Capítulo 5.
La vida parece tener algo en contra de ella, en cuanto terminó la frase se fue pero en el trayecto viacotorioso rumbo al sofá golpeó su rodilla contra una de las paredes de la casa, ¿Cómo es eso posible?, con esa chica todas las tonterías inimaginables son lo normal pero esta vez arruinó su salida triunfal causando en el Hyakuya una risa burlona.
–Deje de tomarte en serio.
Si quería seguir con su retirada aunque sea un poco intacta decidió seguir su camino sin prestarle atención y con la cabeza bien en alto demostrando que nada había pasado.
–¿De verdad te enojaste?
Al no recibir respuesta y verla alejarse con la misma mala imagen hacia su ser semivampirico la alcanzó interponiendose en su paso, claro que se ganó una mala mirada amenazando con que se hiciera a un lado pero hizo caso omiso.
–¿Por qué no te agrado?
–¿Si te digo no me matarás en un ataque de irá?
Desafiandolo cruzó los brazos buscando que decir exactamente.
Mientras que Mikaela solamente esperaba una respuesta convincente.
–Dime, ¿Tu creerías en alguien que parece ser una amenaza?
–No.
–Ahí tienes tu respuesta.
–¿No les he demostrado mis buenas intenciones?
–No me fio tan fácilmente –Se aproximó al rubio y parándose de puntilla levemte alcanzó casi por completo el rostro del chico–. Si en tus planes tienes algo turbio no dudaré en sacarte de nuestras vidas.
Esa chica parecía no tener miedo por el tono utilizado en su voz y la mirada intimidante pero por dentro, muy en el fondo estaba que moría del temor esperando a que en cualquier momento le clavaran una espada en el estómago.
–Aunque quisieras no tienes manera para hacerme daño.
Lo sabía perfectamente, era imposible que un vampiro fuera tan fácil de vencer. Ni siquiera un mísero cuchillo de cocina le haría algún rasguño.
–Habrá otras formas.
–¿Escuchaste por lo menos mis motivos?
–No por completo, tengo guardias que hacer.
–Les brindó mi ayuda porque antes fui humano.
Vale, esa parte la entendía y no le sorprendía si era sincera, la raza humana puede ser traicionera y no duda que un mitad vampiro también lo sea.
–¿Y?, puedes traicionarnos.
–Joder niña, ¿Por qué lo haces tan complicado?
–Porque no me gusta lo fácil.
Pará él eso daba a entender dos cosas, una vergonzosa y otra un tanto altanera.
–¿Quieres explicaciones?
–No, tengo sueño y en verdad dudo que en estos días logre conciliar el bello placer de dormir.
–Lo lamento pero te quedarás a escuchar mi historia.
–No quiero tirarme un cuento largo de tres horas así que resumelo.
–Si te descubrieran los vampiros ya estarías muerta.
–Pará lo que importa, preferiría morir de esa forma a quedarme callada.
–Definitivamente aquí no podremos hablar.
–No pienso seguirte a ningún lugar ahora.
–No lo estoy preguntando.
–Y yo no estoy dispuesta.
Ignorando la discusión reciente se dispuso a tomarla de la muñeca y llevarla afuera del departamento pero el forcejeo de Zorash para librarse de él fue más fuerte.
–No decides sobre mi, Mikaela.
–Bien, no te llevaré a rastras pero deja que hable.
Poco convencida vio donde dormía su amiga, supuso que si algo malo sucedía tendría tiempo de avisarle a Marina y ella ya sabría que hacer así que accedió ir y conversar fuera, todo para evitar que el resto del grupo despertará por los probables gritos de reclamos.
–Sueltalo.
–Como te dije, era humano.
–Si, te convirtio en vampiro la reina y tuviste que vivir así, ¿Qué más?
–Ah –Trago saliva e intento decirlo de forma que no le doliera el pecho–, ¿No sabes por qué me convirtio?
–No, estaba en guardia.
