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Las clases habían terminado y los jóvenes caminaban de regreso a sus hogares.

El gran suspiro que salió de la boca del joestar llamó la atención de los tres amigos, yukako, koichi y Okuyasu, quienes pasaban el rato juntos.

-Oye bro, ¿qué te sucede? -.

- ¿eh? -. Giro su vista hacia la cara de sus amigos.

-Has estado así desde la mañana-. Habló koichi mientras que de su mochila sacaba una cajita de dulces y le empezaba a repartir a cada uno.

-No es nada-. Dijo no muy animado aún sin poder deshacerse del amargo sabor de boca, ni mucho menos de la vergüenza que sentía.

-Oh vamos, tú sabes que puedes confiar en nosotros y podemos ayudarte-.

-Yo...hice algo horrible-. Agacho la mirada sintiéndose incapaz de poder articular más de esas palabras. -Yo...-.

- ¡Oh, rohan sensei! -. Toda la atención fue dirigida ahora hacia el sujeto que llevaba consigo varias cosas en mano, y entonces, el rostro del joestar palideció.

-Bueno yo...me tengo ir-. Se dio la vuelta dispuesto a irse lo más rápido, pero fue retenido por aquella voz que anteriormente le había llamado.

-Higashikata-.

Se tenso al oír su apellido con esa voz, un escalofrío había recorrido su espina dorsal causándole un gran estremecimiento

-Necesito que me ayudes a llevar estas cosas a mi casa-.

-yo...tengo unas cosas que hacer así que no...podría-.

-Me lo debes, recuérdalo-. Y eso fue más que suficiente para que Josuke aceptara, al parecer rohan había descubierto una buena forma de manipular el joestar.

-Hola sensei, veo que compro mucho material-. Menciono Okuyasu señalando las cosas que llevaba rohan.

-mmm, son de buena marca y nunca está de más en tener repuestos-.

Platicaron tan solo un rato y luego sin más, Josuke tomo los materiales, empezaron a caminar uno al lado del otro en total silencio nadie decía nada, solo se mantenían callados, dejando así que la suave brisa tocara sus rostros. Pero ese silencio fue roto por el ojipurpura.

-Lo sien...-.

-No lo digas, no quiero que te disculpes-.

-Debo hacerlo, estuve a punto de...-.

-Eso fue por que yo te provoque-.

-Pero rohan...-.

-Lo siento, yo soy quien se debe disculpar, así que lo siento-. No mostro ninguna expresión, solo se mantuvo serio y con ese semblante tan característico de él, tan rohan, aunque la palabra "disculpa" no estuviese en su diccionario.

Detuvieron su andar quedando debajo de unos árboles, envueltos en una sombra fresca y acogedora, tan hermoso paisaje y solamente para ellos.

- ¿eh? -.

-No odio a los alfas, no porque creas que tuve alguna mala experiencia con ellos, sino más bien porque he visto de lo que son capaces, siempre sintiéndose superiores a los demás, siempre pensando que pueden sobajar a un omega, solo por ser eso, un omega, y cuando ves a una pareja ¿te has preguntado siquiera si así lo quería? ¿Si es feliz? Sabes, muchos son tomados a la fuerza y otros son maltratados, odio eso y, sin embargo, no odio ser un omega...es algo ilógico ¿no crees? -.

-Puedo preguntar ¿Por qué lo ocultaste? -. Josuke deseaba saber la respuesta, aunque no deseaba que rohan se molestara, pero, aun así, su boca lo traicionó dejando salir la pregunta.

-Por que así lo decidió mi abuela, no quería que algún Alfa me tomara por capricho, además, yo también lo quise así, era lo mejor para mantener a mi familia, pero jamás pensé que de todos tú lo descubrirías-. Soltó una pequeña risita que luego cubrió con su mano, entonces el corazón de josuke aceleró su ritmo y una felicidad envolvió su corazón. -pensar que lo mantuve tantos años oculto-.

Tragó saliva por lo ansioso que se sentía en ese momento. -Rohan, yo voy a guardar tu secreto-.

-No, esta bien, tarde o temprano se descubriría-.

- ¿Estás seguro? -.

-Si, lo estoy, ven vamos a dejar esto-.

Siguieron su andar, pero durante el camino la mirada de Josuke se posaba sobre el ojiverde, tantas cosas estaban pasando por su cabeza en ese momento, tantas preguntas que deseaba hacerle, tantas respuestas que deseaba escuchar.

-Adelante, dime que deseas saber-. Rohan se había dado cuenta de lo obvio que era el joestar, algo que a el se le hizo muy divertido.

-Bueno, amm, como le hiciste para que nadie, sospechara o se dieran cuenta-.

-Mi stand, ha sido de muchísima ayuda, cada que se me acercaba un alfa solo tenia que escribir en el "no puedo tocar a Kishibe rohan" o "debo ignorar a Kishibe rohan", entre otras cosas, todo eso debía hacerlo antes de mis celos, puesto que no puedo usar mi stand en esas fechas-.

-Ya veo-. Fueron las ultimas palabras que se dijeron esa tarde, y algo dentro de ambos se sentía tan bien.

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Josuke no podía dejar de pensar en todo lo que había pasado, mucho menos en que eso involucrara al famoso mangaka, Kishibe rohan, ahora sabía que era un omega, que impactante noticia y no podía dejar de sentirse ansioso, al inicio tenía dudas y se sentía realmente mal consigo mismo, pero ahora había conocido otra faceta del ojiverde, ya no se sentía odiado, al fin podía estar relajado. Tal vez y solo tal vez, josuke higashikata podía darse el lujo de ser el primer Alfa en conocer a un omega verdaderamente increíble, y eso le ocasionaba una gran sensación en el pecho y con esa idea en mente, cayó en un profundo sueño.

Nuevamente otro día de clases había terminado, justo en la salida, el joestar recordó que tenía que comprar unas cosas que su madre le encargó, por lo que se despidió de sus amigos y siguió su camino a la parada de autobuses, no era una zona muy transitada, pero allí podía tomar el autobús que lo dejara cerca de la tienda ala que iba, vio pasar uno con la ruta hacia su casa y espero a que el otro pasara, cuando en ese momento su celular sonó, siendo está una llamada de su madre que le decía que ya no era necesario que comprará las cosas, pues ella había salido a hacer sus propias compras ya que pasaría la tarde con sus amigas y aprovecharía del viaje.

- ¿Eh? ¡Por qué no me lo dijiste antes! -.

-oh cariño, lo siento, cuídate y no me esperes para cenar-.

-Pe-pero...-. La llamada termino y josuke se quedo atónito, ahora debía esperar como una hora para poder regresar a su casa, entonces la lluvia se dejó caer, peor aún, se sentó en la banca que estaba allí mismo y espero.

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