01
Líquido...
Líquido gotea sobre el suelo lentamente.
No sé cuánto tiempo llevo aquí, pero quedo inmóvil viendo como cada gota cae despacio sobre un charco invisible ante mis ojos gracias a la oscuridad, pero sé que está allí ya que ocasiona un sonido relajador desvaneciendo mi constante tempestad.
Me siento hipnotizada y algo agradecida ante ese pequeño goteo, me simboliza paz.
De la nada empiezo a sentir algo viscoso y resbaloso debajo de mis pies arrebatándome la hermosa concentración que mantenía. Miro al culpable de mala manera, pero cuando lo hago una mueca de horror se forma en mi rostro al percatarme que estoy parada sobre un charco de sangre que empieza a consumir mis pies de a poco. Centro mi vista en el suelo tratando de encontrar su procedencia, pero todo se distorsiona de un momento a otro impidiendo mi investigación.
Césped...
Ahora me encuentro en un gran valle opaco. Alzo la mirada hacia cielo notando como grandes nubes grises abarcan mi campo de visión y oscurece todo. Al bajar la vista veo como una chica está corriendo y yo la estoy persiguiendo ¿en qué momento empecé a correr?
Me enfoco en la chica directamente, pero sólo logro apreciar su larga melena blanca y delgados hombros que me resultan familiares― ¿Amy? ―trato de gritarle para que se detenga, pero no sale mi voz. Estiro mi mano en un vano intento para alcanzarla, pero todo se vuelve a distorsionar llevándome a un lugar desconocido.
―¡AYUDA! Sácanos de aquí por favor― grito desesperada hacia la nada y sin entender el motivo. Estoy atada en un lugar muy oscuro. Escucho más gritos, pero no sé de dónde provienen o de quienes son.
Al frente de mí una puerta se abre mostrando una luz cegadora, escucho personas llorando, pero no puedo girar para ver quienes están conmigo, mi cuerpo se encuentra estático, sólo puedo ver la luz que amenaza con quemar mis retinas.
De la nada veo como una silueta aparece, trato de enfocarla para saber de quién se trata, pero mi visión se nubla por completo.
―Pequeña... ―es lo último que logro escuchar antes de ver todo negro.
Abro los ojos completamente, estos se encuentran llorosos y mis labios temblorosos.
No entiendo nada.
¿Qué fue eso?
Miro a mi alrededor y me doy cuenta que estoy en mi habitación― Abuelita... ―llamo en un hilo de voz, pero ella no responde― Abuelita, ven ― una lágrima se escapa de mi ojo sin mi permiso. No sé por qué lloro― Te necesito por favor ―intento levantarme, pero no puedo mover mis piernas ni mis brazos, más lágrimas salen de mis ojos ante el pánico y la impotencia por estar así otra vez.
Escucho como la perilla de mi puerta se mueve y no puedo evitar sentirme esperanzada ante ese sonido, pero al ver lo que aparece cada pizca de esperanza se esfuma y el miedo es lo único que invade cada parte de mi ser.
Es otra figura distorsionada.
Es esa figura distorsionada...
―¿Quién eres? ¿Qué quieres? ― comento espantada casi en balbuceos. Me siento aturdida, tengo mucho miedo y... asco.
Veo como la figura se empieza a acercar a mí a pasos lentos― Me das asco Iv ―aprieto los dientes con fuerza ante sus palabras― eres una escoria en este mundo, eres el pecado en carne y hueso, eres la lujuria en su máxima expresión ― son muchas voces las que llegan hasta mí, ni una se me hace familiar, pero sé que todas son masculinas y que forman un eco ensordecedor.
―¡ALÉJATE! ― un grito sale de mis labios tratando de callarlo. Este solo forma una brillante sonrisa blanca mientras se sigue acercando hasta llegar a mi posición. A pesar de la cercanía no logro distinguir ni un rasgo de su rostro, sólo vislumbro su arrogante sonrisa espeluznante.
Siento como acaricia mi cuello con su puntiaguda uña despacio y lame mi clavícula con deseo haciendo que palidezca ante la asquerosa y conocida sensación― Nunca te dejaré Iv ―susurra logrando que su aliento choque contra mi piel ocasionando que esta se erice mientras que a la vez muerde mi oreja y empieza a desaparecer despacio.
Cierro los ojos sintiendo como mi cuerpo se sacude, pero estoy inmóvil, escucho una voz a lo lejos llamándome y todo se vuelve a oscurecer.
