•Capítulo 4: ¿En serio piensas eso de mí?•
—Él es... S-sólo un conocido. —Mikey entrecerró sus ojos sospechoso
—¿En serio piensas que me creeré eso? —tragué saliva viéndolo con temor— ...Yato, ¿por qué dijiste que mi helado se derritió cuando ni hace mucho calor y no pasaron más de cinco minutos? ¡Se supone que debería estar cremoso y muy frío, además te faltó pedir que le echaran ositos de goma!
Estuvimos por caernos de espaldas al oírlo, ¡casi muero del susto!
Suspiré aliviada mientras que Yato escuchaba las quejas de Mikey con una gotita de sudor bajando por su sien.
—Podemos comprar otro helado, Mikey. —intenté calmarlo— Sólo no hagas tanto escándalo, la gente nos está viendo.
—¿Con gomitas extra? —me miró con súplica
—Claro. —sonreí dulcemente haciendo que él me devolviera la sonrisa y se adelantara corriendo hacia el puesto de helados
—Y pensar que es el líder de una de las pandillas más fuertes. —comentó Yato
—Si, también lo pensé... Pero me alegra que haya gente así, estoy segura de que Mikey no lastimaría a la gente sin motivo alguno.
—¿Así piensas de mi hermanito?
—¡Ah! —chillé asustada— ¡E-Emma, Draken! ¡No es lo que creen! —me defendí al ver las caras pícaras que me dirigían— ¡Y-yo sólo...!
—¿Por qué se demoran tanto? Ya hasta compré mi helado. —esta vez casi me desmayo— Oh, regresaron rápido Ken-chin, Emma.
—Pensaba que habías dejado sola a Tn y Yato. —comentó Emma
—No haría eso nunca, salvo que sea por comida. —respondió Mikey lamiendo su helado
—¿Oíste eso Tn? ¿Ahora qué piensas de Mikey? —cuestionó Draken de manera burlona
—No lo decía en serio Ken-chin, además Tn podría prepararme cualquier cosa y quedaría satisfecho, ¡sobre todo si son dulces! —dio una sonrisa y siguió comiendo su helado
Me pregunto si sus sonrisas son verdaderas, porque pueden transmitir amabilidad y comprensión, pero pese a eso sus ojos... No tienen brillo y se ven vacíos, sin vida.
—¿A qué se refiere Ken-chin con lo que piensas de mí, Tn? —preguntó sacándome de mis pensamientos
—Emmm... Pues...
—Lo que pasa es que Tn cree que tú... —rápidamente le tapé la boca a Draken, y debido a mi altura tuve que saltar para treparme en él como un koala a un árbol
Este hombre era como un poste, ¡una jirafa tal vez!
—N-no es nada importante Mikey. —respondí con mis mejillas sonrojadas
Sentí un golpecito en mi hombro, pero lo ignoré pensando que lo había imaginado o fue un mosquito.
—Tn... —me llamó Emma
—¿Si? —volteé a verla
—Estás ahogando a Draken... —vi que la cara de él estaba color azul, y tocaba mi hombro repetidas veces, intentando informarme de su situación
Ah, no había sido un mosquito lo que me tocaba.
—¡Lo siento! —dejé de taparle la boca, pero debido a mi acción casi me caigo al suelo de trasero, por lo que Draken me tomó de la cintura deteniendo mi caída
—Ya bueno, vamos a comprar los helados de Tn y Yato. —Mikey me separó de Draken, tomándome él de la cintura y bajándome al suelo con cuidado
—Draken, ¿por qué no hiciste que te soltara si tienes mucha más fuerza que yo? —cuestioné preocupada, pero utilizando un tono de regaño a la misma vez
—Porque te estaba avisando por medio de toques en tu hombro, pero justo cuando te iba a apartar de mí, tú reaccionaste.
