Promesas
Hay cosas que con el pasar de tiempo pierden importancia al punto de que si no se vuelve a ver o a pasar nunca se recordaría que estuvo allí en algún momento. Son promesas, palabras, ideas, sueños, objetos, deseos, miedos, entre otras cosas que se quedan atrás, se pierden para muchas veces nunca volver a surgir. Así como el amor, sea del tipo que sea, este se olvida al punto se creer que desapareció pero solo basta volver a convivir con la persona para que este reaparezca como tiempo atrás.
Como esa promesa que ambos se hicieron, siendo solo unos niños, de permanecer juntos sin importar el después. Una promesa inofensiva que para cualquiera hubiese sido solo palabras al aire, sin valor que no traería repercusión alguna, pero que para los de su raza era una promesa de por vida, que lo llevaría a esperar por que esta sea cumplida, sin importar el tiempo de espera, las vidas que tengan que pasar. Para su gente una promesa era algo sin caducidad, sin límite... esperarían para que esa promesa se cumpliera, con la misma ilusión del primer momento en que se hizo está.
Pero, si esa misma promesa era vuelta a hacer así alguien diferente...
Mu? — Kanon espero la respuesta a sus palabras, una confirmación a su hipótesis, una evidencia de que lo que había logrado investigar a raíz de escritos no eran supuestos inválidos —... — busco la mirada verde del menor en espera de una respuesta pero este se negó a siquiera mirarle —
Tengo que pensar —susurro en un pedido silencioso de ser dejado solo, algo que el gemelo menor sin quererlo pero respetando la decisión del menor acato — Kanon yo... — sintió que le debía una explicación —
No, está bien — le sonrió en un gesto reconfortante para el peli lila — cualquier cosas, estaré en géminis — sin más dejo al omega atrás —
***M***
Sé que no tiene muy buen aspecto pero... — no, no solo el aspecto era horrible estaba seguro que el sabor era igual de espantoso, y su omega lloriqueo de tristeza al no sentirse capaz de proporcionarle a su alfa comida buena y comestible —
Shura... — el sagitario trato de hacer su mejor esfuerzo para no reír para evitar lastimar más el orgullo del español, pero de verdad le parecía divertido y lindo la manera en que este se esforzaba por cocinar —
Lo se soy un fracaso... — lloriqueo y para el castaño fue claro que ese no era Shura hablando si no su omega interior —
Oye, mírame — pidió pero al no ver respuesta, uso sus manos para levantar el rostro y encontrar la mirada negro verdosa — no importa — sonrió de esa manera dulce que solo el sagitario podía — nunca quise un empleado. Eres mi compañero, mi amigo, mi pareja...mi omega, no te exijas a hacer algo por mí, si quieres hacer algo que sea por ti — expreso antes de besar su frente suavemente —
Pero... — quiso replicar más un suave beso sobre sus labios lo hicieron callar —... — sus mejillas se tiñeron de carmín al sentir como el alfa lo acercaba más a su cuerpo y el beso se tornaba más profundo y apasionado, nada que ver con el beso inocente del inicio —...ah...— jadeo por aire cuando el beso se rompió, y se mordió el labio inferior evitando soltar cualquier sonido vergonzoso al sentir el placer recorrer su cuerpo cuando Aioros empezó a besar su cuello y sus manos recorrer su cintura y cadera —
Shura...yo... — el alfa busco la mirada del omega en un pedido silencioso de su permiso para continuar con su propósito — puedo...me dejas...— un beso en su mejilla — quiero... — movió su cadera rozando su entrepierna en la del español —
... — asintió en respuesta y se tragó el gemido que quiso abandonar su garganta al sentir la dureza del castaño. Sabía que era normal en las parejas recién vinculadas la libido sexual, pero Aioros parecía estar atravesando un celo prolongado — acaso...su alfa busca procrear?— ese fue su ultimo pensamiento coherente, pues una mordida de Aioros sobre su glándula de vinculación hicieron a su omega tomar el control —
***M***
Ya fue suficiente, no? — Arrugo el ceño, cansado de las constantes peleas de los dioses guerreros, ahora entendía un poco el fastidio de Kanon por lidiar con guerreros menores, aunque ni tanto, solo que la madures no era cuestión de edad —
Que humor — Bud rodo los ojos — no creo que solo a Mime le falte una buena follada — agrego con una sonrisa burlona —
Y a ti que demonios te importa eso — el mencionado golpeo su puño en la mesa, estaba tratando de comer en paz pero con los idiotas de compañeros que tenía era imposible —
Nada, solo digo que estando cáncer tan urgido tal vez te haga el favor — se encogió de hombros, buscando molestar al peli azul de Italia que ni se inmuto por su comentario a diferencia del Mime que estaba aún paso de tirarle con lo que tenía al alcance —
Suficiente, el que sea omega no me hace menos que tú. Puedo darte una paliza para mostrarte que... —
Ya basta — Hagen al fin decidió intervenir antes de que ese par se matara. No entendía como Siegfried podía lograr controlarse de no golpearlos a todos — estamos dando una mala impresión — apunto a cáncer y piscis que aparentemente estaban haciendo todo menos prestándoles verdadera atención—
Déjalo desahogar la rabia que le provoca saber que ahora su hermanito está siendo follado por Siegfried —Alberich de soltó como quien dice la hora —
Con mi hermano no te metas — el tigre blanco paso de un estado burlesco a uno agresivo en un instante —
Qué?, es solo la verdad —le miro con cinismo — y golpearme no quitara el hecho de que tu hermanito OMEGA esta con su ALFA — expreso con indiferencia a pesar de que Bud lo tuviese por el cuello de la camisa —
Señorita Flare, diga algo... — miro con frustración el rubio a la hermana menor de Hilda en espera de su intervención —
Y porque? Si se quieren matar que lo hagan — se encogió de hombros la rubia —
... — Hagen miro de Mime a Fenrir en busca de ayuda, pues no podía creer que Flare no quisiese detener una pelea que traería molestia en su hermana mayor —
Que está pasando aquí? —Dentro de toda la conmoción nadie se había percatado de la llegada de Hilda. Y por la forma en que todos se callaron de golpe y un escalofrió les recorrió Death y Afrodita sabían que la sonrisa de Hilda no era eterna —
***M***
Si para cuando nos volvemos mayores, aun no has encontrado a tu destinado, podemos serlo tú y yo. Te parece?
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