Capítulo 11.
Es una verdadera fortuna contar con la energía y el carisma de Alex en el grupo, sin ella es posible que todo el ambiente fuera diferente, apagado.
—¿Qué le piensas preparar?
Dijo la chica de tez morena recargandose en el gran refrigerador blanco, el cual por suerte tenía algo de comida. Observaba curiosa al rubio que parecía buscar algo en los estantes de madera.
—No lo sé, jamás llegué pasar por esta situación.
—¿Por lo menos sabes preparar algo decente?, mi amiga tiene un paladar exigente.
—¿Tiene alergia a algo en específico?
—No pero detesta los kiwis y la sandia.
—Oh...
Inmediatamente dejó sobre el frutero el pequeño kiwi que hasta hace unos segundo tenía intenciones de partir.
—Fuera de eso come cualquier otra cosa.
—¿Me puedes ayudar a prepararlo?
—Nop.
—Creí que dirías otra cosa. —Enarco fastidiado una de sus cejas.
—Tu te ofreciste a hacerlo así que termina el favor, te voy instruyendo aunque no es necesario —Abrió de la nada sus brazos como si fuera a abrazar algo pero no lo hizo—, es solo partir la fruta y ponerla en un plato.
—¿Alguna otra fruta que no sea de su agrado?
—Creo que no, es todo.
Antes de tomar la fruta soltó un suspiro, apenas inicia el día y ya tiene las primeras bromas, no los culpa, después de todo tienen un rango de edad similar, solo que ellos si viven su adolescencia como se debería o al menos lo hicieron un buen tiempo, no estuvieron ocupados en la guerra imposible.
—Tengo una pregunta —Hablo al terminar de pelar una naranja.
—¿Respecto a que?
—Zorash.
—Ah —Se aclaró la garganta en señal de distracción pero fallo en la misión—, depende cuál sea tu duda será respondida.
—¿Domiste alguna vez con ella?
—Si, unas cuantas veces por cuestiones de la escuela, ¿Por qué?
—¿No hacía algo raro?, ¿Sonidos?
—Ya se a donde quieres llegar —Suspiró profundamente chasqueando la lengua—, sus llantos o cuando habla en la noche, ¿Verdad?
—¿Lo hace seguido?
—Generalmente cuando está estresada o algo le perturba, ¿Qué pasó?, ¿Discutieron?
—Imagino que debe ser así...
Murmuró con intenciones de no ser escuchado pero nada es imposible de no captar por Alex.
—¿Pelearon?, quizá no fue buena idea que estuvieran en un mismo espacio—
—No, no peleamos. Hemos iniciado de nuevo, no tenemos problemas hasta ahora.
—En todo caso debe estar estresada, después de todo ella está llevado la carga de nosotros sin pedirlo.
—Quién sabe.
—Deja de manosear esa naranja, ese plato se frutas ya esta listo.
¿Quién diría que un joven semivampiro sería regañado por una chica menor solo por un trozo de fruta?, nadie, llega a ser graciosa esa imagen de su cara desconcertado por tal acción de una mortal.
—Lleva eso con ella, me encargaré de la comida más tarde.
Si decir nada se dedico a subir tranquilamente. En los primeros escalones se encontró con una adormilada Marina que no dudo en preguntar por su querida amiga al de ojos azules.
—¿Cómo está?
—Tomará un poco más de tiempo pero está bien.
—Gracias, ¿Eso? —Observó con detalle el recipiente, asegurándose que no hubiera alguna fruta desagradable—, no le gustan los kiwis o la sandía pero si le encanta que le pongan chile a la fruta.
Nuevo dato, ama el picante y él simplemente prefiere pasar de ello.
—Me dijo Alex.
—¿Cómo se están llevando?
—Creo que mejor.
—¿De verdad?
La ternura en las palabras de Marina es como miel, es una persona linda que por instinto te dan ganas de proteger, pero es más firme de lo que parece.
—Si.
—Ve con ella antes de que termine bajando por su cuenta.
—¿Ella es capaz?
—Definitivamente.