—Oh... —rasqué mi nuca riendo nerviosa— Por cierto Mikey, ya puedes soltarme. —cambié de tema
—Ah, es verdad. —soltó mi cintura y se alejó unos pasos
—Onee-chan, tengo hambre. —Yato tomó la manga de mi blusa y la jaló para llamar mi atención— ¿Y si vamos a almorzar? Ya no quiero helado.
—Si, está bien. —respondí— ¿Saben qué hora es? —pregunté en general
—Uhmmm... —Emma miró si reloj de mano— Son la una y media de la tarde.
—¡Entonces vayamos a comer! —exclamó Mikey alzando su dedo índice, apuntando al cielo
Cuando llegamos al restaurante llamado Joying-sun nos sentamos en una mesa grande para todos. Emma en medio de Draken y Mikey, mientras que Yato y yo frente a ellos.
Me extrañó, y me pareció hasta tierno ver que Mikey pidió el menú infantil sólo por una banderita que le ponían como decoración, a lo que Yato pidió lo mismo que él.
Debo admitir que la comida de Japón es rica, aunque comen demasiadas verduras y al principio el sabor resulta exótico, aún más para mí, ya que comía frituras y dulces.
—Ya está servido, que lo disfruten. —una señorita se acercó a nuestra mesa y trajo los dos últimos platos que faltaban, pues Draken, Emma y yo ya estábamos comiendo lo que pedimos
—¿Eh? ¡¿Y la banderita?! —preguntó Mikey de manera histérica, alzando la voz y llamando la atención de la gente sin querer
Draken y Emma soltaron un suspiro cansado, como si ya se hubieran esperado esa reacción.
—L-lo siento joven, pero ya se nos agotaron.
—¡Es indignante! Yo pedí esto únicamente por la banderita. —infló sus mejillas y le hizo un pequeño berrinche a la pobre señorita
—Neh, yo te puedo dar mi banderita Mikey. —Yato sacó su banderita y lo colocó en el plato de Mikey
—¡Woah! Gracias Yato. —sus iris oscuros brillaron y una sonrisa apareció en su rostro nuevamente
Es la primera vez que veo sus ojos brillar, y aparentemente lo causó una simple banderita... Para ser el líder de una pandilla poderosa y hasta aveces mostrarse amenazante, Mikey es algo infantil.
Sonreí viendo a Mikey con ternura, hasta que sentí miradas puestas en mí, obviamente eran de Emma y Draken, por lo que miré hacia otra parte y luego comencé a comer para disimular, aunque podía sentir el calor en mis mejillas permanecer.
—Bueno, iré al baño. —avisó Draken levantándose de su asiento
—Yo iré al mostrador para pedir un postre para los cinco. —Emma también se levantó
¿Qué traman?
—Tú también deberías ir al baño Yato, será un viaje largo de aquí a casa.
—¿Uh? Pero iremos en moto, Emma. —respondió Mikey
—Dije que Yato necesita ir al baño. —repitió Emma con una expresión asesina. Mikey simplemente asintió y volvió a comer su menú infantil gustoso— Anda Yato. Ve con Draken, él te llevará, ¿si?
—S-sí. —mi hermanito tomó a Draken de su pantalón y se escondió detrás de él temeroso— Emma aveces da miedo, ¿verdad?
—Las mujeres son difíciles de comprender. —respondió Draken, haciendo que Yato asintiera de acuerdo. Emma y yo los miramos indignadas
Narrador omnisciente
Draken se llevó a Yato al baño luego de ver la cara amenazante de Emma, sin embargo luego de unos minutos después volvieron y se sentaron detrás de ustedes, aprovechando que los asientos impedían que Mikey o tú los vieran.
—¿Por qué no nos sentamos con onee-chan?
