Cap 29
Capítulo 29: Aiko Galliard.
°°°°°°
-Se ven muy tierno-Hable enternecida observando la escena de Marcel y Aiko abrazados.
-Keiko-Llamó Porco, mire en su dirección aún con una sonrisas -¿Segura quieres ir?-Volvió a preguntar, su preocupación regresaba.
-No tenemos opción-Acaricie su mejilla-Yo buscaré a Annie, conozco la zona y seré de ayuda-El asiente-Además también soy capaz de obtener al titan de ataque, ya lo verás.
-Esta bien, yo confio en ti-Hizo saber. Miro en dirección a los pequeños, sonrió-Así que tenemos dos hijos, ¿He?, nunca lo hubiera imaginado.
-Yo tampoco, es lo mejor.
Acomode mis ropas, traía una larga falda de color marrón, una botas negras, y una camisa de mismo color.
Me dirigí hacia la puerta de la habitación, la abrí y espere a Porco del otro lado, el besó la mejilla de ambos menores para seguirme y bajar al primer piso.
-¿Ya se van?-Pregunto la señora Galliard saliendo de la cocina.
-Así es-Respondió Galliard, me coloqué mi abrigo-Nos vemos.
-Suerte y no se preocupen por ellos, yo los cuidaré-Aseguró con un btillo en los ojos.
-Por favor, dígale a mi padre que lo quiero mucho-Esta asintió ante mis palabras, me daba tristeza no poder decirselas yo misma.
Salimos de la casa directo al cuartel.
-Comandante, conozco la zonas y puedo sacarla rápidamente-Repetí nuevamente.
-Eso lo tengo claro, es por eso que he decidido que permitiremos en menos de una semana a Paradis-Informó el comandante.
-¿Tan pronto?-Pregunté al comandante.
-Así es, ahora que puedes luchar iremos lo antes posible-Asenti-Idearemos un plan, pueden regresar pero mañana por la tarde los queremos aquí.
Asenti, los guerreros de la sala obedecimos sin rechistar y salimos de la oficina.
-Keiko, ¿Y como están?-Pregunto Pieck.
-Están muy bien-Asegure recordando a los pequeños.
-Me alegro y me voy para despedirme de mi padre, nos vemos mañana-Alzó la mano y la sacudió en el aire a medida que se elejaba.
Reiner siquiera se despidió, solo se alejó sin decir palabra. Debía estar asustado, fue el que peor salió mentalmente de la isla Paradis.
Quizás hubiera quedado igual de no ser por mi familia.
Porco me esperaba apoyado en una columna, me dirigí hacia el para empreder el caminó.
-A Marcel no le gustará-Hable rompiendo el silencio.
-A vivido cosas peores-Recordo la historia del pequeño, me miró y sonrió, me devolví la sonrisa-Estará orgulloso cuando regresemos, ya lo verás.
La luna comenzó a hacerse presenté, ya anocheceria.
-¡No quiero!-El grito de Marcel retumbo por la habitación-¡Es injusto, no tienes que hacerlo!
-Volveremos, Marcel-Porco lo tomó por los hombros, sus gritos cesaron-Tú mientras tanto tendrás que cuidar de Aiko como hermano mayor.
-¿Lo prometes?-Pregunto esperanzado.
-Lo prometo-Aseguró revolviendo su cabello.
-¿Y si no?-Volvió a llorar-¿Y si no lograrán regresar?
-Confía en nosotros, volveremos los dos, ¿Si?-Me sente a su lado.
-Y-Yo cu-cuidaré de mi hermana-Tartamudeo-Lo prometo.
-Buen chico, ahora a dormir-Le dediqué una sonrisa a Galliard, había hecho un gran trabajó con sus palabras.
Los dos niños se durmieron en cuestión de minutos, Marcel no quería soltar la mano de Porco, se sentía seguro con el cerca.
En el momento en el que se durmieron bajamos a la sala donde nos esperaban los abuelos Galliard.
La señora Galliard tenía marcas en el rostro, eso dejaba en evidencia que estuvo llorando.
-Mama, ¿Por qué lloras?-Se acercó Galliard a su madre, la envolvió en un abrazó.
-Ya perdí a uno de mis hijos por que fue a esa maldita isla llena de demonios-Le devolvió el abrazo, baje la mirada al escucharla, me hacía recordar que no pude salvar a Marcel-Por favor, tengan cuidado.
-Lo tendremos.
Las despedidas son difíciles y más cuando vimos que mi padre había venido a despedirse de mi.
-Adiós hija-Me abrazó-Cuida de ella-Le decía a Galliard amenazante.
-Lo haré-contesto.
-Encuentra a tu hermana y ten cuidado-Sin más de fue de la casa de los Galliard.
(...)
-Estoy nerviosa-Nos mudamos a otra habitación para no molestar a los niños-Ten cuidado, principalmete con los Ackermana y no te confíes.
-Se lo que hago-Se sentó a mi lado y me rodeó con sus brazos.
-Puede que partamos mañana.
-Y volveremos con nuestros hijos-El soltó una carcajada.
-¿Qué?
-Aun no me acostumbro a decir que tengo hijos-Reí.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top