Capitulo 16

Después de aquella despedida amarga donde sentí que algo se había perdido, pero que a la vez me hacía sentir aliviado fue llenado por mi pareja pues sus brazos me rodearon y me sentí protegido entre ellos pero no pude evitar como Matt se alejaba aquella noche en su auto. Si hubiera sabido que aquel chico no regresaría lo hubiera seguido pero esa noche no sabía que aquel pelinegro no regresaría.

Esa noche Yess y yo pasamos una acalorada velada pues había sido suyo por completo, en cuerpo y alma pues ahora era mi pareja y aquello había sido espectacular, sus besos, sus caricias, sus palabras, todo había sido tan magnifico, tan irreal que no quería que la mañana llegara y por primera vez, no pensé en Matt, solo en el apuesto chico de cabellos rubios entre mis piernas y la excitación que le provocaba a mi cuerpo además del deseo y la lujuria que en nuestras miradas conteníamos. Esa noche disfrutamos de ambos y dormimos abrazados hasta que la mañana llego.

Después de aquella noche por la madrugada todos los que se habían quedado despertaron y tras ponerse de acuerdo recogimos todo y salimos a la carretera rumbo a una cafetería donde todos disfrutamos de una encantadora mañana llena de risas y algunos mimos por parte de mi rubio además de un delicioso almuerzo. Decirle a alguien novio o saber que Yess ahora era mi pareja de cierta manera era extraño y a la vez me provocaba un cosquilleo en el estómago. Me gustaba, me gustaba sentir esto por el. Al terminar aquella mañana regrese a casa y conecte mi celular para nuevamente tirarme a dormir pues estaba completamente cansado, pero con una gran sonrisa en mis labios caí rendido.

Al despertar lo primero que vi fueron aquellos mensajes del rubio preguntaba si estaba bien, si había comido o había sido regañado por mi madre lo que me causaba risa y tras contestarle cada uno de ellos no puede evitar revisar la conversación con Matt esperando encontrarme con algún mensaje de reclamo sobre la noche anterior o pidiendo vernos y lo segundo fue ver si algún mensaje de Matt había llegado por lo ocurrido el día anterior pero no apareció nada ese día, ni el siguiente, ni el siguiente y cuando menos pensé la semana había llegado y no había recibido ningún mensaje y tampoco habían sido contestados los míos.

Creí por un momento que aquel distanciamiento era por mi pareja y por el enojo que probablemente le había ocasionado aquella noticia, pero no fue así pues tampoco se dignó en aparecer en el curso de verano a pesar de ser las últimas semanas de este. A pesar de eso no fue un impedimento para disfrutar mi primera semana de relación con aquel encantador chico de cabellos rubios que me traía loco. De esta manera con el paso del tiempo dejé de pensar en Matt a pesar de que las semanas, pasaban y con ello el fin del curso se acercó, no volví a saber nada de él ese verano y tampoco el siguiente año a pesar de preguntarle a su novia que resulto ser su exnovia y en aquel momento no supe cómo reaccionar pues un balde de agua fría callo sobre mí y lo entendí o eso creí a ver echo.

El final del verano llegaba cada año y con ello el inicio escolar que nadie deseaba, llegaba, y el tiempo siguió y el mundo giro una vez más.

Los días a lado de Yess eran divertidos, entretenidos, llenos de mimos, romance y palabras dulces, lo que más me gustaba era cuando me sorprendía con ramos de flores, chocolates o una simple salida donde el compraba helados y ambos terminábamos todos pegajosos por jugar con el helado después de una gran pelea por salir con mis amigos sin su permiso, pero ese era nuestro amor, el me celaba y yo lo contentaba.

La familia lo llego a conocer, tanto mi madre, como mi abuela y algunos tíos. Incluso el nuevo novio de mi mama quien en un par de meses más estarían casándose. El me presento a su familia donde fui tan bien recibido que se convirtió en mi segunda familia. Con el paso de los meses y años, mi amor por Yess se hacía más fuerte y el de él... supongo que también aun que ya no me daba tantas sorpresas, sus mimos ya no eran como antes, el sexo se hizo más feroz y continuo a pesar de que no quisiera, pero con tal de verlo contento y satisfecho lo dejaba. Pero aun así era nuestro amor.