—Baja la voz Yato, nos pueden oír. —advirtió Emma en un susurro
—Oye, Tn... —te llamó el rubio, dejando de comer para verte fijamente
—¿Hmmm? —formulaste mientras masticabas un pedazo de okonomiyaki
—¿A qué se refería Ken-chin con lo que pensabas de mí? —te sorprendiste por su pregunta
—¿Hasta ahora lo recuerda? —te preguntaste internamente
—Quisiera saberlo... ¿Cuál fue tu primera impresión sobre mí? —preguntó en tono curioso, ya que en serio deseaba saberlo— Tal vez tu respuesta cambie varias cosas, ya sea para bien o mal.
—P-pues... —dejaste tu cubierto a un lado y bajaste la cabeza— No lo recuerdo muy bien, pero cuando te vi la primera vez me pareciste alguien muy fuerte. Junto con Draken, tú eres la persona que me defendió a mí y Yato... —levantaste la mirada con una sonrisa y los ojos llorosos, tomando entre tus manos tu bufanda negra— Al igual que Eren, ahora ustedes son importantes para mí, y por eso no me gustaría que les pasara algo malo...
Esas palabras las decías por la pandilla en la cual pertenecían ambos rubios y también porque eras alguien perseguida por mafiosos.
—Déjenme ir con onee-chan, tengo hambre y mu comida la dejé en la mitad. —se quejó Yato
—Espera un ratito más Yato, sólo escucha lo que dicen.
—¿Por qué los espían? —preguntó el menor nuevamente— Draken, ¿tú también estás de acuerdo con esto? —el nombrado se encogió de hombros
—Si voy arruinaría el momento. —respondió Draken, volteando a ver a su amigo de reojo— Hasta yo noto que ambos están metidos en su propia burbuja, y aparentemente esta conversación es importante para ambos.
—Ugh, está bien. —el menor te miró de manera curiosa, sin entender muy bien la situación
—Pese a habernos conocido hace poco, han sido generosos y hasta nos han brindado un lugar donde dormir. —repetiste tus anteriores palabras, pues nunca te cansarías de estar agradecida con ellos tres, incluyendo al abuelito de los hermano Sano— En todos los lugares a los que he ido... La mayoría nos miraba con desprecio y nos ignoraban, sin embargo... Tu sonrisa, bromas, amabilidad y nobleza me hacen pensar que no eres una mala persona, y que tampoco dañarías a nadie sin motivo alguno... Eso es lo que pienso de ti.
—Gracias, Tn. —fue lo primero que soltó Mikey luego de salir del asombro por tu palabras, comenzando a presentarse un sonrojo en sus mejillas
—¿Te parece una foto? —preguntaste sacando tu celular
—Claro. —Mikey sonrió y te colocaste al lado de él para sonreír ante la cámara, Mikey imitó tu acción— Woah, quedó bastante bien. —comentó
Asentiste y volviste a tu respectivo asiento, pero de manera disimulada aprovechaste que Mikey se puso a comer para sacarle una foto más.
—¿Eh? ¡¿Me haz tomado una foto?!
—... No. —negaste con una sonrisa inocente, a lo que Mikey hizo un puchero
—Hey, ¿pero al menos salí bien? —le mostraste la fot
—Ve por ti mismo.
—Vaya, no estoy nada mal, hasta podrías ponerlo como tu fondo de pantalla. —habló poniendo una mano en su mentón. Reíste por su actitud
Ambos se quedaron en silencio, no era incómodo, pero se encontraban nerviosos y por sus mentes pasaban miles de preguntas acerca de su comportamiento, por lo que Draken decidió intervenir.
—Hey, ya regresamos. —se acercó a su mesa como si no hubiese escuchado nada— ¿Nos demoramos mucho?
—P-para nada. —respondiste algo nerviosa, miraste a los lados buscando a tu hermanito— ¿Y Yato?
—¿Eh? —Draken se alteró un poco, pues se suponía que Yato había quedado bajo su cuidado
—¡Aquí estamos! —Emma tuvo que dar la vuelta al restaurante para poder pasar desapercibida y así ustedes no se dieran cuenta que en realidad todo el tiempo estuvieron detrás escuchando
—¡Onee-chan! —Yato corrió a sentarse al lado de ella
—Pensé que no te demorarías tanto en el baño Yato, seguro tu comida se ha enfriado.
