Matrimonio.



La gran fecha había llegado, no se escatimo en dinero para los gastos de la boda, era una boda extravagante y lujosa, con invitados importantes. El lugar de la ceremonia fue elegido al aire libre, en las ruinas de un castillo antiguo, cerca de un precipicio, cerca del mar. En un día donde la tarde tendría un buen clima, todo era ideal para que el evento se llevara a cabo. Todo estaba decorado con miles de flores, adornos de estatuas reales, además de que se serviría comida y bebida de la mejor calidad.

A pocas horas de iniciarse la ceremonia, Naoya estaba en su hogar, viéndose en un gran espejo, como le lucia el traje hecho a su medida, era blanco y muy bonito, tenía una flor en el bolsillo pequeño del saco. Choso estaba a su lado, ayudándole, y dándole ánimo. Yuji con 18 años, quien tenía su condición de omega, estaba en el sillón, viendo su celular, esperando, ya que fue invitado por parte Choso y se iría junto con él.


— Debo decir que el sastre hizo un buen trabajo, me gusta mucho como me luce este traje, aunque también ayuda el hecho de que aún no se me note la barriga. — Coloco su mano extendida sobre su estómago, viéndose de lado en el espejo.

— Cierto, sigues viéndote delgado. — Choso sonrió. — Pero espera a que tengas más de 5 meses.

— Cuando llegue ese momento, juro que no saldré de mi casa. — Le devolvió una sonrisa burlona. Luego dio un suspiro, sacando de su bolsillo una hoja, eran los votos matrimoniales, tenía que memorizarlos para decirlos frente al sacerdote. — Escucha esto... '' Yo, prometo amarte y respetarte por el resto de mi vida, porque te he elegido como mi compañero de vida y...'' — Siguió hablando sin ver la hoja mientras estaba parado enfrente de Choso.

— Oh, eso es muy lindo. — El chico de las coletas se emocionó un poco, sintiéndose sentimental, se cubrió la boca con el puño.

—Puede ser, pero es falso, falso, son solo mentiras para llevar a cabo esta gran farsa... yo no siento nada de eso por Toji.

— ¡Niños, ya es hora de irnos, se nos hará tarde! — Hablo Naobito, mientras caminaba agitado rumbo a la salida de la casa.



...



En el lugar de la ceremonia se encontraba Toji, saludando a los primeros invitados que iban llegando. Toji lucia muy guapo con su smoking negro, era el novio más atractivo de todos, la envidia de muchos, y el deseo de muchas y muchos también, pero él ya estaba comprometido, aunque fuera un matrimonio arreglado, él quería mantener la farsa lo más real posible ante las demás personas.


— ¡Muchas felicidades! — Expreso con alegría Satoru, una vez llego a la boda, y vio a Toji. Satoru cargaba en sus manos un llamativo regalo envuelto.

— Gracias, y veo que... ¿vienes solo? Te di un pase para que trajeras a un acompañante, que aquí no quiero solterones aburridos. — Bromeo el pelinegro, mientras tomaba el regalo y se lo llevaba a la mesa de regalos.

— Pfff... eres muy gracioso, señor Fushiguro, ¿o tengo que llamarte ahora Zenin? Porque veo que ya has dado tu gran regreso triunfal a la familia Zenin.


El rostro de Toji cambio por uno de fastidio, odiaba tocar el tema de los apellidos, sabiendo bien la historia detrás de ellos. Iba a responderle a Gojo cuando su vista se fijó en la limusina familiar bajaron Naoya, Naobito, Choso, y Yuji.


Todo estaba listo, justo como fue planeado, la boda se iba desarrollando de acuerdo al itinerario, siendo primero la ceremonia religiosa. Toji y Naoya ambos aceptaron una vez que el sacerdote les pregunto sobre aceptarse como esposos ante más de 500 personas. Fueron fotografías dando el ''SI'' así como dándose un pequeño beso, también fueron fotografiados dándose de comer pastel en la boca. Ambos novios lucían felices en su día, Naoya amaba ser el centro de atención, se le daba tan bien brillar ante los demás, se sentía en esos momentos como la única estrella del planeta, por lo tanto, su sonrisa era tan natural. Toji se mostraba más relajado, sonriendo con serenidad ante la gente, consciente de que todo el show era para un propósito muy importante.

La tarde se convirtió en una bonita velada, algunos invitados se retiraron antes, otros aun seguían conviviendo, bebiendo, bailando o charlando. Choso y Yuji estaban en una de las mesas, platicando y tomando bebidas, aunque Choso no bebía cosas con alcohol para cuidar a su hermanito el cual parecía ya estar algo ebrio.