Al abrir los ojos con lo primero que me encuentro es con el relajado rostro de Jordan durmiendo. Al verlo mi respiración se relaja un poco, mis latidos van normalizándose y mi temblor disminuye en picada.
Alzo mi mano a la altura de su mejilla y la acaricio hasta llegar a su mentón algo rasposo gracias a la barba que le comienza a salir. Unas intensas ganas de abrazarlo me invaden, pero me abstengo. Sé que no debo hacer eso, no debo involucrarlo en esta clase de asuntos, yo he pasado por esta situación antes y soy capaz de sobrellevarlo sola.
Su apoyo sólo me volvería débil.
Me pongo de pie deshaciéndome de la sábana que cubre mi desnudo cuerpo y comienzo a buscar mi ropa que se encuentra tirada en distintos lugares de la habitación. El frío del aire acondicionado me hace temblar un poco, pero lo ignoro, eso no me va a matar.
Al terminar de vestirme con calma observo por la ventana como el brillo de la luna sigue presente en lo alto del cielo. Supongo que deben ser la una o dos de la mañana, siempre me levanto a la misma hora, ya se volvió una normalidad.
Busco dentro de la mesita de noche de mi acompañante una cajetilla de cigarrillos de las tantas que tiene y la guardo dentro de mi bolsillo, no sin antes sacar uno y colocarlo entre mis dedos.
Me acerco a Jordan con sutileza y deposito un beso sobre su frente. Al hacerlo se remueve un poco y logro vislumbrar una leve sonrisa en sus rojizos labios.
Hasta dormido es tierno.
―Nos vemos más tarde ―susurro en su oreja y vuelvo a besarlo, pero esta vez en la mejilla y salgo de su habitación.
Ya en la calle coloco el cigarrillo entre mis labios y comienzo a caminar a pasos lentos. El frío golpea mis piernas desnudas, pero no me importa, esa una sensación agradable. Además, no puedo hacer nada al respecto para contrarrestarlo.
La noche se encuentra tranquila, solitaria. Las estrellas se esconden tras las nubes impidiendo que las aprecie, pero aun así no dejo de observar el cielo, cielo que desde siempre ha logrado traerme la paz necesaria para vivir el día a día y sobrellevar aquellas cosas que me atormentan en la oscuridad.
Saco el encendedor de mi chaqueta y enciendo el cigarrillo que se posa entre mis labios.
Espero unos segundos para luego dar una calada tan profunda que siento como el humo entra hasta lo más profundo de mis pulmones manchándolos, y tal vez provocándome un cáncer a futuro, pero falta mucho para eso y en realidad no me interesa ni un poco.
Exhalo expulsando las toxinas por mis fosas nasales sintiendo algo de paz en mi interior.
Mi relación con el cigarrillo es un tipo amor odio. La nicotina logra hacerme sentir mejor y olvidar un poco lo amargo que puede ser mi existencia, pero a la vez me trae esos amargos recuerdos de mis años en aquel lugar, que, aunque quiera borrarlos permanentemente no puedo, no es posible.
Pero al menos ese tiempo ya pasó y soy libre, puedo hacer todo aquello que deseo o desplazarme sin miedo a ser maltratada de alguna manera.
Aunque mi libertad trajo consigo decisiones drásticas.
No voy a dejar que unos estúpidos sueños dañen lo bueno que he recibido, no puedo vivir en el pasado, sería ser malagradecida con todos aquellos que me han tendido la mano y se han esforzado por darme una vida más llevadera.
Ya pasaron dos años Iveth.
Nada fue justo Iveth, no está mal guardar rencor.
El rencor te arrebata oportunidades.
¿Oportunidades? Dime cuántas puede tener una prostituta.
Nadie sabe que lo fui ni debe saberlo.
La vida no es tan rosa como lo pintas, se realista.
Sacudo mi cabeza mientras una sonrisa adorna mis labios.
Al parecer nunca voy a dejar de ver lo negativo de todo.
Pero eso es la vida, siempre hay dos caminos y tú decides cuál escoger. Yo no quiero hundirme en la depresión por todo lo que no pasó o mejor dicho por lo que pasó. Yo quiero alcanzar y abrazar esos momentos "humanos" que he tenido, esos son los únicos que merecen merodear en mi cabeza todo el tiempo.
Tiro al suelo el cigarrillo ya consumido y lo piso para luego sacar otro y llevármelo a los labios sin encenderlo.
