Capítulo 30.- Doble encuentro

Antes de que Lynn pudiera salir de la casa Loud para ir a hablar con Lincoln, recibió la inevitable pregunta por parte de la única de sus hermanas que la pudo ver dirigiéndose hacia la puerta principal

—Lynn, ¿a dónde vas?—le preguntó Lucy

La relación entre ambas se había vuelto muy tensa y distante, todo desde aquel ya narrado día en el que la gótica contó a sus padres lo que de alguna manera había descubierto, siendo esto, nada más y nada menos que la relación amorosa que Lynn tenía con Lincoln

Pero más que el hecho de haber contado todo a sus padres, lo que más le había molestado a Lynn era la actitud de Lucy en aquel día, la inexplicable sonrisa y felicidad de la gótica fue algo que quedó y quedará guardado siempre en su memoria, y no precisamente por ser algo que recuerde con demasiado cariño

Sin embargo, más de dos años después de aquel incidente, a estas alturas ya no era un problema tener que verse a diario, por lo menos Lynn había dejado de tener la necesidad de golpearla cada vez que la veía

—Dile a mamá que tuve que ir a ver a Margo, es urgente—respondió la castaña

La deportista salió de la casa Loud sin dejar oportunidad a Lucy de decir algo más, y después de algunos minutos caminando, tomó un bus para llegar al punto de encuentro con Lincoln

Estaba nerviosa, pero al mismo tiempo, muy emocionada; había pasado tanto tiempo desde la última vez que vio a su todavía novio en persona, que era inevitable para ella sentir más emoción que nervios. Sin embargo, más allá de la gran emoción, era claro que también deseaba no haber levantado ninguna sospecha al salir de casa, sin que nadie, además de Lucy, la hubiera visto salir

Lynn bajó del bus al cabo de unos minutos y tuvo que caminar un par de cuadras antes de llegar al lugar donde el peliblanco la estaba esperando, desde hace ya un buen rato

—¡Lynn!—exclamó Lincoln, emocionado, en el preciso instante en que la vio acercarse rápidamente hacia él

—¡Lincoln!—dijo Lynn, para que pocos segundos después, ambos se fundieran en un abrazo que parecía que no iba a tener un final

—Tenías razón Lynn... no sé como no te creí antes—dijo el peliblanco en el momento en que terminó el abrazo, también mientras acariciaba dulcemente el cabello castaño de Lynn, de tal forma que la deportista ni siquiera puso atención a lo que había dicho, al menos no de inmediato

Lynn lo observaba con una gran sonrisa en el rostro, con esa mirada que tanto le gustaba a Lincoln. No obstante, después de unos segundos en los que solo se dedicó a observar tiernamente a su hermano, cayó en cuenta de lo que Lincoln había dicho

—¿Q-qué d-dijiste? ¿No sabes como no me creíste antes? ¿Sobre qué? Lo olvidé por un momento pero tu llamada me tenía muy preocupada... ¿qué pasó? Dilo de una vez—pidió la deportista, ahora algo desesperada, recordando que la llamada de Lincoln fue lo que hizo que ella esté aquí ahora mismo

—E-es s-sobre Luna, ella lo confesó...—dijo, titubeando un poco

—¿¡Qué cosa!?—preguntó Lynn, más desesperada que antes, imaginándose muchas cosas antes de que Lincoln le respondiera

—Ella e-está enamorada de m-mí—respondió el peliblanco finalmente

—Lo sabía... lo sabía, ¡lo sabía!—dijo Lynn en repetidas ocasiones, tratando de ocultar la clara molestia que estaba sintiendo

—Aunque intentó besarme, no pasó nada entre nosotros... pero sentí la necesidad de contarte esto en persona, para que no hubiera ningún problema—explicó Lincoln

—Lincoln... explícame con detalle que fue lo que pasó, ahora...—exigió Lynn, mientras trataba de controlarse lo más que podía


Ambos se sentaron en una banca cercana, y el peliblanco comenzó a contarle a Lynn que era lo que había pasado sin omitir absolutamente nada

Contó cómo había planeado reunirse con toda la banda, pero al llegar, solo se encontró con Luna, que estaba bastante pasada de copas. Pero a pesar de eso, decidió quedarse y tocar un poco la batería

Siguió relatando como comenzaron a improvisar juntos y terminaron componiendo gran parte de una canción que prometía bastante, sin que los detuviera el estado de ebriedad de la rockera

Y finalmente, el peliblanco contó como las cosas se tornaron algo extrañas debido a que Luna trató de acercarse a él de una manera bastante incómoda, hasta que, al final, después de que Lincoln intentara ponerle un alto, la rockera terminó explotando y confesando su amor por el peliblanco, y no un amor de hermanos precisamente

—Luna es una-

—¡Espera! Aún no termino, cuando estaba por salir del cuarto donde estábamos, me di cuenta de que la puerta estaba cerrada. No me di cuenta cuando fue que la cerró, lo peor fue que cuando volví a voltear a verla, b-bueno... ella...

