Invierno.
Las noches como aquellas se han repetido unas dos veces al mes, realmente se la pasan bien en esas reuniones, el tiempo avanza rápido sin que uno se de cuenta, tanto así que apenas acaba de iniciar el invierno.
—Regresa por tu abrigo y bufanda.
—Ay Onii-Chan, ya estamos afuera —Renegó— Además tenemos que pasar por Haru.
Iniciaban a caminar cuando su hermano la agarró del brazo derecho haciendo que llegara hasta él, con el rostro serio le volvió a decir lo mismo.
—Ve ahora, en lo que tu buscas eso yo voy por Haru y aquí te esperamos.
—Bien.
Corriendo fue a buscar lo que Makoto le dijo mientras que él se fue a buscar a su amigo, ellos dos si que estaban contra el frío con sus abrigos y bufandas.
—Ya sabes como es.
—Si, si. Luego se queja de porque no puede salir.
—Ya sé.
—Que bueno que llegue antes de que sigan hablando de mí —Ahora sobre el uniforme lleva un abrigo negro y bufanda café — ¿Contentos?
—Mucho —Sonrió el castaño — Vamos.
Así es como otro día comenzaba igual, en estos últimos meses Natsuya y Sousuke habían salido muy seguido con la Tachibana después de clase, por parte del primero por simple amistad y por el segundo para hablar de Rin.
—¡Ven, ven, ven, ven, ven, ven, ven!, es solo un momento para que veas la práctica, ¡Por favor Mareli-Chan! —Kisumi la seguía por los pasillos de la escuela, ella solo iba a tirar una vieja libreta.
—¿Ahorita?
—Si, anda.
—Deje mi abrigo en la clase.
—No lo necesitas para ver la practica de baloncesto, ven.
—Esta bien.
—¡Yay!
El gimnasio lo visitaba solo para su clase de deporte y ver jugar a sus amigos pero en esta ocasión fue solo por petición de Kisumi, con quien hablaba poco últimamente.
—Tu hermano sería muy bien jugador si estuviera en el equipo.
—No empieces.
—Solo bromeaba.
—Lo sé.
Pronto las vacaciones de temporada llegaron, dejarían de ir a la escuela un tiempo pero eso no significaba que dejarían de versé.
—Haru, ¿Te parece si vamos a la tienda de mascotas?
—Tú no tienes animales. —La vio extrañado.
—Es para unos gatitos que Onii-Chan y yo vimos el otro día.
—Ustedes —Desvío la mirada— ¿No vas a tardar?
—Debo escoger bien, ya sabes que Onii-Chan es estricto con eso.
—Esta bien.
Hablaban de lo más normal como siempre pero al llegar justo a las vías del tren se callaron al sentir una gran ráfaga de viento, hacia frío pero eso era muy repentino.
—Suerte que ahora si vienes abrigada.
—No me dejarían salir sino es así.
Miraron al frente y vaya la sorpresa al ver al chico de cabello rojo que hizo que Haruka nadara en relevos, el chico que tiene una forma de nadar romántica, Rin Matsuoka.
—Rin.
—Haru.
En ese instante pasó el tren en medio de los dos, la Tachibana los observó en silencio, sabía que probablemente ellos quisieran estar solos, por eso cuando ya estaba a punto de irse el grito de Rin la hace detenerse.
—¡Oye, Mare!, ¿Te vas sin saludarme?
En su cara mostraba una ligera sonrisa, Nanase y ella cruzaron hasta donde él se encontraba, realmente sorprendidos por verlo, desde que se fue no se comunicó más, no daba señales de vida.
—¡RinRin!
—Estas creciendo, muy bien Mare —Le volvió a sonreír cálidamente — ¿Cómo has estado, Haru?
—Ingrese al club de natación Iwatobi junto a Makoto y Mareli, nadamos en relevos e individual, a decir verdad...
Compartían opiniones y experiencias de los últimos meses, la cara de Rin cada vez que Haru hablaba se apagaba, su semblante no era como el de antes.
—Haru, tengamos una competencia estilo libre.
—¿Eh?
Definitivamente esto era raro, ¿Por qué después de tanto tiempo sin verse le pedía una competencia?. Como era de esperarse él aceptó, como era invierno el mejor lugar —Y al único que tenían acceso sin problemas— Era con el entrenador Sasabe en el club de natación.
—Claro, sin problemas.
—Gracias.
Realmente la Tachibana se sentía cada vez más incomoda, temía que algo grave pasará y eso lo notaron ambos chicos que iban delante de ella, voltearon a verla serios.
—Esto... Mareli —Habló primero Matsuoka— Lo que suceda hoy... Te pido por favor que no se lo digas a nadie, ni siquiera a Makoto.
—Tiene razón, por favor Mareli —Lo apoyó Nanase.
—B-bien.
Al verlos nadar nuevamente se sintió extraña, no era felicidad lo que la inundaba exactamente más bien era algo diferente, por más que el entrenador Sasabe le hablará —Por no decir que le gritaba— sobre lo asombroso que eran ambos no le hacia caso, más cuando vio que ambos salieron del agua, Rin lloraba y Haru lo observaba triste, cuando el de ojos azules se estaba acercando a su algo este se levanto rápidamente evadiendo a Nanase.
—Rin.
Rápidamente se colocaron la ropa y salieron los dos corriendo sin despedirse del adulto.
—Estos dos... En serio —Se quejó.
—Gracias y adiós entrenador Sasabe.
La única chica se despidió en nombre de ellos, realmente dudaba si seguirlos o irse pero antes de que se diera cuenta ya estaba presenciando algo que jamas creyó que sucedería.
—¡Rin!
—Dejare la natación.
—¿Qué?
No le respondió más y Matsuoka salió corriendo dejando atrás a sus amigos, no podían ir tras él puesto ya estaba demasiado lejos.
—¿Qué le sucede?
—RinRin.
Eso había sido muy extraño, ni siquiera se despidieron, ahora Haru y ella se detuvieron unos momentos en una banca mientras bebían algo sacado de una máquina expendedora.
—Tengo algo que pedirte —Le habló después de un rato Haruka a la menor con gran seriedad— No digas nada de lo que acabas de presenciar, ni siquiera a Makoto.
—No pensaba hacerlo.
—Sé que es algo complicado, sobre todo porque es tu hermano y se cuentan todo.
—Este caso se va a saber, solo que aún no es el momento.
Al final si pasaron a la veterinaria pero no con el entusiasmo de antes, llegó el momento en que Haru dejo a la Tachibana menor frente a su casa para después ir a la suya a encerrarse en su habitación.
—¿Te divertiste con Haru? —Preguntó su hermano con el entusiasmo de siempre una vez que ella entró a la habitación.
—Si, fuimos a comprar el alimento para los gatitos —Mostró una bolsa.
—Genial, vamos a darles de comer —Emocionado se levanto del escritorio— De prisa.
—Si.
Salieron en busca de los gatitos, les dieron de comer al final, ambos los observaban contentos.
—Volveremos mañana pequeños.
En el transcurso de la tarde y la noche la familia Tachibana se mantuvo con la tranquilidad de siempre. No había nada nuevo o algo que destacar, los pequeños jugaban y bromeaba y sus hermanos mayores seguían los juegos aumentando la energía de Ran y Ren, siendo siempre observados por sus padres que conversaban de cualquier cosa vaga del día, como la compra de un pescado.
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