—Por cierto Emma, ¿y el postre que dijiste ibas a comprar? —cuestionó Mikey buscando con su mirada a que alguien portara en sus manos dicho postre
—Oh, el postre... Pues... —Emma vio a Draken buscando ayuda, pero el rubio ya se encontraba comiendo, ignorando la conversación
—No nos habrás espiado, ¿verdad? —Mikey achinó sus ojos sospechoso
—¿Qué? ¿Cómo crees? —desvió su mirada
—¿Entonces por qué no me miras a los ojos y te pones nerviosa?
—¡No te he espiado, enano!
—¡No soy enano! —golpeo la mesa y se levantó
—¡Sí lo eres! —Emma ni se inmuto y siguió molestando a su hermano, ambos gritándose entre sí de manera cómica, sacándose sus verdades
—E-están llamando la atención, a este paso nos echarán de aquí. —comentaste con una gotita en tu sien
—Si, sólo déjalos. —respondió Draken— Ya pararán.
—¿Es común verlos así? —preguntó Yato, ladeando su cabeza inocente
—Algo así. —miró al pequeño— Mikey siempre bromea con sus conocidos más cercanos y hasta se ponen a discutir, pero luego se amistan gracias a la intervención mía o de Baji y Mitsuya, como un par de mocosos sensibles y resentidos.
—¿Baji y Mitsuya? —preguntaron ambos hermanos azabaches al unisono
—Sí, ellos son miembros de la ToMan.
—Suenan como las mamás del grupo, deben ser hombres serios. —Draken soltó una gran carcajada al oírte, haciendo que Mikey y Emma pararan de discutir y los escucharan atentos
—Aunque no lo creas Baji también ocasiona peleas y es molestoso, sin embargo a Mitsuya si podrías considerarlo la mamá de la ToMan aunque sea algo idiota a veces, además de que él tiene experiencia al cuidar de sus dos hermanas pequeñas.
—¿Como Yato y yo?
—Mitsuya cuidó de sus hermanas desde pequeño, ¿acaso tú...?
—Cuidé de Yato desde que mis padres... —apretaste los puños al recordar tu pasado, pero luego negaste con la cabeza y te relajaste, aunque Draken y Mikey se dieron cuenta de tu actitud— Desde que tuve doce años... Sin embargo nuestros padres mayormente estaban ocupados, así que de igual manera yo pasaba más tiempo con Yato.
—¡Por eso onee-chan y yo somos unidos! —exclamó Yato sonriendo con alegría
—Parece que tú y Mitsuya se llevarían bien, Tn. —comentó Draken
—¿En serio? Me gustaría conocerlo.
—Entonces, ¿qué te parece si te presento a nuestra pandilla? —preguntó Mikey
—Claro. Eso suena bien, ¿verdad Yato?
—Si son amigos de Mikey entonces son buenos, ¡así que a mí también me gustaría conocerlos onee-chan!
—Bien, está decidido. —Mikey tomó la palabra otra vez— Mañana mismo, aprovechando de que las clases de Yato aún no comienzan hasta dentro de dos días, iremos con los capitanes y subcapitanes de la ToMan.
—Ya tenemos ese asunto resuelto, sólo falta decidir... —Draken miró seriamente a todos— ¿Quién pagará la cuenta?
—Eso lo decidiremos de la manera más justa... —Mikey apoyó sus codos en la mesa y junto sus manos, haciendo una pausa de suspenso
—¿La manera más justa, cuál será? —te preguntaste
—¡Lo resolveremos con piedra, papel o tijera! —completó
Yato y tú vieron a Mikey con cara de pokerface, mientras que Emma casi se cae de su silla. Draken soltó una carcajada al escuchar a su amigo, pues esa respuesta la vio venir.
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