—¿Ella?

—Ella se estaba quitando la ropa, fue en ese momento que me intentó besar, así que tuve que usar una guitarra vieja para romper la puerta y salir

—¡Luna está loca!—exclamó Lynn

—Lo sé, o tal vez era el alcohol—dijo Lincoln

—¡Deja de seguir poniéndole excusas, Lincoln! Luna está loca con o sin alcohol—repuso la castaña, bastante enojada


Lynn se puso roja y apretó fuertemente ambos puños al imaginarse esa última escena de Luna intentando besar a su novio


—Me enfurece que todo esto lo pudiste haber evitado si tan solo me hubieras creído en un principio—dijo Lynn molesta

—Sí, aunque fuera difícil de creer para mí, debí creerte antes... me siento estúpido porque todo este tiempo esas eran sus intenciones—admitió Lincoln

—Y pensar que esa loca me trató mal por estar enamorada de ti, ¡cuando la vea estoy segura que la golpearía hasta que...!

—¡No Lynn! Ni se te ocurra hacer eso—dijo Lincoln, interrumpiéndola 

—¡¿Por qué Lincoln?!—preguntó molesta—es lo menos que se merece esa maldita loca, al menos nuestros padres deberían saber esto

—No Lynn... eso no servirá de nada, papá me vería como el único culpable, como siempre

—Oh... es cierto, odio que papá te vea como el culpable de todo—dijo desanimada—tienes razón, no sería bueno que papá lo supiera, si eso pasa lo más probable sería... q-que te manden muy lejos de aquí...

—Eso no pasará Lynn—dijo tratando de animarla

Lincoln le dio un beso en los labios después de tantos meses de no hacerlo, haciendo que Lynn olvidara todo, al menos por unos momentos

—Te extraño tanto, Lincoln...—dijo la deportista, mostrando estar bastante desanimada, otra vez

—Yo también Lynn, pero la promesa sigue en pie, volveremos a estar juntos—dijo el peliblanco con una sonrisa

Oír esto hizo sonreír a Lynn, tanto que le dio sus clásicos dos golpes a Lincoln en el hombro, después de tanto tiempo de no poder hacerlo

—Auch... ¿ahora a qué vino eso?

—Dos por hacerme sonreír—respondió Lynn muy sonriente

—Aunque me dolió, debo admitir que extrañaba que lo hicieras

—También extrañaba hacerlo jeje

Lynn y Lincoln olvidaron por un momento el asunto de Luna y comenzaron a hablar de sus vidas, y de casi cualquier cosa que se les ocurriera, de la escuela, los amigos, cosas que habían pasado durante todo el tiempo en el que no se habían podido ver, e incluso le dedicaron algunas palabras de odio a Michael, algo que disfrutaron bastante a decir verdad

Todo era risas y felicidad, hasta que la conversación llevó a Lynn a contarle a Lincoln sobre un pretendiente que tenía

—¿¡Q-qué!? ¿Cómo dejas que siga siendo tu amigo?—preguntó Lincoln, algo molesto

—También es amigo de mi amigos entonces es difícil dejarlo de ver, además es de los pocos chicos de la escuela que me trata como si fuera una persona completamente normal... los demás, bueno, o les doy asco o me tienen miedo. Pero de todos modos trato de no darle demasiada atención, y creo que ya le quedó muy claro que no puede tener algo conmigo—aclaró la castaña

La deportista sonrió levemente al notar como a pesar de su respuesta, Lincoln se había puesto algo rígido, y trató de alejarse un poco de ella en la banca en la que estaban sentados, mostrándose algo celoso

Lynn besó a Lincoln en la mejilla, con intenciones de tratar de calmar un poco al peliblanco

—Creo que aún no te había conocido celoso jaja—dijo la castaña, riendo un poco

—Claro que estoy celoso Lynn... ese tipo ve tu hermoso rostro a diario, y yo tengo que verte a escondidas

Esto sonrojó y también sorprendió a Lynn, que esperaba que Lincoln negara rotundamente estar celoso

—B-bueno... pero a mi no me importa él, solo me importas tú, Linky—respondió Lynn, asqueándose un poco por dentro por lo cursi que fue, a pesar de decir algo que realmente sentía

—Vaya vaya, la chica más ruda que conozco siendo cursi—dijo el peliblanco, burlándose un poco de la deportista

—Lo digo enserio, tonto...