Observo mi alrededor notando como todo está vacío, lo único que se escucha son mis pasos y uno que otro animal en los botes de basura.
Cualquier persona estaría asustada, y más una mujer, porque vamos, aunque deseemos respeto eso le vale mierda a un violador y aunque andes con faldas extra largas o camisas que cubran hasta tus muñecas serás una presa.
Volviendo al punto, mi hogar queda a doce casas de distancia que la de Jordan, es relativamente cerca y siempre camino a estas horas. Por aquí ni roban, siempre es absoluto silencio, aunque eso le gusta a los asesinos o violadores, ir a lugares "seguros" donde nunca ha habido alguna fechoría para atacar.
Total, si vivo con miedo no haré nada, yo sé que Dios no se ha olvidado de mí y sé que me cuida, y si se le llega a olvidar mi existencia yo siempre cargo gas pimienta y una navaja en mis bolsillos.
Todo estará bien.
Al llegar a mi casa abro la puerta y en absoluto silencio entro a mi habitación para luego acostarme sobre la cama dispuesta a dormir un rato.
...
―Entonces me dijo "Este collar significa mucho para mí y quiero que lo tengas como símbolo de mi amor hacia ti. Deseo tenerte en mi presente y futuro cariño" y yo sólo pude gritar de la emoción, fue tan tierno, no saben lo feliz que me hace Andy ―aprieto con fuerza el vaso de plástico que se encuentra entre mi mano ocasionando un pequeño escándalo sin querer. Jordan me observa con cautela mientras Morgan admira su nuevo collar con la ilusión en su estado puro.
Jordan posa su mano sobre mi hombro como señal de apoyo mientras le sonríe Morgan con alegría. Yo simplemente exhalo con todas mis fuerzas tratando de sacar cualquier energía o emoción negativa sin éxito alguno.
―Andy es un caballero, me hace muy feliz que hayas encontrado un hombre tan bueno en tu vida ―Comenta Jordan logrando que frunza el ceño ante el fastidio― y ese collar es muy bonito, debe apreciarte mucho para darte algo importante para él.
―Llevan un año de relación, raro seria que no le diera nada ―musito con amargura. Morgan me observa extrañada mientras que Jordan niega despacio con reproche.
No miento, es un bastardo que ni se ha dignado en conocer a los amigos de su novia, siempre tiene una excusa de mierda, aunque no está del todo mal, creo que no soportaría ver su rostro de hombre "perfecto", porque me da la agria sensación de que es así.
―Es decir, supongo que van en serio, uno no regala sus cosas personales así por así, estoy muy feliz por ti ―muerdo mi lengua para ya callarme. Sé que esas palabras sonaron más falsas que aretes de oro a un dólar, pero es lo mejor que puedo hacer en esta situación.
Lo menos que deseo es que se aleje por mis estúpidos berrinches, si ella es feliz con él debo aprender a aceptarlo sea como sea.
Morgan asiente muchas veces sonriente sin analizar bien mis palabras mientras se pone de pie― Amé pasar un rato con ustedes, extrañaba estas salidas. Pero debo irme para la casa, Andy va a ir a cenar y quiero hacerle su comida favorita ―se acerca a Jordan plantándole un sonoro beso en la mejilla, luego llega hasta mi posición y me regala un ligero abrazo para luego despeinar mi cabello― los quiero mucho, nos vemos mañana ―sin esperar respuesta alguna empieza a caminar a pasos rápidos.
Me quedo viendo fijamente su silueta hasta que sale por la puerta y desaparece de mi campo de visión.
Me desplomo sobre la mesa de plástico y golpeo mi frente contra esta un par de veces.
―¿Qué tiene él que no tenga yo? ―me interrogo en voz baja. Hice de todo lo que me dijo Jordan para llamar su atención sin éxito, no sé qué otra cosa hacer y cada vez se ve más enganchada a él.
―Un pene ―contesta Jordan con tranquilidad― aunque igual creo que si lo tuvieras no te prestaría atención. Ella conoce a Andy desde la secundaria, su reencuentro fue "amor a primera vista" como dice ella misma. No tendrías oportunidad ―me reincorporo mirándolo con fastidio. Es cierto, esa historia me la sé de pies a cabeza, pero ¿cómo hago para eliminar esto que siento? No lo logro mágicamente, lo he intentado y es jodidamente imposible. Siempre termino pensando en ella― es graciosa esta situación ―sonríe mientras se lleva un panecillo a la boca.
