijo aquello último con una voz sensual.
Yo no me pare de donde estaba, tan solo estaba esperando a que Rakkun llegara a la cama.
–Vaya, veo que acomodaste todo, todo quedo perfecto, no puedo esperar por vivir aquí –dijo con alegría.
Pronto llego hasta la habitación y me miró sentado en la cama.
–¿Hmm, qué tienes, no me has respondido ni una vez?
Sin decir nada me pare y cargue a Rakkun hasta la cama, simplemente dejándola caer suavemente y poniéndome encima de ella mientras no paraba de besarla.
Tan solo había pequeñas ventanas para poder respirar, podía sentir sus manos sobre mi pecho mientras parecía empujarme ligeramente, pero no quería alejarme, tan solo quería sentirme a su propia manera.
–Va-vaya, esperaba algo como esto, pero creí que tenía que coquetear un poco más –dijo sin dejar de sonreír.
–Y yo pensé que podría controlarme cuando te viera –dije justo antes de comenzar a atacarla una vez más.
Mis manos claro que no se quedaron quitas, comencé a tocar todas las partes de su cuerpo qué se me antojaran mientras ella soltaba pequeños gemidos y risas qué solo prococaban qué quisiera continuar jugando con ella.
Nuevamente el aire fue nuestro único enemigo, por unos minutos nos separamos mientras ella me veía con su rostro ruborizado y lleno de sudor.
–Haa haa, e-espera, tengo algo para ti –dijo mientras buscaba algo en su bolsa qué estaba justo al lado de ella.
Saco una caja de condones, seguramente la misma que había comprado meses atrás.
–E-es un día riesgoso, así que tendremos que usar estos –dijo ocultando su rostro detrás de la caja.
Yo tome la caja de sus manos y pude ver la sonrisa nerviosa en el rostro de Rakkun, y era algo que entendía, pues no habíamos hecho esto desde nuestra primera vez meses atrás.
–Entiendo, pero no usaremos estos –dije antes de lanzar lejos la caja.
Al instante el rostro de Rakkun se ruborizo con más fuerza mientras una extraña sonrisa se postrada sobre su rostro.
–¿A-acaso quieres embarazarme? –pregunto nerviosa, pero sin dejar de sonreír.
–¿Eh? N-no, bueno, aun no. Pero a lo que me refería es que no podíamos usar esos condones qué seguramente ya expiraron –dije nervioso. –Pero descuida, tengo todo cubierto –dije mientras le mostraba la tira de condones qué mi madre me había dado horas atrás.
Claro que eso nunca se lo dije a Rakkun y espero que no se entere pronto, si no, no podría verla al rostro nunca.
//Fin del capítulo, y si, no hubo Lemmon, porque lo habrá en algún especial futuro explicando lo que pasó en esta ocasión, pero por ahora, esperen el capítulo normal que viene XD
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