Sin despedirse o decir algo más se alejaron. Mikaela entró casi de una patada tirando la puerta, encontrandola en la misma posición que cuando se fue, no se digno ni en dirigirle la mirada, en cambio si le habló.
—No rompas la puerta.
—Hice algo rápido.
Eso sí gano su atención, por impulso levantó la cabeza viendo directamente el plato blanco con comida, no era algo elaborado pero sí de sorprenderse, ver a Mika preparando un desayuno es algo que le parece difícil.
—No juegues, ¿Es en serio?
—No tengo motivos para jugar —Puso a su alcance el alimento, alejándose al sofá, donde se sentó cómodamente.
—Gracias, es oportuno que no le pusieras un trozo enorme de sandía.
—Es la tercera vez que escucho eso —No dijo nada pero supo que por su mirada estaba esperando una respuesta—, Alex y Marina lo dijeron.
—Es una pena que no me guste.
Dio el primer mordisco a un trozo de melon. Al terminar de masticarlo volvió a iniciar la conversación.
—No he visto que bebas sangre, deberías hacerlo.
—No he sentido la necesidad.
—¿Cuántos te quedan?
—Dos.
El pedazo de fruta hizo que comenzará a toser, apenas le preguntó y le quedaban cuatro, ahora dos, la situación cada vez se torna más complicada y de temer.
—¿A que hora paso se der cuatro a dos?
—Tampoco estoy gritando a los cuatro vientos lo que hago.
—¿Que piensas hacer?
Dijo rebuscando en su comida mostrando indiferencia.
—No sé.
—¿Cómo qué no sabes?, ya que no tienes su sangre por lo menos debe haber otra solución.
—No la hay.
—Tiene que existir.
—No pienso tomar sangre de humano, sería repulsivo.
—Me estoy quedando sin ideas.
—Si bebo sangre humana seré un vampiro en su totalidad.
—Y ya no necesitarías la sangre de ella, ese es el lado bueno.
—A cambio estaré bebiendo sangre de seres humanos, convirtiendome en lo que odio y desprecia todo el mundo.
—Ayer después de que me "dormí" te escuché quejando también, ¿Tanto te duele?
—Ese es otro asunto que no debería de preocuparte. Descuida —Rodo los ojos sin verla—, no forzare a nadie de esta casa a ser mi blanco.
—Es posible que mueras, ¿No?
—Y eso te alegraría la vida.
—No me hace gracia ver morir a gente, quiera o no los otros te tomaron aprecio muy rápido.
—¿Y tu?
—Quedamos en que nos llevaríamos bien apenas ayer.
—Entonces si te importaría, me odiaría definitivamente.
—Me gustan los vampiros en el anime y manga pero en la vida real suena de pánico, sin embargo no creo que sea tan malo en tu caso.
—¿Eres consiente de lo que dices?, es ridículo.
—Bobo, si me preguntas de que lado se inclina la balanza prefiero que te vuelvas vampiro completamente.
—Yuu-Chan me odiaría.
—Si, si, "Yuu-Chan" es tu familia y eso pero es ridículo lo que dices, ¿No se supone que una familia se ama sin importar las diferencias?
—Yuu-Chan es explosivo, seguro cuando me vea se decepcionara.
—Ya te vio unas cuantas veces y no parecía molesto según dijiste.
—No se lo que él piensa, si me odia mi vida no tiene sentido.
—Creas o no me estas preocupando, esa forma de hablar me hace querer hacer algo para ayudarte.
—No puedes hacer nada pero lo aprecio.
—¿Sabes lo que es terapia?, quizá todo mejore si vas cuando esto termine, claro, si quedamos vivos.
La forma en que se dirige a él, como un amigo más hizo que por primera vez estallara en pequeñas risas.
—Bueno, he escuchado que reír también es una buena medicina.
Soltó viéndolo carcajearse, sin querer lo había hecho reír en mucho tiempo.
—Intenta relajarte un poco, Mikaela.
Bajo el tono de su voz con la intención de que la escuchará.
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Editado:
26/03/2020
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