–Planeaba escapar con mi familia de esa cárcel, hice de todo por ellos para que pudiéramos estar en paz –Su voz sonaba tranquila a pesar que su rostro demostraba culpabilidad–, por lo menos unos cuantos años pero no, fui un estúpido que confío ciegamente.
Espero que Zorash comentara algo hiriente como ve que es capaz de hacerlo pero tardó demasiado en hacerlo por lo que prosiguió.
–Mataron a toda mi familia... Con excepción de Yuu-Chan, él logró escapar y es otra historia que estoy seguro no quieres escuchar.
–Triste y doloroso, ¿En qué tenemos relación nosotros?
–Ustedes me recuerdan a ellos.
Supuso qué diría algo como eso, un grupo de chicos merodeando en las calles del inicio del apocalipsis es similar a la situación en la que se encontraba años atrás con su familia del orfanato Hyakuya.
–Llevamos de conocernos horas.
Cualquiera al saber los motivos se hubiera puesto a llorar y tratar de consolarlo inútilmente. Cualquiera menos Zorash, si que le causa pena pero no puede tirarse a llorar en sus brazos por algo que sucedió hace un tiempo y está segura que ya se encuentra en proceso de sanar, lento pero seguro.
–Mis orígenes son humanos –El más alto suspiro sentándose en el suelo, recargando su espalda en la fría pared–, quizá sea por la poca escencia que queda de esas raíces que desee ayudarlos.
–No puedo decir que te creo, mucho menos que de la nada me ha nacido aprecio por ti.
–Lo entiendo, de todos tu eres la más complicada de satisfacer.
–Hala –Dio una pequeña risa irónica–, lo notaste en un par de horas seguramente.
–Con esa actitud de matona es fácil.
–Bah.
–En cuanto amanezca iremos a otro refugio, este lugar se está cayendo a pedazos.
–¿Dónde exactamente?, intuyo qué la ciudad sigue siendo registrada.
–Por si ya lo olvidaste –Volteo a verla con sus orbes celestes–, hasta hace unas horas era un soldado y tengo información que nos ayudará un tiempo.
–¿Seguro que te han liberado?
–Me lo han confirmado y en dado caso que no sea cierto no pueden rastrarme, es imposible.
–Eso decían las personas de los vampiros.
Nadie habló, era cierto.
¿Qué le aseguraba a Mikaela que es libre cien por ciento de esa cárcel?, ¿Y si era parte de otro molesto plan de Krul?. En verdad espera que nada sea de esa forma porque en serio se sentirá culpable, al borde de la locura si algo le llega a suceder a esos humanos que ahora tanto protege.
–Ellos no me buscan –Se convenció a si mismo luego de meditar por varios segundos en silencio–. Tienen mejores cosas que hacer, no perderían tiempo tratando de localizar a un semivampiro nada querido.
–Puede ser.
Un poco más relajada y dudosa de su próxima acción, Zorash se dejó caer en el suelo deslizando con lentitud su espalda contra la dura pared blanca. Cuando tocó el piso suspiró pesadamente, buscando en su amplio rango de palabras algo más que decir e intentar romper el hielo, por lo menos con algún comentario fuera de lugar e incómodo.
–No pienso hacer o decir más –Gracias a la repentina intención de iniciar una charla se ganó una mirada desconcertada del chico pálido a su lado izquierdo–... Te agradezco por lo de hoy.
Hyakuya se quedó analizando con cuidado la situación y las palabras en el aire, ¿No estaba aturdido por la falta de sangre?, ¿La escucho decir “Te agradezco”?
–De nada.
El frío en el ambiente y la horrible vista del pasillo del edificio destruido no le hacía justicia al diminuto momento de paz entre el humano y el semivampiro.
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Editado:
13/12/2019
Nota:
Cinco capítulos editados luego tantos años... perdón Jajajaja, cambie cosas y espero ajustarlas bien, gracias por leer ✨💕
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