Bebé en casa.



El embarazo estaba en una etapa ya muy avanzada, pero tenían todo listo para la pronta llega del bebé. Toji estaba en su oficina mirando unos documentos cuando el teléfono de su escritorio sonó, era su suegro informándole que se encontraba en el hospital junto a Naoya, quien segundos después fue internado, porque estaba a punto de dar a luz. En el tiempo que le tomo trasladarse hacia el hospital, el bebé ya había nacido, cuando el pelinegro llego a la sala de recuperación, su apenas recién nacido hijo yacía envuelto con una manta azul Para su buena suerte en la habitación solo permitían la entrada al padre del bebé así que su suegro tendría que seguir en la sala de espera.


— Pensé que todo tardaría más tiempo, vine lo más rápido que pude.

— Si... todo sucedió tan rápido, pero descuida, lo importante es que estamos bien, mira a nuestro pequeño, es tan lindo. — sonrió con el bebé entre sus brazos luego lo sujeto para dárselo a Toji.

— Es el bebé más lindo de todos. — Su felicidad era muy grande en ese momento, sostuvo con cuidado al bebé entre sus brazos. — Hijo mío, serás tan amado por tus padres.

— Nuestro pequeño Fuyuhiko, así quiero que se llame.

— Me gusta ese nombre es muy bonito.

— Lo elegí porque es nombre que está relacionado con el invierno, igual que tu nombre, Toji.


Un sano y fuerte bebé, movía sus manos con energía, mientras sonreía, tenía el cabello tan negro como la noche que hacía juego con unos ojos grandes y muy llamativos, el iris de un ojo era azul y el otro iris tenía una tonalidad más clara. El doctor aclaro que aquella condición no era algo malo, pero si muy peculiar, era Heterocromía, una combinación genética que le hacía poseer el color de ojos de cada padre.

Fue dado de alta al día siguiente, extrañaba la comodidad de su hogar, lo primero que hizo fue descansar en el sillón junto a su bebé, cansado pero feliz. Las indicaciones de su médico era que guardara reposo por mínimo una semana si es que pensaba volver a trabajar o hacer actividades que requieran esfuerzo.


— Le voy a tomar una foto. — Toji acercaba su celular hacia el bebé el cual dormía plácidamente, sacándole varias fotografías. — Es aún más adorable cuando duerme.

— ¿Verdad que sí? Awwww, me da mucha ternura verlo así. — respondió Naoya mientras lo arrullaba con suavidad. — Además huele muy bien... el aroma de los bebés es muy bonito. — acerco su nariz a los cabellos del bebé.

— Suficiente, ahora es turno del abuelo, quiero cargar a mi nieto. — Hablo Naobito con una sonrisa, mientras recibía el bebé entre sus brazos. — Realmente es muy pequeño, y miren esos ojos, no cabe duda que es hijo de ambos. — soltó una pequeña risa.

— Fuyuhiko será el niño más consentido del mundo contigo, papá.

— Así es, mi adorable nieto es un Zenin y merece ser tratado como tal... Bienvenido seas a la familia, Fuyuhiko Zenin.


Por más que se esmeró Toji a la hora de construir la cuna, el bebé termino durmiendo en la cama de ambos padres, justo en el medio, Naoya tenía algo de paranoia, y se sentía más seguro si su hijo estaba cerca de ambos. La cama era muy grande así que no había problema, los tres podían dormir cómodamente en ella. Aunque sería recurrente la falta de sueño para ambos, despertándose en medio de la noche para atender las necesidades del bebé, podían verse notablemente cansados, con bolsas debajo de los ojos.

Decidieron que lo mejor sería olvidarse un poco de los asuntos de la empresa, después de todo podían hacerlo, y estando a cargo de todos esos asuntos Naobito, quien también era socio en la empresa de Toji por las acciones dadas, no tenían de que preocuparse, así podrían dedicarle más tiempo a la crianza del bebé.



...



Choso seguía sus días trabajando en la empresa del papá de Naoya, le habían ascendido hace pocas semanas por su buen desempeño, realmente era muy hábil en sus cualidades matemáticas, siendo ahora el nuevo encargado del área de contadores, tenía menos trabajo y la paga era más grande. Pensaba en comprarse un departamento dentro de algún vecindario elegante y con clase, para vivir él y su hermano, y su futuro sobrino, desgraciadamente Satoru termino por desaparecer dejando a Yuji solo con lo del embarazo.

A pesar de que su trabajo era menos, solía siempre estar muy al pendiente de los empleados a su cargo, era bastante responsable y audaz, notando actitudes extrañas a su alrededor rápidamente, por ende, pasaba más tiempo en la empresa. Revisando algunos registros antiguos, Choso noto ciertas incongruencias, como si hubieran sido alterados por una tercera persona, también pudo notar transacciones extrañas desde la empresa socia hacia la suya, siendo la empresa socia la que le pertenecía a Toj. Quería seguir investigando, pero bastantes archivos estaban protegidos por varias contraseñas, haciendo el asunto más extraño, algo no andaba bien y quería descubrirlo.


