Capitulo 6
Aioria maldijo por lo bajo cuando entro al restaurante, aun estresado por el caso que llevaban encima.
Ni siquiera se detuvo a saludar a Milo, o fijarse si habían más clientes como usualmente hacia, no, se dirigió en una línea recta cual abeja a flor a su mesa usual, y se dejo caer en la silla.
Atacar a la mafia titán y, quiere pensar que sin querer, atraer la atención del maldito Tanathos...
Su ignoto estaba loco, jodidamente loco.
Y claro, ahora le tocaba no solo atraparlo, si no que hacerlo antes de que la mafia titán lo agarrara primero, genial, maravilloso.
Necesita un aumento después de este caso.
— De parte de la casa —
No se dio cuenta de que ni siquiera había hecho el esfuerzo por llamar a Milo hasta que este se le acerco a la mesa con uno de sus postres favoritos.
Oh, ¿tan mal se veía hoy?
Le dedico una pequeña sonrisa como disculpa.
—No tenias que, ya iba a hacer la orden —
— seh, seguro, disfrútalo de todos modos, se nota que lo necesitas.—
Vale, que le diera una sonrisa tan linda justo después de decir eso fue humillante.
Milo partió de su lado para ir por su orden (que no pidió, así que solo fue por su platillo usual) dejándolo con sus pensamientos y el postre.
Recomponte Aioria, no puedes estar haciendo el idiota...
— Entonces, ¿Qué te tiene tan estresado? ¿Finalmente se quedaron sin personal?—
Si rodo o no los ojos ante esa estupidez, muy su problema.
— No, pero mi caso actual es un reverendo imbécil —
Milo levanto ambas cejas, una sonrisa posándose en sus labios ante sus palabras. Como si este otro grandísimo idiota (al que, para su desgracia, adora) encontrara divertida su frustración respecto al asesino serial.
En serio, ¿Cuántas veces se ha golpeado la cabeza al caerse de la moto?
—¿Tan mal?—
—¿Viste las noticias de los miembros de la mafia titán muertos? Adivina —
Milo asintió, tomando un sorbo de la bebida que se había preparado.
—¿Pensé que la mafia titán era intocable?—
— Son excesivamente difíciles de agarrar y peor aun de vengativos, que es distinto—
Aioria suspiro, comiendo un poco. Su mente viajando a los días en que el líder de la mafia titán seguía libre, gobernando la ciudad desde las sombras. Ni siquiera el asesino serial más estúpido hubiera arriesgado su cuello yendo detrás de un miembro de la "familia" de Kronos.
Suficientemente estúpido había sido él persiguiendo al mafioso.
—Si este asesino solo fuera un suicida loco, al menos mi trabajo solo seria evitar que las consecuencias de sus actos le muerdan el trasero antes que la cárcel.—
— ¿A poco tienes que hacer más?—
Que agradezca que la bebida si la esta pagando, o se la hubiera tirado por la risita que acompañaba a ese comentario. Genuinamente, ¿Cómo es que le gustaba un chico que poco más llamaba a su trabajo inútil?
El brillo lleno de cariño en esos ojos zafiro fue suficiente para detener esa línea de pensamiento. Ah, cierto, por eso.
—El imbécil trajo de vuelta a Thanatos —
Por primera vez, Milo quedo en total silencio, sus ojos se abrieron más de lo usual, y su siempre presente sonrisita se desvaneció totalmente.
No lo culpaba, esas eran verdaderas malas noticias.
—¿Qué?—
Asintió, entendiendo perfectamente el shock que se había apoderado del peli-azul.
—Temíamos que pasara. Nunca logramos atrapar a Thanatos, y a veces, cuando un asesino serial surge en la antigua zona de casa de uno retirado... se lo toman como un reto —
Tomo otro sorbo de su bebida, notando que en lo que hablaba, de los nervios ya se había terminado su comida.
—Es por esto que no puedo con los vigilantes, es todo color de rosas hasta que estas cosas pasan—
El dueño del local se había quedado callado, demasiado para lo que era él, su mirada distante, perdida en algún punto de la mesa, tan parecida a la mirada que tenia Saga cuando llegaban pistas sobre su idiota hermano menor.
Casi hace a Aioria preguntar, arrepentirse de haber liberado información privada. ¿Y si Milo había sufrido alguna perdida por Thanatos? Seguía siendo un civil, no tenia porque saber algo antes de que fuera liberado oficialmente a la prensa, maldita sea.
Entonces el chico se levanto de su lado de la mesa, haciéndose campo en su lado, y una mano encontró su camino hacia su cabello, un toque tan gentil que le hizo quedarse quieto por un momento.
Entendió sin necesidad de palabras la razón tras el dulce gesto, y en respuesta, dejo una suave risa escapar de sus labios.
—No intentes re confortarme, idiota—
—Si me preguntas, se ve que lo necesitas—
Lo que va a necesitar es un retiro temprano si tiene que lidiar con un caso más del ángel escarlata antes de agarrar al maldito idiota de Thanatos, para empezar.
Estaba tan cerca al chico, que por un momento sus ojos se posaron en los labios ajenos, rápidamente desviándose tan pronto como el pensamiento llego.
Que apenas habían salido una vez, por los dioses Aioria, ¿Qué tienes, quince?
Su teléfono rompió el silencio, una notificación de Saga que no se molesto en leer frente a Milo.
Quien, por cierto, ojeo el nombre del contacto que habia interrumpido el momento.
—¿No es ese tu jefe? ¿Qué no duerme?—
— Tenemos la teoría activa en el equipo que Saga sobrevive a base de café y despecho —
En lo que pagaba la cuenta (e ignoraba el obvio descuento hecho por Milo), trataba de distraer su mente de lo preciosa que sonó la risa genuina del peli azul, pensando mejor en que sera lo que preocupa esta vez al pobre de su jefe.
—Cuídate, leoncito —
Si le preguntaban, no se sonrojo ante el tonto apodo mientras salía del local.
Dio un vistazo rápido a su celular, no iba a detenerse a contestar en media calle de esa ciudad, no era idiota.
Ugh.
Debió dispararle a Kronos cuando tuvo la oportunidad.
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TELL A FRIEND TELL A FRIEND, SHE IS BAAAACK
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