Había dormido muy bien, la noche anterior fue asombrosa.
Sebastian estuvo genial. Fue la primera vez que hacia el amor con alguien, y fue asombroso.
Me estaba levantando de la cama, cuando un pequeño gruñido por parte de Sebastian.
- Lo siento te desperté- dije suavemente.
- No… pero no quiero levantarme de la cama hoy, quiero que te quedes a mi lado todo el día, y hagamos el amor- una sonrisa estúpida apareció en mi rostro seguido de un sonrojo.
- ¿Eso es lo que quieres?-
- Yes, my beautiful lady- ese fue el detonante para que la pasión estallara.
Eran las 8 de la mañana y terminamos a las 12 de la mañana, fue maravilloso.
Entre a la ducha, ya que no nos habíamos bañado.
Cuando abrí la ducha, vi a un desnudo Sebastian entrando por la gran puerta de cristal.
- Dios- puso su cabeza en el hueco de mi nuca como era su nueva costumbre
- ¿Qué sucede?-
- Eres irresistible- eso debería decirlo yo.
- A si…- me acerque a su rostro y le di un suave beso. El soltó una carcajada y luego nos dispusimos a “bañarnos”.
Bajamos las escaleras y revisamos que deberíamos comprar unas cosas a este hotel para hacerlo un lugar de paso para nosotros.
Salimos del hotel y fuimos a una cosa donde vende muebles.
- Que te parece ese sofá negro- le dije a Sebastian.
- Este perfecto- dijo mientras analizaba el material del cual estaba hecho el sofá.
Estaba feliz de que le gustara a Sebastian. Vimos unos comedores y otras cosas más.
Salimos del almacén con unas compras y las otras las llevarían por encargo.
Entramos al hotel y dejamos las bolsas en la sala.
Sebastian me cargo como un costal de papas y me llevó a la cama y me acostó suavemente y se puso encima de mí.
- Te quiero hermosa- al decir esto mi corazón se desbordo de alegría – hoy no voy a poder estar contigo…tengo que resolver un asunto…pero volveré tan pronto termine- acaricio mi rostro y beso mi nariz luego bajo hasta mis labios y los beso apasionadamente hasta quedarnos sin aire.
- -te quiero Sebastian-
- I love you my beautiful lady- besó por última vez mis labios y se fue por la ventana.
Estaba sola con Purfuruberto.
No habían pasado ni dos minutos y ya estaba extrañando a Sebastian.
Fui a la cocina y me prepare un té y unos sándwiches.
Le serví atún a Purfuruberto y me fui al comedor.
Cuando termino de comer y lavo los platos, aparece una extraña sombra en el fondo.
- Hola pequeña- dijo la voz de un hombre
- ¿Quién eres?-
- No debería preocuparte eso ahora pequeña- se acercó a la luz y pude ver que era un chino- no te parece muy descuidado por parte de tu amado Sebastian dejarte sola cuando hay medio mundo queriendo matarte- sonrió de manera escalofriante y se metió un cigarrillo en su boca y luego soltó el humo con olor a lavanda.
Empecé a ver borroso, pero tenía que correr o seguramente me iban a matar.
Salí del hotel y Purfuruberto me siguió. Y solo recuerdo que caí al suelo y que el tipo chino me cargo y me subió a un carro.
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