Ambos rieron durante algunos segundos y después de que Lincoln observara la hora en su reloj, ambos decidieron que no podían seguir mucho tiempo más ahí

Sería bastante riesgoso si Lynn llegaba tarde a la casa Loud, así que no tuvieron más remedio que despedirse

Los besos volvieron a hacerse presentes en la despedida, sin que ninguno de los dos quisiera separarse una vez más, por tiempo indefinido. Sin embargo, se estaba haciendo tarde, y lo mejor era que ambos volvieran a casa para así no levantar ninguna clase de sospecha



*Al día siguiente*

Lynn se encontraba recostada en su cama, en aquella cama en la que alguna vez durmió junto a Lincoln, y que aún con el paso del tiempo, no dejaba de traerle nostalgia

Desde el día anterior la castaña había evitado salir de su cuarto, ya que era perfectamente consciente de que si al salir de su habitación veía a Luna, era bastante probable de que cualquiera de las dos iniciara una gran pelea sin importar donde estuvieran o quienes se encontraran allí

Y dada la difícil situación que sería explicar por qué estaban furiosas la una con la otra, una pelea era algo que prefería evitar, al menos durante la mayor parte del tiempo

Tan solo verse durante la cena del día de anterior fue bastante complicado para Lynn, y no solo para la deportista, fue un rato de mucha tensión para las dos

Aunque la rockera no sabía que Lynn estaba enterada acerca de lo que pasó con Lincoln el día anterior, de todas maneras Luna sabía que la furiosa mirada de la deportista tenía algo que ver con sus sentimientos hacia Lincoln

La tensión entre ambas fue tan notoria que incluso Rita le preguntó a las dos si todo estaba bien, a lo que ambas contestaron con un sí, pero rápidamente volviendo a mirarse con furia

Y debido a que ni Lori ni Leni habían llegado para cenar en la casa Loud, resultó aún más notorio el disgusto que se tenían la una con la otra


Teniendo en cuenta la difícil situación que Lynn estaba enfrentando en casa, y debido a que no tenía ninguna actividad para hacer durante el fin de semana, la castaña había estado en su habitación durante la mayor parte del día, intentando no morir del aburrimiento

Sin embargo, la tarea de no morir del aburrimiento fue facilitada gracias a que la deportista recibió una llamada de Margo. Lynn no dudó en aprovechar para contarle a Margo todo lo que había pasado el día de ayer, y llevaban en llamada los últimos treinta minutos

—Vaya... estoy sorprendida—dijo Margo

—Yo estaba segura de las intenciones de Luna así que más que sorprendida estoy furiosa, prefiero no salir de mi habitación para así no verla—comentó la castaña, realmente molesta

—¿Dónde dijiste que ocurrió todo eso?—preguntó la fiel amiga de Lynn

—Creo recordar que Lincoln me dijo que fue en una casa que Luna renta, para que ella y su banda puedan practicar—respondió Lynn

Margo siguió hablando, sin embargo, Lynn, después de esto último que había dicho, le surgió una idea, una idea que en su cabeza, era una gran idea

—No escuché lo último que dijiste Margo, lo siento, pero quisiera preguntarte una cosa—dijo Lynn

—Bien, ¿y qué es?—preguntó Margo

—Te lleva gustando un año completo el mismo chico, ¿no es así?—preguntó la quinta hermana Loud

—Sí, sé que es mucho tiempo un año... ¿pero qué tiene que ver eso con lo que estábamos hablando en un principio?—cuestionó Margo

—¿Qué te gustaría estar haciendo ahora mismo con él? Con el chico que te gusta—preguntó Lynn

—¿A qué viene tu pregunta? No sé... si pudiera... abrazarlo, tal vez besarlo—respondió Margo un poco confundida por la pregunta que Lynn le hizo

—Bien, gracias Margo era lo que quería escuchar

—¿Qué? Oh no Lynn, ¿no estás pensando ir a ver a...?