Al otro lado del país, Toji y Naoya junto a su pequeña criatura decidieron irse de vacaciones, llegaron a una de las casas de descanso de la familia cerca del bosque, siendo una casa bastante grande y con todos los servicios, aunque retirada de la civilización. Pensaron que sería un lugar ideal para descansar y tomar un nuevo aire, ya acostumbrados a la nueva vida con el bebé, se sentían mejor como padres primerizos.


— Quisiera que fuéramos al lago ¿Qué dices? — Comento Naoya, quien estaba sentado en una de esas sillas mecedoras de madera con el bebé en sus brazos.

— Si, podemos ir, tal vez también pueda pescar algo para la cena. — Respondió Toji sentado sobre el piso de madera, mientras tallaba un pedazo de madera dándole forma de un pequeño caballito de juguete con un cuchillo. — Mira, ¿Cómo me está quedando? — le enseño el caballito de madera.

— Es muy lindo, a Fuyuhiko le va a gustar mucho cuando lo termines. — Sonrió con cariño.

— Solo falta que lo pinte y quedará listo para él. — Le devolvió la sonrisa mirándole a los ojos.


Pasaron un poco más de tiempo platicando en el porche de la casa, hasta que decidieron ir al lago el cual no quedaba muy lejos, caminaron, Toji llevaba al bebé acostado en un portabebés, así como también cargaba una mochila con herramientas para pescar, Naoya solo traía consigo la pañalera. Tendieron una gran manta a pocos metros del rio una vez llegaron a él, dejando sus cosas encima. Con un clima bastante caluroso, el joven zenin se sentó al borde del rio sumergiendo los pies hasta el tobillo, sujetaba al pequeño bebé mojándole las piernitas, estaban en un área del rio donde el agua no era profunda y la corriente bastante débil así que era seguro. El pelinegro estaba un poco lejos de ellos, en la zona donde el agua era bastante profunda e inquiera, tratando de atrapar otro pez más con su caña de pescar, ya tenía varios peces en su cubeta, pero quería que sobraran a que faltaran, siempre fue bueno pescando.


Pensaban quedarse una semana completa en aquella casa cerca del bosque, pero sus planes se vieron interrumpidos por un suceso totalmente inesperado. Al cuarto día de su estancia, cuando los tres convivían tranquilos como familia en la sala de principal, una ráfaga de balas rompió las ventanas a pocos metros de donde estaban ellos. El primer instinto de Naoya fue abrazar con fuerza a su hijo envolviéndolo más en la cobijita que lo cubría, lanzándose al suelo después con rapidez, el pelinegro agacho su cuerpo cerca de su esposo, queriéndole proteger con su cuerpo. Cuando el sonido de las balas se detuvo, se movieron a la zona de la cocina la cual no tenía ninguna ventana, siendo un lugar más seguro. Ambos padres no dijeron ninguna palabra, solo podían escuchar el sonido de sus corazones latiendo con rapidez, Fuyuhiko para la suerte de ambos permanecía tranquilo. La situación los mantenía muy alerta, Toji tomo el arma que guardaba dentro de uno de los cajones de la alacena, siempre pensó que era importante contar con algún tipo de pistola para defenderse en caso de algún problema. Tenían que salir de aquella casa, el automóvil se encontraba en el patio trasero, no se encontraba tan lejos, se dirigieron con cautela hacia la puerta de salida. El pelinegro asomo su cabeza viendo hacia todos lados, hasta que una bala casi roza su mejilla, oculto la cabeza, sacando su brazo solo para disparar en dirección de donde vino la bala, le dio una señal a su esposo de que corriera hasta donde estaba el automóvil, mientras el cubría el camino disparando hasta el auto. Ambos lograron subir al automóvil junto al bebé el cual se había quedado dormido entre los brazos de Naoya. El auto arranco a toda velocidad cuando Toji logro encenderlo, pisando el acelerador con todas sus fuerzas, estaba lleno de adrenalina, y un gran instinto por proteger a su familia ante cualquiera. Algunas balas impactaron el auto mientras este se alejaba del bosque, afortunadamente lograron salir con vida.


— ¡¿Qué fue eso?! ¡¿Acaso alguien quería matarnos?! — Naoya estaba muy alterado, sentía como las manos le temblaban.

— Si ese era su objetivo no lo logro, maldito hijo de puta. — Apretó el volante, manejando a la máxima velocidad posible, solo quería llegar a una zona poblada. — Cuando sepa quien estuvo detrás de este maldito intento de asesinato... va a conocer lo que es el maldito infierno.

— Nunca debimos salir de casa, por un momento pensé que algo le pasaría a nuestro hijo o a ti... — su voz se volvió débil.

— Pero estamos bien, y volveremos a casa, no te preocupes, jamás dejaría que algo les pasara. — Su vista vislumbró un auto servicio de esos abiertos las 24 horas junto a una gasolinera notando más autos estacionados, no dudo en llegar a él, necesitaba unos minutos para calmarse y pensar con más claridad lo que acababa de ocurrirles.  






Nota : esto ya parece novela turca pero las novelas turcas son GOD así que no problem jaja próximamente haré  un fan fic relacionado a este pero contando la historia sobre la ship de satoru gojo y yuuji itadori que aquí se menciona a veces, les avisare cuando y así por si quieren leerla:) chaoooooooo

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