Capítulo 2.

Al poco rato se abrió la puerta principal dejando ver una silueta de 1.57 que se acercó a abrir torpemente a sus amigos.

—Ya era hora mujer.

—¿Cuando me empezaste a hablar así?, mira como me habla Zorash.

—Ya, hola Alex —Saludó la hermana mayor de Ro.

La habitante de esa casa era de cabello negro lacio corto arriba de los hombros, bajita, alegre, edad quince años, inquieta, de ojos café claro, se distingue por siempre animar a los otros.

—Hey —Así saludaba ella— Entren, solo llamó a Marco y nos vamos.

Pasaron a la casa, Sara se notaba algo desesperada, era comprensible ya que ella tenía a su hermano pequeño que aún no puede caminar o correr bien, hablar ni se ni se diga, su nombre es Anthony y su físico consiste en cabello rubio ondulado, ojos avellana, piel blanca como la nieve. Por otro lado su hermana es

—¡Marco, baja de una vez! —En el segundo piso se logró escuchar un “¡Voy loca!” — ¿Y cuál era el plan Ro?

—Irnos de aquí al terreno que queda a una o dos horas, ¿Qué Marco no te lo explico?

Marco era el hermano menor de Alex de trece años, se caracterizaba por gritar demasiado, enojarse con facilidad, aparte de su cabello negro y lacio.

—A medias, me dijo que alistará lo necesario y como para mi lo necesario es comida es lo que más llevo. —Señaló la mochila en su espalda.

—Hola —Bajó el chico corriendo las escaleras con una mochila escolar— Salgan, nos iremos con cuidado hasta el punto "seguro" y después no sé, a donde podamos sobrevivir —Habló el hermano de Alex mientras los otros salían al patio — Sara, supongo que sabes como calmar a Anthony.

—Si, descuida —Levantó al pequeño y lo cargó.

—Okay, entonces andando.

Sin decir más salieron por completo y comenzaron a caminar al lugar acordado por los chicos, ellos lideraban hasta ese momento el grupo ya que esos dos conocían su plan.

—Lo bueno es que ya casi llegamos.

—Solo un poco más y listo Marina. —Sonrió Sara.

—¿Y tienen idea de dónde llegaremos? —Preguntó Alex viendo a los menores.

—Marco y yo hemos hablado, llegamos a la conclusión de que es mejor donde hay ruinas, obvio que allí nadie jamás buscaría.

—Así que en cuanto lleguemos buscaremos un lugar en ruinas donde estar —Completó el pelinegro gritón.

—Suena descabellado su plan —Los regañó Zorash con el ceño fruncido — ¿Se dan cuenta de que no solo van ustedes?

—Oh... Cierto hermana —Vio atrás donde iban el resto— Ah, debimos decirles nuestras sospechas desde un inicio.

—Tal vez nos hubieran ayudado a idear un mejor plan.

—No es tarde —Intervinó la inquieta — Aún podemos decir donde ir.

—Digan.

—Por lo que podemos ver —Señaló Sara cargando con un brazo a Anthony — El lugar al que vamos se ve deplorable así que se puede decir que esta bien —Hizo una pausa y siguió hablando— Su plan lleva buen rumbo pero propongo que nos quedemos en un edificio, el primer piso por si sucede algo podamos irnos sin problemas.

—Bueno, suena mejor que lo que nosotros pensamos. —Los chicos se vieron convencidos.

—La verdad no —Rodó los ojos — Pero no hay muchas opciones.

—Vaya, que pesimista eres —Cruzó los brazos Marina— En fin, sigamos nuestro camino.

Aceptando la propuesta de Sara siguieron caminando un poco más, les parecía extraño que en medio de toda esa situación rara no se hayan topado con algún ser.

—Vamos muy bien.

Tal vez no debieron pensar en cosas negativas, justo a unos metros se veía unas siluetas de tres sujetos, a paso apresurado se escondieron detrás de un edificio con cuidado de no hacer ruido, nadir hablaba, solo escuchaban la conversación de esos seres.

—¿Dónde se metió Mikaela? —Preguntó canturreando un sujeto de cabellera larga y blanca.

—Nos abandono en cuanto llegamos.

—Es cierto —Lo apoyó un pelimorado.

—Vaya, venía decirle algo que seguro le interesa...

A este paso Zorash se empezaba a asustar, por ella y por quienes la acompañaban, no sabia que hacer y eso lo notaron sus amigas.
Mordió su labio y giro la cabeza a la izquierda, lo que vio la dejo aterrada, pensó que su fin había llegado. Otro tipo vestido de la misma manera que los que vio anteriormente la estaba observando atentamente, pero no parecía tener intenciones malas, él hizo un gesto de que guardaran silencio, inconsciente ella asintió.

—Hey —Se acercó el rubio a los tres vampiros que lo vieron expectantes— Me han notificado que necesitan refuerzos en la zona sur de esta región y es urgente.

—¿Y por qué no vas tu?

—Porque no quiero, Ferid. Además Krul me dio libertad, a partir de hoy no vuelvo.

—Hmmm.

Al final estos se fueron, cuando el pálido se aseguro que no hubiera rastro de los otros se acercó al grupo y les habló.

—Pueden seguir su camino.

—Oh por Dios —Se levantó de golpe Alex golpeando la cabeza de su hermano— Casi se me sale el corazón.

—Creo que a todos —Lo apoyo Marco sobandose la nuca.

—Soy Alex y ellos son mis amigos, gracias por ayudarnos.

La pelinegra le sonrió ampliamente, a lo que el chico asintió lentamente analizando la situación para después soltar un suspiro.

—¿Cual es tu nombre?

—Ya hermana.

—Hyakuya Mikaela.

—Hola Mikaela, una vez más gracias.

Mientras tanto Zorash no hablaba, seguía pasmada, hace unos minutos vivió el peor susto de su vida y aún no lo superaba.

—Hermana —Rogelio le tocó el hombro a su mayor.

—Estoy bien —Lo vio seria.

—Mikaela realmente estamos agradecidos de que aunque eres un vampiro nos ayudaras —Marina suspiró viendo a su amiga— Pero tenemos que seguir nuestro camino.

—Entiendo.

Poco a poco se dieron la vuelta y se alejaron de Hyakuya, que los veía con neutralidad hasta que recordó que en las siguientes semanas los demás vampiros estarían frecuentando el territorio.

—Demonios.

Se dedico a alcanzarlos, en sus planes jamas estuvo cuidar de unos humanos pero por más extraño que suene, algo en su interior le decía que debía hacerlo.

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Editado:

13/12/2018

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