Capítulo 1
Aioria bajo la carta y volvió a colocarla sobre el cuerpo del fallecido, un hombre de unos cuarenta y algo, tenía una cantidad de heridas enorme, se notaba qué sufrió cada una de ellas.
Estaba analizando lo que decía la carta ¿un asesino en serie? No era el primero, pero este parecía tener un campo de victimas en específico.
- que tenemos aquí Aioria?
Miro por encima de su hombro al otro oficial de Policía que había hecho la pregunta, Saga era unos cuantos años mayor que él, tenía un cabello largo y de una tonalidad azul, podía verse algo serio, pero en realidad era una persona bastante amable.
- Bueno, por lo que veo a simple vista tiene numerosas puñaladas en todo el pecho, parece que también lo estrangularon y golpearon...
- Un crimen violento por lo que veo..
Aioria dirigió su mirada hacia el hombre nuevamente, específicamente a su cara.
- Conozco a este tipo, la verdad debo admitir que se lo tenía ganado...practicaba la trata de personas, se quedaba con algunas, varios de sus cuerpos aparecieron en el lago de por aquí cerca...
El peli azul fruncio el ceño, para luego dar una mirada rápida a la escena del crimen y volver a ver al cuerpo.
- Que dices? ¿Víctima que se defendió?
- dudo que tuviera un cuchillo y una soga por que si
- ¿Venganza personal? Podía ser familia de alguna víctima..
El rubio volvió a sujetar la carta que yacia sobre el pecho del fallecido y se la entregó a su superior.
- No lo creo, más bien alguien se cree red hood...
El mayor de los dos examinó la carta y luego llamo a otro de los forenses para que buscará huellas o algo que les dijera quien la escribió.
- Alguien decidió hacer justicia por mano propia..
- Lastimosamente eso implica que pronto lloverá mas sangre, mejor vamos a crear el perfil de este tipo, el olor me marea.
Se dirigieron al auto de Policía para ir rumbo a la estación, tenían mucho trabajo que hacer.
Aioria llevaba ya unos años trabajando como detective y forense en Sanctuary, una ciudad que muchos años atrás fue vista como una ciudad de oro, ahora reducida a ser uno de los mayores focos criminales del mundo, donde todos caminan mirando a su espalda, y cada día salen nuevos casos de asesinato, secuestro y violación..
La policía hacia lo que podían, pero estaban en desventaja ante las bandas criminales, las mafias y los solitarios.
Aún así ahí estaban, haciendo lo que podían por limpiar un poco las calles de aquella corrupta y podrida ciudad.
Al llegar a la estación empezaron a analizar las pruebas y a crear el perfil del asesino.
Sin embargo, fuera de lo obvio, como la rabia contenida del agresor y su blanco potencial de víctimas, no consiguieron mucho.
La escena también estaba extrañamente limpia, no dejaron nada, nisiquiera la soga con la que ahorcaron al tipo.
Todo el equipo de Aioria se mostró decepcionado al terminar la noche, tenían tan poco con lo que trabajar que apuntaba todo a un caso más sin resolver.
- Bueno, seguiremos esto mañana cuando todos tengan una mejor cara y podamos interrogar a los familiares o cercanos, todos váyanse a su casa..
Ordenó Saga mirando al equipo, y es que en verdad estaban desgastados, incluso Aioria se veía cansado a pesar de ya estar acostumbrado a estas cosas.
- Hasta mañana...
Murmuró el rubio mientras se colocaba su chaqueta y empezaba a caminar fuera de la estación, tomaría el bus nuevamente.
En el camino se encontró con que, pese a ya ser casi las doce de la noche, había un restaurante de comida griega abierto.
El estómago le rugio, así que decidió entrar a pedir algo de comer antes de ir a su casa.
Era un lugar bonito y simple, con pequeñas decoraciones al estilo antiguo de Grecia, pero sin ser lujoso.
Sólo vio a un mesero al entrar, quien al notar su presencia sonrió, tenía una sonrisa muy bonita..
- Buenas noches, sientese ya lo atiendo....
Era un chico alto, tenía la piel bronceada, un cabello morado, largo y rebelde hasta un poco antes de la cintura. Sus ojos eran del mismo color que un hermoso zafiro, y su sonrisa sin duda atónto un poco al rubio.
Poco después de sentarse el mesero llegó para pedirle la orden y sacar un poco de conversación, se veía como alguien algo coqueto y animado.
- Un gustó, soy Milo
Incluso su nombre era bonito
- El gusto es mío, me llamo Aioria...
- Y que haces en la calle a esta hora? Son casi las doce...
- Saliendo del trabajo, hoy tuvimos que quedarnos hasta tarde por un caso..
Ante la palabra "caso" la sonrisa del peli morado se encogió un poco, pero no dijo nada.
Fue por la orden del rubio y al poco rato le trajo, una vez entregada volvió a sacar tema de conversación.
- Viste las noticias hoy? Escuche que mataron a un hombre en un callejón cerca del lago...
- No sólo las oí, yo estuve mientras la prensa empezaba a intentar tomar fotos del homicidio... soy detective y forense de la ciudad...
Bueno, si antes se redujo ahora su sonrisa había desaparecido totalmente, casi podía decir que se molesto, aunque de forma leve.
- No me agradan mucho los policías de la ciudad, tienden a ser engreídos que no atrapan ni a un ladrón.
- perdón por que mis compañeros te den esa imagen, pero hacemos lo que podemos por esta ciudad..
- mucho no, entonces...
La conversación murió ahí, ninguno quizo decir nada más y el pelimorado decidió ir a lavar algunos platos mientras la tensión se iba.
Cuando terminó de comer, Aioria se dirigió a la caja para pagar, siendo recibido nuevamente por el chico de ojos zafiro, parecía ser que el local era sólo de él o por lo Menos no tenían mucho personal..
- eh..oye, lo siento por lo de hace un rato, a veces me da un poco de mal humor el como esta la ciudad...no quise decir que no hagan bien su trabajo...
- Tranquilo, entiendo...
Terminó de pagar y se despidió del chico, para volver a tomar su camino a la estación de bus..
"Mucho no, entonces"
¿Era eso lo que pensaban los habitantes de la ciudad sobre la policía? ¿Qué no hacían lo suficiente?
Intentaban hacer lo mejor que podían...la situación simplemente era demasiado difícil...
Incluso para ellos...
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