Reclamo
Ser un Omega en si ya era malo, ahora imagínense ser un Omega y uno muy bello, llamenlo vanidoso o lo que quieran pero Afrodita era consiente de la belleza que poseía, la cual le hacía, no solo por su casta, ser llamativo para los Alfas.
Siendo a un preadolescente su casta se presentó, al igual que un celo largo y doloroso. La primera vez que sucedió, entro en pánico, no sabía que pasaba con su cuerpo, se sintió tan vulnerable que recuerda haber pasado muy consciente el celo, lo cuál se suponía no debía ser así.
Era un Omega, no como cualquiera, pero uno al fin y al cabo. Un Omega que pasaba por celos más prolongados que cualquier otro Omega, más doloroso, muy consciente de lo que pasaba, y sin embargo se encontraba tan débil que no podía hacer nada por muy consiente que estuviese. Sí,su mente jamás se nublo ni una sola vez en ninguna ocasión, así que tenía que vivir sus infernales cinco días, lo que duraba su celo, consiente de lo que decía y como lo hacía, pero lo suficientemente débil como para defenderse de los que lo rodeaban.
Un Omega, odiaba ser uno? No realmente, pero si le temía a sus ciclos reproductivos. Así que no podían culparlo por buscar la manera de no vivirlos o al menos de aminorarlos. Conocía algunas plantas que podían regular, disminuir e incluso evitar que los omegas entren en celo, lamentablemente solo era teoría de libros, porque cuando llevo a la práctica su uso, solo hicieron que el dolor aumentará y que incluso sus períodos de ovulación se duplicará, por lo que dejó de buscar un na manera de deshacerse de sus calores y paso a buscar una solución que fuera más efectiva.
Ser parte de la élite dorada, y sobre todo ser un caballero de Atenea, les garantizaba el entrenamiento para evitar sucumbir ante sus instintos más primitivos, ya sean alfas u omegas. En una guerra santa, un enemigo se puede valer de cualquier artimañas para ganar a su oponente, por lo que controlar los mas bajos instintos y primitivos era esencial. Ser un Omega no debía ser problema en el santuario, donde todos eran compañeros con un mismo objetivo trazado. Así debía ser, cierto?
Les había contado Afrodita de sus ciclos largos ya?
El caballero más bonito de la orden de Atenea, era un Omega, y en su estado más vulnerable solo podía confiar en una persona, y esa era su mejor amigo. Sí, Deathmask, apesar de ser un Alfa, nunca presentó ser una amenaza para él, estando en celo o no el caballero de cáncer nunca se atrevió a tocarlo. Podía confiar su integridad en las manos de su compañero, no sería la primera vez y tampoco la última.
Odiaba ser un Omega y sobretodo ser una muy bello. Por primera vez en todo su vida, odia su belleza y su casta a un nivel de que hubiese deseado tener el suficiente valor para enfrentarse a todos lo que se interpusieran en su camino para asesinar a Saga.
Tenía 14 años, cuando pudo notar las insistentes miradas del patriarca, que más de una vez le dieron fuertes escalofríos, solo que no le había dado la suficiente importancia. Fue un estúpido por no hacerlo.
Su amigo había sido enviado a una misión larga y lejana, Shura estaba en los Pirineos y Camus se encargaba de dos mocosos en Siberia. Estaba solo, no había quien lo cuidara o ayudará, en su celo, que estaba tan cercano. Había estado tan ocupado buscando la manera mantenerse lejos de cualquiera que pudiese presentar un peligro, que no vio donde estaba el verdadero peligro.
Cuando Saga, bajo la máscara del patriarca, lo llamó jamás pensó que sería su condena. Porque el lugar que una vez fue seguro para cualquiera se volvió el lugar de su dolor. Fue la semana más horrible de su vida, la semana en la que trato más de una vez el evitar ser tomado, por alguien que no quería, pero no pudo. Fue la semana que quiso llorar y gritar hasta que alguien viniera en su ayuda, pero no fue así. Fue la semana en la que deseo nunca haber sido un Omega o haber nacido tan bello, porque esas dos cosas le había traído la maldición de llamar la atención de Saga.
Nunca se lo dijo a nadie, porque eso solo aumentaría su humillación, jamás podría soportar la mirada de lástima de nadie. Nunca se volvió a dejar tocar por a nadie, porque sentía el rechazo y asco de manos sobre su cuerpo. Nunca busco a su Alfa destinado, porque seguramente no sería un buen Omega para este. Jamás llamo a su alfa porque no se sentía con el derecho. Nunca le dijo a Deathmask el porqué lloraba y le pedía ni irse cuando se presentará su celo, jamás admitiría el pavor que le causaba la soledad de su templo, porque era un caballero dorado y era fuerte.
Pero si acostarte con un Alfa? - odiaba cada palabra salida de la boca de Acuario, apesar de que su raciocinio le decía que el menor se refería a las visitas que hacía el cáncer a su templo en el tiempo de sus celos, en el cual peli azul solo iba a cuidarlo, pero esas palabras le hacían recordar la humillación que pasó años atrás y le dolía recordar las malditas noches cómo si las volviera a vivir.
Ten come algo - con calma y cuidado casi maternal, le acercó fruta fresca a los labios de peli negro verdoso. Sí, el pudo haber sufrido algo terrible durante su celo, pero no por ello dejaría que otros pasarán por lo mismo - necesitas alimentarte - insistió cuando el español movió el rostro aún lado, no muy dispuesto a alimentarse - solo un poco - forzó la fruta logrando que el mayor tragase poco a poco hasta terminar - ahora un poco de agua - para alivio del peli celeste esta vez no hubo resistencia - descansa nosotros te cuidamos - fue lo que murmuró una vez echa la tarea de alimentar el hidratar a Shura, para luego retirarse -
Ningún Omega merecía ser usado y reclamado por un alfa o beta que no fuera elegido por este. Ningún Omega debía ser forzado a aparearse con ningún alfa en contra de su voluntad. Ningún Omega debía pasar por lo que él pasó...
Descansa Mu, nadie se acercara a Shura mientras yo vigile - la sonrisa a pesar de ser brillante y sincera, Mu pudo ver cierto dolor y resentimiento en está, pero había decisión en los ojos celestes por lo que decidió aceptar el descanso que estaba necesitando -
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