―¿Qué es gracioso? ¿Te divierte mi desgracia? ―Me cruzo de brazos con fingida indignación. Con los meses empecé a tomarme esta vida en la "friendzone" como lo llama Jordan a chiste, total, llorando no conseguiré nada. En el fondo me hace feliz ver a Morgan alegre, aunque no sea gracias a mí.
Coloca ambos codos sobre la mesa mientras me mira fijamente― A ti te gusta Morgan y no te corresponde, a mí me gusta alguien que no me corresponde. Al menos tenemos con quién hablar sobre nuestros rechazos ― frunce los labios como niño chiquito ante eso último.
Eso era raro, por más que le he preguntado quién le gusta nunca me lo dice, es como su mayor secreto escondido bajo llave o algo así, aunque tampoco es que me interese mucho saber esa información.
Muerdo mi labio inferior para reprimir una sonrisa burlona y empiezo a negar― al menos tenemos sexo y suplimos nuestros deseos pecaminosos, es mejor que nada ―me lanza una mirada asesina que logra hacer que se me escape una carcajada― ya, ya. Pero no miento, una pareja es para tener sexo ¿no? ¿para qué más se necesitaría? ―su rostro me transmite estrés puro y no entiendo el motivo. Sólo he dicho la verdad.
―Te falta Disney ―ladeo mi cabeza al no entender a lo que se refiere ganando un bufido por su parte dando por finalizada la conversación― como sea, no interesa ―lo sabía, no me tiene paciencia― Ahora explícame ¿por qué te fuiste anoche? ―su expresión se endurece por completo de un momento a otro― sabes que no me gusta que hagas eso, es peligroso ―alza un poco la voz haciendo que me encoja en mi asiento.
He de admitir que cuando algún hombre me regaña me asusto mucho, aunque sea un regaño con buenas intenciones, simplemente me hace sentir mal y no puedo evitarlo, pero al menos aprendí a camuflarlo con el tiempo.
Tomo su bebida y la bebo despacio tratando de encontrar mi voz sin que note que me afectó.
Él no sabe nada de lo que me ha pasado, así que no puedo culparlo por hacer cosas que me incomoden. Igual es mi error por callarlo, pero no quiero que sospeche y pregunte, esto no es grave.
Miro su rostro centrándome en sus labios, y no porque quiera besarlo, si no porque no quiero ver sus ojos y sentirme más amenazada.
―Insistes en hacerlo en tu casa. Yo desde hace mucho te propuse un motel, así estarías obligado a dejarme en mi casa ―me encojo de hombros.
Alzo la vista hasta sus ojos viendo esa mirada acusatoria que me obliga a decirle la verdad.
Bajo un poco la mirada antes de hablar― No me gusta dormir afuera y que mi abuela note mi ausencia ¿ok? Ya lo dije, ya no jodas ―con el rabillo de ojo noto como su expresión se suaviza por completo ante mi confesión provocando que me avergüence sin motivo alguno. Veo como estira su mano hasta alcanzar la mía y la levanta llevándola hasta sus labios para depositar un casto beso sobre mis nudillos.
―Entiendo linda, pero la próxima me avisas y te acompaño, sabes que no me molesta sea la hora que sea ―susurra. Sé que no lo haré, pero asiento para que se sienta tranquilo y cambie de tema― ¿quieres ir al cine? Yo invito, después podemos ir por helado o a cenar, lo que desees ¿te parece? ―me regala una mirada llena de emoción haciendo que me hace sentir un poco incómoda.
―Tengo que hacer cosas... ―alejo mi mano de él.
―¿Te vas a ver con otro hombre? ―pregunta frío y completamente serio.
―No, y deja de interrogarme ¿ok? ―tomo mi cartera de mala manera y me pongo de pie para luego caminar con rapidez hacia el exterior.
Quiero ir a casa.
...
Omnipresente:
Era el primer día de trabajo de un joven chico pelirrojo. Para él ser parte de la policía significaba un gran honor del cual se sentía muy orgulloso y afortunado.
Se sentía digno y parte de algo grande e importante.
Iba a lado de otro policía algo mayor el cual los dirigía hacia una escena del crimen, este no deseaba llevar al joven, pero se vio obligado ante la orden de un superior.
El chico estaba emocionado y en el fondo quería dar saltos de alegría para amortiguar un poco su entusiasmo. Este era su sueño desde niño, y esperaba ansioso llegar a casa para contarle a su pequeña hermana lo genial que era su primer trabajo.