Cuando menos quería pensaba en unos preciosos ojos negros que me miraban con gran intensidad llenos de deseo y después de una tristeza, enojo y odio. Había repasado tantas veces esa escena que por fin había descubierto esos sentimientos, pero aún me faltaba uno y era el que a veces me quitaba el sueño, creía en ocasiones que un mensaje de él llegaría y por fin sabría algo de su paradero, pero nunca llegaba ese mensaje.

Una noche tras una sesión de sexo con aquel rubio me quede viéndolo un momento repasando todas sus facciones con la mirada desde sus labios, pómulos, pestañas, nariz, etc. Seguía siendo el mismo, un chico muy lindo, atractivo y encantador que dormía plácidamente en mi cama. Me preguntaba cómo había conseguido a tan majestuoso hombre, un chico como yo, delgado sin mucho atractivo y tan común como un Starbucks. Pasé mi mano por su mejilla y sonreí.

—Como te amo, cuando me dirás esas palabras nuevamente...

Pregunte más para mí que para él, en un suave susurro, hace cuanto que no escuchaba esas palabras, ¿cuantos meses habían pasado, cuantos años?... y deje que mi mente viajara aquel momento:

Mire con cariño a mi rubio favorito cuando paso enfrente de mi y me dedico una linda sonrisa de esas, que solo me daba a mi cuando me veía. Me gustaba cuando él venia por mi pues era en esos momentos en los que estábamos solos por completo en su auto rumbo a su casa o a la mía para pasar una bonita tarde.

—Yess, saldré con unos amigos este fin, no se si te gustaría salir con nosotros.

Pude ver en su rostro como poco a poco se transformaba de una sonrisa radiante a un ceño fruncido y unos nudillos blanquecinos.

—No

—Pero, es que hace mucho que no los veía, desde el último semestre de preparatoria.

—Crees que me importa cuánto tiempo llevas sin verlos?

Su mirada se posó sobre mí y sentí como una corriente eléctrica recorrió toda mi espalda por el enojo que se podía ver en ellos.

—Solo quiero, salir contigo para que te conozcan...

Susurre y pude ver como su mirada solo se ablando un poco y al estar enfrente de un semáforo en rojo me tomo por le mentón con firmeza y me obligo a verlo en todo momento.

—No iras, no iré y te quedaras en casa conmigo, ¿entendiste?

No pude evitar soltar un jadeo por la molestia en du agarre en mi mentón asi que asentí frenéticamente para quitármelo de encima.

—Es...esta...está bien...

El sonrió y me dio un dulce beso que fue como un calmante.

—Por eso te amo.

Al recordar aquello sentí algo de tristeza pues después de eso ya no Sali nuevamente con mis amigos pues a el no le agradaba la idea y no quería que se enojara. Me levante con cuidado de la cama y camine al baño con rapidez. Necesitaba calmarme, aquellos recuerdos que se amontonaban tras a ver revivido el ultimo intentaban atormentarme y no era el momento.

—El te ama, tu lo amas, solo son malos momentos que no tiene que ver, el lo hace porque me ama..

Me dije a mi mismo para calmarme y ahogué un sollozo, mantener aquella relación por 3 años no había sido fácil. Respire lentamente para calmar mi respiración y cuando aquello sucedió eche un poco de agua sobre mi rostro y sonreí sutilmente cuando unos brazos me rodearon por la cintura y pude ver unos cabellos rubios en el espejo.

—No llores, detesto cuando lloras.... Pareces una niña...

Dijo aquel chico con una mirada cansada y deposito un beso en su cabeza además de dejar unas marcas muy notorias de chupetón en su cuello.

—Regresemos a la cama, quiero dormir y saber que estas a mi lado.

Daimiel se giró y paso sus brazos por su cuello para besarle en los labios sintiendo aun el escozor en su cuello por aquellas marcas. Necesitaba sentir amor por parte de él, pero aquel sentimiento que buscaba no lo encontró y se sintió romper por dentro. Le faltaba algo que hace mucho tiempo no sentía desde la última vez en aquel mirador.

Listo, Espero les guste y no me odien, no todo es de color de rosa. 

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