—Adiós Margo, no te preocupes, después te llamo—dijo Lynn interrumpiendo a su mejor amiga

La deportista de la familia Loud colgó rápidamente el teléfono y salió de su habitación, teniendo ya en mente que era lo que quería hacer


Por más que la buscó, no veía a Luna por ningún lado, ni siquiera en su habitación, lo cual era bueno para lo que tenía pensado hacer

Así que Lynn bajó las escaleras rápidamente, para después encontrarse con la hermana menor de la familia, que ya para ese entonces, tenía cinco años

—¡Lynn!—exclamó la pequeña al ver bajar a Lynn—Luan y Lola tuvieron que irse... ¿quieres jugar conmigo?—le preguntó Lily a la castaña, estando en esa edad que cualquier cosa que diga, resultaba muy tierno

—Ahora no puedo jugar, hermanita—respondió Lynn

—Estás de vacaciones ¿por qué no puedes?—preguntó la pequeña rubia un poco desanimada—al menos juega conmigo en lo que Lana arregla el baño

—Te prometo que jugaré contigo mañana—dijo la castaña tratando de animar a Lily

—Está bien...

—Por cierto Lily ¿tienes idea de dónde está metida Luna?—preguntó Lynn

—Oí que le dijo a Luan que saldría con sus amigas y no volvería a casa hasta tarde, ¿pero para qué quieres saber? De todos modos siempre que hablas con ella terminan discutiendo, ¿por qué se llevan así?—cuestionó la pequeña rubia

—No nos llevamos mal Lily, es solo que somos... somos algo diferentes, eso es todo

Después de decir eso, Lynn abrazó a Lily, como siempre solía hacerlo, era la hermana que más le hacía sacar ese lado amable y afectuoso, que no sacaba a relucir con cualquiera de sus hermanas


Así que después de confirmar que Luna no estaba en casa, y al saber que tardaría un buen rato en volver, la deportista volvió a subir las escaleras y se dirigió al cuarto de Luna y Luan, asegurándose de que nadie la viera entrar

Al entrar, volvió a cerrar la puerta rápidamente, aunque de una manera bastante silenciosa, y la atrancó poniendo el respaldo de una silla debajo de la perilla, por si alguien intentaba entrar durante el tiempo que iba a estar ahí

Lynn buscó y buscó durante varios minutos entre las cosas de Luna lo que estaba buscando, y después de un buen rato, encontró lo que parecía que era lo que quería

La castaña quitó la silla de la puerta y salió sin estar completamente segura de haber pasado totalmente desapercibida al entrar y salir de la habitación. Pero de cualquier forma, no se iba a detener

Volvió a bajar las escaleras y salió de la casa sin decirle a nadie, y sin que nadie lo notara, aparentemente

Lynn tomó un bus, y en este mismo, hizo una necesaria llamada

—¡Linky! T-tengo que preguntarte algo, es urgente—dijo la deportista, justo cuando Lincoln tomó el teléfono

—¿Estás bien Lynn? ¿Pasó algo?—preguntó el peliblanco, tratando de averiguar el motivo de la llamada, ya que por supuesto, una llamada de Lynn no era cosa de todos los días

—Lo estoy, amor, no te preocupes, pero estaría aún mejor si vienes ahora mismo a la casa que Luna renta...—respondió la castaña

—¿Q-qué? Eso es muy... ¿p-por qué quieres que vaya allá?—preguntó bastante confundido

—Sólo ve Lincoln, por favor

—Está bien, amor, iré, sólo dime para que quieres que-

—¡Genial! No tardes mucho—interrumpió Lynn

La atlética chica colgó, bajó del bus y comenzó a caminar lo más rápido que podía hacia la dirección que tenía anotada en una pequeña hoja. Dirección que estaba escrita al lado de donde encontró las llaves en el cuarto de Luna, y que anotó en la ya mencionada hoja

No era el lado de la ciudad que más frecuentaba, así que tuvo que preguntar a algunas personas para orientarse y finalmente llegar a la calle correcta, y posteriormente llegar a la dichosa casa que Luna rentaba desde hace un par de meses

Se sintió muy aliviada después de que las llaves que había encontrado en el cuarto de Luna, giraran y abrieran la puerta principal de aquella casa, confirmando ahora sí que esas eran las llaves y dirección correcta

Lynn entró a la casa y quedó sorprendida de que estuviera en tan buen estado sin que hubiera alguien viviendo ahí, exploró un poco y terminó entrando a la habitación más grande de la casa, que era donde estaba la batería que Lincoln usaba

La deportista recordó inmediatamente lo que había pasado allí, y se volvió a imaginar esa escena que tanto la había puesto de mal humor no solo durante el día de ayer, también durante todo el día de hoy

Pero esta vez no pasaría nada parecido, solo estaría ella y Lincoln en la casa


Lynn pasó los siguientes diez minutos esperando impacientemente a la llegada de Lincoln, y algunos minutos después, alguien tocó a la puerta

—Lynn, ¿estás ahí?—preguntó el peliblanco, algo indeciso después de tocar la puerta

