Capítulo 2
Aioria necesitaba tres cosas, los reportes del resto de su equipo, una taza de café y una pastilla para el dolor de cabeza, porque en verdad iba a estallar.
Tal y como pensó, el ignoto había resultado ser un asesino en serie, ya llevaba seis cuerpos, todos criminales, sin embargo no había un maldito patrón entre los crímenes, fuera del tema que todos sufrieron muertes dolorosas y bien merecidas, no había un patrón de ataques. Hubo dos cuerpos un día, cero al siguiente, tres al próximo, y no se extrañaría si hoy aparecía uno nuevo.
Lo único que dejaba en claro que se trataba de la misma persona y no de coincidencias era la tarjeta firmada con el nombre "Ángel escarlata"....
Dos cuerpos sólo tenían la tarjeta, el resto venían con notas, todas explicando el porque mataba, sin ser nada personal, y echando en cara que "hacia más por la sociedad que la Policía"
Bajo la última y se froto la frente intentando pensar en que hacer.
El olor a café llegó rápidamente a su nariz, percatandose de que un compañero de trabajo le estaba ofreciendo una taza de aquel líquido.
- Te vez fatal aio, quieres una taza?
- Hm, gracias alde..
Aldebaran era un hombre mayor que él, era corpulento e intimidante, pero un ángel de persona.
Acepto la taza que le ofreció y empezaron a charlar sobre el tema del "ángel escarlata", sobre las sospechas de quién podría ser, aunque no llegaban a nada, y claro, la parte moral de todo el asunto, cuando el superior de ambos llegó por la puerta.
- Nueva víctima, está vez en el muelle...
Casi salieron volando en dirección al muelle, cualquier cosa que pudieran saber sobre el asesino les sería muy útil..
Al llegar al sitio ya habían varios policías tomando testimonios y fotos, había una chica pelirroja que llevaba una manta encima mientras un policía intentaba hablarle, por lo que suponía debió haber sido un caso de abuso..
Entró a la escena y lo primero que noto fue al muerto, difícil no hacerlo si estaba todo golpeado y apuñalado en mitad del muelle de madera.
Intento no mirarlo demasiado y busco rápidamente algo que no fue difícil de encontrar, nuevamente la nota estaba en el pecho del fallecido.
Extendió su mano y la agarro, notando que está vez era sólo una firma.
- Otra carta?
Escucho preguntar a saga que se acercaba hacia él.
- No, sólo la firma...creo que tengo algo referente a este tipo
- Te escucho...
- los tres casos donde sólo hay firma fueron durante un robo, un hombre golpeando a su esposa en plena calle y ahora por lo que veo una...violación...cosas espontáneas..
- Planea algunos asesinatos, ahí es cuando deja la nota, pero los otros surgen en el momento, por eso sólo hay una firma...bueno, eso nos dice mucho....gracias Aioria..
Aioria asintió y miro en dirección a la chica, parece que el policía no lograba hablarle, así que decidió ir a echar una mano.
Se acercó a la muchacha y le sonrió de forma amable, a lo que está le respondió con una sonrisa algo cohibida, sin estar en confianza.
- Buenas, soy Aioria, detective y forense del departamento de seguridad del sanctuary...te importaría si te hago unas preguntas?
- Esta bien...
Se sentó al lado de la muchacha y empezaron a hablar, casi no parecía un interrogatorio, lo que calmo a la joven. Aioria era muy bueno para hablar con víctimas..
- Entonces...ese hombre apareció, lo golpeó en la cabeza con el mango del cuchillo, lo apuñaló y no se fue hasta que llamaste a la Policía?
- así es...
Eso confundió al rubio ¿Porque quedarse si ponía en riesgo su identidad? ¿Acaso no le importaba ser descubierto?
- Shoko, una última pregunta...se que este hombre te salvo y quizás no quieras decirme pero..¿cómo era él?
La pelirroja miro en otra dirección, como debatiendose entre sí decirle o no.
- Amable, pueden quitarse la idea de que es un monstruo de la cabeza...cuando acabo con ese idiota, fue muy amable y se preocupó porque estuviera bien antes de irse...
Hizo una pausa, a lo que Aioria sólo atinó a asentir con la cabeza, entiendo a donde iba la conversación..
- Y...sinceramente, perdone el atrevimiento...pero ...espero que nunca lo atrapen...
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- Bueno, eso fue una pérdida de tiempo
Escucho decir a saga mientras se bajaba del auto de policía y la verdad debía darle la razón. No habían conseguido nada más que alagos hacia el ignoto mientras interrogaban a los testigos.
No podía culparlos, este tipo se comportaba como un auténtico héroe ante la vista de los civiles de sanctuary...
- Me iré temprano, avisame si saben algo sobre este red hood versión patito...
Escucho una carcajada por parte de aldebaran al decir aquello, pero para ser sinceros eso parecía el ángel carmesí para Aioria.
- quieres que te lleve a casa ?
- Tranquilo saga, tomare el bus...
La verdad iba a pasar de nuevo al restaurante de hace unos días, no sólo porque la comida era deliciosa, si no porque el mesero le había agradado bastante.
Camino hasta el restaurante, era obvio que estaría abierto, pero le sorprendió que no hubiera casi nada de clientes, imaginaba que a esa hora un restaurante tan bueno estaría lleno.
- Buenas tardes...
Entró saludando, Milo se encontraba recogiendo los últimos platos de una mesa y se volteó a verlo con esa sonrisa que lo tenía atontado.
- Oh, buenas tardes, crei que ya no volverías
- El trabajo me tuvo demasiado ocupado, lo lamento.
Se sentó y pidió su orden, que le fue traída rápidamente por el pelimorado.
- Mucho trabajo?
- Demasiado...el que este haciendo esto va enserio con lo de atacar diario...
- oi de unos clientes que salvo a una chica hoy...
- sí, y dejó despedazado al violador
Milo sonrió de forma ladina mientras recogía un plato que le había faltado.
- Bueno, parece que al fin alguien hace lo que debe hacerse en esta ciudad.
Aioria suspiro y se metió un poco de comida a la boca, seguía igual de deliciosa..
-Eso no quita que está matando en serie, el jefe del departamento está como una fiera intentando dar con él, incluso mi superior está espantado con como se alteró el jefe...
- No deberían, les está haciendo un favor
El rubio ya sabía a donde iba todo esto..
- Nadie puede tomar la justicia por mano propia, por más que este haciendo un bien, sigue cometiendo un crimen....
Nuevamente la conversación murió ahí, no fue hasta que el rubio termino de comer que volvieron a hablar, y sólo porque el pelimorado le había traído un postre.
- hm? No pedí postre...
- lo se, cortesía de la casa
Milo guiño un ojo y sonrió mientras recogía el plato vacío de Aioria, quien tuvo que mirar a otro sitio para que no se percatara de que se había sonrojado.
Termino su postre y pago la cuenta en efectivo, debía irse pronto o el bus lo dejaría.
Mientras guardaba el dinero noto que había un pequeño papel con algo anotado, un número telefónico..
"Este es mi número, llamame~ - Milo"
Inconcientemente dejo salir una sonrisa al leer eso.
- lo haré...
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