— Y si alguien me invita a bailar, ¿no me vas a dejar? — pregunto Yuji con una pequeña sonrisa divertida.

— ¿Crees que eres mi prisionero? — Contesto Choso, dejando escapar una risa. — Si quieres ir a bailar puedes ir tú solo, no hay necesidad de que alguien te tenga que invitar.

— ¿Alguien dijo bailar? — Gojo muy animado llego de repente a la mesa donde estaban ambos hermanos, notablemente ebrio, tomo del brazo a Yuji haciéndolo levantar de su silla. — Concédeme esta pieza, lindo muchachito.

— ¡Si, vamos! — El pelirrosa siguió al albino hasta la zona donde estaban bailando otros invitados.

— ¡Hey! — Choso se levantó de su silla observándolos, un poco alterado. — ¡Los estaré vigilando desde aquí!


El Dj hacia sonar música muy movida, el ambiente en la zona de baile era divertido, Gojo lo daba todo en la pista, haciendo que las demás personas a su alrededor se quedaran observando impresionadas aquellos extravagantes pasos, Satoru se retiró el saco negro lanzándolo al suelo, así como se quitó también la corbata roja y se la coloco en el cuello a Yuji, quien apenas podía seguir los pasos del albino, pero se estaba divirtiendo mucho. Luego Gojo se encontraba bailando en un círculo junto a varias mujeres, así como Itadori bailaba cerca de otros invitados.


— ¡Esta es mi canción, esta es mi canción! — gritaba Satoru eufórico cuando el Dj reprodujo una canción que amaba, mientras empezaba a cantarla con fuerza.

— ¡A mí también me encanta esta canción! — respondió Yuji con la misma emoción acercándose a Gojo. Y también hizo lo mismo cantaba la canción con mucha energía quedando su rostro tan cerca al del albino.


Y los recién casados estuvieron desaparecidos lo que resto de la noche, después de que se acabara todo el ''teatro''. Naoya quiso alejarse de todo el bullicio de la fiesta nocturna, camino hasta llegar a la parte del acantilado, contemplo la hermosa vista de las olas del mar moviéndose al mismo ritmo del viento que levantaba sus cabellos. Se tiro sobre el pasto fresco, quedando acostado sobre este, sentía la necesidad de estar solo y pensar, acaricio su mano izquierda donde el anillo de matrimonio fue colocado, ahora era esa una tercera cosa que le ataba a Toji.

Toji llego al poco tiempo al mismo lugar, recostándose en el pasto por un lado del joven a pocos metros de él, su vista se fijo en el cielo nocturno despejado y lleno de estrellas.


— Eres como un gran perro guardián, siempre vas detrás de mí. — El joven zenin hablo mientras mantenía su vista fijada en las estrellas.

— Solo quiero saber que te encuentras bien.


Desde la ultima vez que tuvieron sexo, Naoya tuvo varios cambios positivos, ser marcado fue en definitiva una salvación, sus hormonas ahora se mantenían a raya, podía llevar su vida diaria con más tranquilidad, los aromas de otros alfas eran menos notorios para él, y viceversa su aroma era mucho menos llamativo para cualquier otro hombre. Además, le provocaba bastante paz y seguridad el hecho de solo tener la presencia de Toji cerca, lo quisiera o no esas eran las reacciones de su cuerpo y mente.


— Quisiera que me dieras una oportunidad, Naoya.

— No creo que merezcas una oportunidad... soy muy orgulloso y... — el pelinegro se le fue acercando hasta solo quedar a centímetros suyo, se puso un poco nervioso por tal cercanía, y aunque quisiera levantarse e irse, era como si su cuerpo en automático quisiera quedarse clavado al pasto.

— ¿Sabes que yo solía cuidar de ti cuando eras tan solo un niño?

— No, no lo sé, porque no lo recuerdo, Toji.

— Aún eres joven, no puedo creer que no lo recuerdes.

— Solo diré que... tuve un accidente hace años y... los recuerdos de mi infancia se perdieron en mi memoria.


Esa fue una revelación para Toji, nunca se imaginó lo que le ocurría a su primo menor, no quiso agobiarlo con preguntas, solo se quedó en silencio. Naoya también se quedó en silencio, sintiendo la necesidad de acurrucarse con el mayor, acerco aún más su cuerpo al de él, pasando a colocar su brazo encima del pecho de su contrario, el pelinegro llevo su brazo por debajo de la cabeza del joven. Un acto de cercanía que ambos necesitaban. Naoya se quedó profundamente dormido minutos después.




Notas :  me divertí escribiendo la escena de gojo sacando los pasos prohibidos jsjsjs espero estar actualizando cada semana esta historia:)  

Resumen del cap XD : 

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