―¿Le dijeron de qué se trataba? ¿Fue un asalto? ¿homicidio? ―El joven sin poder contenerse más rompe el tenso silencio que llenaba la patrulla.
El otro policía simplemente soltó un suspiro cansado. La emoción del chico lo frustraba, pero lo entendía, hace muchos años atrás él estaba en la misma situación, pero luego de ver tantas muertes el trabajo se volvió algo... traumático.
―Homicidio ―Al pronunciarlo un leve escalofrío se esparce por su espina dorsal.
No era cualquier homicidio.
El pelirrojo solo asintió mientras se preparaba mentalmente para ver algún cuerpo, quizás con una apuñalada en el estómago o un disparo en la frente. Esa parte no le agradaba del todo, pero para él iba a ser un reto encontrar al asesino y eso era lo que más deseaba.
Arrestar culpables.
Al llegar al lugar (que se trata de un callejón de mal vivir), se encuentran con otras patrullas recién estacionadas y un par de camionetas negras.
El joven pelirrojo sale como un rayo de la patrulla mientras presiona el arma contra su pelvis como si algún tiroteo se fuera a presentar el cualquier instante.
El otro policía lo llama un par de veces con algo de preocupación, pero su subordinado no le hizo caso y caminó por sus propios medios hasta la escena del crimen.
Grave error.
Cuando estuvo a unos metros de distancia del cuerpo, el shock inundó su rostro por completo. Sintió como poco a poco su piel perdía color, dejándolo sintiendo un perturbador frío gracias a la brisa mañanera.
―¿Qué mierda es esto? ―Pregunta boquiabierto para sí mismo.
Un muchacho de unos veintitantos se encontraba sentado sobre el suelo. Carente de ojos y orejas.
Pero eso no era lo perturbador.
En la entrepierna del sujeto, diversas rosas blancas de distintos tamaños, manchadas con salpicaduras de sangre se encontraban allí, enterradas en su piel.
En la mano derecha del sujeto yacía un picadillo con forma redondeada, y el joven policía no necesitaba ser forense para darse cuenta que se trataba de un miembro picado.
Unas náuseas llegan al chico, haciéndolo cerrar lo ojos y recostarse contra la pared para evitar caer.
Cuando eleva la vista se percata de unos símbolos extraños parecido a la escritura árabe.
―"No me sirvió" ―el joven policía da un respingo por el susto al escuchar esa voz tan cerca de él.
―¿No me sirvió? ―Repite sin entender nada, todo le parecía tan... bizarro. El joven policía llegó a una conclusión casi de inmediato. Dudaba que su superior supiera leer lo que estaba escrito allí, además, no parecía sorprendido por la escena. Eso quería decir una sola cosa.
No era el primero.
―Es hebreo, aún no entendemos a qué se refiera exactamente con esa frase. Tal vez no cumpla con sus fetiches o algo así ―el pelirrojo observa casi hipnotizado el rostro del cadáver― Esta es su víctima número 5, pero sospechamos que hay más en algún sitio ―Los ojos del joven están a punto de salirse ante esa nueva información. ¿Cómo es posible que un asesino serial está suelto y no dan aviso a la ciudadanía? Ya que es primera vez que él sabe de algo sobre este tema― es obra de La Flor Hebrea, creemos que es mujer por... ―en ese momento el joven dejó de escuchar cada palabra y se sumergió en una laguna de pensamientos y conjeturas. Logró salir de su trance gracias a su superior que lo empezó a llamar con insistencia al darse cuenta de la palidez de su joven compañero.
El chico quiere llenar de preguntas a su superior, pero debido a la impresión no puede pronunciar nada, es como si su lengua hubiese sido cortada en el momento que vio el cuerpo. Y no puede evitar pensar una y otra vez que él pudo haber estado en esa posición.
Estaba aterrado.
El miedo no es tu enemigo, el miedo es tu mayor protector... nunca lo ignores.
Les tengo el primer capítulo porfiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiin muajajajajajaja. Ya extrañaba esto de actualizar.
Espero que les haya gustado y les agradecería si votaran y comentaran muchoooooo.
Si tienen alguna pregunta yo con gusto se la responderé y si desean que actualice pronto díganme y yo me apuro en hacerlo 7u7.
Gracias por darle otra oportunidad a mi bebé, me gustaría que se quedarán conmigo hasta el final.
Los quiero mucho cerebritos <3
Siganme en Instagram, a veces hago encuestas de esta historia y pienso dar spoilers: https://www.instagram.com/lou.lou_21/?hl=es-la
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