—Claro Linc, estoy aquí—respondió Lynn, aún sin llegar a abrir la puerta

La deportista abrió la puerta tan rápido como pudo, y tan pronto como la abrió, comenzó a besar apasionadamente al peliblanco, y Lincoln no hizo mucho por impedirlo. Duraron varios minutos besándose, con aquella cálida sensación de sus lenguas chocando, que hace bastante tiempo no sentían

Se detuvieron para tomar aire, y Lincoln aprovechó para acabar con las dudas que tenía

—Lynn, ¿cómo conseguiste las llaves? ¿Luna se dio cuenta? ¿Cómo sabías que era esta la casa? ¿Papá y mamá saben que saliste? ¿Alguien podría...?

—Tranquilo Lincoln, son muchas preguntas. La verdad no fue tan difícil como parece, Luna no estaba en casa, así que aprovechando eso, entré a su cuarto y después de una larga búsqueda, encontré las llaves junto a una dirección que tenía anotada, copié la dirección en un papel y aquí estoy—respondió Lynn

—Lynn... no deberías haber-

—Vamos Lincoln no arruines el momento, no pude aguantar más las ganas de verte

—P-pero, ¿para qué querías que viniera?—preguntó Lincoln

—No seas tonto, quería estar a solas contigo, amor—respondió Lynn

—¿Amor?

—¿Aún te parece raro viniendo de mi?

—Me parece que sí jaja


Lynn cerró la puerta antes de seguir con la conversación

—Además... supongo que no lo recuerdas, pero hoy se cumplen dos años desde que me preguntaste si yo quería ser tu novia oficialmente, a lo que yo, claro, te dije que sí

—¿Q-qué? ¿Justo hoy? ¿Cómo lo recordaste?—preguntó Lincoln, sorprendido de que Lynn hubiera recordado algo así

—Sí, justo hoy, sabía que ni siquiera te molestarías en tratar de recordarlo, así que lo anoté, y ya pasaron dos años desde ese día—reveló, con una leve sonrisa

La respuesta de Lincoln fue abalanzarse sobre la deportista y comenzar a besarla nuevamente

—Te amo Lynn—dijo el peliblanco

Lynn se sonrojaba cada vez que Lincoln decía eso, tanto como cuando se lo dijo por primera vez, escuchar eso, a pesar del paso del tiempo, era algo que todavía le costaba algo de trabajo creer


Los besos pasaron de ser suaves y lentos a ser cada vez más apasionados, y entraron lentamente a una de las habitaciones sin dejar de besarse, dejando caer su ropa al piso durante el camino

Lincoln estaba muy impresionado al ver a Lynn en su estado natural después de tanto tiempo, y terminó pasando lo inevitable, o en otras palabras, terminó pasando lo que Lynn había planeado al venir aquí, algo bien planeado, ya que había comprado protección

Lincoln se sorprendió a sí mismo al aguantar tanto tiempo. Por primera vez lo hacían sin importarles si hacían ruido o no, ya que era la primera vez que lo hacían estando completamente solos

Después de un buen rato, ambos terminaron, quedando completamente exhaustos 

—Te amo Lincoln, amo todo de ti—dijo Lynn, aún con la voz algo agitada, con su cabeza en el pecho de Lincoln

—Yo también Lynn—respondió mientras la tenía abrazada

Eran esos bonitos momentos de fuerte conexión que una pareja pasa después de tener relaciones, momentos que no habían vivido hasta hoy, probablemente porque era la primera vez que lo hacían sin ninguna prisa o preocupación

—¿Hace cuánto no lo hacíamos?

—No lo sé Lincoln

—¿Esa fecha no la anotaste?

—Jajaja no tonto, esa fecha no

Estuvieron varios minutos más abrazados simplemente tratando de reponerse. Hasta que Lynn se levantó para vestirse

—¿Eso fue todo?—preguntó el peliblanco al ver como Lynn se comenzaba a poner su ropa interior

—Llevamos una hora aquí Lincoln, ¿te parece poco?

Lincoln podría haber simplemente dejado todo hasta ahí, pero su cuerpo le pedía todo lo contrario. Se levantó rápidamente de la cama y aventó a Lynn con fuerza nuevamente a esta misma

—Linc, ¿qué estás...?

—Aún puedo, quiero un segundo round

El peliblanco comenzó a desvestir nuevamente a la castaña, que no hizo mucho por detener a Lincoln


Lincoln se había salido con la suya, y decidieron continuar un tiempo más


Sin embargo, sin que ninguno de los dos se diera cuenta, alguien comenzó a tocar la puerta principal...

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